ACTO 3
Cambio de enfoque
La muerte de Bruno se había convertido en una de las etapas más difíciles para Ricardo. Tener que afrontar la ausencia de quien se había convertido en su muro de contención ante tantas tentaciones y vicios, no había sido nada sencillo para él.
Pero a pesar de lo dolorosa que había sido su pérdida, tenía que seguir adelante, no podía dejar que su carrera se fuera a la basura después de tantos años de esfuerzo. No había forma de que los periodistas se olvidaran de Ricardo, era una persona polémica e irreverente, por lo que conseguir estar de nuevo en las portadas de revistas no iba a ser un problema.
Antes de continuar, tenía que conseguir un nuevo manager y asesor, que le diera un nuevo enfoque a su carrera y buscara captar la atención de las personas desde otro punto de vista.
El dinero de Ricardo estaba siendo gastado en tonterías, no había invertido en nada relevante y no tenía la menor idea de lo que era la caridad. Era un hombre egocéntrico, con un buen temperamento, pero bastante difícil de tolerar en ciertas situaciones. Cuando se tratativa de dinero, podía convertirse en un lobo hambriento cuando le intentan arrebatar su presa.
Había programado un par de entrevistas para conseguir su nuevo asesor, quizás esta vez lo intentaría con una mujer, ya que estas en ocasiones suelen dirigir las cosas desde un punto de vista más objetivo.
La primera entrevista se desarrolló con una mujer de unos 45 años, había sido manager de una gran cantidad de artistas de TV, pero muy conservadora para lo que había estado buscando Ricardo, tenía propuestas interesantes pero que no se adaptaban a la vida de una estrella del cine porno. A pesar de tener una gran reputación y una excelente experiencia, prefirió tomar la segunda opción.
Se trataba de Whitney Holmes, una mujer de 28 años que tenía un temperamento muy fuerte, se veía decidida, y el principal elemento que llamó la atención de Ricardo, es que la chica no se vio interesada en él físicamente.
No tenía intenciones de relacionarse con su asesor personal, por lo que tomó la decisión de comenzar a trabajar con Whitney cuanto antes. Ambos habían acordado, luego de la entrevista, ir a almorzar juntos y conversar sobre algunas ideas que rondaban en la cabeza de Ricardo, y que nunca pudo hacérselas saber a Bruno, su antigua mano de derecha.
Un lugar sofisticado, bastante agradable para los clientes. Era el sitio ideal para un almuerzo de negocios, de alta categoría y con una decoración con los más altos estándares de calidad y glamour.
Whitney era una mujer sencilla que no estaba acostumbrada a los lujos que estaba a punto de acceder a través del trabajo con Ricardo, este se encargaría de introducirla en un mundo en el cual, rápidamente, esta comenzaría a desenvolverse. Al comienzo se sentía un poco intimidada e insegura, pero al conocer un poco más a fondo la personalidad de Ricardo, ambos comenzaron a fluir rápidamente.
— ¿Qué tienes en mente para el futuro? Quiero que mi carrera se dispare a lo grande. — Comentó Ricardo.
— He estado estudiando un poco de tu carrera y tu reputación. Pienso que deberíamos darle un cambio drástico al curso de las cosas. — Respondió Whitney.
— ¿Por dónde deberíamos empezar?
— Necesitas una nueva imagen ante el público. Todos están acostumbrados a ver al borracho y mujeriego. ¿Qué tal si le damos un nuevo significado a tu vida? — Dijo la chica.
Ricardo aún no estaba seguro de lo que comentaba Whitney, pero la seguridad con que hablaba la chica y la convicción que transmitía a través de sus ideas, no dejaba lugar a las dudas.
Ricardo había puesto su carrera en manos de Whitney, así que esta se encargaría de transformarla en una nueva visión para el público. La vida de Ricardo era de dominio público, pero las personas querían saber más acerca de la estrella de cine para adultos que seguramente amanecía con mujeres diferentes cada mañana.
— Lo que haremos será dividir tu vida futura en tres etapas que definirán el éxito de tu carrera, esto garantizará que no termines acabado como todos los actores porno retirados. — Comentó Whitney.
— Te escucho. Tienes toda mi atención. — Dijo Ricardo.
La chica comenzó por explicarle a Ricardo la primera etapa de esta nueva fase que estarían a punto de emplear para darle una inyección a la vida de Ricardo fuera de las cámaras.
Era evidente que las mujeres seguirían lloviendo en la cama de Ricardo, y eso no estaba en discusión, debía aprovechar las dos primeras etapas de este nuevo plan, pues una vez que llegaran a la última fase, debería dejar atrás la vida de excesos y debía convertirse en un hombre completamente nuevo.
Solo la idea de pensar en dejar el porno, aterrorizaba a Ricardo, pero no era lo que Whitney buscaba, solo que quería proyectar otra imagen de su cliente.
La primera etapa en la que trabajarían seria en proyectar una imagen altruista y bondadosa de Ricardo. Tanto dinero no podía ser malgastado en mujeres y licor mientras existían tantos problemas en la sociedad.
Así que Whitney propuso la apertura de una fundación que estuviese destinada a ayudar a los pacientes con VIH. Esto no resultó demasiado atractivo para Ricardo, quien no estaba de acuerdo con regalar su dinero a la beneficencia. Pero cuando Whitney le explicó los beneficios que esto tendría en su carrera y en sus finanzas, rápidamente cambió de idea.
La idea era demostrar que no todos los actores porno tienen una personalidad intolerante y déspota, que podían hacer un aporte a la sociedad a través de la ayuda a los más necesitados. Había una gran cantidad de población infectada con VIH en la ciudad y necesitaban del apoyo de una fundación poderosa.
Era la oportunidad de Ricardo para ser protagonista de eventos que no involucraran mujeres ebrias saliendo de sus lujosos coches o escándalos sexuales con reconocidas actrices de televisión que terminaban siendo grabadas por la estrella porno.
— Debes confiar en mí y saber que todo lo que haré por ti, será para convertir tu carrera en todo un éxito. No puedes dudar de este proyecto ni un segundo, de lo contrario, no funcionará. — Dijo Whitney.
— Todo se hará como tú lo digas, estoy dispuesto a hacer lo que sea por ponerle otra etiqueta a mi nombre. — Respondió Ricardo.
— Todos están acostumbrados a ver a un Ricardo distorsionado. Debemos reparar es imagen desde las bases. Pronto verás los resultados, debemos iniciar cuanto antes.
Aquella tarde se había cerrado el acuerdo de iniciar con la fundación. Mientras Ricardo continuaba trabajando en nuevas producciones, compartía su tiempo en buscar lugares en los cuales se pudiesen desarrollar eventos de beneficencia que eran financiados por él mismo.
Estaba comenzando a experimentar la sensación de satisfacción al poder ayudar a los afectados por esta enfermedad. Podía ver cómo los niños de la comunidad, disfrutaban de las actividades y su alma parecía estar cambiando de color.
Ricardo nunca había tenido la posibilidad de compartir con las personas de una forma tan cercana. La única interacción que conocía, estaba relacionada con llevar a la cama a una mujer exuberante.
Pero a pesar de que su personalidad estaba cambiando drásticamente, el depredador que vivía dentro de él se mantenía vivo, y el sexo continuaba siendo una necesidad incontenible en su vida. Su más reciente evento, había reunido a algunos de los artistas más reconocidos de la ciudad de Nueva York, todos firmarían autógrafos a cambio de 1 dólar que sería donado a la fundación.
Entre los asistentes al evento, se encontraba Gwen Fox, una antigua amante de Ricardo, que había acudido al llamado de su viejo amigo. Habían pasado algunos años desde la última vez que compartieron juntos.
Su último encuentro se había desarrollado en un estacionamiento público y las cámaras de seguridad habían captado a la pareja manteniendo relaciones sexuales en medio de un lugar al que tenía acceso cualquier persona. Este escándalo destruyó el romance de la pareja y creó una distancia notable entre ellos.
Pero aún existía un gran deseo entre Ricardo y la cantante de música pop, que recientemente había vuelto a la ciudad para promocionar un nuevo material que estaría por sacar a la venta.
— Ha pasado algún tiempo. Te ves increíble, Gwen. — Dijo Ricardo.
— Tu también te ves muy bien. No conocía tu afición por la caridad. — Respondió la chica.
— A veces debemos cambiar ciertas cosas en nuestras vidas para mejorar los resultados finales.
— Espero que no se trate de una campaña barata y que estés haciendo esto de corazón. — Comentó la chica.
La conversación se mantenía en zona neutral por parte de la cantante, pero Ricardo moría por dentro ante las ganas de invitar a la chica a su departamento en medio del desarrollo del evento.
Sabía que no podía mostrar desinterés ante su propia iniciativa, así que intentaba seducir a la chica para que fuese esta la que tomara la iniciativa de ir a un lugar más solitario. Mientras caminaban por el lugar, fueron alejándose cada vez más de las personas, Gwen no notó el interés que tenía Ricardo por alejarla lo más posible de las personas, así que caminaba sin problemas.
Luego de haberse alejado completamente de aquel lugar, se encontraban rodeados de árboles, no había un alma en los alrededores, así que Ricardo decidió realizar su primer movimiento en dirección a la chica.
— Extraño nuestras aventuras en público, Gwen. Estábamos completamente locos. — Dijo Ricardo.
— Sí. Nuestra locura casi me cuesta la carrera. No entiendo por qué tenían que publicar ese maldito video. — Respondió la chica.
Ricardo no perdió tiempo y tomó a la chica de la cintura e intentó besarla. A pesar de que el primer intento fue fallido, ya que Gwen evadió el beso, esta no pudo resistirse ante un segundo intento de Ricardo.
Estaba aun perdidamente enamorada de Ricardo, a pesar de que este solo tenía un interés sexual en ella. La artista de 29 años de edad había estado en las revistas femeninas más importantes del país, y había recibidos cientos de ofertas para realizar desnudos en reconocidas revistas para adultos.
Gwen tenía una figura excitante, era una chica delgada y delicada, pero con unas caderas anchas y una cintura muy pequeña. Esta combinación y contraste de medidas, enloquecía a Ricardo cada vez que la veía. Poder tenerla allí frente a él, era la oportunidad perfecta para poseerla una vez más, no importaba si era la última vez.
La Chica llevaba una minifalda blanca que facilitó enormemente el trabajo, ya que Ricardo sólo tuvo que llevar sus manos debajo de esta y bajar violentamente su ropa interior. La chica estaba muy nerviosa, ya que recordaba las consecuencias de su último encuentro, así que le costaba disfrutar de los besos de Ricardo.
Mientras la chica se apoyaba en la corta de un gran árbol, Ricardo la penetraba sin piedad mientras la sostenía de las caderas. El miembro erecto de Ricardo se introducía hasta las profundidades de la chica, mientras esta intentaba no emitir sonidos que pudieran llamar la atención de alguna persona que no hubiesen notado que se encontraba cerca.
Los dedos de la chica se aferraban fuertemente al árbol mientras disfrutaba de la satisfacción que le proporcionaba Ricardo, quien sabía exactamente lo que le gustaba a su amante.
— Así, Ricardo, No pares. Métela así. — Decía Gwen, quien le gustaba hablar mientras tenía relaciones sexuales.
Esto estimulaba enormemente a Ricardo, quien buscaba la manera de satisfacer a su compañera para que esta comenzara a gemir, pero Gwen resistía con fuerza. No tenían demasiado tiempo, pues debían volver al evento, así que Ricardo comenzó a penetrar a la chica con más velocidad, llevándola lentamente hasta el punto máximo.
La chica no soporta más y explota en placer, mientras los besos de Ricardo se hacen cada vez más débiles y finalmente deciden culminar el encuentro casual. La chica puede sentir cómo las gotas de semen corren por sus piernas y le pide unos minutos a Ricardo para poder recuperarse antes de reincorporarse a la jornada de beneficencia.