Capítulo 22
Me di la vuelta. ‚¿Tú hiciste esto?‛ Golpee el puño en la pared invisible entre mi casa y yo. Se agitó un poco como olas de calor enroscándose fuera del asfalto en verano. "¿Es así como usas tu poder? ¿Para intimidar a la gente? Déjame ir, Jack. No quiero hablar de ello."
Jack se apoyó en la barandilla del porche, su cuerpo una vez más, relajado hacia atrás. Su voz era suave, persuasiva. "¿Cómo puedes decir eso? No soy un matón."
La pared no se movió, así que me apresure por los escalones del porche y me dirigí hacia el patio trasero. Una maraña de emociones cuajadas en mi cerebro—sorpresa, sobre todo, mezclada con furia. Pero mientras mi mente trataba de ordenarse a través del tumulto de sentimientos, mi cuerpo se hizo cargo. No tenía dudas de lo que quería hacer.
Quería correr.
"Vamos, ¿por qué no quieres hablar de ello?" Gritó Jack. "No es como si fuera un secreto. Al menos, no para mí. Y voy a ser honesto contigo también. ¿No quieres saber lo que realmente sucedió en la pared?"
‚No‛ empuje abierta la puerta de la cerca de alambre. Se balanceó en la masa de malas hierbas que era nuestro patio trasero. Jack me seguía, unos pasos detrás.
Un estrecho sendero de hormigón cubierto de maleza llevaba a los escalones traseros, y empecé a bajar por ellos, solo para que mis pies golpearan otra barrera de aire sólido. La patee, lo que no hizo nada excepto dejarme con un pie dolorido. "Ya basta", grité.
El familiar cosquilleo comenzó en mis dedos. Yo sabía lo que estaba pasando, pero por una vez no tenía ganas de parar. Me di la vuelta y mire a Jack, con aire de suficiencia de pie justo en el interior del patio trasero, la puerta abierta a su derecha.
Por lo general, en estas situaciones, arremeto, el instinto me abruma antes de que tenga tiempo para considerar mis opciones. Pero ahora, con un muro invisible delante de
mí y la sonrisa de Jack atrás, miré a mí alrededor con ojos calculadores. Un segundo después, la puerta osciló fuera golpeando a Jack en el pecho, y lo empujó fuera del patio.
"Uff". Tropezó hacia atrás. La barrera delante de mí se disipó, y corrí más lejos en el patio trasero. Jack se frotó el estómago y sonrió débilmente. "Esa fue una buena idea.
Debí haberlo visto venir."
"¡Déjame en paz!"
Por dentro, estaba exultante. Por una vez había usado mi poder sobre alguien que tenía la capacidad de defenderse, y se sentía increíble. No había culpa, ni cuestionamientos a posteriori. El chisporroteo de la energía aún se precipitaba a través de mí, y yo disfrutaba su fuerza. La conciencia de algo que por lo general me dejaba aterrada de pronto se sentía bien—como si yo pudiera controlarle, en lugar de al revés.
Jack abrió la puerta. "¿Qué está mal contigo? Pensé que éramos amigos".
"¿Y? Eso no significa que puedas empujarme alrededor en cualquier momento."
"Esto se debe al Príncipe Encantador, ¿no? ¿Qué te dijo de mí?"
Yo le fruncí el ceño. "Se trata de ti siendo un idiota. No puedes culpar de eso a Cam."
"¿Yo soy un idiota? Todo lo que quiero hacer es hablar. Eso es todo." Levantó las manos en un gesto de súplica. "Vamos, no puedes permanecer enojada conmigo, Danny.
Tú sabes que no puedes.‛
Yo lo mire, y poco a poco mi ira se desinfló. Él tenía razón. Además, yo no estaba realmente enojada con Jack. Estaba enojada con la vida—con el destino, supongo. Tú podrías pensar que seria un alivio encontrar a otra persona como yo, pero en ese momento solo lo hizo peor. Porque si Jack era como yo, entonces yo era como Jack, y estábamos de alguna forma ligados, juntos.
Y yo ya no iba a ser capaz de fingir que esa parte de mi no existía.
‚¿No m{s muros invisibles?‛
‚¿No mas puertas que vuelan?‛, contestó
Apreté mis labios. ‚Bien‛
Me giré y caminé por el camino hacia la puerta trasera, sin mirar si Jack me seguía.
Con su inusual magnifica atención a los detalles, la abuela había dejado la puerta sin
llave. Dentro, la casa estaba oscura y fresca con las cortinas cerradas herméticamente en el frente de la larga ventana que daba a la calle. Me dirigí a la heladera, quitándome el abrigo mientras iba.
‚¿Quieres algo de tomar?‛ pregunté sobre mi hombro.
‚Claro‛
Mientras abría tironeando la puerta de nuestra vieja, abollada heladera, pude sentir la presencia de Jack llenando el cuarto. Todavía sacudida con el poder, tuve un momento difícil manteniendo mi cuerpo sin temblar. Agarre dos latas de gaseosa y lance una a Jack. Él la atrapo con una sonrisa y fuimos a la sala.
Me senté en el sillón de la abuela. Jack se sacó su chaqueta, asumió una posición confortable en el sofá, y lanzó sus pies sobre la mesa de café.
‚A la abuela no le gustan los pies sobre los muebles.‛
Él bajo sus pies al piso. ‚No deseo hacer enojar a la Abuela.‛ Abrió su lata y la vio efervecer, luego tomo un sorbo.
Apreté mis puños, tratando de decidir si lo quería o lo odiaba. Era una decisión difícil. ‚Entonces… ¿De qué quieres hablar?‛
‚¿Qué exactamente puedes hacer?‛ preguntó dejando su soda. ‚Mi poder tiene que ver con el cambio de las propiedades de las cosas. Puedo hacer el aire sólido, o cambiar el sólido en liquido.‛ Él sonrió secamente, ‚No estoy seguro de todas las ramificaciones de lo que hago. Estudié un poco de química por mi cuenta, solo para estar seguro de no terminar haciendo algo peligroso, pero aun no entiendo como funciona todo.‛
Por mucho que yo no quería tener esta conversación, me incline hacia adelante, cautiva por lo que había dicho con tanta indiferencia. ‚¿Podrías… vaporizar a alguien?‛
pregunté.
‚Probablemente. No lo intenté. La idea me asusta, para ser honesto. Las cosas parecen mantener su esencia, solo cambian de forma. No estoy seguro de lo que le haría a una persona.‛ Señaló a una alta l{mpara de madera con una pantalla blanca. ‚Mira esto‛.
Era como ver una vela derretirse en avance rápido. La perilla dorada en la parte superior se desplomó y vertió hacia abajo. Entonces la pantalla blanca se marchito, convirtiéndose en un gas denso que flotaba a pocos metros en el aire. Por ultimo, la base de madera se licuó y todo se combinó en una nube amarillenta.
‚Wow‛, respiré. ‚¿Puedes hacerlo cada vez que quieras?‛
‚Claro.‛ Él asintió y la l{mpara se rehízo, base, pantalla, y luego, bombilla. ‚No es siempre la cosa mas útil en el mundo. Es genial para auto-defensa—puedo cambiar el aire a sólido y alejar armas de las manos de la gente, o mantenerlos en su lugar si es necesario—pero no ayuda a pagar cuentas.‛
Me imagine el día que Jack llegó tarde a la escuela, cuando yo había tratado de ayudarlo, y luego la tarjeta de seguridad se convirtió en humo. Yo sabía que él había tenido algo que ver con eso. ‚¿Cu{ndo empezaste a usarlo?‛
"Cuando yo era un niño. Dos o tres años tal vez. Mi mamá y mi papá vivían juntos entonces. Una vez papá trató de golpear a mi mamá, y envolví el aire a su alrededor como una cadena. Él se volvió loco." El cuerpo de Jack se tensó mientras hablaba, y comenzó a golpear el puño contra su rodilla. "Bebía mucho, así que al principio pensó que lo estaba imaginando. Después de un rato se dio cuenta de que era yo, y, ¡hombre!, se molestó. Cuando yo tenía cuatro años le dije que si alguna vez dañaba a mi madre otra vez iba hacerlo desaparecer. No creo que él realmente creyera que podía hacerlo, pero le asustó lo suficiente para decirnos que nos fuéramos."
Rodé mi gaseosa para un lado y el otro, en mis manos. ‚¿Sabía tu madre al respecto? ¿Sobre tus poderes?‛ Él se rió, con un feo, y lastimoso sonido que me habría hecho llorar si no hubiera estado mirándole fijamente. "Ella pensó que yo era una especie de monstruo. Creo que me habría entregado al servicio social si no hubiese temido que ellos la fueran a alejar de la Metanfetamina o hacerla cuidar de mí."
‚¿Porqué viene tu padre detr{s de ti si te ha echado?‛
Jack tomó otro trago de refresco y contempló la lámpara por un minuto antes de continuar. Bajo su mirada desde la bombilla convirtiéndola en gaseosa, para después volverla sólida, y gaseosa de nuevo.
"No lo sé realmente. Él siempre dijo que se sentía mal y quería asegurarse de que fuéramos atendidos, pero luego mi mamá decía algo que le cabreaba, y estábamos de regreso donde empezamos. Ella se mudó a Portland para alejarse de él, pero estaba bastante ida para entonces. Totalmente adicta a las Metanfetaminas. Para el momento que tuve 10, ya estaba por mi cuenta. Encontré otros niños para pasar el rato, y no les dije acerca de mis poderes. Pero yo los practicaba en secreto, para que pudiera salir de problemas.‛ Él apretó la lata de refresco en una mano, se acercó a la cocina, y la lanzó hacia la basura. Golpeó en el borde y rebotó. La recogió con una sonrisa irónica. "Te dije 17 Sin traducción exacta, en ingles “Methhead”
que no tenia mucho de atleta.‛ Una vez que la lata estuvo en la basura, se apoyó contra la puerta. "¿Y qué hay de ti? ¿Cuando te diste cuenta que tenías tu poder?"
"No lo sé." Hablé lentamente, sin saber cómo explicar lo que había estado en mi mente durante tantos años. Toda esta escena con Jack se había convertido en irreal, como si no estuviera sucediendo realmente. Una parte de mí sospechaba que era sólo un sueño. "Siempre pensé que era una coincidencia que las cosas que exactamente imaginaba en mi mente realmente ocurrieran. Pero estas cosas extrañas comenzaron a suceder. Cosas que no eran imposibles, pero eran inusuales, difíciles de explicar."
Describí el incidente en el parque acuático cuando incliné la silla hacia el matón, y también el incidente cuando hice que un tronco cayera sobre los que molestaba a Aileen.
"Finalmente me di cuenta que yo era quien hacia esas cosas. Sólo pasaban a mí alrededor, ¿sabes? Y eran demasiado raras, demasiado raras para estar ocurriendo por casualidad. Y siempre tenía esta sensación de sentirme bien antes de que ocurrieran... era como...‛ Yo luchaba por encontrar las palabras adecuadas. "Era como que tenía que hacer algo, como una energía que estaba construyéndose dentro de mí que tenía que deshacerme. Era casi como si mi cuerpo estaba canalizando algún tipo de fuerza. Algo que estaba dentro de mí, pero viniendo de todos lados."
Yo nunca había tratado de articularlo antes, y decir las palabras en voz alta me dio la sensación más extraña, como si un nudo dentro de mí se hubiese comenzado a desmoronarse.
Jack volvió a sentarse en el sofá. "Tu poder es diferente al mío. No estoy seguro de lo que haces, pero suena increíble."
"Supongo," dije, "pero también es peligroso. Me parece que siempre termina lastimando gente. Puse un hombre en estado de coma cuando amenazó con matar a mi abuela. El tío de las Gafas de sol podría haber muerto si no hubiera estado usando el cinturón de seguridad. Trato de no usarlo, porque me da miedo. Me da miedo."
"Interesante." Él se echó hacia atrás y lanzó sus brazos sobre su cabeza. Me quedé atrapada por un minuto por la extraña comparación entre lo cómodo que se veía y la forma en que Cam y el Sr. Judan habían estado tan fuera de lugar en mi sala de estar.
"¿Ha sido siempre así? Quiero decir, cuando eras pequeña, ¿qué hiciste?"
Me encogí de hombros. "No recuerdo nada específico antes que el parque acuático.
Como he dicho, pensé que eran coincidencias, así que no le presté mucha atención. Todas las cosas que recuerdo son malas."
Él pensó por un minuto. "Apuesto a que utilizabas tu poder más cuando eras una niña, y fue sólo después de que lo identificaras que empezaste a ver todas las cosas que dices son malas. La cosa es, que realmente no son malas. Están justo al otro lado de la moneda. Salvar las vidas de la gente es bueno. Ayudarme a escapar del tío de las Gafas de sol fue muy bueno. ¿Poner a alguien en coma? Difícil de decir, supongo, pero me parece que salvar la vida de la abuela valió la pena. En cualquier caso, el tuyo no es un poder maligno. Simplemente es lo que es, ni bueno ni malo. Todo está en la manera de usarlo."
Me apoyé contra el apoyabrazos y me levanté. "Para ti es fácil decirlo. No envías a la gente al hospital regularmente."
"Y tampoco voy por ahí salvando la vida de la gente", dijo en voz baja. "Tú tomas riesgos para proteger a otras personas. Simplemente no quieres la responsabilidad que va junto con ello."
"Por supuesto que no quiero la responsabilidad", exclamé. "Sólo quiero ser una adolescente normal".
"¿Crees que los adolescentes normales no tienen que tomar decisiones? ¿Crees que sus elecciones no le hacen daño a la gente? Hay un poco de maldad en todo el mundo, Dancia", dijo, pareciendo mucho mayor de quince. "Nadie es puro. Tienes un don, y creo que estarías loca si no lo utilizas. Sólo piensa en todas las personas que podrías ayudar, si sólo trataras."
Caminé junto a él en la cocina. Había una pila de platos sucios en el fregadero. Dejé abierta la puerta del lavavajillas y comencé a cargar las copas, mi cuerpo en piloto automático mientras miraba a través de la ventana de la cocina.
"Tú dices eso como algo que puedo controlar, pero de eso se trata. No puedo.
Cuando estoy enojada o asustada, mi poder se hace cargo. No es como el tuyo."
"Yo no lo creo." Vino a mi lado y se apoyó en el mostrador. "Has hecho un buen trabajo con cerrarme la puerta en la cara. ¿Llamas a eso un accidente?"
"No, no es un accidente. Es... "¿Qué había sido eso, por otra parte? De alguna manera mis propias explicaciones no tenían sentido de la forma en que solían tener. "Es un reflejo."
Jack soltó un bufido. "¿Un reflejo? No lo creo así. Tu reflejo parece un poco demasiado bueno para mí. Creo que has controlado tu poder todo el tiempo. Lo mantienes reprimido y escondido hasta que sucede algo grande. Algo que no puedes
ignorar. Y entonces te dices que es sólo un instinto por lo que no tienes que sentirte responsable de ello."
Él estaba tan cerca, mi estómago se apretó. Me concentré en sus palabras, que tenían una especie de dolorosa resonancia. ¿Podría él estar en lo correcto? "Eso no puede ser verdad", le dije. "No sabes cómo se siente. Es como un maremoto. ¿Cómo podría controlar eso?"
Me agarró la mano y tiró de mí hacia él. "Vamos a intentarlo", dijo, mirándome a los ojos. "Vamos a ver lo que puedes hacer."
Me quedé helada. Mis manos estaban húmedas y resbaladizas por el agua de los platos, y él se sentía tan caliente y áspero. Traté de liberarme, pero él no aflojó su agarre.
"¿Qué estás haciendo, Jack?"
Él se rió entre dientes. "Te voy a llevar fuera, ¿qué crees que estoy haciendo?"
"Pero no estamos moviéndonos", le dije con voz ahogada.
"Ah, cierto." Pero aun así, el no se movió.
Mi pulso revoloteaba como las alas de un colibrí. Los ojos de Jack estaban fijos en los míos, y era como aquella vez en el porche, cuando pensaba que iba a darme un beso.
Entonces, por alguna razón desconocida, di un paso adelante, un paso hacia él. Él se rió y me soltó la mano, cogió su abrigo y salió corriendo por la puerta, dejándome mirando a su espalda.
¿Qué había estado pensando? No podía dejar que Jack me besara. Yo estaba con Cam. CAM. No Jack, CAM.
¡Argg! Cogí mi abrigo y lo seguí.
Entramos en el patio trasero. Una cuantas latas viejas y algunas botellas de plástico que deberían estar en la papelera de reciclaje cubrían la maleza. Cerca de la parte de atrás de nuestro patio había un viejo tocón que estaba sentado a la sombra de un árbol de manzana retorcido. Jack recogió algunas de las latas y las puso en el borde del muñón.
Se acercó a mí y cruzó los brazos. "Empújalos lejos".
"¿Qué?"
‚Usa tu poder. Empújalos. Al igual que la rama, o la puerta. Recuerda la sensación de poder que viene sobre ti, y canalízalo. Y esta vez tratar de averiguar lo que estás
haciendo. Concéntrate en la fuerza que has descrito, y tratar de entender cómo la estás usando."
Levanté una ceja. "¿Quién eres tú, Obi-Wan Kenobi?‛
Se echó a reír. "Estamos en problemas si lo soy, porque entonces tú eres Darth Vader".
"O Luke Skywalker," dije con indignación. Incliné mi cabeza hacia atrás y aleje el pelo de mi cara. "Creo que nadie me confunde con la Princesa Leia, ¿eh?"
La sonrisa se le cayó de la cara. "Sabes que eres hermosa, ¿verdad?"
Mi corazón hizo una danza graciosa que hacía difícil la respiración. "Cállate".
"Lo digo en serio." Extendió la mano para tocar un largo rizo, su mano rozo mi mejilla.
Entré en pánico. No puedo describirlo de otra manera. Una larga mirada a aquellos ojos grises, que se habían convertido en inexplicablemente suaves, y me puse tan nerviosa que podía sentir las gotas de sudor formándose en mi frente.
Me aparté.
Jack abrió la boca para decir algo, y de repente me sentí muy desesperada por detenerlo, volví mis ojos a las latas y al tronco y traté por primera vez en mi vida de convocar al familiar hormigueo de poder.
No pasó nada. Lo intenté de nuevo, pensando mucho en las latas moviéndose, al igual que Jack había dicho.
Todavía nada.
Me imaginé la lámpara que Jack había derretido, y la tarjeta que había visto a su vez hacerse humo. Si Jack podía controlar su poder, ¿por qué no iba a hacerlo yo?
Un pájaro gorjeó, y cruzando la calle, alguien arrancó su coche.
Las latas no se movían.
Empecé a enojarme. Había estado viviendo con este poder maldito todos estos años, organizando toda mi vida alrededor de él, y Jack llega y, ¡puf! ¿Se supone que debo ser capaz de controlarlo?
Eleve mis manos con un gesto de rendición. "Lo siento, Jack. No puedo hacerlo. Tú estás equivocado."
"Trata de nuevo ", dijo, con voz suave. Cuidadosa. "Estás luchando contigo misma.
El poder está dentro de ti. Déjalo salir."
Me volví hacia el tronco, y esta vez, en lugar de tratar tan duro, me obligué a relajarme. En lugar de pensar en las latas, pensé en la fuerza dentro de mí. Escuché, si eso tiene algún sentido, pero los ruidos se habían desconectado.
Y luego, con una explosión, como la iluminación de una estufa de gas, una oleada de calor punzante me trago entera, más intensa que cualquier cosa que yo hubiera sentido antes. Mis dedos pinchaban y chispeaban cuando los movía, y Jack se descoloró en un borrón. Moví los dedos, y una sensación de dolor y placer se trasladó a través de mí.
Me quedé mirando las latas y las imagine, una por una, volando desde el muñón.
Las latas se quedaron fijas.
Me concentré en la fuerza y trate de encontrar la manera de usarle. Me di cuenta de que la energía en mi cuerpo no era más que una pequeña cantidad de la energía a mí alrededor. Miré a la mala hierba y el árbol, y por primera vez vi destellos y ondas de energía en todo, desde el cielo a la tierra. Las latas tenían fuerzas que actuaban sobre ellas y energía dentro de ellas, y todas estaban en equilibrio. Deliberadamente, extendí un dedo y empujé las fuerzas, golpeándolas momentáneamente fuera de equilibrio.
Las latas estallaron en el cielo como si hubieran recibido un disparo de un arma. Les tomó mucho tiempo caer hacia abajo.
Miré el tronco y luego a Jack, mi cuerpo aún estaba hormigueando con el flujo de energía.
"Eso fue increíble", dijo, casi con reverencia. " Tú eres increíble".
Y antes de que supiera lo que estaba pasando, sus labios tocaron los míos.