Capitulo 1
Los aspectos básicos del Ajedrez
En este capítulo
¿De qué trata el ajedrez?
Conocer el tablero de ajedrez
Preparar el ejército
Si estás empezando a conocer el ajedrez, no te desesperes. La genética no determina la capacidad para jugar. Cualquiera puede aprender a jugar de manera aceptable una partida de ajedrez, y con el tiempo será fácil encontrar contrincantes para jugar.
Si te satisface participar en una actividad mental fascinante y estimulante, una actividad con una historia rica a la cual dedicarle incontables horas de diversión, estás de suerte. Puedes jugar al ajedrez, créeme.
En este capítulo se define el juego y se analizan los puntos básicos para jugar y el material que se necesita.
Los fundamentos del juego
El ajedrez es un juego de tablero para dos personas; un jugador lleva las piezas blancas y el otro las piezas negras. Cada jugador tiene 16 piezas para maniobrar (en el capítulo 2 encontrarás la descripción de cada una de ellas). Los jugadores se van turnando para mover en busca del objetivo final, que es dar jaque mate al rey del adversario (aprenderás más sobre esta meta en el capítulo 4).
Debido a que el ajedrez tiene tantas reglas y a que todas las piezas tienen características y posibilidades diferentes, el juego presenta numerosos matices interesantes que debes tener presentes al jugar.
Este libro cubre todos los aspectos del juego, así que si eres principiante encontrarás información suficiente para familiarizarte con el ajedrez; si ya sabes jugar pero quieres aumentar tus conocimientos, hallarás abundante información que te ayudará a hacerlo. En esta sección se presenta un sumario de lo que el libro ofrece a lo largo de los capítulos.
Los conceptos fundamentales
Los componentes de una partida de ajedrez pueden desglosarse en categorías fundamentales que se conocen como elementos. Un ejemplo es el elemento del tiempo, o desarrollo. El elemento de la fuerza, o material, es otro. Si un jugador despliega más fuerza con más rapidez que el otro, tal vez sea imposible que el segundo jugador se defienda contra una invasión futura.
El primer paso en el desarrollo de un jugador es aprender cómo se mueven las piezas; esto se aborda en el capítulo 2. Luego sigue una valoración de la importancia de los elementos del juego; todos los elementos del ajedrez se describen en el capítulo 3.
Los elementos son parte de lo que impulsa una partida al resultado final deseado: el jaque mate. No obstante, el jaque mate no siempre se produce: a veces una partida termina en ahogado o en tablas. También hay una situación llamada jaque, que es un ataque al rey. Si el rey no puede escapar del jaque, entonces el atacante ha logrado dar mate y la partida finaliza.
Sin embargo, hay que señalar que poner al contrincante en jaque no significa necesariamente que el que lo haga gane: pueden darse muchos jaques en una partida y si el rey rival logra escapar de ellos es posible que se haya desperdiciado el tiempo. Estos tres finales se analizan en el capítulo 4.
Tener una ventaja en uno o más de los elementos del ajedrez no garantiza la victoria; no obstante, aumenta la probabilidad de éxito. Cuando ocurre el inevitable enfrentamiento de ejércitos contrarios, las posibilidades tácticas resultantes, por lo general, favorecen al que tiene las ventajas de los elementos.
Estos enfrentamientos normalmente incluyen tácticas y combinaciones frecuentes, como las que se describen en el capítulo 5. La táctica decide el resultado de la mayoría de las partidas que se juegan en competición, así que una buena comprensión táctica y de las combinaciones básicas da frutos extremadamente buenos.
Una de las maneras en que una ventaja puede transformarse en victoria es mediante el sacrificio. Una partida de ajedrez es un proceso en el que constantemente se renuncia a algo para poder obtener otra cosa. Por ejemplo, tiene sentido que renuncies a parte de tu fuerza si eso te permite dar jaque mate al rey enemigo. El capítulo 6 brinda ejemplos de cuándo se justifican los sacrificios, y el capítulo 7 ilustra varias maneras habituales de dar jaque mate. Estos tipos de jaque mate aparecen con tanta frecuencia en las partidas de ajedrez que los jugadores los conocen como patrones de mate.
Patrones que hay que reconocer para tomar decisiones inteligentes.
Una clave para jugar bien al ajedrez es la capacidad para reconocer patrones. Cuando uno identifica un patrón con el que está familiarizado, las jugadas correctas se manifiestan inmediatamente. El capítulo 8 te enseña a mejorar el reconocimiento de patrones en ajedrez.
Debido a la disposición inicial y a las limitaciones de las piezas en cuanto a sus movimientos, solo el caballo puede moverse al principio de la partida, así que tienes que avanzar algunos peones para poder sacar las piezas. La ubicación de los peones determina con frecuencia la posición óptima de las piezas. Algunas posiciones de peones, o formaciones de peones, como también las conocen los ajedrecistas, se han producido en tantas partidas que tienen nombres propios.
El capítulo 9 presenta algunas de las formaciones de peones más comunes y muestra que los peones determinan la mejor posición de las piezas.
También debes conocer los movimientos especiales; quizás tu adversario las desconozca, si es un principiante. Y para darte una ventaja (y una referencia para atajar cualquier discusión que pueda surgir después de hacer una de esas jugadas polémicas), el capítulo 10 proporciona información sobre esas jugadas especiales.
Usualmente, llega un momento en el desarrollo de cada ajedrecista en que se queda estancado. O, a veces, un jugador ve una jugada de otro más experimentado y no la entiende. Llegados a este punto, para seguir avanzando se requieren los principios del juego o estrategias. El capítulo 11 brinda una introducción a la estrategia del ajedrez.
El carácter marcial del ajedrez es innegable, así como su atractivo para cualquier pacifista declarado. Aunque muchas estrategias de la guerra se aplican igualmente al ajedrez (divide y vencerás, por ejemplo), hay personas que obtienen un placer casi místico al jugar o ver una partida bien jugada. Los patrones bien conocidos pueden aparecer con un giro inesperado y deleitar al observador.
Cuando alcances un nivel avanzado, descubrirás la armonía que reside bajo la superficie de las jugadas. Una jugada que rompa esa armonía se sentirá como una nota disonante en una melodía.
Así que anímate, analiza la información que te brinda este libro y familiarízate con las piezas, sus posibilidades y con todos los aspectos emocionantes de este juego estratégico y creativo. A diferencia de lo que ocurre en las guerras reales, verás como en el ajedrez los golpes y maltratos solo se los llevará tu ego.
Tres partes que forman un todo
Los jugadores dividen la partida de ajedrez en tres fases —apertura, medio juego y final— para comprender mejor las diferentes exigencias de cada una, pero tú tienes que considerar la partida como un todo. De otro modo, jugar puede parecerse a comer comida china con un solo palillo. Este es un desglose rápido de lo que implica cada fase (hay un análisis detallado en los capítulos 12 a 14):
La apertura: El objetivo principal de las jugadas de la apertura es activar las fuerzas de manera eficaz. El término desarrollo se refiere a este tipo de activación, y se trata con más detalle en el capítulo 3.
El medio juego: Esta es la fase en la que los ejércitos frecuentemente chocan. Los términos táctica y combinaciones se usan con asiduidad para describir estos enfrentamientos.
El final: Al llegar a esta fase los ejércitos ya han mermado en fuerza pero ninguno de los reyes ha sido objeto de jaque mate.
Diferentes maneras de jugar
Si perteneces al grupo de ajedrecistas a los que les gusta medirse en torneos, debes saber cómo comportarte; por eso se trata el comportamiento en el ajedrez en el capítulo 15.
No es necesario desplazarse para jugar al ajedrez desde que existe la informática. El capítulo 16 te da las claves sobre el ajedrez jugado contra programas de ordenador y, también, en Internet.
Un juego sobre el cual se puede escribir mucho
Comprender la notación de ajedrez es importante para subir de nivel, reproducir las partidas de otros jugadores, entender los comentarios (llamados análisis) de las partidas magistrales y registrar los propios enfrentamientos para la posteridad. La notación es una forma de taquigrafía que a primera vista puede parecer difícil, pero que en realidad es sumamente sencilla. El capítulo 17 te ayudará a aprender este lenguaje ajedrecístico a fin de que lo leas y escribas sin problemas.
Los útiles del ajedrez: un tablero y unas piezas en casa a mano
Si ya has decidido que el ajedrez es para ti, lo primero que necesitarás es un tablero y unas piezas. Es extremadamente útil tenerlos a mano al leer libros o artículos de ajedrez. Algunas personas se las arreglan bien sin ellos, así como hay quienes se aprenden de memoria poemas o reglamentos enteros (pero en general no son personas simpáticas).
Todas las piezas en el tablero
A lo largo de este libro se incluyen numerosos diagramas para ayudarte a comprender el juego, pero no reemplazan ni las piezas ni el tablero reales; los diagramas sirven fundamentalmente para comprobar que no hay errores. Es recomendable que te hagas con un tablero y las piezas, y las dispongas tal como indican los diagramas. De esa manera tendrás una perspectiva real de las maniobras que se describen.
El tablero y las piezas correctos
El primer mareo para dar con un tablero de ajedrez y unas piezas es elegir entre los muchos tipos que hay. Existe una enorme variedad en tamaños, colores y calidades.
El nombre del diseño clásico, que se distingue por el aspecto de las piezas, es el Staunton (figura 1-1). Este diseño lleva el nombre del gran jugador inglés Howard Staunton y fue registrado en 1849. Se hizo tan popular que se adoptó como el único diseño permitido en los torneos oficiales. Si juegas con desconocidos y llevas piezas con un diseño diferente, supondrán que quieres ponerlos nerviosos usando piezas con las que no están familiarizados. Pero seguro que tú no quieres comenzar causando mala impresión.
Diseño de piezas de Howard Staunton
Las piezas y los tableros de madera con el diseño Staunton son los preferidos en los niveles de competición más elevados, pero las piezas de un torneo típico pueden ser de plástico en blanco y negro. El tablero es generalmente de plástico con casillas de color crema y marrón. Es posible que te preguntes por qué no se usan casillas negras; es una pregunta sensata. La respuesta es que queremos evitar los dolores de cabeza, y fijar la vista en un tablero con mucho contraste no es recomendable. La excepción son los juegos en miniatura para viajes; en esos no importa mucho el color, porque se supone que uno no fijará la vista en ellos mucho tiempo, ¡especialmente si va conduciendo!
Si el precio no constituye un problema, las piezas y los tableros de madera son los mejores. Los tableros de madera son agradables a la vista, y el peso y la sensación que producen al tacto las piezas de madera son «en general» más satisfactorios que en el caso de las piezas de plástico.
Conocer el tablero
Después de conseguir el tablero y las piezas de ajedrez —que pronto se convertirán en objetos preciados— el siguiente paso es familiarizarse con ellos.
Lo primero es comprobar que todas las casillas, o escaques, son del mismo tamaño, y que alternan entre dos colores (un color claro, normalmente blanco, y otro más oscuro). Los colores son importantes en el ajedrez. Los alfiles están confinados en casillas de un solo color; los caballos, cuando saltan, siempre van a casillas de color distinto del color de las casillas desde donde parten, y así sucesivamente, por eso los ajedrecistas insisten en que la casilla que está en la esquina inferior derecha debe ser blanca. Comienza por despejar el tablero y asegurarte de que está orientado en la dirección correcta frente a ti. El diagrama 1-1 muestra la posición correcta (si te pones este libro en las rodillas y miras el diagrama, tendrás una idea más exacta).
Recuerda que debe haber una casilla blanca en la esquina inferior derecha cuando estés frente al tablero. El error más común en los principiantes es poner el tablero en una posición incorrecta al principio de la partida. (Por cierto, Hollywood también comete este error con frecuencia. Cuando veas una posición de ajedrez en una película o en un vídeo, fíjate si la casilla inferior derecha es blanca. Lo más probable es que no).
Diagrama 1.1 Orientación correcta del tablero.
Ten en mente estos datos mientras preparas el tablero de ajedrez:
Está formado por 64 casillas: 32 claras y 32 oscuras
Es simétrico y cuadrado
Tiene ocho filas y ocho columnas (y muchas diagonales)
Para facilitar la comprensión sobre la marcha de las piezas en el tablero, alguien tuvo la idea de crear una nomenclatura para filas y columnas; a lo largo de este libro se usan estas convenciones para indicar las piezas y casillas exactas a las que se hace referencia. En el capítulo 17 nos adentraremos más en la notación, que amplía estas convenciones de nomenclatura y te muestra cómo escribir las jugadas de una partida. En realidad no necesitas conocer la notación para disfrutar del juego, pero es útil dominar la terminología básica; en este libro podrás leer algo más de información para explicar las jugadas.
Cuáles son las filas
Diagrama 1.2 Las filas del tablero.
Las filas van de izquierda a derecha del tablero y se denominan con números. Cada tablero tiene ocho filas, que se numeran desde la parte inferior del tablero (donde comienzan las piezas blancas) hacia arriba (diagrama 1-2).
Cuáles son las columnas
Diagrama 1.3 Las columnas del tablero
Las columnas van de arriba a abajo en el tablero, y cada tablero tiene ocho columnas. Como se emplean números para indicar las filas, se usan letras para indicar columnas, que se nombran de izquierda a derecha. El diagrama 1-3 muestra las columnas.
Las casillas individuales
La convención de nomenclatura para filas y columnas permite establecer la identidad de cada casilla usando lo que los ajedrecistas llaman el método de la columna primero. Por ejemplo, la casilla inferior derecha (que, como sabemos, es blanca) se llama h1. Este nombre es una abreviación para decir columna h, fila '1'. El diagrama 1-4 da el nombre de todas las casillas. Para entender los nombres de las casillas individuales puede ayudarte pensar en el juego del bingo o en el de los barquitos; en ambos, cada cuadrado tiene una letra y un número. Por otra parte, los nombres pueden ser más fáciles de recordar si te sientas en el lado de las blancas. Por supuesto, en los barquitos solo tú ves tus piezas y tienes que adivinar dónde están las de tu enemigo. En el ajedrez, en cambio, sabes donde están las piezas de tu contrincante; lo que tienes que adivinar es hacia dónde se van a mover.
Diagrama 1.4 Nombre de todas las casillas
Deslizarse por las diagonales
Como era de esperar, también las diagonales tienen nombres. A diferencia de las filas y columnas, las diagonales se definen por sus casillas inicial y final. Por convención, cuando nombremos una diagonal, lo haremos partiendo siempre de la casilla que se encuentre en la fila inferior. Por ejemplo, el diagrama 1-5 muestra la diagonal 'h1'-'a8'. Las diagonales siempre están compuestas por casillas del mismo color: hay diagonales con casillas de color claro y diagonales con casillas oscuras, pero nunca con casillas de ambos colores.
Diagrama 1.5 Diagonales, siempre del mismo color
Pieza por pieza: cómo poner las piezas en el tablero
Diagrama 1.6 Las Torres ocupan las casillas de las esquinas
Para representar un tablero de ajedrez de manera que cualquier persona pueda reconocerlo, no importa en qué parte del mundo se encuentre, los ajedrecistas crearon un sistema en el cual a cada pieza se le asigna un símbolo.
Cada pieza se puede representar por una abreviación de una letra o con un icono; en la tabla 1-1 se muestra una lista de todas las piezas y sus símbolos.
Aquí se usan los símbolos de las piezas para mostrar cómo disponerlas en el tablero, y también se emplean a lo largo de este libro para mostrar diversas jugadas y posiciones. Tal vez te sea útil colocar las piezas en el tablero. Empieza con las esquinas. Las torres van en las casillas de las esquinas, como en el diagrama 1-6. Luego vienen los caballos. Ponlos al lado de las torres (diagrama 1-7). A continuación pon los alfiles en el tablero junto a los caballos (diagrama 1-8).
Diagrama 1.7 Los caballos quedan junto a las torres, en la misma fila
Diagrama 1.8 Los alfiles montan guardia junto a los caballos
Después de los alfiles llegan las damas. Tu tablero se debe ver como el del diagrama 1-9.
Diagrama 1.9: Las damas ocupan casillas de su mismo color
Las damas siempre se sitúan en una casilla de su mismo color: la dama blanca en una casilla de color claro y la dama negra en una casilla oscura.
Luego, sitúa los reyes junto a las damas (diagrama 1-10). Por último, coloca los peones en la fila siguiente a las demás piezas, como se muestra en el diagrama 1-11.
Diagrama 1.10 Los Reyes ocupan los Tronos, junto a las Damas
Diagrama 1.11 Los peones van delante del resto del ejército
Si has dispuesto el tablero de ajedrez siguiendo las instrucciones anteriores y ha quedado igual que en el diagrama 1-11, ya estás listo para jugar una partida.
Los orígenes del ajedrez
El antiguo juego de la india estaba basado en los ejércitos indios y fue, sin duda alguna, un pasatiempo para sus soberanos.
Parece bastante cierto que aquel juego, llamado ChatUranga, era muy parecido al actual ajedrez, se jugaba en un tablero de 8 × 8 casillas con seis clases diferentes de piezas. El ejército indio era conducido por el rajá, rey y su consejero principal, el mantri (algunas veces llamado vizir), estaba compuesto por infantería caballería carros y elefantes y todos esos soberanos y guerreros tenían sus piezas correspondientes en el juego.
Durante su viaje a Europa, el juego cambió considerablemente y continuó cambiando hasta aproximadamente finales del siglo XV. Los cambios lo hicieron más familiar para los europeos que lo jugaban por aquel entonces. El rajá llegó a ser el rey; el mantri, la dama; la infantería, los peones, la caballería, los caballos; los carros, las torres y los elefantes, los alfiles. Desde entonces el juego ha permanecido esencialmente invariable.
En la actualidad el ajedrez se juega en todo el mundo con las mismas reglas establecidas en Europa en el siglo XV ahora bajo el control de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE).