Capítulo IX:
6 de enero de 2009 -16 de
enero de 2009
6 de enero de 2009, martes.
Me reincorporé a la radio tras las vacaciones, aunque he de reconocer que no fueron tales. Raro era el día que no me contactaban con algo o para algo. Todo el mundo quería contarme cosas del Real Madrid, en una especie de abandono apresurado del barco que se hundía.
Me llamó un directivo para hablarme de la compra de partidos. Especialmente de la Liga 2006-2007. Y me habló del Zaragoza, del Espanyol y del Mallorca. Pero yo no le hice mucho caso. Aquello era agua pasada que no me llevaba a ningún sitio. Me desgastaría para luego no conseguir nada. Hasta que no cambiase la legislación, era imposible.
También recibí la llamada de uno de mis gargantas profundas. Me confirmaba que en el tema de las entradas no aptas para la venta, las siglas JC correspondían a Javier Cano, aunque éste no se estaba llevando nada; únicamente se estaba usando su clave. Y que quien estaba haciendo la golfada era una chavala de Bárcena, una de tantas como había en ese departamento, porque Bárcena lo había llenado de gente suya, especialmente chicas.
Como la asamblea de la vergüenza seguía siendo un bombazo, me llamaron de dentro del Real Madrid para contarme que José Ángel Sánchez estaba filtrando fotografías propias del patio de butacas en las que se podía distinguía a gente que no era compromisario y ni siquiera socio, aunque no los identificaban. También me confirmaron, una vez más, que Florentino se reunió con Carrascosa.
El asunto olía a que Carrascosa, solo o en compañía de otros, había sido el autor intelectual de aquella chapuza para desacreditar definitivamente a Calderón. Que había iniciado la operación y luego se había salido de ella para aparentar que otros lo llevaron a cabo. Estaba segurísimo. Todos me llamaban para justificarse o informarme de algún desmán de la Directiva de Calderón. Como, por ejemplo, lo relacionado con los fichajes de Lass Diarra y Huntelaar que había denunciado Marca el pasado 26 de diciembre, escandalosamente. El Real Madrid había fichado a estos dos futbolistas para reforzarse de cara a las eliminatorias de la Liga de Campeones pero, al haber disputado ambos la Copa de la UEFA, la normativa del organismo futbolístico sólo autorizaba inscribir a uno de ellos. Fue lo que se denominó la Champions Chapuza, hecho que provocó una nueva algarabía.
Ante tal ridículo, el Real Madrid sacó un comunicado oficial:
En relación a la información publicada por el diario Marca en su edición del día de hoy, 26-12-08, el Real Madrid manifiesta lo siguiente:
1.- Previamente a la realización de cualquier fichaje, los servicios del club informan sobre los distintos aspectos del mismo: deportivos, económicos, médicos, jurídicos…
2.- Naturalmente, los que priman son los aspectos deportivos y en tal sentido los recientes fichajes de Huntelaar y Lassana Diarra, así como cualquier otro que pudiera producirse en estos momentos, si bien tienen su origen en las necesidades inmediatas del club, derivadas de las numerosas y graves lesiones sufridas por varios de los titulares, no podrían ser, en modo alguno, ajenos a la planificación deportiva a medio y a largo plazo, como prueban tanto la importante inversión realizada como la duración de más de cuatro años de sus contratos.
3.- La eventualidad de que uno de los dos jugadores fichados no pudiera ser inscrito para participar en la Champions, de acuerdo con una determinada interpretación de la normativa UEFA, era perfectamente conocida por los servicios jurídicos del club, que consideran, no obstante, que cabe otra interpretación de los artículos 17.17 y 17.18 de dicha normativa, ya que, a su juicio, esta persigue evitar que se adultere la competición por el hecho de que un jugador participe en el mismo torneo con un equipo habiéndolo hecho anteriormente con otro, y es obvio que ese riesgo no se produce cuando la participación tiene lugar en competiciones distintas. En tal sentido, el club procederá a elevar su argumentación ante la UEFA.
4.- Al margen de esas valoraciones jurídicas, tanto la Dirección Deportiva como el entrenador aconsejaron el fichaje de ambos jugadores, por entender que era conveniente para los intereses presentes y futuros del club.
5.- Finalmente el club considera que fichar exclusivamente con la vista puesta en las próximas eliminatorias de la Champions supondría minusvalorar la capacidad de los jugadores actualmente disponibles en la plantilla del club e ignorar las expectativas que sigue manteniendo en la Liga española.
Pero lo más gordo de aquella reentré mía al torbellino informativo provocado por el Real Madrid fue la entrevista en exclusiva que el semanario Interviú le había hecho a Cristina Bermúdez —la exsecretaria del Madrid imputada por falsificación y conspiración en el voto por correo— en la cual se denunciaban todos los «trapicheos» de la Junta Directiva madridista y del equipo deportivo encabezado por Mijatovic y Carlos Bucero. La entrevista no tenía desperdicio: hablaba de comisiones modificadas al alza, de amenazas, de insultos…
La exsecretaria —a la que Carrascosa y Florentino tildaban de loca— decía que lo sabía todo y que «pasaron cosas muy raras y mosqueantes, como la misteriosa negociación del contrato de Van Nistelrooy». Cristina desveló que la comisión por el fichaje del futbolista holandés subió a trescientos mil euros de un día para otro. Dinero que, según sus palabras, se lo repartieron entre Mijatovic, Baldini, Bucero y Calderón. Y lo explicaba con todo lujo de detalles, exponiendo cómo recibió insultos y órdenes para modificar los datos del contrato: «¡Hija de puta! ¡Que aparezca tu jefe y firme el contrato!». Cristina se refirió también a «cosas de todos los colores en los fichajes de Mijatovic» y aclaró que quién montó la trama del voto por correo fue «Ramón Calderón, porque sabía muy bien cómo llegó Florentino a la presidencia».
Aquello era un bombazo, aunque yo me lo tomé a broma. Sabía por Carrascosa, por Florentino e incluso por Juan Mendoza que Cristina Bermúdez no era más que una pobre chica a la que había utilizado Carrascosa despiadadamente.