1876

 

Los marineros están siempre contentos, entonan continuamente canciones compuestas por ellos mismos e improvisan con otras, a pesar de que algunas veces hay mal tiempo o escasea alguna provisión estos no cambian de humor, su capitán el viejo Willis los observa siempre complaciente y los trata como si fueran sus hijos, estos son recíprocos a las atenciones del viejo lobo de mar, a quien quieren como un padre, en el Cutty se respira gran camaradería, todas las mañanas desayunamos juntos tripulación y pasajeros ocasionales como yo, no hay distinción de clases, aunque, en las noches solo los que son de mayor confianza; algún piloto el primer oficial, y yo cenamos con el capitán, este siempre viste su mejor traje, para la ocasión; una chaqueta de botones dorados con ribetes del mismo tono en la solapa,  camisa blanca de cuello duro adornada con lazo azul, un bonito pantalón blanco con zapatos del mismo tono, los demás también vamos elegantemente vestidos, yo en lo particular siempre visto trajes frescos de dril color blanco con lazos verdes o rojos, de hecho ya casi no tengo lazos que lucir pero aquí no hay damas así que me conformo con alternarlos constantemente. La cenas son abundantes y bien elaboradas, casi siempre es carne asada, guisantes, patatas al vapor, acompañadas por pan blanco y un vino de oporto del Alto Duero, muy bueno, los marineros como casi siempre comen igual a nosotros y en un sitio dispuesto para eso en el barco.

 

1886

 

La monotonía no existe cada día que pasa es un nuevo aprendizaje, una nueva experiencia, los paisajes que vemos a nuestro alrededor son magníficos, mas cuando atravesamos el temible cabo de hornos, o cuando nos dirigimos a las galápagos con sus impresionantes monstruos ya descritos hace cincuenta años por el naturalista Charles Darwin, a veces en San Francisco, vemos el movimiento constante de marineros de casi todas las partes del mundo, los hombres que bajamos a tierra nos divertimos en los bares que están a lo largo del puerto, pero en especial el viejo Willis que gasta grandes sumas de dinero jugando al póker que es su gran vicio, son muy pocas las veces que gana yo que creo que nadie que lo conozca le ha dicho que no es muy bueno en eso, pero quién soy yo para recriminárselo.

 

Cuando atravesamos el misterioso pacifico en dirección a china, solo pienso en aquellas legendarias tierras orientales de las cuales Josep Conrad habla en sus novelas Tifón y Lord Jim, a veces pienso que Conrad y Willis parecieran ser uno mismo, son como hermanos gemelos, que tienen las mismas pasiones y anhelos.

 

1899

 

Una práctica muy común que los marineros utilizan en el Cutty Sark y que es muy curiosa es que tallan con sus filosas navajas personales las iniciales de sus nombres completos en las maderas del velero algunos ponen la fecha en que abordaron la nave, veo que hay muchas así que son muchos los marineros que han estado a bordo del Cutty Sark, el piloto de abordo me conto que ya es algo cotidiano que es un honor para cada hombre tallar su nombre o iniciales así como el año en que sirvió en el velero, yo he hecho lo mismo, con una pequeña navaja que mi querida señora Wendy me obsequio he puesto mi nombre al lado del nombre tallado del viejo capitán Willis, así que mi nombre quedara grabado para la eternidad en las maderas de tan espectacular navío.

 

1914

 

Este será mi último viaje a bordo del Cutty Sark, ya no soy muy joven, así que al igual que el viejo capitán pronto estaré de regreso a casa donde mi amada señora Wendy me espera, en este velero he aprendido durante mis múltiples viajes por el mundo lo que es el amor, el odio, la riqueza, la pobreza, la amistad y la enemistad, pero lo más importante de todo he aprendido a amar a este velero con todo mi corazón, el capitán Willis me ha contado muy secretamente que debe vender el velero, para poder pagar a la tripulación su último viaje se que dentro de su corazón hay mucho pesar, esta arruinado y sufre mucho, espero que exista algo que lo ayude con ese dolor tan intenso, yo de mi parte siento mucho por lo que está pasando pero nada puedo hacer al respecto, solo consolarlo y darle apoyo moral.

 

 

Las investigaciones policiales no llegaban a ningún sitio, aun a pesar de haber revisado los videos de las cámaras del dique e interrogado a todos los sospechosos la policía no tenía pruebas sobre lo sucedido en el Cutty Sark, lo único provechoso que había traído aquel lamentable incendio era que marca Clipper Ship que se utilizaba para promocionar las antiguas regatas de veleros había disparados sus ventas en los últimos dos meses.

El inspector Bruce Middlemiss, estaba desconcertado y furioso, quien había podido tener intenciones de destruir algo tan valioso para los británicos, además ahora se presentaba otro problema, su majestad la reina ordenaba que se descubriera lo más pronto posible lo sucedido con el Cutty Sark, una nueva presión se sumaba a las existentes en el caso, todo conducía a un inmenso laberinto. El inspector  Middlemiss reunió nuevamente a sus agentes y decidió nombrar una nueva comisión que comenzara desde el principio la investigación, el encargado de todo sería un agente experto en resolver fraudes por catástrofes llamado George Martínez y una renombrada forense y experta en arte de nombre Verónica Stuart.

George Martínez, era un descendiente de inmigrantes Mexicanos que habían llegado a Inglaterra en los años 70, sus padres eran gente trabajadora que con mucho esfuerzo habían costeado lo estudios de su único hijo y este se había graduado con honores en la escuela y la universidad como abogado había ingresado en la Policía en 1985 y era uno de los mejores investigadores que tenia Middlemiss. Martínez era un hombre bien parecido de treinta y dos años de piel morena y ojos café, utilizaba bigote cosa ya no muy usual pero su formación y cultura latina le indicaba que así debía ser, era todo un experto con las mujeres así también como en los casos que resolvía, en algunos momentos se pasaba con los tragos pero esto no impedía que fuera un buen policía además de uno de los más eficientes de todo el cuerpo. El inspector Bruce Middlemiss, también asigno a otro oficial esta era Verónica Stuart, esta hermosa joven rubia contaba apenas con veintisiete años de edad se había graduado de doctor en medicina a los 21 años  y era forense en el reconocido Royal London Hospital, además era antropóloga y arqueóloga, Verónica era joven hermosa e inteligente, además de su titulo en medicina forense era una de las mejores investigadoras en cuanto a la búsqueda de obras de arte antiguo, y una de las mejores oficiales de policía experta en fraudes.

El inspector Bruce Middlemiss pidió reunirse con ellos para aclarar todo los detalles del Cutty Sark.

-Es bueno verlos a los dos, les comento que la situación con el Cutty Sark es crítica, hasta la reina quiere saber del caso, estoy entre la espada y la pared, este enredo me va a volver loco, no hay pistas, los videos no ayudan en nada, se han interrogado a mas de cien personas y aun no se ha detectado a ningún sospechoso, los peritos en incendio y catástrofes no indican que el fuego haya sido premeditado, pero algunas pruebas forenses indican todo lo contrario, necesito que reorganicemos el caso nuevamente, quiero que interroguen a todos de nuevo y en especial a los ejecutivos de Cutty Sark Enterprises, a los ingenieros que estaban restaurando el barco a los empleados del museo a todos lo que tengan que ver con el Cutty Sark, estamos claros?

Ambos se vieron a los ojos y asintieron positivamente.

-Ahora retírense, no los quiero ver por aquí hasta que me traigan buenas noticias.

Los dos expertos policías sin mediar palabra dieron media vuelta y se retiraron de la oficina de Middlemiss. Cuando caminaba por el pasillo George Martínez dijo las primeras palabras.

-Creo que el inspector Middlemiss tiene un ligero ataque de nervios.

Verónica tomo la iniciativa de presentarse.

-Si así parece ser, ni siquiera nos presento

Ambos se detuvieron observándose condescendientemente y se estrecharon las manos las manos

-Tanto gusto Verónica Stuart.

-George Martínez un placer.

-¿Que te parece si vamos al cafetín de la jefatura y revisamos todo lo que nos dio el inspector del caso del velero?

-Perfecto, estoy de acuerdo.

Dijo Martínez ajustándose la corbata y abrochándose los botones de su chaqueta.

Durante varias horas analizaron las pruebas, y crearon un plan para comenzar  los interrogatorios de testigos. Ambos se dividirán para reactivar el caso de manera de buscar al culpable o los culpables del incendio, si es que existían. Lo primero que harían ambos investigadores era visitar el sitio del siniestro contactar a los testigos del incidente y revisar las pruebas, George Martínez sería el encargado de esta misión mientras que Verónica Stuart visitaría a los ejecutivos de Cutty Sark Enterprises.

En el dique seco Martínez contacto con casi todos los empleados e ingenieros que laboraban en los trabajos de restauración del velero, pero no obtuvo respuestas favorables así que decidió visitar a los vecinos cercanos al dique, para ver si tenía más suerte con ellos. Los supuestos testigos no eran lo que Martínez esperaba, pero solo una persona que acostumbraba a salir a dar un paseo nocturno le asomo algo que parecía ser una pista. Greenwich está bordeado por Deptford Creek y Deptford, al oeste, del antiguo centro industrial de la península de Greenwich, y la zona residencial de Westcombe Park que estaba el este, el río Támesis, en el norte, y el A2 y Blackheath común en el sur. Albert J Turnbull, acostumbraba a salir todas las noches con su perro un hermoso coolie a dar un paseo por los alrededores de Deptford Creek la noche del incendio observo algo inusual cuando paso por el dique seco.

-Siempre que paso por donde está el hermoso velero a esa hora noto que las luces del barco están apagadas pero lo que me llamo la atención de ese día era que en la zona de la popa del barco había luz encendida algo muy extraño e inusual.

-¿Explíquese? señor Turnbull por favor

-George Martínez pregunto mientras tomaba nota en una libreta.

-Si le digo que nunca había visto esa luz encendida. Tengo ya diez años efectuando el mismo recorrido y hasta cuando el velero estaba abierto al público jamás vi luces a esas horas de la noche, soy muy observador y juro que nunca había visto luces encendidas en el barco a esa hora de la noche.

-Muy bien se lo agradezco mucho señor Turnbull, espero que nos volvamos a ver.

-Pues claro joven téngalo por seguro, si alguien prendió fuego al viejo Cutty quiero ser el primero en verlo tras las rejas.

La primera pista, era hora de regresar al velero pero debido a la hora sería mejor pasar mañana, las oficinas estaban cerradas y solo había tres policías que custodiaban la entrada al velero, alguien había obviado algo que sucedía en el barco. Mientras Verónica se encontraba en el laboratorio de la policía analizando las pruebas que los bomberos le habían suministrado, en el reporte de siniestros del capitán de bomberos Mc Logan había un hallazgo importante sobre algunos bidones con material inflamable que se encontraban a bordo del barco, que material era ese, analizándolo Verónica llego a la conclusión  de que era tiner, que utilizaban los pintores para ligar con el barniz que se utilizaba para recubrir las tablas de madera del barco,  también en el reporte había una reseña que dentro de la nave se encontró un pequeño bidón vacio de tiner.

Según los ingenieros y los restauradores cada vez que se terminaba un trabajo con tiner los envases que contenían dicho liquido eran retirados, por ningún motivo debía quedar ningún envase con combustible dentro del barco, esto era sumamente raro, era imprescindible ir al dique seco con un equipo de técnicos para verificar por que había un envase pequeño de tiner cerca de donde se origino el incendio.