11. TITANES

 

Bir se abalanza sobre el detective bárbaro. Krom lo veía venir y siente un aguijonazo de miedo. Pero recuerda que aún está bajo los efectos del hechizo. Relaja la mente y deja que el miedo se recueste en un rincón de su cerebro. Gira sobre sí mismo hacia un lado y termina el giro descargando su barra sobre la espalda de Bir. Querría haberlo hecho en la cabeza o el cuello pero no llegaba.

El minotauro no parece sentir gran cosa y se gira mirándole con cara de odio. Pega un gran resoplido y de su hocico sale humo.

-Eres demasiado rápido para alguien de tu tamaño -y sonriendo maquiavélicamente añade-. Haz el favor de estarte quieto.

Y lanza una patada hacia Krom. Este la esquiva saltando hacia un lado.

-Vamos Bir -dice Krom mientras se mueve alrededor del minotauro-. No deberías dejarte mangonear por otros. ¿Te invocan y haces lo que te dicen? ¿Cómo un perrito faldero?

-Humano, no sé si estás intentado apelar a mi conciencia o enfurecerme para que cometa errores. En cualquier caso, no va a funcionar.

Bir se mueve al son de Krom y ambos forman un círculo viviente.

Krom sopesa sus opciones. Sabe que no tiene muchas probabilidades de ganar esta lucha. ¿Cuánto tiempo podrá seguir esquivando? Encima a los efectos del hechizo no le deben de quedar mucho.

-Pero, respondiendo a tu pregunta -continua Bir-. Hago lo que tengo que hacer. Y si no es útil tener una conciencia o educación no la uso. Mis maneras, mi educación me sirve para disfrutar de la vida en tiempos de paz. En condiciones hostiles solo son estorbos…

-¿Eso es lo que crees? ¿Y puedes encender y apagar esa parte de ti mismo? “Vamos” se dice Krom, “sigue haciéndole hablar. Hazle ver que eres un ser que razona y que además no le tiene miedo. Aunque sea mentira”

-No sé si vienes de un plano superior o inferior entonces. Yo uso siempre todo lo que tengo a mi mano, no apago nada –dice Krom.

Bir se para. Krom contiene el aliento.

-Bah. ¿Qué más da lo que pienses y hagas? -Bir se encoge de hombros-. Hacía mucho que no luchaba contra humanos, sois una raza muy emotiva. Pero no es así como se hace en mi mundo.

Y pega un puñetazo en el suelo. Krom casi puede sentir la onda del impacto. ¡Cuánta fuerza! Un instante después el suelo tiembla y se mueve. Krom pierde el equilibrio. Es todo lo que necesitaba Bir. Da un paso y le agarra el brazo que sujeta la barra.

-Ahora suelta ese palito- dice Bir mientras gira la muñeca de Krom.

Krom aprieta los dientes e intenta mantenerse erguido pero la palanca y fuerza del minotauro son demasiado. Su brazo se retuerce y se ve obligado a abrir la mano y soltar la barra. Intenta un viejo truco. Da un cabezazo al toro en la cara.

La nariz de Bir estalla y se pone a sangrar. Pero el minotauro no afloja su presa. Sonríe y dice: “Ahora es mi turno.”

Krom ve llegar el cabezazo del minotauro pero no tiene margen de maniobra. El golpe es tan fuerte que por un momento parece que la cabeza se le va salir del cuerpo. Siente como los huesos de la nariz se le astillan y el dolor se le incrusta el cerebro.

Bir agarra del cuello a Krom con su mano libre.

-Luchaste bien humano. De nuevo, mis disculpas. No es nada personal -y aprieta.

Krom siente que apenas puede respirar. Con su brazo libre golpea el cuerpo del minotauro pero lo tiene en una posición en donde es difícil coger impulso y pegar bien.

La presa de Bir no cede.

Krom da otro golpe, pero es más débil que el anterior. Bir lo mira serio mientras le aprieta y aprieta la garganta. Justo cuando Krom está a punto de perder la consciencia escucha un aleteo y ve que aterriza una sombra detrás de Bir.

El minotauro también lo siente pero antes de que pueda hacer nada, alguien le golpea en la parte trasera de su rodilla. Bir pierde el equilibrio y afloja la presa de Krom.

Héctor aprovecha a lanzar un zarpazo al hombro más cercano de Bir, que trastabilla y suelta al bárbaro.

Krom cae al suelo y empieza a boquear para intentar meter algo de aire a los pulmones.

El duelo entre vampiro y minotauro continúa. Héctor lanza un golpe con su otra mano. En ella lleva una daga curva. Bir tiene una rondilla hincada en el suelo pero es tan alto que el golpe va justo hacia sus costillas. No consigue apartarse a tiempo.

La daga se le clava pero apenas traspasa más de dos palmos la piel del minotauro. Héctor se queda sorprendido e intenta quitar la daga pero ha quedado atascada. Bir aprovecha para dar un paso atrás. Tiene el cuchillo colgando del cuerpo.

-¡Por los aros de Krishna! ¿Y tú quien eres? -dice Bir mientras se quita la daga.

El vampiro no dice nada mientras se pone en actitud defensiva. Bir mira a la daga y a su contrincante.

-Un vampiro luchador, ¿eh? ¿No vas a intentar conmigo tus truquillos de mirarme fijamente e hipnotizarme? ¿No vas a intentar clavarme esos largos dientes tuyos? ¿Eh?

Héctor sigue sin decir nada.

-No, supongo que no. Porque sabes que esas mierdas solo sirven para especies menores -en la voz de Bir, antes calmada y seria, se empieza a notar el odio y desprecio-. Estáis consiguiendo que pierda mi paciencia, por Krishna -y de un rápido gesto lanza la daga.

Héctor gira para esquivarla pero Bir, como si le leyera el pensamiento, ya se ha movido en esa dirección. Agacha la cabeza y embiste contra el cuerpo del vampiro. Héctor se retuerce pero no lo suficiente. Uno de los cuernos le traviesa el costado izquierdo. Queda ensartado pero sujeta con fuerza el otro cuerno con un brazo y hace fuerza hacia abajo.

-¡Te voy a matar asqueroso bicho! -ruge Bir.

Y en ese instante el minotauro siente un mordisco en su pantorrilla izquierda. Irina tiene sus dientes clavados en su muslo.

¡Argh!-grita.

Héctor aprovecha para seguir empujando hacia debajo los cuernos de Bir mientras dice: “¡Irina! ¡Los tendones!”

La vampira pega otro mordisco, buscando el desgarro.

¡Krishna! -grita Bir, mientras pierde fuerza en una pierna y se ve obligado a hincar la rodilla.

Héctor consigue retorcerse y soltarse pero no suelta los cuernos del minotauro.

-¡Cae, puto cabrón! -grita Krom mientras aparece a un lado y descarga una piedra enorme que sostiene sobre su cabeza. Héctor se aparta en el momento del golpe. Bir, que trataba de agarrar a Irina, no le da tiempo a quitarse.

La piedra cae sobre la cabeza del minotauro y el golpe se oye profundo y seco. Después el silencio.

Todos están inmóviles. La piedra se raja y rompe en dos. Krom ve sangre en la cabeza de minotauro y como pone los ojos en blanco. Bir se derrumba sin decir una sola palabra. Irina se mueve para no caer bajo el peso del minotauro. Héctor contempla la escena mientras pone una mano en la herida, taponando la hemorragia. Sabe que su cuerpo se curara solo y rápidamente.

Por un momento todo se queda quieto y silencioso.

El momento pasa.

¡Irina! -grita Héctor y la abraza.

La vampira le devuelve el abrazo. -Lo siento mucho padre. Fui una tonta.

Krom los mira mientras sigue boqueando. El esfuerzo ha sido demasiado y ya empieza a notar que la droga desaparece de su organismo. Le tiemblan las piernas.

Héctor e Irina giran la cabeza cuando escuchan el golpe que hace Krom al desplomarse en el suelo.