VIII. La realidad inmutable

1. Las apariencias engañan, pero pueden cambiar. 2La realidad, en cambio, es inmutable. 3No engaña en absoluto, y si tú no puedes ver más allá de las apariencias, te estás dejando engañar. 4Pues todo lo que ves cambiará; sin embargo, antes pensabas que era real, y ahora crees que es real nuevamente. 5De este modo, la realidad se ve reducida a formas y se la considera susceptible de cambiar. 6La realidad, no obstante, es inmutable. 7Esto es lo que hace que sea real y lo que la distingue de todas las apariencias. 8Tiene que estar más allá de toda forma para poder ser ella misma. 9No puede cambiar.

2. El milagro es un medio para demostrar que todas las apariencias pueden cambiar precisamente porque son apariencias y porque carecen del atributo de inmutabilidad que la realidad entraña. 2El milagro da fe de que te puedes salvar de las apariencias al demostrar que éstas pueden cambiar. 3En tu hermano reside una inmutabilidad que está más allá de cualquier apariencia o engaño. 4Mas se ve nublada por tus cambiantes ideas acerca de él, que tú percibes como su realidad. 5Lo que constituiría un sueño feliz con respecto a él adopta la forma de una apariencia en la que él goza de perfecta salud, se encuentra completamente inmune a cualquier clase de carencia y está perfectamente a salvo de cualquier clase de desastre. 6El milagro es la prueba de que él no está limitado por ninguna clase de pérdida o sufrimiento, ya que todo ello puede cambiar tan fácilmente. 7Esto demuestra que nunca fueron reales y que no pudieron haber surgido de su realidad. 8Pues ésta es inmutable, y no hay nada en el Cielo o en la tierra que pueda jamás alterar sus efectos. 9Es evidente, en cambio, que las apariencias son irreales precisamente porque pueden cambiar.

3. ¿Qué es la tentación, sino el deseo de hacer que las ilusiones sean reales? 2No parece ser el deseo de hacer que lo que es real no lo sea. 3Sin embargo, es una afirmación de que algunas clases de ídolos ejercen una poderosa atracción que los hace más difíciles de resistir que aquellos que tú preferirías que no fuesen reales. 4Toda tentación, por lo tanto, no es más que esto: una plegaria para que el milagro no ejerza influencia sobre algunos sueños, y para que, en vez de ello, mantenga su irrealidad oculta y les otorgue realidad. 5El Cielo no responde a tal oración, ni tampoco se te puede conceder un milagro para sanar las apariencias que no te gustan. 6Has establecido límites. 7Lo que pides se te concede, pero no por el Dios que no conoce límites. 8Sólo tú te has limitado a ti mismo.

4. La realidad es inmutable. 2Los milagros no hacen sino mostrar que lo que tú has interpuesto entre la realidad y tu conciencia es ilusorio y que no es en modo alguno una interferencia. 3El costo de la creencia de que algunas apariencias están más allá de cualquier esperanza de cambio es que el milagro no se obra a través de ti de manera consistente. 4Pues has pedido que no tenga el poder de sanar todos los sueños. 5No hay milagro que no se te pueda conceder si realmente deseas la curación. 6Pero no se te puede conceder ninguno a menos que la desees. 7Si eliges lo que quieres sanar, habrás coartado la libertad de concederle Sus dones al Hijo de Dios a Aquel que otorga todos los milagros. 8Cuando el Hijo de Dios cae en la tentación, niega la realidad. 9Y de este modo, se convierte voluntariamente en esclavo de lo que eligió a cambio.

5. Precisamente porque la realidad es inmutable, existe en ella un milagro que sana todas las cosas cambiantes y te las ofrece para que las veas en una forma que te brinda felicidad y que está libre de temor. 2Se te concederá poder ver a tu hermano de esta manera. 3Pero no mientras quieras que sea de otra manera con respecto a ciertas cosas. 4Pues eso sólo significaría que no lo quieres ver curado e íntegro. 5El Cristo en él es perfecto. 6¿Es esto lo que quieres contemplar? 7No dejes entonces que haya sueños acerca de él que tú prefieras ver en lugar del Cristo en él. 8Y verás al Cristo en él porque permitiste que Él viniera a ti. 9Y cuando Él se te haya aparecido, tendrás la certeza de que eres como Él, pues Él es lo inmutable en tu hermano y en ti.

6. Eso es lo que contemplarás cuando decidas que no hay ninguna apariencia que prefieras conservar en lugar de lo que tu hermano realmente es. 2No dejes que la tentación de preferir un sueño permita que la incertidumbre se presente ahí. 3No te sientas culpable y temeroso cuando un sueño acerca de lo que él es te tiente. 4Pero no le atribuyas a ese sueño el poder de reemplazar lo inmutable en tu hermano en la percepción que tienes de él. 5No hay falsa apariencia que no desaparezca, si en lugar de ella pides un milagro. 6No hay dolor del que él no se pueda liberar, sólo con que desees que él sea lo que no puede sino ser. 7¿Por qué habrías de temer ver a Cristo en él? 8Pues en todo lo que ves no haces sino contemplarte a ti mismo. 9Y conforme él sane, tú te liberarás de la culpabilidad, pues lo que él aparenta ser es la imagen que tú tienes de ti mismo.

Un curso de milagros 1. Libro de texto
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml
sec_0159.xhtml
sec_0160.xhtml
sec_0161.xhtml
sec_0162.xhtml
sec_0163.xhtml
sec_0164.xhtml
sec_0165.xhtml
sec_0166.xhtml
sec_0167.xhtml
sec_0168.xhtml
sec_0169.xhtml
sec_0170.xhtml
sec_0171.xhtml
sec_0172.xhtml
sec_0173.xhtml
sec_0174.xhtml
sec_0175.xhtml
sec_0176.xhtml
sec_0177.xhtml
sec_0178.xhtml
sec_0179.xhtml
sec_0180.xhtml
sec_0181.xhtml
sec_0182.xhtml
sec_0183.xhtml
sec_0184.xhtml
sec_0185.xhtml
sec_0186.xhtml
sec_0187.xhtml
sec_0188.xhtml
sec_0189.xhtml
sec_0190.xhtml
sec_0191.xhtml
sec_0192.xhtml
sec_0193.xhtml
sec_0194.xhtml
sec_0195.xhtml
sec_0196.xhtml
sec_0197.xhtml
sec_0198.xhtml
sec_0199.xhtml
sec_0200.xhtml
sec_0201.xhtml
sec_0202.xhtml
sec_0203.xhtml
sec_0204.xhtml
sec_0205.xhtml
sec_0206.xhtml
sec_0207.xhtml
sec_0208.xhtml
sec_0209.xhtml
sec_0210.xhtml
sec_0211.xhtml
sec_0212.xhtml
sec_0213.xhtml
sec_0214.xhtml
sec_0215.xhtml
sec_0216.xhtml
sec_0217.xhtml
sec_0218.xhtml
sec_0219.xhtml
sec_0220.xhtml
sec_0221.xhtml
sec_0222.xhtml
sec_0223.xhtml
sec_0224.xhtml
sec_0225.xhtml
sec_0226.xhtml
sec_0227.xhtml
sec_0228.xhtml
sec_0229.xhtml
sec_0230.xhtml
sec_0231.xhtml
sec_0232.xhtml
sec_0233.xhtml
sec_0234.xhtml
sec_0235.xhtml
sec_0236.xhtml
sec_0237.xhtml
sec_0238.xhtml
sec_0239.xhtml
sec_0240.xhtml
sec_0241.xhtml
sec_0242.xhtml
sec_0243.xhtml
sec_0244.xhtml
sec_0245.xhtml
sec_0246.xhtml
sec_0247.xhtml
sec_0248.xhtml
sec_0249.xhtml
sec_0250.xhtml
sec_0251.xhtml
sec_0252.xhtml
sec_0253.xhtml
sec_0254.xhtml
sec_0255.xhtml
sec_0256.xhtml
sec_0257.xhtml
sec_0258.xhtml
sec_0259.xhtml
sec_0260.xhtml
sec_0261.xhtml
sec_0262.xhtml
sec_0263.xhtml
sec_0264.xhtml
sec_0265.xhtml
sec_0266.xhtml
sec_0267.xhtml
sec_0268.xhtml
sec_0269.xhtml
sec_0270.xhtml
sec_0271.xhtml
sec_0272.xhtml
sec_0273.xhtml
sec_0274.xhtml
sec_0275.xhtml