Del Milwaukee Tribune, 19 de febrero de 1979:

LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL «MATARIFE DE MADISON» PIERDE FUELLE ¿ERA EL ASESINO UN HOMBRE QUE HA MUERTO?

Han transcurrido ya seis semanas desde que el Matarife de Madison, el violador y asesino que aterrorizó el territorio entre Janesville y Beloit durante los meses de diciembre y enero, se cobró su última víctima.

La nevada mañana del 4 de enero fue descubierto en un campo de coles próximo al límite de Illinois el cuerpo despedazado de Claire Kozol, de 17 años, de Huyserville, Wisconsin. La habían violado, matado a golpes y descuartizado, exactamente igual que a Gretchen Weymouth, de 16, cuyo cuerpo fue descubierto a pocos kilómetros de distancia, el 16 de diciembre, y a Mary Coontz, de 18, también de Huyserville, a quien encontraron en un parque de observación de aves a las afueras de Beloit, el día de Navidad. Las tres jóvenes eran morenas, esbeltas y atractivas, y los psiquiatras forenses de la sede central de la policía estatal de Wisconsin, en Madison, se mostraron convencidos de que en el sur del estado actuaba un asesino psicópata muy motivado y excepcionalmente retorcido. El perfil psicológico elaborado por los peritos (basado en casos anteriores y en las pruebas materiales de las tres muertes) apuntaba que el asesino seguiría matando al mismo tipo de víctimas con el mismo método hasta que lo capturasen o hasta que se suicidara.

Se asignó a la investigación una brigada especial de veinte detectives de la policía estatal, a tiempo completo, que contaba con la colaboración de las policías locales de Janesville y de Beloit. En previsión de otro inminente intento de asesinato, se establecieron complejos señuelos y trampas para cazar al asesino. La red se iba cerrando y la policía estaba segura de que el sanguinario criminal pronto caería en ella.

Sin embargo, no ha sido así, y no se han registrado más muertes que encajen con el modus operandi del Matarife de Madison desde que se encontró el cuerpo de Claire Kozol, el 4 de enero. El sargento Ross Anderson, de la policía estatal de Wisconsin, quien supervisó el establecimiento de los señuelos, tiene una hipótesis acerca de lo sucedido:

«Es una teoría basada en el curso elemental de psicología que seguí en la universidad y en pruebas circunstanciales —declaró el sargento, de 29 años, a los reporteros—. Pero la intuición me dice que es acertada.

»El 5 de enero, el día siguiente al descubrimiento del cadáver de Claire Kozol, estaba supervisando el trabajo de los quitanieves en la I-5, al sur de Huyserville, cuando distinguí en una cuneta la parte trasera de un coche, medio cubierto por la nieve. Cuando retiré ésta, vi que se trataba de un Cadillac del 79, con matrícula de Illinois. No había nadie atrapado en el interior y registré la guantera, donde encontré documentos de identidad de un hombre llamado Saul Malvin, de 51 años, de Lake Forest. Cuando vi en una tarjeta de donante que el hombre era 0+, se me erizó la piel, pues habíamos encontrado y analizado muestras de semen del violador y asesino, y resultaba que el grupo sanguíneo coincidía.

»Hablé con el Departamento de Policía de Lake Forest y me dijeron que la mujer de Malvin había informado de su desaparición esa misma mañana; el marido había salido el día antes a visitar a unos amigos en Lake Geneva. Recogí un chaleco que encontré en el asiento trasero, fui a Huyserville a buscar los perros del equipo de rastreo canino, volví a la zona e inicié la búsqueda. Al cabo de unas ocho horas, los animales y yo realizamos el hallazgo.

»Los lobos habían devorado buena parte del torso del hombre, pero aún se veía lo que había sucedido. Malvin estaba muerto, a unos diez metros de la cuneta. Tenía en la mano un 357 Magnum. Su cartera estaba intacta, llena de billetes. Volví enseguida a mi coche y pedí por radio una ambulancia. Luego, me puse a pensar.»

La teoría del sargento Anderson —en esencia, que el difunto Saul Malvin era el Matarife de Madison y que se había suicidado en un momento de arrepentimiento por sus crímenes— ha creado furor entre sus colegas de la policía estatal, aunque existe división de opiniones respecto a la culpabilidad del hombre, un ejecutivo de seguros. El teniente W. S. Havermeyer, comandante de la subcomisaría de Huyserville, resumió los pros y los contras en una conferencia de prensa, la semana pasada. «De momento, consideramos que el asesino, en el caso de que no fuese el señor Malvin, está ahora mismo recluido en alguna cárcel o manicomio, o se ha marchado a otra parte. Los psiquiatras de Madison dicen que, a veces, estos psicópatas que actúan repetidamente tienen un momento de lucidez y se dan muerte, sobre todo después de haber cometido un asesinato especialmente brutal, por lo que la teoría encaja circunstancialmente. Y Malvin, en efecto, tenía el grupo sanguíneo 0+. Hemos comprobado dónde estaba en el momento de los tres asesinatos. Su coche apareció a pocos kilómetros de donde se encontró el cuerpo de Claire Kozol y, respecto a las fechas de las dos muertes anteriores, 16 de diciembre y Navidad, se dice que en la primera estaba trabajando en casa, solo, y que en la segunda también estaba en casa, esperando a que volviera su mujer de celebrar la festividad con su hermana inválida.

»Así pues, circunstancialmente, Malvin podría haber sido el autor de los crímenes, aunque no encaja como sospechoso. No tenía antecedentes, estaba felizmente casado con hijos ya mayores, disfrutaba de una buena posición y era apreciado por parientes y amigos. Todo eso está a su favor.

»Pero es evidente que se suicidó con un arma cuya procedencia, hasta el momento, no hemos podido determinar, y sus familiares y amigos nos han dicho que no tenía ninguna razón lógica para quitarse la vida. Por desgracia, los lobos habían atacado el cadáver antes de que el sargento Anderson lo descubriera y, si había en el cuerpo alguna prueba material que lo vinculase con Claire Kozol, es probable que los animales la destruyeran. En resumen, doy gracias de que no se hayan producido más asesinatos.»

El sargento Anderson, quien, en opinión de muchos de sus colegas, ha «resuelto» el caso, se dedicará próximamente a otras labores, como la presentación de órdenes de extradición en ciudades del Medio Oeste y del Este, además del traslado a Wisconsin de los detenidos en busca y captura por las autoridades del estado. Anderson agradece el cambio de destino y ha contado a los reporteros: «El caso del Matarife ha resultado muy exigente. Me agrada la idea de un cambio de aires y de ejercer mi profesión en otros lugares.»

Del Herald de Louisville, Kentucky, 18 de abril de 1979:

HALLAZGO DE UNA MUJER ASESINADA EN EL DISTRITO DEL PORNO

El cuerpo de una mujer de 20 años que trabajaba de bailarina en un club fue descubierto esta mañana por su novio, quien al ver sus restos desmembrados llamó de inmediato a la policía entre sollozos. La víctima, Kristine Pasquale, que trabajaba en el bar Swinger’s Rendezvous, situado en las proximidades, apareció muerta a cuchilladas y descuartizada. Los policías que han visto los restos de la mujer, rubia y atractiva, quedaron muy impresionados. El sargento James Ruley, uno de los primeros agentes en personarse en el ensangrentado apartamento de la fallecida, contó a los informadores: «Éste es, sin duda, el peor crimen que he visto en toda mi vida contra una mujer, y sé lo que me digo. Podemos estar tanto ante un caso de fácil solución, de abrir y cerrar, o ante todo lo contrario, pues la señorita Pasquale no era precisamente una inocente flor, ya me entienden. Yo mismo la detuve por prostitución cuando estaba en la brigada Antivicio y el local donde trabajaba es un conocido lugar de reunión de delincuentes. La primera teoría que me viene a la cabeza es que su asesino era un conocido de la chica, alguien de confianza, de lo contrario no lo habría dejado subir a su piso. Kristine conocía bien la calle y era selectiva con sus clientes.»

Tras el levantamiento del cadáver, la policía clausuró el apartamento. Los técnicos forenses se pusieron manos a la obra y el novio de la chica, David Komondy, de 27 años y apagabroncas del local donde trabajaba ella, fue interrogado y posteriormente puesto en libertad. En el apartamento no se descubrieron pistas y, ocho horas después, el doctor Winton Walter, forense municipal de Louisville, anunció sus hallazgos:

«Kristine Pasquale fue violada y, posteriormente, asesinada. La causa de la muerte fue un trauma masivo con hemorragia severa, por degüello. Se ampliarán detalles más adelante.»

Entretanto, la policía de Louisville está batiendo los bajos fondos de la ciudad, en busca de un hombre que el sargento Ruley ha descrito como «un tipo muy enfadado».

Informe de seguimiento del Homicidio 116/79, 18-4-79, presentado el 27-4-79 por el detective sargento K. M. Ruley, placa 212, Departamento de Policía de Louisville. Con el título de «Informe de Progresos: Violación/Asesinato — Pasquale, Kristine Michelle», se distribuyó a todas las unidades de detectives de Louisville el 28-4-79.

INFORME DE PROGRESOS:

Violación/Asesinato — Pasquale, Kristine Michelle, fecha de la muerte 18-4-79.

Nota: Este informe actualiza los realizados previamente por el grupo de Investigación del Escenario del Crimen, el Servicio Médico Forense, el Grupo de Reconocimiento del Terreno e Interrogatorio de Testigos, la brigada de Delitos Sexuales y la de Delitos contra la Propiedad, así como los partes complementarios de la brigada de Detectives (ver expediente 116/79 bajo estos títulos). Éste es mi primer informe resumen, en calidad de agente encargado del caso.

Caballeros:

Actualización del expediente 116/79, abierto hace diez días. La víctima fue violada y degollada mientras el autor le cubría la cabeza con una almohada. A continuación, le seccionó brazos y piernas con un instrumento distinto del cuchillo con el que le cortó el cuello (ver detalles en el informe de Escenario del Crimen 116/79). No se encontraron armas en el lugar de los hechos ni en la zona circundante. Se busca: 1— Un cuchillo de caza de hoja afilada de 18 cm de longitud, posiblemente de la marca «Buck» (todas las armas blancas de este tipo confiscadas a detenidos o encontradas a varones sospechosos en los interrogatorios de campo deberán someterse a pruebas químicas para determinar la presencia de sangre). 2— Un cuchillo de sierra, con dientes de 0,8 mm, también afilado. La profundidad de las incisiones indica que se trata de un hombre de considerable fortaleza física. Están investigándose las compras recientes de tales cuchillos. Respecto al presunto autor, también es posible que su grupo sanguíneo sea 0+ (digo que es posible porque el semen encontrado en la vagina de la víctima era de este grupo y las abrasiones indican una penetración forzada). (Nota: El proxeneta/amante de la víctima declaró que ésta tomaba la píldora pero que, a veces, pedía a los clientes que usaran condón. No se han encontrado otros restos de semen en la cúpula vaginal, por lo que esto puede no ser concluyente.)

Cómplices conocidos: nada hasta el momento (ver Interrogatorios de Testigos 116/79 y Partes Complementarios 116/79).

Reconocimiento del Terreno: nada, tampoco (ver Reconocimiento del Terreno 116/79).

Delitos contra la Propiedad: el inventario efectuado con el novio indica que no falta nada; confiscadas sustancias narcóticas (cocaína, hachís).

Pruebas materiales: interesante. Apuntan a un asesino listo. Huellas: descartadas tras diversas comprobaciones; todas explicables. Sin rastros de sangre que conduzcan a la planta baja, ni latentes en el timbre de la puerta que debió de utilizar el asesino para acceder al apartamento. La ausencia de todo lo anterior apunta a mi personal reconstrucción de los hechos:

La víctima, con nueve detenciones previas por prostitución y con fama de ser muy cautelosa, sólo habría franqueado la entrada a tres tipos de hombre: policías, chulos y amigos, o clientes. Descartados los dos primeros (el chulo y antiguos novios han quedado descartados, ver Interrogatorios 116/79), sólo quedan los clientes. Según mi reconstrucción, el asesinato fue perpetrado por un antiguo cliente que le guardaba rencor, el cual llevó al apartamento ropa de repuesto y actuó con guantes. Como ya se ha interrogado —o se procede a hacerlo en estos momentos— a la mayoría de los delincuentes sexuales de la zona de Louisville, y como no existen registros de muertes parecidas, ahora dirijo mis esfuerzos al interrogatorio de prostitutas locales y de hombres condenados o detenidos por hacer proposiciones indecentes. Cualquier agente que tenga conocimiento de posibles sospechosos debe ponerse en contacto conmigo en la Sede Central, extensión 409.

¡A por él!

Sgto. J. M. RULEY

Del Eagle de Evanston, Illinois, 8 de mayo de 1979:

DESCUBIERTO EN UN VERTEDERO EL CADÁVER DE UN HOMBRE SIN IDENTIFICAR

Un grupo que se disponía a deshacerse ilegalmente de unos escombros realizó esta mañana un macabro descubrimiento cuando llevaba el contenido de su volquete a una parcela vacía del vertedero municipal de Kingsbury Road. Se trataba de un cadáver, que encontraron tendido en el suelo. La sangre coagulada manchaba la tierra junto a su cabeza. Catherine Daniel, la única mujer del grupo, se desmayó al verlo, y su marido, Daniel Daniel, con domicilio en Muirfield Road, Evanston, se quedó a tratar de reanimarla mientras su vecino, Jason Granger, corría a llamar a la policía.

Los agentes no tardaron en llegar y determinaron que el cadáver correspondía a un hombre que había muerto de un disparo en la cabeza. Le habían revuelto los bolsillos y, en aquel primer momento de la investigación, consideraron que el móvil del homicidio podía ser el robo.

Sin embargo, de momento, el problema más apremiante es identificar al muerto. Se trata de un hombre blanco, de unos treinta años, 1,85 de estatura y 85 kilos de peso, cabello castaño oscuro y ojos marrones. Quien tenga información sobre desaparecidos que encajen con esta descripción debe ponerse en contacto con el Departamento de Policía de Evanston.

Memorándum enviado el 11/5/79 por el capitán William Silbersack, jefe de detectives del Departamento de Policía de Evanston, a Thomas Thyssen, jefe de policía:

Señor:

Aquí tiene la actualización que ha solicitado sobre el homicidio de Kingsbury Road. Para empezar, hemos identificado al muerto. Se trata de Robert Willard Borgie, nacido el 30/6/51, 1,85, 92 kilos, pelo castaño y ojos marrones. Dirección: el albergue y casa de caridad de Kingsbury, 814. (A cuatro manzanas del vertedero.)

Borgie era retrasado mental. Iba a cualquier parte con cualquiera y a veces pasaba varios días seguidos por ahí, lo cual explica el retraso en identificarlo (la supervisora del albergue se presentó cuando vio la noticia sobre el homicidio en televisión). La mujer comentó a los sargentos Lane y Vecchio que Borgie solía rondar con homosexuales y que hacía sexo oral con ellos por dinero. Según parece, se fiaba de todo el mundo.

En cuanto al informe del forense: a Borgie le dispararon dentro de la boca con una 38. Un solo disparo que le causó la muerte. Examinamos el casquillo que el médico extrajo del cráneo: las estrías eran extremas y el disparo sólo podía haberlo efectuado un 38 de cañón corto, con éste y el tambor mal alineados. Naturalmente, difundiré un boletín de balística por todo el estado.

Sobre el móvil: el robo parece improbable, aunque a Borgie le habían revuelto los bolsillos. ¿Un subterfugio? Probablemente, porque la víctima nunca tuvo más que un puñado de dólares. Lo que me intriga es el tiro en la boca. El asesino lo mató en el vertedero (había dos rastros de pisadas en dirección al lugar donde se encontró el cuerpo, pero uno solo regresaba de allí; por las marcas que dejó, era un hombre que llevaba unos zapatos de trabajo del 45,5) y parece evidente que le ordenó que abriera la boca antes de meterle el arma en ella. Todos estos factores (la deficiencia mental de Borgie, su natural confiado y su historial de trato con homosexuales, así como la naturaleza manifiestamente perversa de la ejecución) apuntan a un asesino homosexual.

Hasta el momento, los sargentos Lane y Vecchio han llevado su investigación por los derroteros normales (ver expediente 79-008-H para más detalles). No se han encontrado pistas y, en la actualidad, estoy dando instrucciones a los agentes para que se concentren especialmente en la hipótesis homosexual.

Atentamente,

BILL SILBERSACK

Del Register de Des Moines, Iowa, 2 de octubre de 1979:

ASESINATO SEXUAL SACUDE LA CIUDAD

Anoche apareció en un silo de grano abandonado, a las afueras de Des Moines, el cuerpo de una joven brutalmente violada y asesinada a cuchilladas.

El cadáver fue descubierto por dos adolescentes que se colaron en el silo para ensuciar las paredes con pintadas. Cumpliendo con su deber cívico, los chicos llamaron a la policía y confesaron su propio delito al tiempo que informaban de la espantosa escena. Al llegar, la policía de Des Moines se olvidó de la falta menor de invasión de la propiedad privada en el mismo instante en que vio los restos de Wilma Grace Thurmann, de 19 años, con domicilio en Brewster Street, en Des Moines.

«A la chica le habían rajado el cuello de oreja a oreja y le habían amputado brazos y piernas, que estaban tirados por el piso del silo», contó a la prensa el agente John Belton. «La identificación resultó fácil porque yo mismo conocía a Wilma, no personalmente, pero sí de vista.»

Cuando se le presionó sobre qué sabía de la difunta Wilma, el agente Belton rehusó hacer más comentarios. Más tarde, nuestro reportero se enteró de que la fallecida era una «buscona» que solía abordar a los camioneros en el parador situado tres kilómetros al sur del vertedero. Se sabía que Wilma tenía una llave del local abandonado y que, a veces, llevaba allí a sus clientes.

«La ocupación de la víctima puede dificultar la investigación —escribía un portavoz policial no identificado en una nota de prensa distribuida esta mañana—. Sin embargo, tengan la seguridad de que perseguiremos al asesino de Wilma Thurmann por todos los medios.»

Ficha de investigación de homicidio, distribuida a todo el personal del Departamento de Policía de Des Moines, el 4/10/79:

Delito(s): Asesinato (en primer grado); agravante de agresión sexual.

Lugar de los hechos: R. F. D., número 71-A (cerca de la salida y parada de camiones Sagamore), Des Moines Este.

Víctima: Thurmann, Wilma Grace; mujer blanca, pelo rubio, ojos azules, 1,53, 48 kilos, nacida en 3/7/60.

Momento de los hechos: las 21.00 horas, aproximadamente, del 1/10/79.

Descripción de la víctima en el momento del hallazgo: Víctima encontrada por dos jóvenes que habían entrado ilegalmente en propiedad privada. El agente que acudió al lugar de los hechos declaró, en el informe de la escena del crimen 79-14-H: «Entré en el silo con una linterna del coche patrulla y vi a una mujer joven, blanca, con los brazos y las piernas seccionados y degollada. Examiné el cuerpo y determiné que se trataba de Wilma Thurmann, una prostituta local. Registré el resto del silo y encontré los brazos y las piernas colocados sobre montones de heno.»

Descripción forense: violada antes de la muerte. Las marcas de corte detrás de la oreja derecha indican que el violador/asesino apoyaba el arma allí mientras cometía el coito. El semen encontrado en la vagina de la víctima en el momento de la autopsia (grupo sanguíneo 0+) difiere de las trazas de semen halladas en el estómago de la víctima (AB+ y 0-). En los antecedentes de la víctima constan cinco condenas por prostitución y se sabe que utilizaba el silo para practicar sexo oral a clientes, por lo que es probable que el grupo sanguíneo del violador/asesino sea el 0+.

Causa exacta de la muerte: asfixia por ahogamiento en sangre de la herida de la garganta.

Indicios encontrados en el escenario del crimen: ninguno. La tierra del exterior y del interior del silo había sido removida para borrar huellas de pisadas. Huellas dactilares latentes en el escenario: ninguna (explicable por la ausencia de superficies que pudieran sostenerlas).

Testigos: ninguno.

Crímenes anteriores en la zona con modus operandi relacionados: ninguno desde 1947. Conexión improbable.

Descripción del arma: no encontrada en la batida de la zona; se está investigando entre los minoristas locales. A todas las unidades: se busca cuchillo de un solo filo, de 18 cm de longitud, y sierra de cortar metales de acero al cadmio, dientes de 0,9 milímetros. Detengan a todos los varones sospechosos de encubrimiento o encubridores conocidos.

Situación actual de la investigación: sin resolver, sin sospechosos claros, ocho detectives asignados a tiempo completo. Todos los agentes que hayan detenido o interrogado en alguna ocasión a Wilma Grace Thurmann o a alguien relacionado con ella deben comunicar cualquier información relevante, llamando por teléfono al teniente detective H. V. Miller, Comandancia de Brigada, comisaría de Des Moines Este.

Para más información sobre el progreso de esta investigación, véase expediente 79-14-H. Los informes con esta referencia están a disposición de todo el personal del DPDM que desee conocer los detalles de esta agresión sexual/homicidio.

Del Plains-Advocate de Lincoln, Nebraska, 10 de diciembre de 1979:

MUERTE A TIROS EN UN CAMPO PREOCUPA A LA POLICÍA

Hace una semana, en un campo de trigo a las afueras de Lincoln, se encontró el cadáver de Russell Luxxlor con un tiro en la cabeza. Las pistas son escasas y la policía está desconcertada.

Al principio, las autoridades consideraron que la muerte formaba parte de un intento de robo frustrado. Luxxlor tenía la cartera en el bolsillo del pantalón, aunque faltaban los documentos de identidad y las tarjetas de crédito, pero en la cazadora de la víctima, en un «bolsillo secreto», se encontraron intactos trescientos dólares en billetes. Más adelante, cuando se supo que Luxxlor era homosexual y habitual desde antiguo de los bares de «ambiente» de Lincoln, se abandonó tal teoría.

El teniente Mills Putnam, portavoz del Departamento de Policía de Lincoln, declaró a los reporteros del Plains-Advocate: «Basamos la teoría homosexual en un hecho relativo al modo en que fue tiroteado el señor Luxxlor. No revelaremos de qué hecho se trata, con el objeto de poder utilizarlo en futuros interrogatorios.»

En un comunicado de prensa posterior, el teniente Putnam señalaba: «En estos momentos, hemos corregido ligeramente nuestra hipótesis homosexual. Creemos que el móvil del asesinato fue el robo de la documentación. Para ello, nos basamos en el hecho de que, cuando se encontró el cuerpo, faltaban todos sus documentos de identidad y en que el fallecido fue visto con vida por última vez en un bar de Lincoln, en compañía de un hombre cuya descripción física concuerda con la suya. Hemos pasado a buscar a un hombre blanco de treinta y pocos años, 1,85 a 1,90 de estatura, 85 a 95 kilos de peso, pelo y ojos oscuros, y constitución robusta.»

El señor Luxxlor fue enterrado por el rito metodista el día de ayer y el padre del difunto, reverendo Maddox Luxxlor, de Cheyenne, Wyoming, declaró a un grupo de periodistas y policías congregado en la funeraria: «¡Ustedes no tienen derecho a difamar a mi hijo! ¡Su trabajo es capturar a su asesino, no juzgarlo a él!»

El esfuerzo por atrapar al asesino continúa.

Adenda remitida por el sargento detective Joseph Stinson al teniente detective Mills Putnam, ambos adscritos a Homicidios Sector Tres, Departamento de Policía de Lincoln:

18/10/79

Teniente:

Aquí tiene otra actualización sobre el caso Luxxlor.

1— Hemos mostrado fotos a habituales de bares gays y nadie identifica al tipo con el que estaba Luxxlor.

2— Amigos, parientes, conocidos: nada. Rastreo del casquillo del 38 con las extrañas estrías: nada en el estado, pero, si esto no se resuelve pronto, emitiré un boletín nacional. Lo mismo para el modus operandi del arma en la boca; pronto redactaré un aviso urgente al respecto y lo difundiré a los estados limítrofes y a los federales.

***¡¡¡— Un hombre que encaja con la descripción de Luxxlor y del sospechoso fue visto anoche. Un informante anónimo nos comunicó que el hombre, de 1,85, 90 kilos, ojos castaños y pelo moreno («alto y de aspecto tremendo»), intentaba vender tarjetas de crédito «frías» en el bar Henderson’s Hot Spot (en Cornhusker Road, 11819). El individuo receló y se marchó cuando el informante preguntó por el nombre que constaba en las tarjetas. El informante añadió que el sospechoso podría conducir una furgoneta azul metalizado. He emitido una orden de detención del conductor y del vehículo a todas las unidades del condado y he indicado a los hombres de la brigada que expriman a sus informantes.

Esto es todo, de momento.

JOE

Del South Carolina Clarion de Charleston, 2 de junio de 1980:

SIN PISTAS DEL SALVAJE ASESINATO DE UNA CAMARERA: SE BUSCA RELACIÓN CON HECHOS SIMILARES

Sin pistas en la investigación del espantoso asesinato de Candice Tucker, de 18 años, la encantadora camarera rubia a la que encontraron violada y sanguinariamente asesinada en su piso de Magnolia Street la semana pasada. La policía de Charleston concentra ahora la atención en dos muertes idénticas, cometidas en diferentes estados a lo largo de los últimos catorce meses.

El 18 de abril del año pasado, apareció en su piso de Louisville, Kentucky, el cuerpo de Kristine Pasquale, bailarina de un club, que había sido violada y descuartizada. Y Wilma Thurmann, una prostituta, fue encontrada con idénticas mutilaciones en un silo a las afueras de Des Moines, Iowa, el 1 de octubre de 1979. Las pruebas materiales, según expuso a la prensa la policía de Charleston, son idénticas en los tres casos. En una conferencia de prensa celebrada ayer, el fiscal de distrito de Charleston, Timothy Kleist, declaró: «En interés de la seguridad pública y de la eficacia en la lucha contra el crimen, mantendremos la discreción sobre la investigación conjunta que realizamos con los Departamentos de Policía de Louisville y Des Moines, pero revelaré a los medios lo siguiente: nos hallamos ante un caso excepcional. Casi con toda certeza, las tres muertes son obra de un mismo hombre, de un asesino al que sin duda atraparemos.»

En una nota relacionada con el suceso, el concejal Michael Cleary acusó al fiscal Kleist de emplear el caso Tucker para su promoción política. «Todos sabemos que Tim se dispone a presentarse al Senado, y una buena y jugosa sentencia condenatoria por un triple asesinato sería un tanto importante a su favor. Esperemos que, en sus prisas por llegar a Washington, no vaya a encarcelar a nadie con falsos cargos. Su partido tiene fama de recurrir a tales artimañas y, desde luego, me repugnaría ver encerrado a un inocente.»

Memorando complementario, realizado el 6/6/80 como adjunto al expediente del Departamento de Policía de Charleston 80-64-Violación/Homicidio, secciones Interrogatorios de los Testigos y Pruebas Materiales.

A: Todos los agentes investigadores.

De: Sargento detective W. W. Brown, Comisaría 19.

Mientras realizaba un segundo reconocimiento de la zona de Magnolia Street, interrogué a un varón negro llamado Steven Washington, alias Sterno Steve, un vagabundo sin medios de vida conocidos. Me contó que la noche que mataron a la chica Tucker estaba tomando vino bajo un porche, al otro lado de la calle, y que «a medianoche» vio entrar en el vestíbulo «a un hombre blanco con pinta de poli», con guantes y cargado con una bolsa de basura de plástico. Washington abandonó el porche, que quedaba justo delante de la entrada, mientras el hombre pulsaba un timbre y subía al piso. (El testigo dijo que temía que el hombre le quitara el vino cuando bajase.)

Como sea que se ha mencionado la presencia de jirones de plástico entre los elementos encontrados en el escenario del crimen, creo que podría ser una pista importante. (Washington está detenido en el calabozo de borrachos de la comisaría por si se estima necesario seguir interrogándolo.)

W.W. BROWN, sargento, Comisaría 19

Del Standard-Leader de Kalamazoo, Michigan, 10 de septiembre de 1980:

ENCONTRADOS LOS RESTOS DE UN VECINO DE KALAMAZOO EN EL LAGO MICHIGAN; SE BUSCA AL «SOBRINO»

Hace tres días, el cuerpo de un vecino de Kalamazoo, un hombre conocido por sus excentricidades, fue descubierto en las aguas poco profundas del lago Michigan, cerca del malecón de Benton Heights. Aunque el cuerpo estaba casi totalmente descompuesto, las balas incrustadas en el cráneo apuntan a que la causa de la muerte fueron varios disparos. Tras enviar un teletipo a los laboratorios dentales de la localidad con la descripción de sus inusuales puentes dentales, se consiguió rápidamente su identificación. La víctima era Rheinhardt Wildebrand, de 72 años, de Kalamazoo.

Wildebrand, vecino de Kalamazoo de toda la vida, era un inventor que vivía de las patentes de varias máquinas que desarrolló allá por la década de 1930. Era un «personaje» local que vivía en un ostentoso caserón, en el número 8493 de S. Kenilworth, izaba la bandera de su Austria natal en las festividades norteamericanas, rara vez salía de su manzana y tenía un Packard de 1953 en el garaje, pero nunca lo sacaba. Se creía que no tenía parientes vivos (sus padres y su única hermana habían muerto en la década de 1940) pero, recientemente, vivía con él un hombre al que había presentado a sus vecinos como su «sobrino». La policía de Benton Heights y la de Kalamazoo buscan ahora a ese hombre como presunto asesino de Wildebrand.

Los vecinos del inventor jubilado contaron a los cuerpos de seguridad que el sobrino llegó a primeros de agosto y que solían verlo con Wildebrand en el porche delantero de la casa de éste, pero que el hombre, como su supuesto tío, era muy reservado. Lo describen como «un hombre alto y de constitución fuerte, treinta y pocos años, cabello moreno, ojos oscuros y barba rala».

El teniente Loren Kelleher, del Departamento de Policía de Kalamazoo, que colabora con el de Benton Heights en la investigación, declaró al reportero Bob Shaeffer, del Standard-Leader: «Hemos comprobado los registros de la familia Wildebrand. El viejo tenía una hermana, soltera, que murió en 1941, bastante antes, con toda certeza, de que naciera nuestro sospechoso. Así pues, sabemos que no es cierto que fuera el “sobrino”. Creemos que el móvil es el robo. Muy probablemente, el supuesto sobrino se ganó la confianza de Wildebrand, le robó el dinero y lo mató. Se rumoreaba que el viejo tenía grandes sumas de dinero escondidas en el sótano. Ahora mismo estamos inspeccionando la casa en busca de pruebas materiales y enseñando a los vecinos fotografías de criminales de Michigan, Illinois y Ohio con el fin de identificar al “sobrino”.»

Respecto a los vecinos, todos lamentan el hecho de que, al parecer, nadie se encargue del funeral del difunto inventor. «Rheinhardt era un bicho raro —comentó a nuestros reporteros un residente en Kenilworth Avenue—, pero nadie, ni siquiera un viejo excéntrico como ése, se merece que le peguen un tiro y lo echen al agua.»

Seguiremos informando de los detalles de la investigación.

Memorando de enlace, remitido a la brigada de Homicidios del Departamento de Policía de Benton Heights por el teniente Loren Kelleher, del Departamento de Policía de Kalamazoo:

15/9/80

Agentes:

Por la zona de Kalamazoo del caso Wildebrand, Rheinhardt J.: un cero respecto a novedades de interés.

A— Las cuentas bancarias de la víctima no se han tocado: 41.000 dólares en libretas de ahorro, 12.000 en cuentas corrientes (el difunto pagó anticipadamente cuantiosas cantidades a compañías de tarjetas de crédito antes de su desaparición).

B— No hay rastro de ninguna 38 con piezas defectuosas robada o vendida, ni coincidencias en los casquillos (he pedido informes de todo el estado).

No tenemos identificación del «sobrino» y nadie vio al sospechoso con un vehículo.

C— Interrogatorios a vecinos y residentes locales: nada.

D— En el registro de la casa de la víctima no apareció su cartera ni su documentación (probablemente, estarán flotando en el lago Michigan). No se encontró dinero, lo cual confirma el robo como móvil.

E— El argumento decisivo para considerar que el «sobrino» es nuestro hombre: las doce habitaciones de la casa, los tres pisos, estaban completamente limpios de huellas latentes; se encontraron marcas de paño de limpieza por todas partes. El sobrino sabe lo que se hace.

F— ¿Me llamarán ustedes pronto para contarme los progresos por su parte?

Tte. L. KELLER

Del Sun de Baltimore, Maryland, 19 de mayo de 1981:

LA MUERTE DE UNA PROSTITUTA, RELACIONADA CON OTROS TRES ASESINATOS SEXUALES

El espantoso asesinato de Carol Neilton, brutalmente violada y acuchillada en su apartamento la semana pasada, parece ser la cuarta de una cadena de muertes que empezó en Louisville, Kentucky, hace más de dos años.

En abril de 1979, Kristine Pasquale, una bailarina de club, fue descubierta en su piso de Louisville, asesinada sanguinariamente de manera idéntica a la de Neilton; Wilma Thurmann tuvo un destino similar en Des Moines, Iowa, el 1 de octubre de ese año, y el 27 de mayo pasado, Candice Tucker, de Charleston, Carolina del Sur, encontró una muerte igualmente horrenda en esa ciudad. Las pruebas materiales son idénticas en los cuatro homicidios, e idéntica la ausencia de pistas. Desconcertadas, las cuatro fuerzas policiales involucradas en las investigaciones han propuesto compartir sus informaciones con la esperanza de evitar una quinta muerte.

Sin embargo, el tiempo corre contra las fuerzas del orden. El capitán Reynolds Conklin, segundo al mando de la división de Homicidios del D. P. de Baltimore, declaró anoche en una reunión con la prensa: «Estos cuatro homicidios han ocurrido en el intervalo de dos años y las investigaciones oficiales de los tres primeros están, en la jerga policial, “frías”. En todo el volumen de documentación recopilado hasta ahora, no aparecen nombres de sospechosos que coincidan en más de una ciudad. En ninguna lista de reservas de aviones, autocares o trenes aparece un mismo nombre que visitara las cuatro ciudades en las fechas correspondientes y, hoy por hoy, nos limitamos a seguir con el papeleo y plantearnos hipótesis. Así es como se resolverá el caso.»

Pero, capitán, ¿después de cuántas víctimas?

Memorando interoficinas, archivado bajo el epígrafe «Informes Diversos» en el expediente 199-5/81 del Departamento de Policía de Baltimore:

Skipper:

Decías que debía ser sincero, así que allá voy: no tengo nada, salvo alguna teoría aceptable tras la lectura de fotocopias de expedientes de los casos de Louisville/Des Moines/Charleston y un par de charlas telefónicas con dos agentes que participaron en las investigaciones (el sargento Ruley, en Louisville, y el sargento Brown, en Charleston).

Estos dos (perspicaces) agentes sugieren que el hombre pudo hacerse pasar por policía para tener acceso a las víctimas, amenazando con chantajes o con la detención si no accedían a sus deseos sexuales. Esto explicaría cómo entró en los domicilios de las víctimas 1, 3 y 4. Además, hacerse pasar por policía parece estar de moda entre los psicópatas: recuerda el terrible caso del Estrangulador de Hillside, en Los Ángeles.

Llevaré la reconstrucción un paso más allá. Supongamos que el asesino es un policía de verdad. Como las muertes se iniciaron en Louisville, quizá sería interesante comprobar los movimientos de la plantilla del Departamento de Policía (incluidas las ausencias del trabajo injustificadas o inusuales), comparándolos con los registros de viajeros de aviones/trenes/autocares de las fechas correspondientes. Sería como buscar una aguja en un pajar pero, por lo menos, haríamos algo.

En mi opinión, y guárdame el secreto, deberíamos seguir los procedimientos normales y, después, echar tierra sobre el asunto. Carol Neilton era una buscona, el tipo no volverá a matar en nuestra jurisdicción y en el Departamento tienen por resolver ocho casos importantes de homicidios de bandas y de robos con homicidio que deberían ser prioritarios. He oído que los federales están montando algo gordo que se llamará Grupo Especial contra Asesinos en Serie (se dedicará a solicitar datos de los departamentos de policía estatales y municipales sobre viejos casos sin resolver, los cotejarán por ordenador, etc.). Tal vez sea nuestra mejor apuesta.

Nos vemos para ir al partido de los Orioles, el martes que viene.

JACK

Del Telegram de Columbus, Ohio, 30 de mayo de 1981:

EXHUMADO EL CUERPO DE UN VAGABUNDO EN UN SOLAR EN EDIFICACIÓN

Sunbury, Ohio, 29 de mayo:

El cuerpo enterrado de un ex preso vagabundo fue descubierto ayer por la mañana por unos obreros que abrían una zanja en un solar con potentes excavadoras. El hombre llevaba muerto un mes, según declaró a la prensa el forense del condado de Columbus, Roger Diskant, y aunque «descompuesto en un noventa por ciento», se ha obtenido su identificación gracias a las huellas necrodactilares. Se trata de William Rohrsfield, de 33 años, vagabundo con condenas por robo y por proposición de actos homosexuales. Se ha determinado que la muerte fue un «homicidio por arma de fuego» y la policía estatal de Ohio se encarga de la investigación.

Informe Resumen de Homicidio realizado por el teniente D. D. Bucklin, de la Oficina del Sheriff de Sunbury, Ohio, 1 de junio de 1981:

Jefe:

He aquí el resumen detallado sobre el cadáver encontrado cerca del Seven Eleven que hay junto a la carretera 3:

Nombre: Rohrsfield, William Walter.

Raza: blanca.

Fecha de nacimiento: 4-5-48.

Descripción física: 1,88 de estatura, 95 kilos, cabello y ojos castaños, constitución robusta.

Causa de la muerte: disparos en la cabeza. Se han encontrado en el suelo, junto al cuerpo, varios casquillos del 38 (marcas y surcos inusuales; véase informe de balística anexo, realizado por agentes de la policía del estado). El cuerpo estaba enterrado a cuatro metros de profundidad (circunstancia extraña).

Investigación preliminar: a cargo de detectives de la policía estatal. Aunque, técnicamente, el caso es nuestro, el informe del hallazgo del cuerpo lo realizó la unidad de la policía estatal que acudió a la llamada de los obreros y, como Rohrsfield era un ex preso y no residía en Sunbury, propongo que les dejemos el caso a ellos.

He aquí los antecedentes de Rohrsfield:

Como menor de edad: robo con escalo, 12-12-65 (recibió asistencia sociopsicológica). Posesión de marihuana, 8-1-66 (seis meses en el reformatorio de Chillicothe).

Adulto: robo en domicilio y receptación de bienes robados, 2-8-67 (un año en la prisión para adultos de Chillicothe, tres años de condicional). Robo en primer grado: dos condenas, una el 20-4-69 (tres años en la penitenciaría estatal de Ohio) y otra el 2-7-74, con los cargos añadidos de proposición indecente con propósitos de prostitución masculina, merodeo cerca de retretes públicos y exhibicionismo (cinco años en la misma penitenciaría estatal de Ohio; rechazó la libertad vigilada y cumplió hasta el último día de condena). Puesto en libertad el 14-7-79. Una decena de detenciones por ebriedad desde entonces.

Por mí, que se encarguen los detectives de la estatal. Nos libraremos de un buen marrón.

Teniente D. D. BUCKLIN,

comandante de guardia