Epílogo
Dado que Amelia heredaría, junto a Julianna, la inmensa fortuna de tía Blanche, incluyendo la naviera y los negocios en los principales puntos de las rutas comerciales marítimas, Max se hizo cargo de la gestión de algunos de esos negocios ayudando a Cliff, desde pocos meses después de su boda, dejando la navegación en manos de su cuñado, que seguía con la idea permanecer parte del año en la mar en compañía de su familia al menos durante tres o cuatros años más y después fijaría su residencia en tierra en la mansión adquirida por la pareja en Londres o en su finca en el campo a poca distancia de la casa ancestral de los De Worken y muy cerca de Frentonhills, la segunda residencia oficial de los duques de Frenton.
Max pronto se hizo cargo de sus responsabilidades ducales y, mientras su padre siguiese ostentando su escaño en el parlamento, él podría formar parte del ministerio asesorando a los nuevos miembros de la Marina Real y colaborando en la formación de las nuevas generaciones de oficiales y altos mandos.
Se convirtió, además, en un acérrimo defensor de las causas promovidas y apoyadas por su esposa en favor de los niños, la mejora de la calidad de vida de estos y de su educación. Amelia, junto con su tía Blanche y con la colaboración de las mujeres de su familia así como de su gran amiga lady Cloe Calverton, creó una fundación para la defensa de los niños sin recursos. Años más tarde, pasaría a ser miembro del consejo asesor del jardín botánico gracias a sus grandes conocimientos en plantas medicinales y hierbas curativas.
Max y Amelia tuvieron cinco hijos, todos ellos muy parecidos, todos con pelo azabache pero variaban en sus ojos, unos negros profundos y otros grises azulados característicos de ducado de Frenton. El heredero, Maximiliam Cristopher Rochester, era la viva imagen de su padre, pero tenía el carácter y el corazón generoso de su madre y fue el orgullo de ambos desde su mismo nacimiento. Max formaría una camarilla especial de amigos íntimos e inseparables con Simon, el cuarto hijo de Julianna y Cliff; con Alexander, el tercer hijo de Ethan y Adele; Ronald, el heredero de Eugene y de Jonas; así como de William, heredero de Cloe y de William. Todos ellos nacieron con pocos meses de diferencia y fueron criados por sus padres como el resto de los hijos de tan ilustres parejas, como miembros de una misma familia y para ellos no como primos sino casi como hermanos.
Max y Mel fueron una pareja extremadamente pasional, ardiente y locamente enamorada y compenetrada hasta el final de sus días y desde de su matrimonio no durmieron jamás separados. Max nunca permitió que su esposa durmiese lejos de él ni en otra cama que no fuese compartida por su marido porque, al fin y al cabo, ambos se prometieron, en su noche de bodas, a no yacer nunca en una cama sin el otro y ambos la cumplieron gustosos todas las noches de su vida.