I. El substituto de la realidad

1. Sustituir es aceptar una cosa por otra. 2Sólo con que examinases exactamente lo que esto implica, percibirías de inmediato cuánto difiere del objetivo que el Espíritu Santo te ha dado y quiere alcanzar por ti. 3Substituir es elegir entre dos opciones, renunciando a un aspecto de la Filiación en favor de otro. 4Para este propósito especial, uno de ellos se juzga como más valioso y reemplaza al otro. 5La relación en la que la substitución tuvo lugar queda de este modo fragmentada, y, consecuentemente, su propósito queda dividido. 6Fragmentar es excluir, y la substitución es la defensa más potente que el ego tiene para mantener vigente la separación.

2. El Espíritu Santo nunca utiliza substitutos. 2En cualquier situación en la que el ego percibe a una persona como sustituto de otra, el Espíritu Santo sólo ve su unión e indivisibilidad. 3Él no elige entre ellas, pues sabe que son una sola. 4Al estar unidas, son una sola porque son lo mismo. 5La substitución es claramente un proceso en el que se perciben como si fuesen diferentes. 6El deseo del Espíritu Santo es unir, el del ego, separar. 7Nada puede interponerse entre lo que Dios ha unido y el Espíritu Santo considera uno. 8Pero todo parece interponerse en las relaciones fragmentadas que el ego patrocina a fin de destruirlas.

3. La única emoción en la que la substitución es imposible es el amor. 2El miedo, por definición, conlleva substitución, pues es el substituto del amor. 3El miedo es una emoción fragmentada y fragmentante. 4Parece adoptar muchas formas y cada una parece requerir el que uno actúe de modo diferente para poder obtener satisfacción. 5Si bien esto parece dar lugar a un comportamiento muy variable, un efecto mucho más serio reside en la percepción fragmentada de la que procede dicho comportamiento. 6No se considera a nadie como un ser completo. 7Se hace hincapié en el cuerpo, y se le da una importancia especial a ciertas partes de éste, las cuales se usan como baremo de comparación, ya sea para aceptar o para rechazar, y así expresar una forma especial de miedo.

4. Tú que crees que Dios es miedo tan sólo llevaste a cabo una sustitución. 2Ésta ha adoptado muchas formas porque fue la sustitución de la verdad por la ilusión, la de la plenitud por la fragmentación. 3Dicha sustitución a su vez ha sido tan desmenuzada y subdividida, y dividida de nuevo una y otra vez, que ahora resulta casi imposible percibir que una vez fue una sola y que todavía sigue siendo lo que siempre fue. 4Ese único error, que llevó a la verdad a la ilusión, a lo infinito a lo temporal, y a la vida a la muerte, fue el único que jamás cometiste. 5Todo tu mundo se basa en él. 6Todo lo que ves lo refleja, y todas las relaciones especiales que jamás entablaste proceden de él.

5. Tal vez te sorprenda oír cuán diferente es la realidad de eso que ves. 2No te das cuenta de la magnitud de ese único error. 3Fue tan inmenso y tan absolutamente increíble que de él no pudo sino surgir un mundo totalmente irreal. 4¿Qué otra cosa si no podía haber surgido de él? 5A medida que empieces a examinar sus aspectos fragmentados te darás cuenta de que son bastante temibles. 6Pero nada que hayas visto puede ni remotamente empezar a mostrarte la enormidad del error original, el cual pareció expulsarte del Cielo, fragmentar el conocimiento convirtiéndolo en inútiles añicos de percepciones desunidas y forzarte a llevar a cabo más sustituciones.

6. Ésa fue la primera proyección del error al exterior. 2El mundo surgió para ocultarlo, y se convirtió en la pantalla sobre la que se proyectó, la cual se interpuso entre la verdad y tú. 3Pues la verdad se extiende hacia adentro, donde la idea de que es posible perder no tiene sentido y lo único que es concebible es un mayor aumento. 4¿Crees que es realmente extraño que de esa proyección del error surgiese un mundo en el que todo está invertido y al revés? 5Eso fue inevitable. 6Pues si se llevase la verdad ante esto, ésta sólo podría permanecer recogida en calma, sin tomar parte en la absurda proyección mediante la cual este mundo fue construido. 7No llames pecado a esa proyección sino locura, pues eso es lo que fue y lo que sigue siendo. 8Tampoco la revistas de culpabilidad, pues la culpabilidad implica que realmente ocurrió. 9Pero sobre todo, no le tengas miedo.

7. Cuando te parezca ver alguna forma distorsionada del error original tratando de atemorizarte, di únicamente: "Dios es Amor y el miedo no forma parte de Él", y desaparecerá. 2La verdad te salvará, 3pues no te ha abandonado para irse al mundo demente y así apartarse de ti. 4En tu interior se encuentra la cordura; la demencia, fuera de ti. 5Pero tú crees que es al revés: que la verdad se encuentra afuera y el error y la culpabilidad adentro. 6Tus míseras e insensatas substituciones, trastocadas por la locura y formando torbellinos que se mueven sin rumbo cual plumas arrastradas por el viento, son insustanciales. 7Se funden, se juntan y se separan, de acuerdo con patrones cambiantes que no tienen sentido y que no tienen que ser juzgados en absoluto. 8No tiene objeto juzgarlos individualmente. 9Las insignificantes diferencias que en lo relativo a la forma parece haber entre ellas no son diferencias reales en absoluto. 10Ninguna de tus sustituciones tiene importancia. 11Eso es lo único que tienen en común, nada más. 12Sin embargo, ¿qué otra cosa es necesaria para hacer que todas sean lo mismo?

8. Deja que se las lleve el viento, formando torbellinos y dando tumbos hasta que se pierdan de vista, lejos, muy lejos de ti. 2Y vuélvete hacia la majestuosa calma interna, donde en santa quietud mora el Dios viviente que nunca abandonaste y que nunca te abandonó. 3El Espíritu Santo te lleva dulcemente de la mano, y desanda contigo el camino recorrido en el absurdo viaje que emprendiste fuera de ti mismo, conduciéndote con gran amor de vuelta a la verdad y a la seguridad de tu interior. 4Él lleva ante la verdad todas tus dementes proyecciones y todas tus descabelladas sustituciones, las cuales ubicaste fuera de ti. 5Así es como Él invierte el curso de la demencia y te devuelve a la razón.

9. En tu relación con tu hermano, donde el Espíritu Santo se ha hecho cargo de todo a petición tuya; Él ha fijado el rumbo hacia adentro, hacia la verdad que compartís. 2En el demente mundo de afuera nada se puede compartir, sino únicamente sustituir. aEn la realidad, compartir y sustituir no tienen absolutamente nada en común. 3Dentro de ti amas a tu hermano con un amor perfecto. 4Ésa es tierra santa en la que ninguna sustitución puede tener lugar y donde sólo la verdad de tu hermano puede morar. 5Ahí estáis unidos en Dios, tan unidos como lo estáis con Él. 6El error original jamás llegó hasta ahí, ni lo hará jamás. 7Ahí reside la verdad radiante, a la que el Espíritu Santo ha confiado tu relación. 8Deja que Él la lleve ahí, donde tú quieres que esté. 9Ofrécele un poco de fe en tu hermano, para ayudarle a que te muestre que ningún sustituto del Cielo que hayas inventado puede excluirte de éste.

10. En ti no hay separación, y no hay sustituto que pueda mantenerte separado de tu hermano. 2Tu realidad fue la creación de Dios, la cual no tiene sustituto. 3Estáis tan firmemente unidos en la verdad, que sólo Dios mora allí. 4Y Él jamás aceptaría otra cosa en lugar de vosotros. 5Él os ama a los dos por igual y cual uno solo. 6Y tal como Él os ama, así sois. 7Nosotros no estáis unidos en ilusiones, sino en un Pensamiento tan santo y tan perfecto que las ilusiones no pueden permanecer allí para mancillar el santo lugar donde os encontráis unidos. 8Dios está contigo, hermano mío. 9Unámonos en Él en paz y con gratitud, y aceptemos Su regalo como nuestra más santa y perfecta realidad, la cual compartimos con Él.

11. El Cielo le es restituido a toda la Filiación a través de tu relación, pues en ella reside la Filiación, íntegra y hermosa, y a salvo en tu amor. 2El Cielo ha entrado silenciosamente, pues todas las ilusiones han sido llevadas dulcemente ante la verdad en ti, y el amor ha refulgido sobre ti, bendiciendo tu relación con la verdad. 3Dios y toda Su creación han entrado a formar parte de ella juntos. 4¡Cuán santa y hermosa es vuestra relación, la cual la verdad ilumina! 5El Cielo la contempla y se regocija de que lo hayas dejado venir a ti. 6Y Dios Mismo se alegra de que tu relación siga siendo tal como fue creada. 7El universo que se encuentra dentro de ti se une a ti junto con tu hermano. 8Y el Cielo contempla con amor aquello que está unido en él, junto con su Creador.

12. Aquel a quien Dios ha llamado no debe prestar oídos a ningún substituto. 2La llamada de los sustitutos no es más que el eco del error original que fragmentó el Cielo. 3¿Y qué fue de la paz de los que prestaron oídos a dicha llamada? 4Regresa conmigo al Cielo, y caminando junto con tu hermano ve a otro mundo más allá de éste, hasta llegar a la belleza y alegría que ese otro mundo te ofrece. 5¿Quieres debilitar y fragmentar aún más lo que ya se encuentra fragmentado y sin esperanzas? 6¿Es ahí donde buscarías la felicidad? 7¿No preferirías acaso reparar lo que ha sido quebrantado y unirte a la cruzada para devolverle la plenitud a lo que fue asolado por la separación y la enfermedad?

13. Has sido llamado, junto con tu hermano, a la más santa función que este mundo puede ofrecer. 2Ésa es la única función que no tiene límites, y que llega hasta cada uno de los fragmentos de la Filiación cual auxilio sanador y unificador. 3Esto es lo que se te ofrece en tu relación santa. 4Acéptalo ahora, y lo darás tal como lo has recibido. 5La paz de Dios se te da con el luminoso propósito en el que te unes a tu hermano. 6La santa luz que os unió tiene que extenderse, de la misma forma en que la aceptasteis.

Un curso de milagros 1. Libro de texto
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