V. La dinámica del ego
1. Nadie puede escapar de las ilusiones a menos que las examine, pues no examinarlas es la manera de protegerlas. 2No hay necesidad de sentirse amedrentado por ellas, pues no son peligrosas. 3Estamos listos para examinar más detenidamente el sistema de pensamiento del ego porque juntos disponemos de la lámpara que lo desvanecerá, y, puesto que te has dado cuenta de que no lo deseas, debes estar listo para ello. 4Mantengámonos muy calmados al hacer esto, pues lo único que estamos haciendo es buscando honestamente la verdad. 5La "dinámica" del ego será nuestra lección por algún tiempo, pues debemos primero examinarla para poder así ver más allá de ella, ya que le has otorgado realidad. 6Juntos desvaneceremos calmadamente este error, y después miraremos más allá de él hacia la verdad.
2. ¿Qué es la curación sino el acto de despejar todo lo que obstaculiza el conocimiento? 2¿Y de qué otra manera puede uno disipar las ilusiones, excepto examinándolas directamente sin protegerlas? 3No tengas miedo, por lo tanto, pues lo que estarás viendo es la fuente del miedo, y estás comenzando a darte cuenta de que el miedo no es real. 4Te das cuenta también de que sus efectos se pueden desvanecer sólo con que niegues su realidad. 5El siguiente paso es, obviamente, reconocer que lo que no tiene efectos no existe. 6Ninguna ley opera en el vacío, y lo que no lleva a ninguna parte no ha ocurrido. 7Si la realidad se reconoce por su extensión, lo que no conduce a ninguna parte no puede ser real. 8No tengas miedo de mirar al miedo, pues no puede ser visto. 9La claridad, por definición, desvanece la confusión, y cuando se mira a la oscuridad a través de la luz, ésta no puede por menos que disiparla.
3. Comencemos esta lección acerca de la "dinámica del ego" dándonos cuenta de que la expresión en sí no significa nada. 2Dicha expresión encierra una contradicción intrínseca que la priva de todo sentido. 3"Dinámica" implica el poder para hacer algo, y toda la falacia de la separación radica en la creencia de que el ego tiene el poder de hacer algo. 4Tienes miedo del ego porque crees eso. 5No obstante, la verdad es muy simple:
6Todo poder es de Dios.
7Lo que no procede de Él no tiene el poder de
hacer nada.
4. Cuando observamos al ego, por lo tanto, no estamos examinando ninguna dinámica, sino tan sólo ilusiones. 2Puedes ciertamente examinar un sistema ilusorio sin miedo, pues si su origen no es real no puede tener efectos. 3El miedo se vuelve claramente más impropio si reconoces el objetivo del ego, el cual está tan obviamente desprovisto de sentido que cualquier esfuerzo en su favor es, por fuerza, inútil. 4El objetivo del ego es claramente alcanzar su propia autonomía. 5Desde un principio, pues, su propósito es estar separado, ser auto-suficiente e independiente de cualquier poder que no sea el suyo propio. 6Por eso es por lo que es el símbolo de la separación.
5. Toda idea tiene un propósito, y su propósito es siempre el resultado natural de lo que es. 2Todo lo que procede del ego es lo que resulta naturalmente de su creencia central, y la manera de cancelar sus resultados es reconociendo simplemente que la fuente de éstos no es natural, ya que está en desacuerdo con tu verdadera naturaleza. 3He dicho anteriormente que ejercer la voluntad en oposición a Dios es querer que los deseos ilusorios se hagan realidad, pero eso no es realmente ejercer la voluntad. 4Su Voluntad es una porque la extensión de Su Voluntad no puede ser diferente de sí misma. 5El verdadero conflicto que experimentas, por lo tanto, es entre los deseos vanos del ego y la Voluntad de Dios, que tú compartes con Él. 6¿Cómo iba a ser esto un conflicto real?
6. Tuya es la independencia de la creación, no la de la autonomía. 2Tu función creativa radica en tu completa dependencia de Dios, Quien comparte Su función contigo. 3Al estar dispuesto a compartirla, Él se volvió tan dependiente de ti como tú lo eres de Él. 4No le adscribas la arrogancia del ego a Aquel cuya Voluntad no es ser independiente de ti. 5Él te ha incluido en Su Autonomía. 6¿Puedes realmente creer que la autonomía significa algo aparte de Él? 7La creencia en la autonomía del ego te está costando el conocimiento de tu dependencia de Dios, en la cual reside tu libertad. 8El ego considera cualquier dependencia como una amenaza, e incluso ha tergiversado tu añoranza de Dios y la ha convertido en un medio para consolidarse a sí mismo. 9Pero no te dejes engañar por la interpretación que hace de tu conflicto.
7. El ego siempre ataca en defensa de la separación. 2Al creer que tiene el poder de hacer eso no hace otra cosa, ya que su objetivo de autonomía no es otra cosa. 3El ego está totalmente confundido con respecto a la realidad, pero no pierde de vista su objetivo. 4Está mucho más alerta que tú porque está completamente seguro de su propósito. 5Tú estás confundido porque no reconoces el tuyo.
8. Debes reconocer que lo que menos quiere el ego es que te des cuenta de que le tienes miedo. 2Pues si el ego pudiese producir miedo, menoscabaría tu independencia y debilitaría tu poder. 3Sin embargo, su único argumento para que le seas leal es que él puede darte poder. 4Si no fuera por esta creencia no le escucharías en absoluto. 5¿Cómo iba a poder, entonces, seguir existiendo si te dieses cuenta de que al aceptarlo te estás empequeñeciendo y privándote a ti mismo de poder?
9. El ego puede permitirte, y de hecho lo hace, que te consideres altanero, incrédulo, frívolo, distante, superficial, insensible, despegado e incluso desesperado, pero no permite que te des cuenta de que realmente tienes miedo. 2Minimizar el miedo, pero no deshacerlo, es el empeño constante del ego, y es una capacidad para la cual demuestra ciertamente gran ingenio… 3¿Cómo iba a poder predicar separación a menos que la reforzase con miedo?, y, ¿seguirías escuchándole si reconocieses que eso es lo que está haciendo?
10. La más seria amenaza para el ego es, pues, que te des cuenta de que cualquier cosa que parezca separarte de Dios es únicamente miedo, sea cual sea la forma en que se manifieste e independientemente de cómo el ego desee que lo experimentes: 2Su sueño de autonomía se estremece hasta su raíz cuando cobras conciencia de esto. 3Pues si bien puedes tolerar una falsa idea de independencia, no aceptarías el costo en miedo que ello supone una vez que lo reconocieses. 4Pero ése es su costo, y el ego no puede reducirlo. 5Si pasas por alto el amor estás pasándote por alto a ti mismo, y no podrás sino tener miedo de la irrealidad porque te habrás negado a ti mismo. 6Al creer que tu ataque contra la verdad ha tenido éxito, creerás que el ataque tiene poder. 7Dicho llanamente, pues, te has vuelto temeroso de ti mismo. 8Y nadie quiere encontrar lo que cree que le destruiría.
11. Si se pudiese lograr el objetivo de autonomía del ego, el propósito de Dios podría ser truncado, y eso es imposible. 2Solamente aprendiendo lo que es el miedo puedes por fin aprender a distinguir lo posible de lo imposible y lo falso de lo verdadero. 3De acuerdo con las enseñanzas del ego, su objetivo se puede lograr, pero el propósito de Dios no. 4De acuerdo con las enseñanzas del Espíritu Santo, únicamente el propósito de Dios se puede lograr, y ya se ha logrado.
12. Dios depende de ti tanto como tú de Él porque Su Autonomía incluye la tuya, y, por lo tanto, está incompleta sin ella. 2Sólo puedes establecer tu autonomía identificándote con Él y llevando a cabo tu función tal como es en verdad. 3El ego cree que alcanzar su objetivo es la felicidad. 4Pero te ha sido dado conocer que la función de Dios es la tuya y que la felicidad no se puede encontrar aparte de vuestra Voluntad conjunta. 5Reconoce únicamente que el objetivo del ego, que tan diligentemente has perseguido, no te ha aportado más que miedo, y se hará muy difícil mantener que el miedo es felicidad. 6Respaldado por el miedo, esto es lo que el ego quiere que creas. 7Pero el Hijo de Dios no está loco y no lo puede creer. 8De reconocer esto, no lo aceptaría, 9pues sólo un loco elegiría el miedo en lugar del amor, y sólo un loco podría creer que atacando es cómo se alcanza el amor. 10Pero el que ha sanado se da cuenta de que sólo el ataque, del que el Amor de Dios le protege completamente, puede producir miedo.
13. El ego analiza, el Espíritu Santo acepta. 2Sólo por medio de la aceptación se puede llegar a apreciar la plenitud, pues analizar significa fragmentar o separar. 3Tratar de entender la totalidad fragmentándola es, claramente el enfoque típicamente contradictorio que el ego utiliza para todo. 4El ego cree que el poder, el entendimiento y la verdad radican en la separación, y que para establecer esta creencia tiene que atacar. 5Al no darse cuenta de que es imposible establecer esa creencia, y obsesionado por la convicción de que la separación es la salvación, el ego ataca todo lo que percibe, desmenuzándolo en partes pequeñas y desconectadas sin ninguna relación significativa entre sí, y desprovistas, por lo tanto, de todo significado. 6El ego siempre substituirá lo que tiene significado por el caos, pues si la separación es la salvación, la armonía es una amenaza.
14. Las interpretaciones que el ego hace de las leyes de la percepción son, y no pueden sino ser, exactamente las opuestas a las del Espíritu Santo. 2El ego se concentra en el error y pasa por alto la verdad. 3Hace que todos los errores que percibe sean reales, y concluye -utilizando su razonamiento típicamente circular- que la idea de una verdad consistente no tiene sentido por razón de los errores. 4El siguiente paso, entonces, es obvio. 5Si la idea de una verdad consistente no tiene sentido, la inconsistencia tiene que ser verdad. 6Teniendo muy presente el error, y, protegiendo lo que ha hecho real, el ego procede al siguiente paso en su sistema de pensamiento: el error es real y la verdad es un error.
15. El ego no trata de comprender esto, lo cual es obviamente incomprensible, pero trata por todos los medios de demostrarlo y eso es lo que hace constantemente. 2Valiéndose del análisis para atacar el significado, el ego logra pasarlo por alto, y lo que le queda es una serie de percepciones fragmentadas que él unifica en beneficio propio. 3Esto se convierte, entonces en el universo que percibe. 4Y es este universo lo que a su vez se convierte en la demostración de su propia realidad.
16. No subestimes el poder de atracción que las demostraciones del ego ejercen sobre aquellos que están dispuestos a escucharle. 2La percepción selectiva escoge sus testigos cuidadosamente, y el testimonio de esos testigos es, congruente. 3Los argumentos en favor de la locura son convincentes para los locos, 4pues todo razonamiento concluye allí donde comienza, y no hay sistema de pensamiento que pueda trascender su propia fuente. 5Aun así, el razonamiento que carece de sentido no puede demostrar nada, y aquellos a quienes convence no pueden sino estar engañados. 6¿Cómo iba a poder enseñar verdaderamente el ego, cuando pasa por alto la verdad? 7¿Cómo iba a poder percibir lo que ha negado? 8Sus testigos dan testimonio de su negación, pero no de lo que ha negado. 9El ego mira de frente al Padre y no lo ve, pues ha negado a Su Hijo.
17. ¿Te gustaría recordar al Padre? 2Acepta a Su Hijo y lo recordarás. 3No hay nada que pueda demostrar que Su Hijo es indigno, pues no hay nada que pueda probar que una mentira es verdad. 4Lo que ves en Su Hijo a través de los ojos del ego es una demostración de que Su Hijo no existe. aSin embargo, dondequiera que el Hijo esté allí tiene que estar el Padre. 5Acepta lo que Dios no niega, y ello te demostrará su verdad. 6Los testigos de Dios se alzan en Su Luz y, contemplan lo que Él creó. 7Su silencio es la señal de que han contemplado al Hijo de Dios, y en la Presencia de Cristo no tienen que demostrar nada, pues Cristo les habla de Sí Mismo y de Su Padre. 8Guardan silencio porque Cristo les habla, y son Sus palabras las que brotan de sus labios.
18. Cada hermano con quien te encuentras se convierte en un testigo de Cristo o del ego, dependiendo de lo que percibas en él. 2Todo el mundo te convence de lo que quieres percibir y de la realidad del reino en favor del cual has decidido mantenerte alerta. 3Todo lo que percibes da testimonio del sistema de pensamiento que quieres que sea verdadero. 4Cada uno de tus hermanos tiene el poder de liberarte si tú decides ser libre. 5No puedes aceptar falsos testimonios acerca de un hermano a menos que hayas convocado falsos testigos contra él. 6Si no te habla de Cristo, es que tú no le hablaste de Cristo a él. 7No oyes más que tu propia voz, y si Cristo habla a través de ti, le oirás.