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Y al beneficio humano sigue la gratitud,
pero al don divino por años
ante todo la pena y el extravío,
para que más suave sobre el tiempo que sigue
el alto rayo
brille por el santo desierto.
Por eso, ¡oh divino!, estad presente,
y más bello que siempre, oh, sed
conciliador ahora conciliado para que por la tarde
con los amigos te nombremos y cantemos
desde las alturas, y junto a ti estén otros.
Pues seco casi, en llamas de sacrificio todo
había expirado el fuego sagrado
cuando encendiendo velozmente el padre envió
lo más amado que tenía,
para que ardiendo,
y cuando consumiéndose de linaje en linaje,
los hombre estuvieran demasiado llenos de bendición,
y así cada uno se basta y altivamente olvidara el cielo,
habló él entonces debe haber un nuevo comenzar,
¡y ved! lo que callaste,
lo trajo la plenitud del tiempo.
Bien lo sabías, pero no para vivir, para morir fuiste enviado.
Y cada vez más grande que su campo, como el dios de los dioses
él mismo, debe ser también uno de los otros.