ACTO 5
La traición
La recuperación de su estilo de vida, le había generado la suficiente confianza a los padres de Cristian como para restablecer el servicio de internet, nuevamente podría estar conectado en su red social favorita.
Pero las horas de conexión eran controladas, tenía un horario específico para permanecer en línea, lo que no iba a permitirle acumular demasiados créditos en su cuenta de usuario. Pero dejaría de importar muy pronto, ya que la primera vez que ingresó a MeetMe desde su casa, el miedo se apoderó de él al ver el mensaje que tenía en su buzón de entrada.
— “Hemos detectado una actividad inusual en su cuenta. Al notar que un intruso estaba intentando manejarla de manera ilegal y sin su supervisión, hemos tomado las medidas necesarias para evitar que esto vuelva a suceder. Lo invitamos a seguir siendo parte de nuestra comunidad y a no permitir que este tipo de situaciones vuelva a repetirse, tanto por su bien, como por el nuestro”.
Al leer esto, Cristian sitió un tono de amenaza y no pudo evitar pensar automáticamente en Kimberly. Hablaban de que habían tomado medidas necesarias para corregir el problema, no podía evitar pensar en que tenía que ver con ella.
Pero a pesar de esto, sigue navegando en su cuenta, la cita con Joan estaba por concretarse en un par de días, y contaba con una gran cantidad de mensajes que describían cada una de las cosas que deseaba hacerle cuando lo tuviese personalmente.
Cristian estaba a solo minutos de descubrir una cruda realidad existente en MeetMe, cuando al ingresar a la sala de ofertas existentes, pudo ver una imagen que le generaría un escalofrío incomparable. Se trataba de una imagen de Kimberly, se veía realmente confundida.
La oferta de la chica no era algo que había sido una decisión propia, evidentemente se trataba de una plataforma que estaba ejerciendo la trata de personas, y esto era realmente grave.
Cristian se comunicó con las autoridades locales, denunciando la desaparición de Kimberly, y que había dado con un lugar en la red en el que se estaba comercializando con personas. Entre ellas se encontraba la chica desaparecida.
— Tienen que hacer algo pronto. Esto es en serio. — Dijo Cristian a través de la línea telefónica.
— Tomaremos su declaración personalmente, señor. Por favor diríjase a la estación más cercana y procederemos a iniciar una investigación.
El chico sintió tanta frustración en ese instante, que cortó la llamada abruptamente. Corrió nuevamente hacia el ordenador, y al ver que tenía los suficientes créditos para acceder a la compra de la posibilidad de ofertar, accedió a la negociación.
No obtuvo ninguna respuesta en las siguientes horas, así que decidió esperar que se llevara a cabo el procesamiento de la solicitud, a veces podía durar hasta un par de días. Pero no se trataba de una transacción normal, el sistema había detectado que había una relación entre la chica y la cuenta de Cristian, por lo que algo inesperado ocurrió.
A la mañana siguiente, Cristian se disponía a ingresar a su cuenta de MeetMe, pero su navegador le había bloqueado completamente el acceso a la red social. Cada vez que intentaba ingresar, un mensaje de error aparecía en la pantalla del ordenador.
Intentó ingresar a través de su teléfono móvil y tampoco tuvo éxito. Estaba tan desesperado, que recordó que posiblemente el departamento de Kimberly aún continuaba abierto, salió desesperadamente hacia aquel lugar.
Al llegar, la cerradura había sido cambiada. Era una situación completamente descabellada para él. Al volver a casa, tenía un par de correos electrónicos que habían sido enviados solo un par de horas posteriores a su intento por acceder a la compra de Kimberly.
El primer correo indicada una suspensión temporal de la cuenta, pero el segundo, parecía ser más personal, era como si alguien muy cercano a él lo hubiese redactado.
— “Lamentablemente, hemos notado que has violado algunos códigos de privacidad y confidencialidad de nuestra plataforma. Tu cuenta ha sido completamente eliminada y hemos bloqueado el acceso a nuestra red.
>>Te recomendamos la no divulgación de información acerca del contenido proporcionado en MeetMe, ya que las consecuencias serán irreversibles. Pedimos disculpas por las molestias causadas y lo invitamos a hacer uso consciente de la red. Recuerda que aún sabemos quién eres y donde vives”.
El intento de Cristian por salvar a Kimberly, lo había colocado bajo el lente del equipo detrás de MeetMe, pero su constante tono amenazador no había intimidado a Cristian. El chico decidió imprimir el texto del correo electrónico y dirigirse hacia la estación de policía más cercana.
Pero su plan no tendría ningún éxito, ya que subestimó el poder y alcance de los tentáculos de esta red social. Debían proteger toda la confidencialidad del contenido suministrado por miles de usuarios que hacían uso de esta.
Si esta información era revelada al mundo, una gran cantidad de usuarios estarían en problemas. Cristian asigna la impresión del documento y de dirige a tomar un baño antes de salir, se toma el tiempo necesario para determinar cuáles serán las palabras precisas que usará para explicar lo que ha ocurrido.
Una vez que sale del cuarto de baño, con la toalla en su cintura, puede ver que el papel aún no había sido impreso, y al ver el buzón de mensajes, estos han sido borrados.
Rápidamente hace una revisión detallada y no cuenta con ningún vínculo con su cuenta de MeetMe. La información ha sido completamente eliminada de manera ilegal. No cuenta con ninguna prueba de su existencia en MeetMe, pero aun así está decidido a realizar su denuncia.
Se viste rápidamente y abandona su casa, llevando en su bolsillo su teléfono móvil y las llaves de su casa. Solo a un par de calles de allí, un misterioso coche de color negro espera pacientemente el paso de Cristian.
Dos hombres bajan del vehículo, colocan una bolsa negra en su rostro y lo suben al coche. Esta sería la última vez que Cristian vería la luz del día.
Las investigaciones de Candela no habían dado resultados, por más que había rastreado el paradero de Cristian, sus intentos habían sido un completo fracaso.
Constantemente compartía sus avances con Bryan, quien intentaba persuadirla para que dejara esa situación a un lado y abandonara esa red social lo antes posible.
Bryan había descubierto cosas terribles en aquel lugar, pero conociendo la curiosidad de la chica, prefería no comentarle absolutamente nada al respecto. En vez de alertarla, generaría el efecto contrario, no se trataba de un juego.
Bryan concreta citas con chicas, este había conseguido un rango importante en la red, ya que acumulaba una gran cantidad de créditos durante la madrugada. Esto le había dado acceso a una gran cantidad de privilegios, pero su principal interés era conseguir citas con chicas calientes con gustos peculiares por el sexo.
El curioso joven se había mezclado con chicas muy ardientes que estaban dispuestas a hacer cualquier cosa a cambio de créditos en la red social. La adicción a este sitio había generado una sustitución del dinero mismo.
Se había convertido en proactivamente un trabajo para Bryan, quien hacía uso de todo su tiempo libre para poder conseguir la mayor cantidad de créditos posibles y así poder acostarse con una chica diferente cada semana.
Se había convertido en una rutina bastante agradable y efectiva, y conocía cada una de las condiciones de la red social, sabía que no podía compartir esta información con nadie y respetaba las normas de este sitio web.
— Creo que hay algo que estás ocultándome, Bryan. Sabes que estoy dedicando todo mi tiempo a esto. — Dijo Candela.
— Ya te he dicho muchas veces que lo mejor es que te alejes de ese sitio web. Lo único que puedo decirte es que lo que puedes encontrar allí, son serios problemas. — Respondió el chico.
Candela sabía perfectamente que el chico la estaba engañando, habían sido amigos durante el tiempo suficiente como para saber cuándo no le estaba diciendo la verdad. Pero si no contaba con la ayuda de Bryan, ella misma tendrá que estructurar un plan antes de que el tiempo siguiera corriendo en contra de Cristian.
Días atrás, Candela había visto un aviso promocional en la red social que invitaba a participar en un concurso.
El título del enlace era “Primera Vez en Venta”, y a pesar de no entender a primera vista, de lo que se trataba, un par de horas después, luego de revisar las condiciones, pudo descubrir de lo retorcido que podría llegar a ser. No había ningún interés en Candela por conseguir dinero o créditos, lo único que le interesaba era información y hechos que narrar.
Luego de llenar un formulario extenso y estar obligada a proporcionar una foto real, prefirió dejarlo para el día siguiente. Había pasado la noche entera en busca de información sobre la página web y algunas referencias sobre Cristian.
Aun la chica no había conseguido una membresía, ya que no había logrado estar la cantidad de tiempo suficiente en línea dentro de la red de MeetMe.
La chica sólo había conseguido llenar la información, pero había decidido asignar una foto falsa, pero se sorprendió cuando al intentar asignar dicha fotografía, el sistema le negó el procedimiento.
Constantemente rechazaba las fotografías falsas que intentaba elegir. Finalmente, intentó realizar una prueba al ingresar una foto real, la cual fue aceptada inmediatamente.
Candela no podía comprender como el sistema denegaba una y otra vez las fotografías falsas y rápidamente aceptó el ingreso de una real. Esto despertó algo de miedo, pero continuó.
“Mi Primera Vez en Venta” se trataba de un concurso a través del cual podían participar chicos y chicas mayores de 18 años que no hubiesen tenido relaciones sexuales la primera vez. La plataforma les daba la posibilidad a los usuarios de realizar subastas por la virginidad del participante.
Una vez que el tiempo de subasta culminara, el ganador debía coordinar el lugar y la fecha con el subastado. Estos usuarios ingresaban al concurso por decisión propia pero una vez registrados no podían rechazar al ganador.
Candela se encontraba escéptica ante la posibilidad de que esto realmente fuese un hecho. No podía creer que una persona realmente pusiera en venta su virginidad.
Pero su objetivo no era más que determinar cuántos usuarios podían llegar a ofertar por ella, una vez que culminara esta etapa, simplemente se alejaría de la red social por un tiempo y así evadiría la responsabilidad de tener que entregarle su cuerpo a un completo extraño.
Candela desconocía los alcances reales de MeetMe, si hubiese conocido las experiencias desagradables por las que tuvo que atravesar Cristian, habría escuchado las advertencias de Bryan.
Pero desde su punto de vista, se trataba de un simple juego, la chica estaba dispuesta a llegar tan lejos como fuese posible, así que puso en línea su perfil y se encontraba participando dentro de la subasta de su propia virginidad.
Durante un par de días no recibió ninguna oferta, esto la desmotiva un poco, pero asumía que quizás solo se trataba de una forma de atraer usuarios a la red social pero que aquella subasta era una completa farsa.
Pero el ego de Candela se estaba transformado, constantemente accedió a su cuenta a verificar si algún usuario había realizado una oferta por ella, pero al ver que no tenía receptividad de los usuarios, no podía evitar sentir molestia.
Debido a que la fotografía no era demasiado atractiva, Candela decidió sustituirla por una con menos ropa, aunque tampoco era demasiado reveladora.
El sistema no permitía acceder al resto de los participantes en la subasta, los únicos que podían acceder a esta información, eran aquellos que habían acumulado una elevada cantidad de créditos que podían ser comprados con dinero, o a través de la acumulación de tiempo en línea.
La segunda fotografía tampoco dio demasiados resultados, ya había transcurrido una semana entera, y la chica aun no conseguía la primera oferta. Realmente se sentía decepcionada.