El teniente Fulton, estaba desconcertado como era posible que existieran capitanes de submarino tan estúpidos, ya la guerra había terminado y aun sin esperanzas ni armamento se empeñaban en continuar la inútil lucha.
-Peter te has podido comunicar con el capitán de ese submarino.
-No para nada esos infelices creo que no saben aun que la guerra termino.
-Se han sumergido con mucha rapidez no nos han dado tiempo de lanzarles información para que abandonen sus armas y se rindan.
-Creo que debemos seguirlos o avisar a alguna embarcación que se encuentre cerca para que los convenza de que la guerra ya ha acabado.
-A ¿quién tenemos cerca?
-Déjame tratar de ubicar a alguien.
Peter comenzó a sintonizar la radio para ubicar alguna embarcación que navegara cerca.
-Me parece que lo mejor es seguirlo, por lo que puedo observar no puede sumergirse a mucha profundidad, así que será fácil poder observarlo por un buen rato, no imagino que puedan estar pensando esos japoneses pero no me fio de ellos.
-Contemos con que el combustible nos dure algo ya que lo mejor es regresar al portaaviones.
Durante un buen rato los dos jóvenes pilotos siguieron a aquel moribundo guerrero de mar, Peter logro comunicarse con un barco que se encontraba frente al submarino ya que este iba en dirección a él.
-Soy el teniente John Fulton y mi acompañante el teniente Peter Neis, venimos del portaaviones USS Grant, estamos en misión de reconocimiento, a la vez que advirtiendo a los barcos o submarinos japoneses que no están enterados del final de la guerra que esta ya termino, cambio.
Del otro lado una voz femenina desconcertó a los dos jóvenes pilotos.
-Catalina Dowman, Weymouth capitana del Cutty Sark en que puedo ayudarlos muchachos, cambio.
-Directo hacia ustedes va un submarino renegado japonés, ellos no parecen enterados que la guerra acabo, esperamos poder detenerlos antes que lleguen a ustedes. Igualmente necesitamos su colaboración para que esta nave se detenga si antes no los hunden a ustedes, cambio
Por un corto tiempo se escucho silencio y la acostumbrada interferencia habitual en los radios, nuevamente la voz femenina se hizo presente.
-A ¿qué distancia se encuentran? cambio.
-A unas treinta o cuarenta millas de donde ustedes están, cambio.
-Estamos alerta, cambio.
-Les recomiendo tener precaución, el submarino no parece tener armamento pesado pero aun sus hombres pueden combatir con armas cortas, cambio.
-Sí, estaremos pendientes, no es la primera vez que nos enfrentamos a japoneses, cambio.