Capitulo 19
Los diez mejores jugadores de todos los tiempos
En este capítulo
Los nombres más grandes del ajedrez
Menciones honoríficas
Los campeones sin corona
Una buena manera de comenzar un debate es pedir a los demás que elijan a los diez mejores ajedrecistas de la historia. Mucha gente defiende sus nombres con vehemencia y se ha escrito mucho sobre este asunto. Se han presentado argumentos para tratar de demostrar quién fue el mejor mediante un sistema matemático de rendimiento de los jugadores.
Para elegir los mejores jugadores, simplemente me hice una pregunta muy sencilla: ¿qué los hizo sobresalir en su época? Me parece que esta es la única manera válida de comparar jugadores de diferentes generaciones. Aquí están, junto con sus fechas de nacimiento y defunción, y su país de origen, los mejores ajedrecistas de cada época, a mi juicio.
Garry Kasparov (1963-), Russia
Gari Kaspárov nació en Bakú, Azerbaiyán, y ganó el campeonato del mundo en 1985 en el segundo de varios combates titánicos con Anatoli Kárpov. Hasta que fue, finalmente, derrotado por Vladímir Krámnik en 2000 no comprendí cuán dominante había sido. Los resultados de Kaspárov en torneos durante su mejor época, desde mediados de la década de 1980 hasta el siglo XXI, son igualmente sorprendentes. Lo que lo pone a la cabeza de esta lista es el hecho de que fue mucho más activo que la mayoría de sus predecesores. Nadie demostró su superioridad de manera tan convincente y con tanta frecuencia.
Kaspárov jugaba solo los torneos de más alto nivel y, generalmente, los ganaba. Solo Kárpov podía retarlo; y como Kárpov es también uno de los diez mejores jugadores de todos los tiempos, esta excepción solo eleva la categoría de Kaspárov. Los dos jugadores fueron feroces combatientes en lo que se debe considerar la mayor rivalidad en el ajedrez de todos los tiempos.
José Raúl Capablanca y Graupera (1888-1942). Cuba
José Raúl Capablanca fue campeón mundial de 1921 a 1927. Muchos lo consideraban el mejor jugador del mundo ya antes de 1921, pero no pudo concertar un duelo con el entonces campeón, Emanuel Lasker.
Cuando el sentimiento del público exigió abrumadoramente un enfrentamiento, Lasker trató de abdicar de su título a favor de Capablanca. Esta conducta parece apoyar la idea de que Capablanca era ya el mejor jugador años antes de que el encuentro se celebrara, finalmente. De hecho, a partir de 1914, Capablanca solo perdió una partida en los siguientes diez años.
El dominio de Capablanca fue tan grande que lo apodaban «la máquina de jugar al ajedrez». Incluso grandes jugadores sentían que era imbatible. Con el tiempo Capablanca se aburrió un poco del ajedrez porque era demasiado fácil. Para él, puede que lo haya sido.
Robert James Fischer (1943-2008). Estados Unidos
En 1971, Robert James Fischer conmocionó el mundo del ajedrez al ganar 19 partidas consecutivas contra rivales de un nivel altísimo. Durante el periodo en que mejor jugaba, de mediados de la década de 1960 a principios de la de 1970, los jugadores hablaban de la «fiebre de Fischer», ya que se sentían mal solo por tener que jugar contra él. Al igual que Capablanca, Fischer tenía aura de invencible.
Su abrupta retirada del ajedrez fue una tragedia. Los rumores de las apariciones de Fischer abundaban y con frecuencia se atraía al público con avisos de su inminente resurgimiento. Lamentablemente, Fischer esperó más de 20 años antes de volver a jugar en público. Su conducta, siempre polémica, se hizo cada vez más extraña con el paso de los años.
Anatoli Kárporv (1951). Rusia
Aunque Kaspárov eclipsó con el tiempo a Anatoli Kárpov, nadie osaría dejar a Kárpov fuera de esta lista. Kárpov ganó el campeonato por incomparecencia cuando Fischer se negó a defender su título. Muchas personas consideran que esto es una mancha en el expediente de Kárpov porque en realidad nunca ganó el título en un duelo contra el campeón. Tal vez esta circunstancia fuera lo que lo catapultó a conseguir increíbles logros en el ajedrez de torneo en las décadas de 1970 y 1980.
Solo el gran Víktor Korchnói pudo ponerlo a prueba en sus enfrentamientos, pero incluso él no consiguió derrotarlo, y Kárpov dominó los torneos. De 1978 a 1981, Kárpov jugó en diez importantes torneos y terminó como claro ganador, o compartiendo el primer lugar, en nueve de ellos. Kárpov fue el jugador que dominó la arena internacional después de Fischer y antes de Kaspárov.
Paul Morphy (1837-1884). Estados Unidos
La carrera de Paul Morphy fue meteórica. Brilló intensamente durante un corto periodo de tiempo, a mediados del siglo XIX, y luego nunca volvió a jugar. Se le puede mover hacia arriba o hacia abajo en esta lista, dependiendo de cuánto se valore la longevidad.
Morphy derrotó a todos los grandes jugadores de su tiempo con excepción de Howard Staunton, que se las arregló para no jugar contra él. La mayoría de los historiadores opinan que Staunton no podría haber derrotado a Morphy en un duelo. Lo que puso a Morphy tan encima de sus contemporáneos no fue que ganara sino cómo ganaba. Morphy jugaba un ajedrez fulgurante. Sus partidas todavía sirven como ejemplos clásicos de cómo puede ser de poderoso el desarrollo rápido.
Después de derrotar a los mejores y a los más brillantes, Morphy se retiró del ajedrez para dedicarse a la abogacía en Nueva Orleans. Lamentablemente salieron a la luz rumores sobre un grave problema de salud mental que lo atormentó el resto de su vida.
Emanuel Lasker (1868-1941). Alemania
El caso de Emanuel Lasker es muy interesante. Algunos lo ponen en primer lugar, y otros lo ponen cerca del final. La mayor crítica que le hacen es que no jugaba con mucha frecuencia. El principal argumento a su favor es que fue campeón mundial de 1894 a 1921, más tiempo que cualquier otro jugador. Muchos creen que Lasker esquivó a los contrincante más fuertes, pero sus resultados en torneos y en enfrentamientos muestran claramente que fue el mejor jugador del mundo durante un periodo de tiempo considerable.
Lasker se ganó sus credenciales al vencer en cuatro torneos importantes consecutivos (que entonces no eran frecuentes): San Petersburgo en 1895-1896, Núremberg en 1896, Londres en 1899 y París en 1900. De 1895 a 1924, Lasker jugó en diez torneos importantes, terminó ocho veces en primer lugar, una en segundo y una en tercero. Este logro fue claramente la mejor marca de su tiempo.
Wilhelm Steinitz (1836-1900). Austria
El primer campeón mundial, Wilhelm Steinitz, fue considerado el mejor jugador del mundo durante un periodo de unos 20 años. En virtud de su marca en enfrentamientos y torneos, Steinitz fue probablemente el mejor jugador del mundo de finales de la década de 1860 y, ciertamente, lo era a principios de la década de 1870. De 1862 a 1894, Steinitz tuvo una cadena ininterrumpida de 24 victorias en duelos.
En 1886, en su duelo contra Johann Zukertort, se le reconoció con el título oficial de campeón mundial. Steinitz ganó con un resultado de diez victorias, cinco derrotas y cinco tablas. Luego defendió con éxito su título varias veces antes de perder, a los 58 años, ante el joven Lasker.
Alexander Alekhine (1892-1946). Rusia
Alexander Alekhine se obsesionó por ser campeón mundial y su empuje superó finalmente la habilidad de Capablanca. Los resultados de Alekhine nunca fueron tan dominantes como los de los ajedrecistas que lo preceden en esta lista, pero aun así se las arregló para tener una carrera admirable. De 1921 a 1927 compitió en 15 importantes torneos y ganó 8 de ellos. De 1930 a 1934 ganó 5 importantes torneos, pero dejó que su afición a la bebida lo derrotara. Perdió el título ante Max Euwe en 1935, principalmente debido a su mala condición física.
Alekhine se recuperó y ganó el duelo de revancha y con él reconquistó el título, que conservó hasta su muerte. No obstante, sus últimos años de existencia fueron muy tristes. Su juego era irreconocible, y su condición física siguió deteriorándose. Con todo, Alekhine tiene un lugar en esta lista gracias a sus muchas victorias en torneos y enfrentamientos.
Mijaíl Botvínnik (1911-1995). Rusia
Mijaíl Botvínnik ganó siete torneos importantes consecutivos de 1941 a 1948, entre ellos el torneo celebrado para determinar el campeón después de la muerte de Alekhine. No hay duda de que hubiera derrotado a Alekhine, y parece cierto que fue el mejor jugador de la década de 1940.
Lo extraordinario es que Botvínnik era ingeniero y no se dedicaba al ajedrez de la manera en que la mayoría de los campeones lo hacía. Perdió su título ante Vasili Smíslov en 1957, pero lo recuperó en el duelo de revancha al año siguiente. Luego lo perdió ante Mijaíl Tal en 1960, pero volvió a hacerlo suyo en la revancha. La cláusula del duelo de revancha (que establecía que el campeón tenía derecho de un nuevo enfrentamiento en caso de ser derrotado) fue derogada en 1963, cuando perdió ante Tigrán Petrosián, y nunca se sabrá si se las hubiera arreglado para recuperarlo por tercera vez. A pesar de tener una marca muy empañada en las partidas de duelo por el título máximo, Botvínnik fue claramente el mejor jugador del mundo durante muchos años. No se podía afirmar tal cosa de ninguno de sus contrincantes.
Mijaíl Tal (1936-1992). Letonia
Mijaíl Tal apenas llega a la lista de los mejores diez porque sus problemas de salud le impidieron rendir al máximo; de otra manera, habría tenido un lugar más alto en esta lista. Botvínnik una vez dijo: «Si Tal aprendiera a programarse correctamente, sería imposible derrotarlo».
Tal ganó el campeonato mundial a Botvínnik en 1960, pero claudicó en la revancha. Antes de este duelo de revancha, Tal enfermó de los riñones, pero se negó a posponer las partidas. Finalmente perdió un riñón y después nunca recuperó la salud del todo.
Sin embargo, de 1949 a 1990, Tal jugó en 55 torneos de alto nivel y ganó o compartió 19 primeros lugares y 7 segundos lugares. Ganó 6 campeonatos soviéticos, que fueron algunos de los torneos de más alto nivel de entonces. También acumuló una marca de 59 victorias, 31 empates y solo 2 derrotas en 7 olimpiadas. Tal fue famoso por su mirada intimidante y junto con Capablanca y Fischer es uno de los jugadores más temidos de la historia.
The best of the 18th century?
François-André Danican Philidor (1726–95) of France was reported to be the best player of his time, and the surviving games show a striking superiority to that of most of his contemporaries in his knowledge of the game. Unfortunately, not enough information on this time period is available to truly document his dominance, and this lack of data keeps him from making the top ten.
However, he did author the most influential chess book of his age, L’analyse des échecs (An Analysis of Chess), published in London in 1749. Philidor entered an important choir at the age of 6 and must be considered something of a musical prodigy. He learned chess when the court musicians had spells of inactivity and passed the time playing chess. When his voice broke around the age of 14, he began playing chess in earnest. Even so, his musical compositions were numerous, and some of them are even performed today.
Menciones honoríficas
Habría que incluir otros campeones mundiales en la lista, porque hasta cierto punto todos fueron dominantes. Aunque tal vez estos jugadores no aparezcan en todas las listas de los doce mejores, merecen ser tenidos en cuenta los siguientes:
Adolf Anderssen (1818-1879). Alemania. Aunque el título de campeón del mundo no se había creado cuando él jugaba, podría decirse que Anderssen fue el mejor jugador de su tiempo y merece una mención honorífica.
Max Euwe (1901-1981). Holanda
Vasili Smíslov (1921-2010). Rusia
Tigrán Petrosián (1929-1984). Armenia
Borís Spasski (1937). Rusia
Vladímir Krámnik (1975). Rusia
Viswanathan Anand (1969). La India
Véselin Topálov (1975). Bulgaria
Rustam Kasimyánov (1979). Uzbekistán
Ruslan Ponomáriov (1983). Ucrania
Bent Larsen (1935-2010). Dinamarca
Vasili lvanchuk (1969). Ucrania