3. LLEGA UN CASO

 

Se abre la puerta y ante Krom aparece un hombre alto y pálido, vestido de negro con traje y gabán. Se le acerca y le ofrece la mano. Sus ojos tienen unas pupilas estrechas y verticales.

-Me llamo Héctor, señor Krom-dice con una voz profunda y susurrante.

“Si”, piensa Krom. “Y eres un vampiro“.

No tiene nada en contra de los vampiros pero lo que es cierto es que no le caían demasiado bien. Bueno, en realidad a casi nadie les caía bien. Ya quedaban lejanos los siglos pasados de terror nocturno y cacerías salvajes y los vampiros del siglo XXI eran tan civilizados como lo podía ser cualquier especie de El Mundo Encantado pero, aún así, no tenían muchos fans. Salvo los adeptos que voluntariamente se ofrecían a ser sus sirvientes y las sectas vampíricas que les imitaban en la forma de vestir y sabían los dioses en que más.

Pero un cliente es ante todo un cliente y Krom es un profesional. Con una sonrisa le estrecha la mano y dice.

-Encantado. Siéntese y cuénteme que le trae a mi consulta privada.

Héctor se siente en la silla. Su mirada es fría y dura. Pero Krom también aprecia algo más… dolor, ¿tal vez?

-Iré al grano -dice Héctor-. Creo que mi hija, Irina, ha sido raptada por una secta en la que estaba metida. La secta se hace llamar Los Adoradores de Chultlhu. Lleva como 2 meses quedando con algunos de sus integrantes. Se conocieron en un grupo de Facebook e Irina enseguida se volvió asidua a sus reuniones y fiestas -Héctor mira momentáneamente al suelo-. En contra de mis opiniones.

-¿Cuántos años tiene su hija? –pregunta Krom.

-En estándares humanos unos 20. Irina es muy lista e independiente. Pero últimamente hemos pasado por malos momentos y también está enfadada conmigo…-duda un poco antes de continuar-. Y digamos que por algo que hice hemos sido considerados unos apestados por nuestro clan. Vivimos aislados de los nuestros.

-¿Y su madre?

-Irina no conoce a su madre. Se fue justo después de que naciera.

Algo en los ojos de Héctor hizo entender a Krom que sería mejor no sacar el tema de la madre en ese momento.

-Ok. ¿Y hace cuanto que está desaparecida?

-Anoche no volvió a casa. Eso no es normal. Tampoco es que haga falta que vuelva en cuanto amanezca pero nunca antes se había quedado toda la noche fuera. Intenté llamarla al móvil y no contesta. Revisé su Facebook y ví que anoche había una fiesta de su asquerosa secta. En una factoría abandonada a las afueras de la ciudad. De allí vengo ahora mismo. No había nada ni nadie, estaba completamente vacía. Pero…

-¿Pero?

-En ese sitio me sentí muy débil y me costaba concentrarme. Por si no se ha dado cuenta no soy un vampiro cualquiera-dijo con una voz tan tranquila y natural que parecía hasta amenazante.

Krom se imaginaba que sería un vampiro de estirpe. Eran los descendientes de los primeros vampiros y formaban el linaje más puro. También eran los más fuertes.

-Ni tampoco soy ajeno a la magia. En ese sitio hubo magia muy poderosa anti-vampírica -continuó Héctor-. Ya solo quedan residuos. Fuera lo que fuera, ya terminó. Pero fue lo bastante poderosa como para dejar esa señal. La han raptado, estoy seguro -en su voz se notó un casi imperceptible tono de miedo.

Krom pensó un poco. Raptado o algo peor si es que de verdad había pasado algo malo. Intentó recordar sobre Cthulhu. Para él no era más que una historia de miedo contada a los niños. Un dios con muchos tentáculos de otra dimensión que creaba un reino de terror a su paso. No le parecía nada original, la verdad.

Héctor como si leyera el pensamiento dijo.

-He investigado por internet sobre esta secta. Están locos, en mi opinión. Su idea es abrir un portal para que su dios arrase con todo lo corrupto y haga un nuevo mundo donde se pueda empezar de cero. Nada demasiado llamativo ni preocupante pero su líder sí que me disgusta. Es un Sacerdote Oscuro. No sé nada de él pero parece un conjurador con cierto poder. He visto algunos vídeos suyos en Youtube y sus hechizos no son triviales.

Héctor para un momento e inspira antes de continuar.

-Esta secta está formada por humanos, Krom. Y tienen magia poderosa contra vampiros. Yo no puedo pedir ayuda a los míos ni tengo vástagos. No me gusta nada pero vengo a pedir su ayuda. Quizás pueda hacer más de lo que yo podría. He oído que consigue resultados rápidos. Pagaré lo que me pida. Acepté el caso. Por favor.

Krom medita un poco sobre todo esto. Hay tres tipos de magia en El Mundo Encantado. Los Oscuros, los Luminosos y los Elementales. Y todos dependen del Ministerio de la Magia para conseguir subvenciones. Poco a poco la magia está yendo a menos desde que la tecnología ha avanzado. La magia siempre había sido elitista y sólo los ricos e influyentes habían podido aprenderla. Pero ahora la tecnología estaba haciendo cosas tan mágicas como los antiguos y costosos hechizos y encantamientos. Pero la tecnología era sencilla de usar y barata. Casi todo el mundo podía acceder a ella.

Así que para preservar las costumbres se estaban dando ayudas para que las escuelas de magia no cerraran por falta de adeptos. Por Krom podrían cerrar todas. Solo le caían un poco bien los Elementales, que sacaban su magia de los elementos terrenales: agua, fuego, tierra y aire. Pero los Oscuros y los Luminosos se apoyaban en la energía dejada o transmitida por seres sobrenaturales. De otras dimensiones y planos. A los que trataban de invocar para conseguirse su ayuda y aumentar su poder sobre la magia. A Krom no le gustaban los dioses y seres mágicos de otros mundos. Y a quienes los adoraban los consideraba unos parásitos.

En realidad la decisión es sencilla. Krom es, ante todo, un profesional.

-Mis honorarios son 100 créditos por día más gastos. Me pondré a trabajar desde ya en su caso y lo más rápido posible -aquí Krom junta las manos y mira a Héctor tan fijamente como puede. Quiere que sus palabras queden bien claras-. Pero, por favor, déjeme hacerlo a mi manera y no se meta en mi camino. Sé que será duro para usted pero tengo experiencia en casos como este. Conmigo tiene una posibilidad.

Héctor asiente. Se lleva una mano al gabán y saca una fotografía.

-La he sacado de Facebook. Es la única que he visto que tiene con esta gente. Es de una reunión clandestina que tuvieron la semana pasada.

Se la entrega a Krom que la echa un vistazo. En ella se ve una chica alta y sonriente con 3 personas más, todos chicos jóvenes y de aspecto humano. De fondo se ve una pared banca con unas líneas rojas y negras perpendiculares entre sí formadas por azulejos. Hay una pintada en la pared de, lo que a Krom le parece, un pulpo gigante con demasiados tentáculos.

-Ummm -dice Krom-. Este sitio me quiere sonar. ¿Sabe dónde es?

-No. Y no he encontrado ninguna otra referencia a esta secta o a otros sitios donde se reunieran aparte de la factoría de ayer. Ya no aparecen las cuentas de Facebook de la gente con la que se reunía y no encuentro el grupo que crearon. Y eso que, en teoría, es imposible desaparecer de Facebook -Héctor tiene la mirada seria.- Están borrando su rastro Krom. ¿Irá usted allí? ¿A la factoría?

-No sé, si usted ya ha estado y no ha encontrado nada… Un vampiro de su nivel es difícil que los detalles le pasen desapercibidos, ¿no? Voy a intentar averiguar dónde está tomada esta foto primero, a ver si hay suerte.

-Usted es el profesional. Le paso mi móvil y datos en esta tarjeta. Avíseme en cuanto sepa algo.

Héctor se levanta y le dice una última cosa.

-Por supuesto, destrozaré a estos insectos con mis propias manos en cuanto recupere a mi hija-su voz seguía siendo tranquila y calmada-. No va a quedar nadie vivo de allí. Así que no tenga miramientos. Sería esfuerzo perdido. Meta todo el plus por peligrosidad que quiera en la factura, Krom. Pero tráigame a mi hija.

Krom lo mira y asiente con la cabeza. Tenía bastante claro esta parte. Los vampiros de estirpe no son conocidos precisamente por su espíritu redentor y pacífico.

En cuanto se queda solo coge el móvil y manda rápidamente un mensaje de texto. Coge su Mágnum del cajón de la mesa donde lo suele dejar, se pone la sobaquera, la gabardina y sale por la puerta sólo un minuto después que Héctor.

Está convencido de que la rapidez es importante. Por suerte, conoce a alguien que le puede orientar.