ACTO 5
Efectos inesperados
Un enorme equipo de producción se desplegaba para recibir a Ricardo Noruega, quien se había convertido en la nueva celebridad en la ciudad de Nueva York. A pesar de ser una mujer muy objetiva, Cristina Paz no podía negar la atracción que había llegado a sentir en algún momento por Ricardo.
Era un hombre esculturalmente atractivo, y su nueva imagen transmitida al público, proyectaba un hombre sensible y consideraba que no podía ser más que el hombre perfecto para cualquier mujer.
Esta era precisamente la estrategia que había ideado Whitney quería convertir a Ricardo en el modelo a seguir por todos los hombres. Un hombre que había pasado de una vida llena de caos y autodestrucción a ser un hombre útil para la sociedad y lleno de éxitos.
Los nervios invadían a Ricardo, quien ya se encontraba en el camerino, estaba preparado para ser bombardeado por todas las preguntas de la sexy Cristina Paz. Buscaba apoyarse en Whitney, pero ya todo estaba en manos de él, era su oportunidad.
— Es la entrevista más importante de tu carrera, Ricardo. No lo arruines. — Dijo Whitney.
— Cristina me hará pedazos en menos de la primera mitad de la entrevista. Realmente no deseo hacer esto. — Respondió Ricardo.
— No podemos cancelar justo ahora. En tan solo minutos saldrás al aire. Cálmate, todo pasará muy rápido y lo harás muy bien.
— Confío en ti. Intentaré darle a Cristina una cucharada de su propia medicina.
— No hagas algo de lo que después puedas arrepentirte. Recuerda que Cristina puede acabar con tu carrera con un solo comentario.
Ya era la hora de ingresar al estudio de grabación, Ricardo había logrado controlar sus nervios, y finalmente se encontraba frente a frente con la periodista más famosa de los Estados Unidos. Cristina Paz era una mujer imponente, con cabello negro que llegaba hasta sus hombros, cejas perfectas y largas pestañas que adornaban sus ojos color miel.
Su fino rostro parecía una escultura, y sus labios rojos invitaban a ser besados intensamente. Contaba con un tono de piel muy blanco, parecía que la misma porcelana no era tan hermosa a su lado.
Allí se encontraba Ricardo, respondiendo cada una de las preguntas que la hermosa presentadora realizaba. Como un inexperto trapecista, Ricardo caminaba a través de la cuerda floja de preguntas y comentarios que constantemente lo amenazaban con dejarlo caer al vacío frente a los ojos de millones de espectadores.
Pero a pesar de que el terror era evidente en los ojos de Ricardo al ver a Cristina, esta no lo atacó con preguntas incisivas o incómodas, tal y como lo esperaba Ricardo. La mujer se había sentido realmente cautivada por el caballero, que desinteresadamente había realizado aportes a la comunidad de Nueva York.
La popularidad de Ricardo comenzaba a dispararse y a crecer como la espuma, conseguir una entrevista con Cristina, había sido uno de los movimientos más inteligentes de Whitney. Pero sin saberlo, estaba empujando a Ricardo hacia un abismo de pasión que ni ellos mismos conocían de su existencia.
Todos los comentarios que se generaban durante el desarrollo de la entrevista, tenían que ver con la hermosa pareja que conformaban Cristina y Ricardo. Ambos eran figuras públicas y aun se encontraban solteros. Pero Cristina nunca habría considerado la posibilidad de ser vinculada con una estrella del porno.
Este sería un verdadero escándalo para su carrera, estaba acostumbrada a salir con hombres, más reservados, pero no había tenido éxito con ninguno de ellos. Quizás era precisamente lo que necesitaba, un hombre con un estilo de vida mucho más extremo que los anteriores, que le permitiera descubrir una vida diferente y le mostrara la felicidad.
Ricardo no estaba preparado para ser ese hombre, amaba su soltería más que a nada en el mundo, y a pesar de que Cristina le había resultado atractiva, pudo notar cierta distancia existente entre ellos. Eran dos personas enfocadas en objetivos totalmente diferentes.
Pero había una seria atracción física entre ellos, sus miradas y sonrisas los dejaban al descubierto ante la mirada de todos, no había forma de negar que había una química muy intensa entre ellos. La entrevista llegaba a su final, pero todo apuntaba a que no sería la última vez que Ricardo y Cristina estarían juntos en el mismo lugar.
Desde su ubicación, Whitney estudiaba la situación y automáticamente comenzaba a trazar un nuevo destino para Ricardo, en el que la hermosa presentadora tenía un lugar muy importante. Ella solo se encargaría de crear la situación, el resto tendría que quedar en manos de Ricardo.
Una vez finalizada la entrevista, Cristina se dirigió a su camerino y no compartió palabras con Ricardo. Un simple apretón de manos fue lo que pudo conseguir de la chica de 27 años, quien no supo cómo actuar y prácticamente huyó del lugar.
Cristina había experimentado fuertes sensaciones por Ricardo Noruega durante el desarrollo de la entrevista, no entendía cómo un hombre podía despertar en ella un deseo tan intenso, solo con cruzar algunas palabras y compartir algunas anécdotas. Podía recordar sus palabras y su tono de voz, y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Necesitaba volver a ver a Ricardo, pero no podía perder el control.
Por otra parte, Ricardo se sentía un poco decepcionado al ver la reacción de la chica. Tenía toda la intención de agradecerle e invitarle un trago en alguna oportunidad. Pero la actitud de Cristina fue arrogante y poco cortés, así que intentó dejar aquella amarga experiencia atrás y abandonó el lugar junto a Whitney.
A pesar del episodio incómodo con Cristina, Ricardo podía saborear el éxito de su entrevista, a la mañana siguiente podría ver la gran cantidad de comentarios positivos al respecto, y una vez más tendría que agradecerle a Whitney por sus fantásticas ideas que estaban impulsando su carrera en una dirección totalmente diferente.
Tal y como lo había previsto Ricardo, todos los titulares de los medios impresos, hablaban acerca de la exitosa entrevista de Ricardo Noruega y Cristina Paz. Pero no le habían dado el enfoque que él esperaba. Su ego no le permitía aceptar el hecho de que todo el país se había percatado de su atracción evidente por Cristina. Tomó su móvil y marcó desesperadamente el número de Whitney.
— ¿Ya leíste los titulares? Esto es un desastre, Whitney. — Dijo Ricardo.
— No es lo que esperábamos. Pero no seas dramático, era evidente que alguien comentaría acerca de la afinidad existente entre ustedes. — Respondió Whitney.
— Me han ridiculizado frente a todo el país. Si es cierto que es una mujer hermosa, pero no era mi intención que me vincularan con ella.
— Relájate, todo está saliendo tal como lo esperábamos. Necesitábamos colocar tu nombre en los medios, y lo hemos conseguido.
Abruptamente la llamada se cortó, Ricardo estaba realmente molesto con la situación y no quería ser parte de una dinámica como esa.
Si le interesaba Cristina, el mismo debía ser quien consiguiera una cita con ella y le demostrara su interés directamente, pero ahora todo el país buscaría la manera de verlos juntos, así que no sentía la misma emoción por tratar de conquistarla o llamar su atención. Pero después de pensarlo todo detenidamente, Ricardo descubrió que su actitud de adolescente asustado, era totalmente nueva para él.
Estaba experimentado una nueva sensación que nunca había tenido la oportunidad de vivir, y era gracias al vínculo existente entre él y Cristina. Las probabilidades de que estos se volvieran a cruzar, eran mínimas, y quizás esto era lo que realmente afectaba a Ricardo, la imposibilidad de poder estar de nuevo con una mujer tan refinada y de alta categoría.
La frustración de Ricardo se incrementaba, todos comenzarían a vincularlo con Cristina, y al no poder acceder a ella, quedaría como un fracasado delante de todos los Estados Unidos. En medio de un momento de desesperación, pudo ver con claridad la necesidad que tenía de compartir nuevamente con Cristina Paz.
Una llamada entrante en el móvil de Whitney confirma lo que la chica estaba esperando que ocurriera.
— Necesito que coordines una cita con Cristina Paz. — Dijo Ricardo.
— ¿Cuándo deseas que se lleve a cabo dicha reunión? — Preguntó Whitney.
— En los próximos días. Necesito prepararme para poder enfrentar esta situación.
Estaba hecho, Ricardo había dado el primer paso hacia la tercera fase del plan inicial de Whitney, pero este requería un proceso y algo de estrategia para que todo se desarrollara de forma eficaz.
Para Ricardo, no iba a ser fácil poder mantener una conversación con la mujer que se había convertido en su otra mitad ante los ojos de todo el país. Muy en el fondo, sabía que la chica aún poseía algunos juicios con respecto a la vida de él.
Una mujer tan sofisticada y reconocida internacionalmente, no podía vincularse con un actor porno. No se trataba de dinero, prestigio o reputación, se trataba de valores y moral.
No había forma de que Ricardo pudiese limpiar su pasado, no importaba cuánto esfuerzo imprimiera en tratar de limpiar su presente, así que tenía que hacer uso de todos sus encantos para poder lograr una buena relación de amistad con Cristina.
Necesitaba aclarar toda la situación confusa que se había desarrollado en torno a ellos, así que, esta reunión tenía como objetivo, dejar en claro que a pesar de que, si existía una atracción física, no estaba interesado en ir más allá con ella. Pero no importaba cuantas veces ensayara su discurso, todo se venía abajo cuando la imagen de la hermosa Cristina Paz llegaba a la cabeza de Ricardo.
Era muy difícil evadir el hecho de que había quedado fascinado por ella, era una mujer inteligente y elocuente, con la que podría mantener conversaciones durante horas.
Ricardo tenía que librar una batalla entre su cerebro y sus genitales. Sus genitales le ordenaban que la llevará a la cama cuanto antes, mientras su cerebro intentaba mantenerlo en una posición menos vulnerable ante una mujer que podría acabar con él con tan solo un par de palabras.
La noche previa a la cita con Cristina, Ricardo y Whitney se encuentran compartiendo nuevamente una copa en el departamento de Ricardo. La conversación gira entorno a las pautas que Ricardo debe seguir para que la cita sea un verdadero éxito.
Whitney sabe que Ricardo necesita una estabilidad en su vida, y Cristina Paz es una de las candidatas más adecuadas para que este le dé un nuevo curso a su vida. Ricardo está acostumbrado a chicas fáciles que desfilan por su cama y luego desaparecen. Lo que realmente necesita es una mujer con la cual despertar a diario y comparta sus sueños y proyectos.
— Sé que te sientes solo en ocasiones. Debes darte la oportunidad de conocer a una mujer diferente. YA no estás en edad de seguir jugando, Ricardo. — Dijo Whitney.
Ricardo se encontraba un poco ebrio, dos botellas de vino habían sido parte de la velada con su compañera y ya el caballero no tenía filtros para expresar lo que realmente sentía por Cristina. Si hubiese sabido que llegaría a tales niveles de sinceridad, posiblemente hubiese preferido no ingerir demasiado licor.
— Cristina es la mujer más increíble que he conocido. Pero no querrá estar con un sucio actor porno. — Dijo Ricardo, bastante melancólico.
— No digas eso, eres un hombre muy especial, Ricardo. — Respondió su amiga.
— Lo único especial en mi es que tengo un pene gigante, Whitney. Quiero conquistar a Cristina y no tengo la menor idea de cómo hacerlo.
— Esa mujer está completamente loca por ti. No intentes ser algo que no eres. Trata de ser auténtico y tendrás éxito con ella.
— No estoy dispuesto a dejarla ir. Cristina Paz tiene que ser mía. — Comentó el ebrio caballero.
— Recuerda que no es un objeto, ni una de esas chicas idiotas que salen una noche y abren sus piernas. Debes ser delicado con ella.