¡Prueben a preparar un verdadero postre casero!

 

Seguro que no imaginabas que algunos de los postres más famosos del mundo fueran tan sencillos de hacer. Ingredientes accesibles y procedimientos que no exigen ninguna habilidad ni conocimiento en profundidad de la repostería. Texturas que solemos probar y saborear en ocasiones especiales, sin sospechar que esa consistencia justa, perfectamente la podremos replicar desde casa y traer así una dulce crema o un crujiente pastel.

En definitiva, la cocina siempre será un escenario fértil para la improvisación. De hecho, la historia culinaria registra numerosos casos de postres y platos cuyo único sabor surgió de pura casualidad, por accidente o incluso error. Equivocaciones que convirtieron algunos postres en delicias únicas y codiciadas por todos.

Cada vez que vemos esas coquetas ilustraciones de los postres que más nos gustan, podemos llegarnos a intimidar y pensar que nosotros jamás podríamos elaborar semejantes manjares.

Aunque si nos atenemos con riguroso respeto hacia sus recetas, veremos cómo aquella torta espectacular del libro de cocina, o esas crepes de dulce de leche que tanto relucen dentro de la heladera del mejor restaurant, no resultó, al final de cuentas, en ninguna odisea imposible desde nuestras cocinas.

Las historias que hemos visto sobre sus orígenes, herencias e insólitas ramificaciones de popularidad hacia remotos puntos del mundo, además de conformar un muestrario de misterios culinarios de larga data, a su vez nos enseñan algunas claves en cuanto a ingredientes o especiales modos de preparación, que si cumplimos a raja tabla quizá convirtamos nuestros postres en un gemelo del original.

Qué mejor oportunidad que degustar los 10 postres más famosos del mundo, que preparándolos en nuestra casa. Aprender y deleitarse ya mientras vas elaborando el bizcochuelo, la masa o su cobertura, empalagándote con los ojos, perdido entre diversos aromas y texturas.

El proceso hace al resultado y es igual de productivo. Porque puede pasar, naturalmente, que luego de hacer alguno de estos seleccionados postres, nazca desde el interior una imprevista chispa culinaria, una pasión oculta por la repostería, sus creaciones e intimidades, o incluso divertirse mucho durante la preparación.

Nada como esperar a que nuestro postre esté pronto, montado y adornado en nuestro propio plato para ir a su dulce encuentro. Igual de enorme es el placer de dedicar un tiempo a confeccionarlos, con la delicadeza y paciencia justas para que podamos ofrecer seductoras presentaciones, hechizando a invitados, o a esa persona especial que se merece ser agasajada.

Si prueban a hacer estas recetas en casa, confirmarán, lisa y llanamente, que con un poco de atención a la hora de su elaboración, no harán un mamarracho sobre el plato. Todo lo contrario, verán qué sencillo resulta preparar un tiramisú, unos crepes de dulce de leche, una baklava típica o hasta una crujiente crème brûlée, sin necesidad de gastar fortunas en confiterías, pastelerías o restaurantes.

Cocinando, en pleno proceso se aprende y aplican métodos usualmente aplicados por chefs todos los días, que durante la marcha vemos que tampoco son técnicas refinadas ni nada complejas. Como llevar a “baño a maría”, conseguir “claras a la nieve” o al “pico turrón”.

Descubrir que con apenas un par de ingredientes, batiendo y poco más, pueden realizarse las salsas, cremas y masas más exquisitas del mundo. Es el caso de la tarta Sacher, una simbiosis invencible de chocolate y damasco. También el del merengue navegando en crema inglesa bajo la forma de isla flotante. La pasta de nueces trituradas y baño de miel del baklava, los pasteles de chocolate con nueces en miniatura de los brownies, esas tortas de crema y pasta de hojaldre de los pasteles de Belém. O esos panqueques que sólo con dulce de leche por adentro, alcanza y sobra…

Experimentar que las crepes se hacen en un ratito, que la magia de la crème brûlée depende no tanto de la mano y experiencia del chef, como de la precisión a la hora de hacer el quemado y obtener la textura exacta.

 

O que a pesar de las disputas en torno a las propiedades y procedencias de un postre, su sabor es lo que cuenta para los comensales y por eso los tiramisú o strudel de manzana seguirán elaborándose por los siglos de los siglos y siempre sabrán más o menos igual.

 

Habrán visto también cómo un postre originado en ciertos contextos tiene luego inesperados desenlaces en otras partes. El cheesecake primero fue una fuente de energía para atletas en épocas de la Grecia antigua, luego un éxito de ventas en bares y confiterías de Estados Unidos, hoy un plato de las más finadas reposterías y restaurantes, que tentador nos espera desde las vitrinas.

Al probar a preparar estos 10 postres famosos en el mundo comprobarán, sobre todo, aquella extendida creencia por parte de comensales e incluso vociferada por prestigiosos chefs de la cocina mundial, de que no hay como un postre de auténtico gusto casero.

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