25 de junio de 2008, miércoles.
Recibí una llamada del detective: me preguntaba si ya tenía algo que encargarle. Al contestarle que sí, me citó fuera de la radio. Cuando llegué al lugar previsto, el hombre estaba junto a un grupo de gente, tres chicas y dos chicos. Tras las presentaciones fuimos al grano y les expliqué qué quería de ellos: fundamentalmente, que investigaran todo lo relacionado con la empresa Il Consigliere. Lo de los seguros ya lo tenía muy avanzado y quería llevarlo yo. Sobre las comisiones de Bwin no les conté nada; era un tema delicado y también prefería seguirlo yo. Además, creía que lo de Il Consigliere era lo suficientemente complicado como para mantenerlos ocupados largo tiempo.
Según me informó el detective, la jefa del grupo era una chica llamada Greta. Y ella se encargó de hacerme muchas preguntas. Al acabar concretó que se pondrían manos a la obra a mediados de agosto, poco antes de empezar la Liga. Después, ya con el detective quise ajustar los costes del trabajo, pero dijo que no me preocupase, que ya hablaríamos de ello.
Camino de la radio volví a pensar en viejas conversaciones y sospechas. Sobre todo cuando pasé con el coche frente a las cuatro grandes torres que emergen en lo que fue la Ciudad Deportiva del Real Madrid.