V. La relación que ha sanado

1. La relación santa es la expresión del instante santo mientras uno viva en este mundo. 2Como todo lo relativo a la salvación, el instante santo es un dispositivo práctico, del que dan fe sus resultados. 3El instante santo nunca falla. 4La experiencia que suscita siempre se deja sentir. 5Mas si no se expresa, no se puede recordar. 6La relación santa es un constante recordatorio de la experiencia en la que la relación se convirtió en lo que es. 7Y así como la relación no santa es un continuo himno de odio en alabanza de su hacedor, así también la relación santa es un feliz cántico de alabanza al Redentor de las relaciones.

2. La relación santa, que es un paso crucial hacia la percepción del mundo real, es algo que se aprende. 2Es la relación no santa de antes, pero transformada y vista con otros ojos. 3La relación santa es un logro educativo extraordinario. 4La relación santa es en todos sus aspectos -comienzo, desarrollo y consumación- lo opuesto a la relación no santa. 5Consuélate con esto: la única fase que es difícil es el comienzo. 6Pues en esa etapa, el objetivo de la relación cambia de súbito a exactamente lo opuesto de lo que era antes. 7Éste es el primer resultado que se obtiene cuando se ofrece la relación al Espíritu Santo, a fin de que Él se valga de ella para Sus fines.

3. El Espíritu Santo acepta esta invitación inmediatamente y no se demora ni un instante en ofrecerte los resultados prácticos derivados de haberle pedido que intervenga. 2Su objetivo reemplaza al tuyo de inmediato. 3Esto tiene lugar muy pronto, pero parece alterar la relación, descoyuntarla, e incluso producir gran tensión. 4La razón de ello es muy obvia: 5la relación, tal como es ahora, no está en armonía con su propio propósito, y es claramente inadecuada para el nuevo propósito que se aceptó para ella. 6En su condición profana, tu objetivo era lo único que parecía darle significado. 7Ahora no parece tener ningún sentido. 8Muchas relaciones se rompen en este punto, reanudándose la búsqueda del viejo objetivo en otra relación. 9Pues una vez que la relación no santa acepta el objetivo de la santidad, jamás puede volver a ser lo que era antes.

4. La tentación del ego se vuelve extremadamente intensa con este cambio de objetivos. 2Pues la relación no ha cambiado aún lo suficiente como para mantenerse completamente inmune a la atracción de su objetivo previo, y su estructura se ve "amenazada" cuando se reconoce lo inadecuada que es para satisfacer su nuevo propósito. 3El conflicto entre el objetivo y la estructura de la relación es tan evidente, que no pueden coexistir. 4Mas ahora no se puede cambiar el objetivo. 5Pues al haber quedado firmemente establecido en la relación no santa, no queda otra alternativa que la de cambiar la relación para acomodarlo. 6Hasta que esta feliz solución no se vea y se acepte como la única manera de poner fin al conflicto, la relación parecerá tener serias dificultades.

5. Cambiar el objetivo gradualmente no sería más benévolo, pues el contraste perdería definición y ello le daría tiempo al ego para re-interpretar cada paso a su antojo. 2Sólo un cambio de propósito radical puede producir un cambio de parecer absoluto con respecto al objetivo de la relación. 3Según va produciéndose este cambio y hasta que finalmente se logra, la relación se vuelve progresivamente más grata y benéfica. 4Pero al principio, la situación se experimenta como muy precaria. 5Pues es una relación que dos individuos emprendieron para perseguir sus fines profanos, que de pronto tiene por objetivo a la santidad. 6Cuando dichos individuos contemplan su relación desde el punto de vista de este nuevo propósito, se sienten inevitablemente horrorizados. 7Su percepción de la relación puede incluso volverse bastante errática. 8Sin embargo, la manera en que su percepción estaba organizada antes ya no sirve para el objetivo que han acordado alcanzar.

6. Ahora es el momento en que hay que tener fe. 2Permitiste que el objetivo se estableciese por ti. 3Eso fue un acto de fe. 4No pierdas la fe, ahora que se te están brindando las recompensas por tener fe. 5Si creíste que el Espíritu Santo estaba presente para aceptar la relación, ¿por qué no ibas a creer ahora que todavía sigue presente para purificar lo que aceptó dirigir? 6Ten fe en tu hermano durante lo que tan sólo parece ser un período difícil. 7El objetivo ya está establecido. 8Y la cordura es el propósito de tu relación. 9Pues la relación que tienes ahora es una relación demente, reconocida como tal a la luz de su objetivo.

7. Ahora el ego te aconseja: "Sustituye esta relación por otra en la que puedas volver a perseguir tu viejo objetivo. 2La única manera de librarte de la angustia es deshaciéndote de tu hermano. 3No tienes que separarte de él del todo si no quieres hacerlo. 4Pero tienes que excluir de él gran parte de tus fantasías para poder conservar tu cordura". 5¡No hagas caso de estos consejos! 6Ten fe en Aquel que te contestó. 7Él te oyó. 8¿Acaso no fue muy explícito en Su respuesta? 9Ya no estás completamente loco. 10¿Puedes acaso negar que Él fue muy explícito en lo que te dijo? 11Ahora te pide que sigas teniendo fe por algún tiempo, aunque te sientas desorientado. 12Pues eso pasará, y verás emerger lo que justifica tu fe, brindándote una incuestionable convicción. 13No abandones al Espíritu Santo ahora, ni abandones a tu hermano. 14Esta relación ha vuelto a nacer como una relación santa.

8. Acepta gustosamente lo que no entiendes, y deja que se te explique a medida que percibes cómo opera en ella este nuevo propósito para hacerla santa. 2No te faltarán oportunidades de culpar a tu hermano por el "fracaso" de vuestra relación, pues habrá momentos en que ésta parecerá no tener ningún propósito. 3Una sensación de estar vagando a la deriva vendrá a atormentarte y a recordarte las múltiples maneras en que antes solías buscar satisfacción y en las que creíste haberla encontrado. 4No te olvides del dolor que en realidad encontraste, ni le infundas vida a tu desfallecido ego. 5Pues tu relación no ha sido destruida. 6Ha sido salvada.

9. Eres muy inexperto en lo que respecta a la salvación, y crees que has perdido el rumbo. 2Lo que has perdido es tu manera de alcanzar la salvación, pero no pienses que eso es una pérdida. 3En tu inexperiencia, recuerda que tu hermano y tú habéis comenzado de nuevo juntos. 4Dale la mano, y caminad el uno al lado del otro por una senda que os es más familiar de lo que ahora creéis. 5¿No es acaso inevitable que recuerdes un objetivo que nunca ha cambiado ni cambiará jamás? 6Pues has elegido el objetivo de Dios, del que tu verdadera intención nunca estuvo ausente.

10. El himno de la libertad se oye por toda la Filiación, como eco jubiloso de tu decisión. 2Te has unido a muchos en el instante santo, y ellos se han unido a ti. 3No pienses que tu decisión te dejará desconsolado, pues Dios Mismo ha bendecido tu relación santa. 4Únete a Él en Su bendición, y no dejes de ofrecerle la tuya también. 5Pues lo único que necesita ahora es tu bendición, para que puedas ver que la salvación reside en ella. 6No condenes la salvación, pues ha venido a ti. 7Y dadle la bienvenida juntos, pues ha venido a uniros en una relación en la que toda la Filiación es bendecida al unísono.

11. Decidisteis de mutuo acuerdo invitar al Espíritu Santo a vuestra relación. 2De no haber sido así, Él no habría podido entrar a formar parte de ella. 3Tal vez hayas cometido muchos errores desde entonces, pero también has realizado enormes esfuerzos para ayudarle a llevar a cabo Su labor. 4Y Él no ha dejado de apreciar todo lo que has hecho por Él, 5ni se fija en absoluto en los errores que cometes. 6¿Le has estado igualmente agradecido a tu hermano? 7¿Has apreciado sistemáticamente sus meritorios esfuerzos y pasado por alto sus errores? 8¿O ha fluctuado tu aprecio menguando progresivamente a la luz de sus errores? 9Tal vez estés ahora iniciando una campaña para culparle por la incomodidad de la situación en que os encontráis. 10Y debido a esa falta de aprecio y gratitud te incapacitas a ti mismo para expresar el instante santo, y, de ese modo, lo pierdes de vista.

12. La experiencia de un instante, por muy convincente que sea, se olvida fácilmente si permites que el tiempo la sepulte. 2Tiene que mantenerse brillando y llena de gracia en tu conciencia del tiempo, pero no oculta dentro de él. 3El instante perdura. 4¿Pero dónde estás tú? 5Darle las gracias a tu hermano es apreciar el instante santo, y permitir, por lo tanto, que sus resultados sean aceptados y compartidos. 6Atacar a tu hermano no hace que se pierda el instante, pero sí anula el poder de sus efectos.

13. Has recibido el instante santo, pero tal vez has dado lugar a una condición que te impide utilizarlo. 2Como resultado de ello, no te das cuenta de que aún sigue contigo. 3Y al haberte separado de su expresión, te has negado a ti mismo su beneficio: 4Cada vez que atacas a tu hermano refuerzas esto, pues el ataque impide que te veas a ti mismo. 5Y es imposible que te niegues a ti mismo, y al mismo tiempo puedas reconocer lo que se te ha dado y lo que has recibido.

14. Tanto tú como tu hermano os encontráis juntos en la santa presencia de la verdad misma. 2Aquí se encuentra el objetivo, junto con vosotros. 3¿No crees que el objetivo mismo hará los arreglos necesarios para su consecución? 4Es precisamente esta discrepancia entre el propósito que se ha aceptado y los medios tal como los usas ahora, lo que parece hacerte sufrir, si bien ello le es grato al Cielo. 5Si el Cielo fuese algo externo a ti, no podrías compartir su júbilo. 6Pero puesto que está dentro de ti, su júbilo es también el tuyo. 7Os une un propósito común, pero todavía permanecéis separados y divididos con respecto a los medios. 8El objetivo, no obstante, ya está establecido y es fijo, firme e inalterable, y los medios se amoldarán a él debido a la inevitabilidad del objetivo. 9Y compartiréis el júbilo de la Filiación de que ello sea así.

15. A medida que empieces a reconocer y a aceptar los regalos que tan desprendidamente has dado a tu hermano, empezarás a aceptar asimismo los efectos del instante santo y a usarlos para corregir todos tus errores y liberarte de sus resultados. 2Y al aprender esto, habrás aprendido también cómo liberar a toda la Filiación, y cómo ofrecérsela con alegría y gratitud a Aquel que te dio tu liberación y que desea extenderla a través de ti.

Un curso de milagros 1. Libro de texto
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