LOS MABINOGI

Con el concepto común de Mabinogion o Mabinogi se suele aludir a once relatos de distinta índole y naturaleza que se pueden dividir en tres grupos fundamentales: un primer grupo se encontraría formado por las cuatro ramas de los mabinogi, término que se puede leer al final de cada uno de estos relatos («Pwyll, príncipe de Dyvet», «Branwen, hija de Llyr», «Manawyddan, hijo de Llyr», «Math, hijo de Mathonwy»); a un segundo grupo pertenecerían cuatro relatos de tradición propiamente galesa («El sueño de Maxen Wledig», «Lludd y Llevelys» y dos de materia artúrica: «Kulhwch y Olwen» y «El sueño de Rhonabwy»); por último, se podrían reunir en un tercer grupo tres relatos que ofrecen una temática muy similar a los tres romans de Chrétien de Troyes («La Dama de la Fuente» = «Ivain ou le chevalier au lion»; «Peredur hijo de Evrawc» = «Perceval ou LI contes du graal»; «Gereint, hijo de Erbin» = «Erec»).

Los historiadores de la literatura han acostumbrado a denominar todos estos relatos con el concepto de mabinogion, admitiendo que se trataba de una utilización abusiva y que desde un punto de vista estricto, tal concepto sólo se podía aplicar a las cuatro ramas[11]. Incluso algunos autores denominan pseudomabinogi a los tres relatos relacionados con los romans de Chrétien de Troyes, por considerarlos traducciones galesas de originales franceses. Por nuestra parte hemos preferido presentar estos relatos con el concepto tradicional de Mabinogion que le otorgaron sus primeros traductores (Lady Guest y Loth), así como los más recientes (Jones), incluyendo también los tres relatos que algunos estudiosos pueden considerar como simples traducciones, pero que otros hacen derivar de una fuente común a Chrétien de Troyes y a los autores galeses[12].

El concepto «mabinogi»

Lady Charlotte Guest entendió que la forma mabinogion era un plural de mabinogi, lo cual ha sido rebatido, pues en el manuscrito del Libro Blanco de Hergest, al final de la primera rama aparece el término mabynnogyon (no así en el libro rojo, donde siempre se lee mabinogi o mabinyogi[13]). Por ello resulta difícil aceptar que la forma mabinogion sea plural de mabinogi, al referirse a una única rama o un único relato. Con todo, Ifor Williams atribuyó la aparición de la forma —on en la primera rama de los Mabinogi a una contaminación de la forma precedente (dyledogyon[14]). Así todo parece indicar que el término correcto para aludir a las cuatro ramas es el de mabinogi, que, según J. Loth, sería utilizado para referirse a un tipo de cuentos tradicionales, que fueron entendidos como diferentes a los demás relatos[15].

Existen diversas interpretaciones acerca del significado preciso de este concepto galés. Lady Guest entendió que podía ser traducido por «cuentos juveniles» y G. Evans perfiló esta interpretación haciéndolo derivar del término mabol (y) aeth, que sería sinónimo del concepto latino infantia o del francés enfances[16]. Los Jones ampliaron esta teoría proporcionando otra dimensión de significado, pues asociaron la idea de cuento de juventud a «cuento de héroe[17]». J. Rhys y J. Loth consideraron que el concepto hacía referencia al material propio de un mabinog, es decir, de un aprendiz a bardo[18]. Por su parte, W. J. Gruffyd ofreció una atractiva teoría que ha sido muy discutida. El autor señaló que las cuatro ramas aluden a la historia de un personaje, concretamente a Pryderi, hijo de Pwyll, correspondiendo la primera rama a su nacimiento, la segunda a su juventud, la tercera a su prisión o castigo (el indarba irlandés) y la cuarta a su muerte. Así, las cuatro ramas poseerían una estructura similar a la de los cuentos irlandeses y Pryderi podría ser asociado con el Mabon irlandés hijo de Modron, de donde procedería el concepto mabinogi entendido como la historia de Mabon/Pryderi[19]. En su estudio sobre la segunda rama de los mabinogi (Branwen), P. Mac Cana negó que el relato pudiera ser considerado como la juventud de Pryderi, pues éste aparece de forma ocasional[20], y R. S. Loomis también confesó su escepticismo acerca de esta teoría por considerar injustificada la asimilación de Pryderi y Mabon, así como la de Rigantona o Rhiannon (madre de Pryderi) y Modron (madre de Mabon[21]).

Un reciente estudio, que debemos a E. Hamp, contribuye a justificar con otras argumentaciones la teoría de Gruffyd. Hamp establece dos formas hipotéticas de las que podría derivar el concepto: maponakiji, de la que resultaría mabynogi, y maponjakiji, de la que obtendríamos mabeiniogi. Esta última forma sería la única documentada y según el autor, el concepto no tiene nada que ver directamente con juventud, jóvenes o héroes, sino que sólo puede ser relacionada con mapono—. Así, la relación entre mabinogi y Maponos se pone en evidencia, aludiendo el concepto a «aquello que tiene que ver con Maponos». La formación de este término galés y su significado sería muy similar a la formación de términos latinos y griegos, como Saturnalia e Iliada, que quieren indicar «aquello que tiene que ver con Saturno, Ilias». En céltico como en griego, la forma antigua —axo— o —axi— habría servido para indicar aquel material referente a un personaje específico. Así, Hamp concluye que el término mabinogi debe ser entendido como «aquello que pertenece (a la familia) del divino Maponos[22]». En resumen, las teorías acerca del concepto mabinogi se dividen en dos opiniones: aquellos que lo interpretan como cuentos juveniles o de aprendiz a bardo o aquellos que lo asimilan a Mabon, identificando este personaje con Pryderi.

Contenido y estructura

Los once relatos que han sido agrupados bajo el concepto mabinogi no guardan estrecha relación interna, salvo las cuatro ramas que deben ser entendidas como una unidad. K. Jackson ya puso de manifiesto la coherencia estructural y narrativa de estos cuatro relatos[23], que a pesar de carecer de un orden racional y aristotélico de principio, desarrollo y final, no por ello carecen de lógica. En efecto, la estructura de estos relatos debe buscarse en los distintos elementos de «entrelazamiento» que ordenan la narración y la llenan de significado. El interlace method que con tanto acierto advirtiera E. Vinaver para distinguir la literatura medieval de la literatura moderna[24], se pone de manifiesto no sólo en las cuatro ramas, sino también en los otros relatos, incluso en aquéllos que han sido considerados como versiones galesas de los romans de Chrétien de Troyes. En efecto, al profundo sentido racional que caracteriza las obras del gran poeta de Troyes se opone una concepción aparentemente caótica de la narrativa, lo cual constituye el elemento diferenciador entre los relatos galeses y los romans franceses.

a) Las cuatro ramas

Las cuatro ramas constituyen cuatro partes diferenciadas de un único relato y cada una de ellas posee independencia:

Pwyll, príncipe de Dyvet (primera rama)

El relato se inicia con la caza de un ciervo. La jauría de Pwyll, príncipe de Dyvet, no consigue acorralar al ciervo y de pronto aparecen unos magníficos perros que asombran a Pwyll por el color de su pelaje, y dan caza al animal. Pwyll ahuyenta a aquella extraña jauría y llama a sus perros a la encarna. En esto llega el dueño de la jauría ahuyentada, a quien se conoce por el nombre de Arawn, rey de Annwvyn. Arawn evita saludar a Pwyll por la descortesía que ha cometido y Pwyll le pregunta la forma en que podría conquistar su amistad. Arawn le propone que ocupe su lugar en su corte durante un año para acudir a la batalla anual que debe mantener con Hafgan, que le ha declarado la guerra y a quien él no puede vencer. Por su parte, Arawn ocupará el lugar de Pwyll en su corte y nadie podrá darse cuenta del cambio porque Arawn concederá a Pwyll sus rasgos y semblanza, y él a su vez adoptará la figura de Pwyll. Así lo hacen y Pwyll logra derrotar a Hafgan. Después de la batalla singular entre Pwyll y Hafgan, en la que este último obtiene merced, Arawn y Pwyll se encuentran en el lugar convenido. Arawn devuelve su forma a Pwyll, él recupera la suya y ambos regresan a sus respectivas cortes, donde comprueban la solidez de su amistad: Pwyll no se ha acostado ni una sola noche con la mujer de Arawn y Arawn ha gobernado de forma tan próspera las tierras de Pwyll que todos sus nobles le ruegan que continúe aquella forma de gobierno. Ambos reconocen a sus gentes la verdad de la aventura y desde entonces deciden enviarse regalos para consolidar su amistad. A partir de aquel suceso Pwyll fue llamado señor de Annwvyn por haber vencido a Hafgan.

Un día se encontraba Pwyll acompañado de sus nobles en una colina cercana a su corte en Arberth, cuando vio aparecer a una hermosa mujer montada a caballo. Pwyll ordenó a uno de sus hombres que fuera a su encuentro y le preguntara quién era. Sin embargo, ningún criado logró alcanzarla por mucho que espolearon sus caballos y aunque la doncella no parecía ir a paso rápido. Al final, Pwyll cogió su caballo y le rogó que le esperase. La doncella le dijo que su nombre era Rhiannon y le explicó que había acudido allí para preguntarle si deseaba tomarla como mujer, pues él era el hombre al que más amaba del mundo y no quería ser entregada a otro hombre que la requería. Fijaron una cita para dentro de un año en la corte de Eveidd, padre de Rhiannon, donde habría preparado un banquete para recibirle a él y a su gente. Al cabo del año Pwyll y su gente acudieron a la corte de Eveidd Hen y cuando estaban allí reunidos llegó un hombre que hizo una solicitud a Pwyll. Pwyll se la concedió antes de saber de qué se trataba. Aquel hombre era Gwawl, hijo de Cdut, y reclamaba a Rhiannon y el festín. Rhiannon logra salvar la difícil situación de Pwyll, que no puede negar lo que ya ha prometido, diciéndole que acepte conceder la solicitud a Gwawl y que ella hará que Gwawl jamás la posea. Gwawl deberá acudir al cabo de un año a su corte, donde habrá preparado un festín. Pwyll acudirá a esa fiesta vestido de mendigo con un saco que ella le ha regalado. Pedirá un don a Gwawl, quien se lo concederá con restricciones; pero como la petición parecerá modesta, obtendrá su solicitud de Gwawl. La petición consistirá en que llenen su saco de comida, pero el saco jamás se llenará hasta que un hombre muy poderoso en gentes y tierras se meta dentro y diga que «ya se ha metido suficiente». Rhiannon pedirá a Gwawl que así lo haga y cuando esté dentro Pwyll cerrará el saco y todas sus gentes caerán sobre la corte. Así lo hicieron y finalmente Pwyll se casó con Rhiannon y vivieron en Dyvet. Después de un tiempo, todavía no habían conseguido heredero y los nobles de sus tierras pidieron a Pwyll que tomara otra mujer. Pwyll les pidió que le concedieran un plazo, y en ese plazo Rhiannon concibió. La noche del nacimiento del niño enviaron mujeres para cuidarle, pero éstas se durmieron y Rhiannon también, y cuando despertaron, el niño había desaparecido. Por temor al castigo, todas afirmaron que Rhiannon había matado a su hijo, y por mucho que Rhiannon lo negó le impusieron una penitencia que consistía en contar a todas las gentes que pasaran por la corte su crimen y llevarlos sobre sus espaldas hasta la corte en caso de que así lo desearan. En aquel tiempo, Teyrnon, señor de Gwent Iscoed, tenía una yegua que paría todos los primeros de mayo, pero nunca conseguían quedarse con el potrillo porque a la mañana siguiente ya había desaparecido. Un primero de mayo dijo a su mujer que aquella noche no iba a permitir que desapareciera el potro, pues vigilaría con todas sus armas. Teyrnon logró impedir que un extraño animal se llevara el potro y después de oír un gran tumulto y dirigirse en aquella dirección encontró a su regreso a un niño pequeño. Teymon y su mujer adoptaron al niño y lo llamaron Gwri Wallt Euryn (de los cabellos de oro). Pasaron los años y Teyrnon se enteró de la triste historia de Rhiannon y de su penitencia. Advirtiendo que el niño se parecía enormemente a Pwyll, su antiguo señor, comprendió que Gwri era el hijo de Pwyll y Rhiannon, y se dirigió a la corte de Pwyll para devolvérselo a sus padres. Mucho se alegraron por recuperar al niño y Rhiannon exclamó que por fin se libraba de su inquietud (pryderi en galés). Todos convinieron que el niño debía llamarse Pryderi, tal como lo había nombrado su madre. A partir de entonces, reinó la paz y la tranquilidad en Dyvet y después de la muerte de Pwyll, Pryderi heredó los siete cantrew de Dyvet.

El relato de Pwyll, príncipe de Dyvet, puede ser ordenado en tres partes: 1, el encuentro de Pwyll con Arawn y los acontecimientos que se derivan del encuentro; 2, el encuentro de Pwyll con Rhiannon y su historia y 3, el nacimiento de Pryderi. J. Gantz ha observado que la estructura de la primera parte (Pwyll I) y la estructura de la segunda parte (Pwyll II) poseen elementos idénticos y que se corresponden simétricamente: I. 1 Pwyll encuentra a Arawn = II. 1 Pwyll encuentra a Rhiannon; I. 2 Pwyll se apodera del ciervo de Arawn = II. 2 Pwyll entrega a Rhiannon a Arawn; I. 3 Estancia de Pwyll en la corte de Arawn = II. 3 Estancia de Pwyll en la corte de Rhiannon; I. 4 Pwyll rechaza a la mujer de Arawn = HA Pwyll mete a Gwawl en el saco; I. 5 Pwyll concede merced a Hafgan = II. 5 Pwyll concede merced a Gwawl; I. 6 Amistad con Arawn = II. 6 matrimonio con Rhiannon[25]. Se trata, efectivamente, de una estructura binaria con la inclusión de un tercer elemento narrativo que consiste en la historia del nacimiento de Gwri-Pryderi.

Branwen, hija de Llyr (segunda rama)

Matholwch, rey de Irlanda, acude a Gales para pedir como esposa a Branwen, hija de Llyr y hermana de Bran. Este acepta entregar a su hermana y durante la fiesta le regala unos hermosos caballos. Días después, Evnyssyen, hermano de Bran por parte de la madre, se entera de todo lo ocurrido y con gran irritación porque nadie le ha consultado, mutila y desfigura horriblemente todos los caballos de Matholwch, quien entiende el acto como una afrenta contra él. El rey de Irlanda decide partir antes de que termine el banquete en Abberfraw, pero Bran se lo impide ofreciéndole otros caballos para compensar sus pérdidas y un caldero cuya virtud consiste en hacer resucitar a todos los muertos, quienes al volver a la vida habrán perdido el habla. El caldero había pertenecido a Llasar Llaesgyvnewit, que con su mujer había escapado de una casa calentada al rojo blanco en Irlanda, y habían llegado a Gales, donde habían formado una casta de guerreros inigualables. Acabado el banquete, Matholwch parte con Branwen y sus hombres a Irlanda, pero una vez allí sus nobles le recuerdan la gran afrenta sufrida en Irlanda y le piden compensación. Imponen un castigo a Branwen, que a partir de ese momento se verá relegada a las cocinas y deberá sufrir una bofetada diaria; para hacer saber a su hermano Bran las vejaciones que sufre en Irlanda, Branwen le envía una carta entre las alas de un pájaro que ella misma ha educado. Enfurecido, Bran reúne a todos sus hombres y a todas sus huestes y decide marchar a Irlanda para vengar a Branwen. En Gales deja a siete hombres, con Cradawc a la cabeza. Todas las huestes galesas se dirigen a Irlanda en barco, salvo Bran, cuyo inmenso tamaño se lo impedía. Así los irlandeses ven acercarse un inmenso bosque (las vergas y los mástiles de los barcos), una montaña (Bran), una elevada cresta (su nariz) y dos lagos (sus ojos). Atemorizados, los irlandeses huyen allende el río Llínon y destruyen el puente, de modo que nadie podía cruzar el río, ya que una piedra imantada impedía que fuera atravesado por cualquier barco. Entonces Bran «hace de puente» y las huestes galesas atraviesan el río. Los irlandeses intentan pactar, ofreciéndose a construir una gran casa de hierro que le pueda contener a él y a toda su gente; además, Matholwch renuncia al gobierno de Irlanda, delegándolo en su hijo Gwern, sobrino de Bran. Así lo hacen y antes del banquete que habrá de tener lugar en la inmensa casa de hierro. Evnyssyen entra en la casa y se da cuenta de que en unos grandes sacos donde los irlandeses afirman que sólo contienen harina, se encuentran guerreros armados. Los mata a todos y Bran no se entera de la traición. Una vez reunidos galeses e irlandeses en la gran casa, Evnyssyen, enfurecido por la traición, se apodera de Gwern, hijo de Branwen, y lo echa al fuego. Se entabla una gran batalla, pero los irlandeses muertos resucitan en el caldero, de modo que es imposible acabar con su ejército. Haciéndose pasar por irlandés, Evnyssyen es echado en el caldero y distendiéndose, lo hace estallar en pedazos. Todos los irlandeses murieron, Bran fue herido con una lanza envenenada y del ejército galés sólo quedaron siete hombres. Bran les obliga a que le corten la cabeza y les pide que la entierren en la Colina Blanca, cerca de Londres, advirtiéndoles que transcurrirá mucho tiempo hasta que lleguen a la colina; primero se detendrán en Harddlech, donde un banquete durará siete años y los pájaros de Rhiannon cantarán para ellos, después habrán de pasar ochenta años en Penvro (Pembrolce), y hasta que se abra la puerta que da sobre Aber Henvelen hacia Cornualles ninguno de los siete hombres habrá de notar el transcurso del tiempo y ninguno recordará la muerte ni ninguna otra de las desventuras ocurridas. Y los siete hombres le cortaron la cabeza y Branwen les acompañó, pero en su viaje el corazón de Branwen se quebró y murió. Una vez en Gales, los siete hombres se enteraron de que Caswalláwn, hijo de Beli, había matado a los hombres de Bran y que había sido coronado rey de Londres. Continuaron su camino y todo ocurrió tal y como les había anunciado Bran. Después de muchos años enterraron su cabeza en la Colina Blanca.

La estructura de Branwen, hija de Llyr, es muy semejante a la de Pwyll, pudiéndose distinguir dos secciones que poseen elementos que se corresponden simétricamente. Según J. Gantx, ofrecería la siguiente estructura: I. 1 Matholwch deja sus caballos al cuidado de Bran = II. 1 Bran deja a Branwen al cuidado de Matholwch; I. 2 Evnyssyen maltrata a los caballos = II. 2 Matholwch maltrata a Branwen; I. 3 Matholwch pide compensación = II. 3 Bran pide compensación; I. 4 Bran ofrece caballos como compensación = II. 4 Matholwch ofrece a Bran el reino a través de su hijo, sobrino de Bran, como compensación; I. 5 Matholwch es dominado por los irlandeses = II. 5 Bran es dominado por Evnyssyen[26].

Manawyddan, hijo de Llyr (tercera rama)

Entre los siete hombres que regresaron de Iwerddon se encontraban Pryderi, hijo de Pwyll, y Manawyddan, hijo de Llyr, hermano de Bran. Manawyddan no desea permanecer en la misma casa que Caswallawn por la traición que ha cometido contra Bran, y Pryderi le ofrece sus siete cantrew de Dyver y a su madre, Rhiannon, como esposa. Manawyddan acepta y se establece en la corte de Arberth junto con su nueva mujer, Rhiannon, Pryderi y Kicva, mujer de Pryderi. Dyvet era una de las regiones más pobladas y prosperas de Gales, hasta que un día estando los cuatro sentados en una colina, se vieron envueltos en una extraña nube. Cuando pasó la nube, vieron que la corte y toda la región se había quedado desierta y que no había más habitantes a excepción de ellos cuatro. Cuando la comida empezó a escasear, decidieron ir a Lloegyr y ganarse la vida como guarnicioneros. Pryderi y Manawyddan se convirtieron en los mejores guarnicioneros y todos los del oficio pensaron en matarles porque sus ganancias habían disminuido considerablemente. Pero fueron advertidos y marcharon a otra ciudad, donde se dedicaron a hacer zapatos. Pero en aquella ciudad les ocurrió lo mismo que en la anterior y se vieron obligados a huir, ya que Manawyddan no deseaba enfrentarse. Decidieron volver a Arberth para examinar el país. Toda la región permanecía desierta. Un día, Pryderi y Manawyddan fueron a cazar, y persiguiendo a un jabalí divisaron un castillo que jamás habían visto con anterioridad en aquel lugar. Los perros siguieron al jabalí y desaparecieron en el interior del castillo. Contra todo consejo de Manawyddan, Pryderi se obstinó en entrar en el castillo. Así lo hizo, y al entrar vio una gran fuente en cuyo borde de mármol había un recipiente de oro sujeto por unas cadenas. Cuando se acercó y lo tocó, sus dos manos ya no se pudieron despegar, perdió la voz y no pudo pronunciar palabra. Después de esperarle largo rato, Manawyddan regresó a la corte y se lo contó todo a Rhiannon, que en seguida se dirigió al lugar donde se encontraba el castillo. A Rhiannon le sucedió lo mismo que le había ocurrido a Pwyll. Manawyddan decidió volver a Lloegyr y reemprender su trabajo de zapatero. Al poco tiempo, todos los zapateros le envidiaban y habían decidido matarle. Junto con Kieva, Manawyddan abandonó la ciudad y regresó a Dyvet. Sembró tres cercados de trigo y cuando los creyó maduros fue a recolectarlos. Pero en dos días sucesivos no encontró más que paja desnuda en dos de los cercados, de modo que decidió vigilar por la noche el tercero para poder hacer la recolección a la mañana siguiente. Durante la noche oyó grandes ruidos y vio una gran hueste formada por multitud de ratones que atacaban su cercado. No pudo hacer nada contra ellos, pero logró atrapar a uno. Al día siguiente, cuando se disponía a colgarlo, como era costumbre hacer con los ladrones, encontró a dos sacerdotes que sucesivamente se lo intentaron comprar, para que un noble como él no se viera en la situación de matar a un animal tan despreciable. Pero Manawyddan no aceptó y finalmente llegó al lugar donde se encontraba un obispo acompañado de todo su séquito. También el obispo se lo intentó comprar, pero Manawyddan no aceptó. Entonces le ofreció concederle lo que quisiera y Manawyddan le pidió que hiciera desaparecer el encantamiento sobre Dyvet, que jamás hubiera otro hechizo en aquel país, que liberara a Pryderi y Rhiannon y que no se tomara venganza sobre él. El obispo aceptó, puesto que el ratón era su mujer, que había sido hechizada junto con todos los demás ratones para provocar la desgracia de Manawyddan. Era el obispo de Llwyd quien había encantado la región por amistad con Gwawl, hijo de Clut, para vengar y castigar a Pryderi porque Pwyll había metido a Gwawl en un saco en la corte de Eveidd Hen. En aquel momento aparecieron Pryderi y Rhiannon, libres de su cautiverio.

La estructura de esta relato resulta mucho más sencilla que la de Pwyll o la de Branwen, pues la narración es lineal y sus elementos son inmediatos y no corresponden a dos secciones distintas (Llwyd captura a Rhiannon y Pryderi / Manawyddan captura a la mujer de Llwyd / Llwyd libera a sus prisioneros / Manawyddan devuelve a su prisionero). Este mabinogi se puede entender como la continuación de la primera rama, ya que el suceso principal, el hechizo sobre Dyvet, es un desencadenamiento de un hecho ocurrido en el relato de Pwyll (la captura de Gwawl en el saco, II. 4). En este sentido, la segunda rama se podría considerar como un interludio en la historia, aunque necesario, pues sirve para centrar la figura de Manawyddan. Este personaje posee un carácter fundamental en la tercera rama, pues uno de los temas fundamentales del relato consiste en el matrimonio de Manawyddan y Rhiannon que no debe entenderse como la simple unión de dos personas, sino mucho más como la unión de dos linajes[27], el de Pwyll, que conocemos por la primera rama, y el de Manawyddan, hijo de Llyr, que conocemos por la segunda rama. Por otro lado, sabemos por una breve alusión en el cuento de Branwen y por el principio de la tercera rama, que Pryderi formó parte de la hueste de Bran y fue uno de los siete hombres que regresó a Gales, estuvo en el banquete de Hardlech durante siete años, permaneció otros ochenta en Penvro y enterró la cabeza de Bran en la Colina Blanca. En este sentido, la ordenación de los relatos se encuentra plenamente justificada.

Math, hijo de Mathonwy (cuarta rama)

Math, señor de Gwynedd, tenía que vivir en tiempos de paz con los pies apoyados en el regazo de una virgen. La doncella que sostenía sus pies era Goewin y un sobrino de Math, hijo de su hermana Don, se enamoró de Goewin y quiso poseerla. Gwydyon decidió ayudar a su hermano Gilvaethwy para obtener a la doncella, provocando una guerra, única forma de que Math abandonara a la doncella. Al enterarse de que Pryderi, señor de los cantrew del Sur, había recibido unos animales extranjeros (puercos), pidió permiso a Math para ir a requerir a Pryderi aquellos animales. Obtuvo permiso y acudió a la corte de Pryderi en guisa de bardo acompañado de sus gentes. Como Pryderi se negara a regalárselos, le ofreció a cambio doce caballos con todo su equipamiento, doce lebreles y doce escudos de oro. Pryderi aceptó y Gwydyon y sus gentes se marcharon a toda prisa, pues Gwydyon había conseguido todo aquello por hechizos que sólo durarían un día. Cuando Math se enteró de que las huestes de Pryderi perseguían a Gwydyon, reclutó a todas sus gentes. Entablaron batalla y al final se decidió que el asunto sólo se podía solucionar en un combate entre Gwydyon y Pryderi. Apelando a su magia, Gwydyon mató a Pryderí. Al regresar a su corte, Goewin contó a Math que Gilvaethwy la había poseído contra su voluntad mientras él había acudido a la guerra. En compensación Math la tomó por esposa y para vengarse de Gwydyon y Gilvaethwy los convirtió por un año en ciervo y cierva, dotándoles de los mismos instintos que estos animales. Al año siguiente se presentaron en la corte de Math con un cervatillo y Math los convirtió en jabalí y jabalina. Al cabo del año regresaron con un pequeño jabalí y Math los transformó en lobo y loba. Transcurrió otro año y acudieron junto a Math con un lobezno. Entonces Math les devolvió su forma, considerando que ya habían sufrido bastante la vergüenza de haber tenido hijos uno de otro y les restituyó su amistad y confianza. Les pidió consejo acerca de qué virgen podría sostener sus pies y Gwydyon le sugirió a su hermana Aranrot. Cuando la joven llegó a la corte de Math, éste quiso comprobar si efectivamente era virgen y la hizo pasar por encima de su vara mágica. Al pasar, dejó tras de sí un niño rubio y hermoso al que bautizaron con el nombre de Dylan y un segundo muy semejante al anterior del que Gwydyon, antes de que lo viera nadie, se apoderó. Gwydyon se ocupó del niño y un día lo llevó a la corte de Aranrot para que le diera nombre, pero su hermana se ofendió y juró que jamás tendría nombre. Por medio de un hechizo, Gwydyon logró que Aranrot le pusiera involuntariamente un nombre y desde entonces se llamó Llew Llaw Gyffes (León de Mano Diestra). Del mismo modo consiguió que le diera armas y cuando las obtuvo, Aranrot juró que jamás tendría mujer. Entonces Gwydyon acudió junto a Math y le rogó que le ayudara a formar una mujer para Llew, y de las flores hicieron una mujer a la que llamaron Blodeuwedd. Llew y Blodeuwedd fueron a vivir al cantrev de Dinodig que Math le había cedido. Un día Llew fue a ver a Math y en su ausencia fue a cazar a sus tierras Gronw Pebyr, señor de Pennllynn. Blodeuwedd no quiso mostrarse descortés y le invitó a pasar la noche en su corte. En cuanto se vieron, se enamoraron y decidieron matar a Llew para poder vivir juntos. Blodeuwedd preguntó a Llew la forma en que se le podría matar simulando gran preocupación por su vida y éste se lo contó: sólo podría darle muerte aquél que durante un año estuviera confeccionando una jabalina y se la arrojase en el momento en que pusiera un pie sobre el borde de una tina junto a un río y otro sobre la espalda de un macho cabrío. Blodeuwedd se lo hizo saber a Gronw y al cabo de un año le pidió a Llew que le mostrara con precisión la forma en que podría ser matado. Y cuando Llew tenía un pie sobre la tina y el otro sobre el macho cabrío, Gronw le arrojó la lanza y Llew se transformó en un pájaro y salió volando. Math y Gwydyon se enteraron de la historia y Gwydyon decidió ir en busca de Llew. Siguiendo a un puerco que siempre desaparecía por un camino desconocido por todos, encontró en la copa de un árbol a un cuervo comiendo carne podrida. Comprendió que se trataba de Llew, cantó un englyn hasta que el cuervo se posó sobre él y tocándole con su vara le devolvió su aspecto y figura. Cuando Llew se hubo restablecido, Gwydyon, Llew y toda su hueste se dirigieron a Ardudwy. Gwydyon transformó a Blodeuwedd en búho y la condenó a ser odiada por todos los demás pájaros, y Llew exigió a Gronw como compensación que ocupara el mismo lugar que él, cuando le arrojó la lanza y que ahora debería recibir él el golpe. Nadie de la casa de Gronw quiso recibir el golpe en su lugar y Gronw le rogó que le permitiera colocarse una piedra plana, pero Llew atravesó la piedra, y mató a Gronw. A partir de entonces, Llew gobernó prósperamente y más tarde se convirtió en señor de Gwynedd.

Posiblemente éste sea uno de los relatos más complejos de las cuatro ramas de los Mabinogi. Puede ser dividido en tres partes distintas: la primera (I) trataría de la obtención de Goewin por parte de Gwydyon y Gilvaethwy, y el castigo infligido por Math; la segunda (II) comenzaría en la reconciliación de Math con sus sobrinos y la historia de Gwydyon, Aranrot y Llew, y la tercera (III) se iniciaría con el matrimonio de Llew y Blodeuwedd. Según J. Gantz, la primera parte consta de unos elementos temáticos que encuentran su correspondencia en la segunda y tercera parte: I. 1 Gwydyon despoja a Goewin de su honor; II. 1 Aranrot priva a Llew de nombre y armas; I. 2 Gwydyon despoja a Math de Goewin; 111.2 Gronw despoja a Llew de su mujer; I. 3 Gwydyon mata a Pryderi; III. 3 Gronw «mata» a Llew; I. 4 Math castiga a Gwydyon; III. 4 Llew castiga a Gronw[28]. Como puede observarse, la primera, segunda y cuarta rama de los mabinogi están construidas según un modelo estructural muy semejante, basado fundamentalmente en la correspondencia de elementos temáticos entre sus partes respectivas. Esta cuarta rama inicia la historia de un nuevo linaje, el de Don, que al entrar en guerra con el linaje de Pryderi y provocar la muerte de éste concluye de algún modo las anteriores ramas. En efecto, el relato se inicia con un nuevo tema, el deseo de Gilvaethwy de poseer a Goewin, pero se desarrolla enlazándolo con un tema anterior: Pryderi y los puercos que le manda Arawn desde Annwvyn. Math no habría castigado a Gwydyon y Gilvaethwy de semejante modo si no le hubiera dolido tanto la muerte de Pryderi.

Desde un punto de vista de conjunto, algunos autores han considerado que la primera y tercera ramas guardan una estrecha relación, mientras que la segunda se relaciona a su vez con la cuarta, formando así dos núcleos diferenciados. Esta estructura general de los Mabinogi se justifica por motivos territoriales (la primera y tercera rama transcurren en el sur de Gales, la segunda y la cuarta en el norte) y por el carácter que se atribuye a los cuentos, considerando que la primera y tercera ramas se desenvuelven en un ambiente pacífico, cortés, influido por los romans franceses, mientras la segunda y cuarta ramas se definirían por su sentido heroico y catastrófico[29]. Por el contrario, J. R. Bollard los entiende como un continuum y señala que cada uno de los cuentos desarrolla tres temas fundamentales (amistad, matrimonios y feudos) que se van enlazando por medio de elementos semejantes. Así, para Bollard, cada rama posee una independencia y desarrolla los tres temas, pero en su conjunto se advierte una linealidad por su susceptibilidad a ser comparados a través de los elementos enlazantes[30].

Por nuestra parte hemos observado que desde un punto de vista de contenido, se exige tal ordenación lineal y no alternante como pretende Gantz, y que la sucesión de las ramas presenta una coherencia argumental y queda plenamente justificada.

b) Cuentos de tradición galesa

Agrupamos bajo este título cuentos que no guardan ninguna relación unos con otros, pero que se distinguen claramente de aquéllos de posible tradición francesa.

El sueño de Maxen Wledig

El emperador de Roma, Maxen, decidió ir un día de caza acompañado por todos sus hombres. Como hiciera mucho calor, unos servidores le colocaron escudos a su alrededor para protegerle del sol y pudiera dormir. Maxen soñó que remontaba la cuenca de un río y llegaba a una montaña muy elevada. Después de atravesar la montaña, se encontraba en una hermosa región surcada por muchos ríos; siguió el curso de los ríos y llegó al mar. Allí vio una gran flota, embarcó y llegó a una isla. La atravesó de un mar a otro y pudo ver otra isla, y entre donde se encontraba él y aquella isla vio un país, y en el país un río que desde la montaña se dirigía al mar. En la desembocadura del río vio un gran castillo. Entró en el castillo y en una sala circular de aquel castillo encontró a dos jóvenes morenos jugando al ajedrez, a un hombre de cabellos blancos tallando piezas del juego y a una hermosa doncella sentada en una silla. Saludó a la doncella, se sentó junto a ella y en aquel momento se despertó. Desde aquel día, el emperador no encontró ni vida ni tranquilidad, se apartó de todos y su único deseo era dormir para soñar con aquella doncella desconocida. Al final, sus hombres se dieron cuenta de su estado y le preguntaron cuál era la razón de su tristeza. El emperador reunió a todos los sabios de Roma y les explicó el motivo; éstos decidieron enviar mensajeros a recorrer el mundo en búsqueda de la doncella. Regresaron al cabo del año sin noticia alguna. Aconsejaron al emperador que volviera al lugar donde había tenido aquel sueño por vez primera e intentara recordar si había tomado el camino hacia Occidente o hacia Oriente. Así lo hizo el emperador y cuando se encontró en el lugar, recordó que había remontado el río hacia Occidente. Enviaron de nuevo mensajeros desde aquel lugar y siguiendo el río en dirección Occidente, los mensajeros encontraron todos los parajes en los que el emperador había estado en su sueño. Al final llegaron al castillo, que se encontraba en Aber Sein. Entraron dentro y vieron a las mismas personas ocupadas en los mismos quehaceres que Maxen había visto en sueños. Saludaron a la doncella y le dijeron que el emperador de Roma la amaba y quería casarse con ella. Le preguntaron si prefería ir a Roma o si, por el contrario, deseaba que el emperador acudiera junto a ella. La doncella se decidió por esto último y en cuanto los mensajeros estuvieron de vuelta y se lo hubieron explicado todo a Maxen, éste inició su viaje y atravesó las mismas tierras que ya había recorrido en su: sueño. Maxen se casó con Elen y permaneció en aquellas tierras siete años. Como no regresaba, los romanos decidieron, según era costumbre entonces, proclamar emperador a otro hombre. Cuando Maxen se enteró, marchó con todas sus huestes a Roma y asedió la ciudad durante un año. Pero sólo logró vencer al traidor con la ayuda de los hermanos de Elen, Kynon y Adeon, que conquistaron para él la ciudad. Desde entonces gobernó con prosperidad y entregó a Kynon y Adeon todo un ejército para que conquistaran la parte del mundo que quisieran.

El relato posee una estructura sencilla, pudiéndose distinguir en él tres partes: I, el sueño de Maxen; II, la búsqueda de la doncella; III, el matrimonio y el asedio de Roma. La segunda parte puede entenderse como un desdoblamiento de la primera, pues se repite dos veces el tema fundamental: el recorrido geográfico que hace Maxen en sueños hasta llegar al castillo de la doncella, vuelve a aparecer en el viaje de los mensajeros y en el viaje real de Maxen. La minuciosa descripción de los lugares y su doble repetición prestan al relato una belleza singular que no ha sido igualada en ninguno de los otros cuentos. La tercera parte puede entenderse como una ficción literaria basada en un hecho real. En efecto, Maxen o Máximo, según se le conoce en las fuentes, se dirigió con un ejército de bretones contra Roma a finales del siglo IV, pero fue derrotado por el emperador Teodosio.

Lludd y Llevelys

Lludd, hijo de Beli, hijo de Manogan, era rey de la isla de Bretaña y su hermano Llevelys gobernaba en Francia después de haber contraído matrimonio con la hija del rey francés. En aquel tiempo se abatieron sobre la isla de Bretaña tres plagas: la primera era la invasión de una tribu extranjera, los Corianneit; la segunda, un grito espantoso que se oía cada noche de primero de mayo y que causaba terribles estragos, y la tercera, la continua desaparición de víveres y provisiones de la corte del rey. Como Llevelys siempre se había distinguido por sus sabios consejos, Lludd decidió ir a Francia a verle y preparó su viaje con el máximo secreto posible, pues los Coriamaeit eran capaces de oír cualquier conversación si el viento se la llevaba. Una vez en Francia, Llevelys explicó a Lludd, a través de un cuerno para que los Corianneit no se enteraran, las causas de las tres plagas y cuáles eran los medios para librarse de ellas. En primer lugar, sólo podría aniquilar a los Corianneit vertiendo sobre ellos unos insectos triturados en agua. Así, debería reunir a todo su pueblo y a los Corianneit con el pretexto de hacer la paz y derramar el agua sobre todos. Ésta sólo debería afectar a los invasores. En segundo lugar, el grito era el de un dragón que luchaba con otro dragón extranjero; para acabar con aquel grito, debería medir la isla hasta encontrar su punto central; allí cavaría un agujero y en él depositaría una tina llena de aguamiel, cubriéndolo todo con una capa. Aquella noche debería velar en persona y vería combatir a los dragones que al final, agotados, caerían sobre la cubierta y la arrastrarían hasta el fondo del agujero. Una vez allí beberían aguamiel y se quedarían dormidos. Seguidamente plegaría la tela alrededor de ellos y los haría encerrar en un cofre de piedra, enterrando después el cofre. La tercera plaga era debida a un mago, que hacía dormir a todo el mundo en todos los banquetes para entrar en su corte y apoderarse de todas las provisiones. Lludd debería velar él mismo y para no dormirse se sumergiría en una tina llena de agua fría. Entonces llegaría el mago y debería combatir con él. Llud hizo todo lo que le indicó su hermano Llevelys: aniquiló a los Corianneit, encerró en el cofre a los dragones y por último venció al hombre que con su magia se apoderaba de sus provisiones. Así logró Lludd, hijo de Beli, terminar con las tres plagas de la isla de Bretaña.

El relato se resuelve en dos partes. A una primera pertenecería la aparición de las plagas, su explicación y su remedio, siendo Llevelys el personaje fundamental, pues es él quien revela a Lludd las causas de las plagas y el modo en que deberán ser combatidas. En la segunda parte se desarrolla la acción de Lludd contra las plagas y su destrucción. También en este relato se recurre a la técnica de repetición (la explicación de Llevelys del significado de las plagas y la forma de luchar contra ellas, y la acción de Lludd contra las plagas) que ya vimos utilizada en el relato de «El sueño de Maxen Wledig». J. Loth entendió este relato como una triada desarrollada[31].

Kulhwch y Olwen

Kilyd, hijo de Kelyddon Wledig, se casó con Goleudydd, hija de Anllawd Wledig, y de ellos nació un hijo llamado Kulhwch. Poco tiempo después, Goleudydd murió y Kilyd se volvió a casar con la mujer del rey de Doged, que tenía una hija. Ésta pretendía que su hija se casara con Kulhwch, y ante la negación de éste juró que sólo tendría por mujer a Olwen, la hija de Yspadadden Penkawr. Kilyd aconsejó a Kulhwch que fuera a ver a Arturo, su primo hermano, y le pidiera ayuda. Así lo hizo Kulhwch y cuando llegó a la corte de Arturo le rogó delante de toda su corte y todos sus guerreros que consiguiese a Olwen para él. Durante un año los mensajeros de Arturo estuvieron buscando a la doncella, pero no la encontraron. Entonces Arturo organizó una compañía formada por sus mejores hombres para que salieran en búsqueda de la doncella. Éstos eran: Kei, Bedwyr, Kynddelic el Guía, Gwrhyr Gwalstawt Ieithoedd (Intérprete de Lenguas), Gwalchmei, hijo de Gwyar; Menw, hijo de Teirgwaedd, y el propio Kulhwch. Estos siete hombres se pusieron en marcha y llegaron a una vasta llanura, donde divisaron un castillo. En la cima de la colina se encontraba un pastor, que les indicó que se encontraban en el castillo de Yspadadden Penkawr y les acompañó a su casa. La mujer de Kustenin el pastor era tía de Kulhwch y hermana de Yspadadden. Todos sus hijos habían sido aniquilados por Yspadadden a excepción de uno solo: Goreu, que guardaba en un cofre. Les rogó que cejaran en su empresa, porque no saldrían con vida del castillo. Ellos le pidieron que mandara venir a su casa a Olwen y ella se lo concedió. Olwen le dijo a Kulhwch que sólo la podría conseguir aceptando todas las condiciones que su padre le impusiera y prometiéndole conseguir todo lo que le pidiese por muy difícil que le pareciera. Acudieron todos a la corte de Yspadadden para hacerle su petición y en tres ocasiones distintas Yspadadden les lanzó una jabalina envenenada a traición. En las tres ocasiones, la jabalina le fue devuelta por Bedwyr, Menw y Kulhwch, atravesándole una rodilla, el centro del pecho y un ojo. Finalmente aceptó tratar con ellos y pidió a Kulhwch lo siguiente: sembrar en un solo día un campo de trigo para hacer con él la bebida y comida del festín de su boda, para lo cual necesitaría a Ámaethon, hijo de Don, para preparar la tierra; a Govannon, hijo de Don, para sacar el hierro de la tierra; los bueyes de Gwlwyd Wineu para arar la tierra; los bueyes Melyn Gwanwyn y Brick y los bueyes cornudos de Ych Brich; granos de lino que salieran de una tierra roja para hacer el tocado de novia de su hija; una miel dulcísima para el banquete; la copa de Llwyr, que contiene un fuerte licor; el cesto de Gwyddneu Garanhir, donde siempre había comida suficiente para cien hombres; el cuerno de Gwlgawt Gogodin para derramar la bebida del banquete; el arpa de Teirtu, que tocaba sola para la fiesta; los pájaros de Rhiannon para distraerle durante el banquete; el caldero de Diwrnach el irlandés para hervir los manjares del banquete; el colmillo del jefe de los jabalís; Yskithyrwynn para afeitarse el día de la boda de su hija, para lo cual debería encontrar a Odgar, hijo de Aedd, el único que se lo podría arrancar, y a Kado de Prydein, que debería custodiar el colmillo; la sangre de la bruja Gorddu para alisar los pelos de su barba, para lo cual necesitaría las botellas de Gwiddolwyn Gorr, únicos recipientes que la podían mantener caliente; las botellas de Rinnon Rin Barnawt para conservar la leche fresca; finalmente tendría que conseguir el peine y las tijeras que llevaba el jabalí Twrch Trwyth para arreglar sus cabellos. Pero no podría conseguirlos sin Drutwin, el cachorro de Greit, que llevaría la correa de Kwrs Kant Erwin, el collar de Kanhastyr Kanllaw, la cadena de Kyludd Kanhastyr; sólo Mabon podría cazar al jabalí y debería montar a Gwynn Mydwnn, el caballo de Gweddw, y para encontrar a Mabon, desaparecido desde la tercera noche de su nacimiento, debería buscar primero a Eidoel, su primo hermano. En la cacería de Twrch Trwyth debería estar Garselit el irlandés, jefe de cazadores de Iwerddon. Necesitaría también a los dos cachorros de Gast Rhimy, que serían sujetados con una correa hecha de la barba de Dillus Varvawc; Kynedyr Willt sujetaría los cachorros. En la caza participaría Gwynn, hijo de Nudd, montado en el caballo de Moro Gerveddawc, y también Gilenin, rey de Francia. Alun, hijo de Dyvet, soltaría a los perros. El Twrch Trwyth sólo podría ser finalmente cazado por Arturo y sus hombres y por Bwlch, Kyvwlch y Sywlch, y sólo con la espada de Gwrnach Gawr se le podría cortar la cabeza a Twrch Trwyth. Sólo cuando hubiera reunido todos aquellos objetos podría volver a su corte y casarse con Olwen. Y los hombres de Arturo empiezan a buscar todos aquellos tesoros: Kei logra conquistar la espada de Gwrnach Gawr, Arturo y sus hombres liberan a Eidoel y con él visitan a los animales más antiguos del universo (mirlo, ciervo, águila y salmón) para preguntarles por Mabon. El salmón conduce a Kei hasta Mabon y lo liberan. Arturo consigue los cachorros de Gast Rhymi. Unas hormigas procuran a Gwythyr, hijo de Greidawl, los granos de lino. Kei y Bedwyr logran arrancarle a Dillus Varwac los pelos de su barba para confeccionar la correa que sujetará a los cachorros de Gast Rhitny. Consiguen a Drutwynn, el cachorro de Greit el caballo de Gweddw, la correa de Kwrs Kant Erwin para sujetar a Drutwynn, los perros de Glythmyr, a Kynedur Willt para sujetar a los cachorros. En la cacería de Yskithyrwynn, jefe de jabalís, intervienen Mabon, hijo de Mellt, Arturo y su perro Kavall y Kaw de Prydein le corta la cabeza y se apodera del colmillo. Arturo se apodera del caldero que guardan los irlandeses. Después de una larga persecución logran quitarle al Twrch Trwyth el peine y las tijeras y finalmente Arturo mata a la bruja Gorddu y su sangre es recogida por Kaw. Kulhwch acude a la corte de Yspadadden con todos los objetos acompañado por los hombres que más odiaban a Yspadadden, entre los que se encontraba Goreu, hijo de Kustenin. Yspadadden le entrega a su hija. Goreu le corta la cabeza a Yspadadden y la clava en una estaca. Kulhwch y Olwen se casan.

En este relato se rompe la estructura binaria y la técnica de repetición estructural que habíamos observado en las dos historias anteriores. En efecto, el cuento constaría de un breve prólogo (I) donde se explica el nacimiento de Kulhwch y el segundo matrimonio de Kilyd; una segunda parte (II) se iniciaría cuando Kulhwch emprende el camino hacia la corte de Arturo y se prolongaría hasta las peticiones de Yspadadden; una tercera parte (III) estaría formada por la búsqueda de todas las peticiones y un breve epílogo (IV) sería la muerte de Yspadadden y el matrimonio de Kulhwch y Olwen. La II y III parte no se ordenan según elementos que se correspondan, pues las búsquedas no se suceden de la misma forma que las peticiones. Por el contrario, parece que la intención del autor consiste en presentarnos una historia con un principio y un final, cuyo desarrollo se resuelve en las múltiples aventuras transcurridas en la III parte. Las aventuras más destacadas, por ser ampliamente descritas, serían la consecución de la espada de Gwrnach Gawr, la búsqueda de Mabon y la caza del jabalí Twrch Trwyth, donde el recorrido que sigue el jabalí y sus perseguidores corresponde con toda exactitud a la geografía del país. Cabría destacar el estilo repetitivo de la II parte, donde todas las peticiones de Yspadadden se formulan según un mismo esquema y a las que Kulhwch siempre responde con las mismas palabras.

El sueño de Rhonabwy

Madawc, hijo de Maredudd, rey de Powys, organiza una compañía de hombres para buscar a su hermano Iorwerth, que huyó a Lloeger, devastando todas sus tierras, después de rechazar el cargo de penteulu que le ofrecía Madawc. Entre los hombres que formaron parte de esta compañía se encontraban Kynnwric, Kadwgewn Vras y Rhonabwy. Estos hombres se detuvieron en la casa de Heilyn Coch y cuando llegó el momento de acostarse sólo dispusieron de lechos sucios, llenos de paja polvorienta y pulgas. No pudiendo dormir en aquel lecho, Rhonabwy fue a echarse en una piel de ternero que había visto en la sala; y allí se durmió y tuvo el siguiente sueño: Se dirigía con sus compañeros hacia Rhyd y Groes, en el Havren, cuando oyó un gran ruido y vio a un caballero vestido de amarillo y verde, al igual que su caballo. El caballero era Iddawc Cordd Prydein (el Intrigante de Bretaña) y el apodo le fue impuesto por haber sembrado la discordia entre Arturo y Medrawt y haber provocado así la batalla de Camlan. Después de hacer penitencia en Prydein durante siete años fue perdonado. Iddawc les acompañó en su camino y llegaron al Havren. A ambos lados del vado vieron multitud de pabellones y a Arturo sentado en una isla acompañado de Bedwin, el obispo, Gwarthegyt, hijo de Kaw, y un gran joven de cabellos castaños. Iddawc y sus compañeros saludaron a Arturo y éste sonrió amargamente diciendo que mucho le entristecía ver a hombres tan despreciables defendiendo la isla, cuando antaño habían sido tan valerosos. Iddawc explicaba a Rhonabwy quiénes eran todos aquellos hombres que estaban allí reunidos, cuando un caballero, Karadawc Vreichvras, dirigió palabras ásperas a Arturo, diciéndole que ya era momento de dirigirse a Baddon para luchar con Osla Gyllellvawr. Se pusieron en marcha e Iddawc y Rhonabwy se detuvieron para contemplar cómo se levantaban los pabellones y avanzaban los ejércitos, que se distinguían por sus múltiples colores. Llegaron a Kaer Baddon y en medio de un ejército vieron cabalgar a un caballero y todos se acercaban para verle; era Kei. En esto, Arturo se dispuso a jugar al ajedrez con Owein. Durante la partida acudieron tres hombres a advertir a Owein que los escuderos de Arturo estaban molestando a sus cuervos. Tres veces consecutivas pidió Owein a Arturo que llamara a sus hombres, y éste le rogó que continuara su partida sin prestar atención a la petición de Owein. Al final, Owein ordenó al escudero que enarbolara el estandarte para que los cuervos pudieran volar. El escudero así lo hizo y ellos continuaron la partida. Mientras jugaban, acudieron tres hombres de Arturo a pedir a Owein que detuviera a sus cuervos, pues estaban causando estragos. Arturo le rogó que llamara a sus cuervos y Owein le pidió que continuara la partida. Por último, Arturo aplastó las piezas que había en el tablero y Owein ordenó que bajaran el estandarte. Iddawc explicó a Owein quiénes eran los tres hombres que habían ido a advertir a Owein lo que ocurría con sus cuervos y quiénes eran los tres que habían ido después a advertir a Arturo que los cuervos estaban matando a su gente. En esto llegaron veinticuatro caballeros de Osla Gyllellvawr a pedir a Arturo una tregua de un mes y quince días. Arturo la concedió y en el tumulto, Rhonabwy se despertó. Había dormido tres noches y tres días.

Rhonabwy se traslada en su sueño a una época anterior, a principios del siglo VI, cuando Arturo venció a los sajones en la batalla de Mont Baddon. Toda la acción tiene lugar antes de la batalla de Mont Baddon y el objetivo fundamental del relato consiste en describir un mundo deslumbrante por la riqueza de las armas, el valor y las actitudes de los caballeros, el brillante colorido de sus vestimentas y pabellones. Es tal la riqueza descriptiva del relato que al final el autor afirma que ningún bardo o relator podrá recordarlo «sin libro» por la gran cantidad de colores de caballos, armas, vestimentas y piedras mágicas. Además tiene lugar la presentación de los caballeros de Arturo, entre los que destaca Kei. Dentro de la descripción de caballeros se inscribe una historia que puede entenderse como el núcleo del relato: la partida de ajedrez de Arturo y Owein, que transcurre según una estructura simétrica y doble, pues tres veces consecutivas Arturo se niega a acceder a lo que Owein le pide y a su vez Owein hará caso omiso de la petición de Arturo de llamar a sus cuervos en otras tres ocasiones, instándole a continuar la partida como hiciera Arturo con anterioridad. Así, «El Sueño de Rhonabwy» poseería tres partes fundamentales: una primera en que tiene lugar la descripción de los ejércitos acampados en el río Havren, una segunda cuyo tema es la partida de ajedrez en Mont Baddon y que se desdoblaría en dos secciones con elementos que se corresponden simétricamente, y una tercera en la que Arturo accede a conceder a Osla una tregua de un mes y quince días. El relato se encontraría precedido de un breve prólogo, donde se nos explica quién es Rhonabwy y el objetivo de su viaje y un breve epílogo, donde tiene lugar el despertar de Rhonabwy.

c) Cuentos de posible tradición francesa

Se trata de tres relatos cuyo argumento es similar a los tres romans de Chrétien de Troyes: «La Dama de la Fuente», que corresponde al «Yvain ou le Chevalier au Lion»; «Peredur, hijo de Evrawc», que se asimila al «Perceval ou li Contes du Graal» y «Gereint, hijo de Erbin», que se relaciona con el «Erec».

La Dama de la Fuente

Estaban reunidos un día todos los hombres de Arturo en su corte cuando, a instancias de Kei y mientras Arturo dormía, Kynon, hijo de Klydno, contó la siguiente historia: Deseoso de aventuras, decidió en una ocasión marchar hacia las tierras desiertas y salvajes. En su camino encontró un castillo, donde fue acogido por un hombre de gran cortesía y veinticuatro doncellas. Durante la cena, le explicó a su huésped el motivo de su viaje y le preguntó qué aventura peligrosa podría encontrar. El dueño del castillo le respondió que fuera al encuentro del Hombre Negro y éste le indicaría lo que debía hacer. Al día siguiente se puso en marcha y encontró al Hombre Negro en la cima de una colina. Le sorprendió el poder que tenía aquel hombre semisalvaje sobre todos los animales del lugar, y a pesar de su descortesía le indicó el camino a seguir; al final vería una llanura, en cuyo centro se encontraba un árbol. Debajo del árbol vería una fuente y en el borde de la fuente una losa sobre la cual se encontraba un recipiente de plata. Debería coger el recipiente, llenarlo de agua y echarla sobre la losa. Después de esto oiría un gran trueno, al que sucedería un aguacero de granizo. En el momento en que el árbol quedara completamente deshojado, se apaciguaría el temporal y acudirían al lugar unos pájaros de canto maravilloso. Al cabo de un rato, en el momento en que más extasiado estuviera con el canto de los pájaros, vería llegar a un caballero vestido de brocado negro. Si lograba vencer a aquel caballero, sería inútil que buscara más aventuras, pues ya nadie sería capaz de vencerle. Kynon se encaminó hacia aquel lugar y todo ocurrió tal y como le había contado el Hombre Negro. Cuando más extasiado estaba en el canto de los pájaros, apareció el Caballero Negro y en un primer enfrentamiento éste lo derribó del caballo. Se llevó su caballo y lo dejó allí tendido. Después de oír la triste historia de Kynon, Owein, hijo de Erbin, resuelve dirigirse a aquel lugar. Al igual que Kynon, Owein es recibido por el dueño del castillo con las veinticuatro doncellas, encuentra al Hombre Negro, que le indica el camino para llegar a la fuente y lo que debe hacer una vez allí. Owein siguió las instrucciones del Hombre Negro y en el momento en que estaban cantando los pájaros apareció el Caballero Negro y arremetió furiosamente contra Owein, pero éste le hirió mortalmente. El caballero huyó y Owein le persiguió, hasta que llegaron a una ciudad fortificada. El caballero logró entrar dentro, pero Owein quedó apresado, pues hicieron caer el rastrillo. En esto se acercó a él una doncella, que decidió ayudarle. Le entregó un anillo cuya virtud consistía en hacer invisible a quien lo llevara. De este modo, cuando los hombres de la ciudad fueron a apresarle no le encontraron y Owein se reunió con la doncella, que le condujo hasta sus habitaciones. Aquella misma noche hubo un gran duelo en toda la ciudad por la muerte del señor del castillo (el Caballero Negro) y al amanecer Owein pudo ver cómo llevaban el cuerpo del señor a la iglesia. Detrás de la hueste iba una mujer, la esposa del señor del castillo, cuya belleza fascinó a Owein. Así se lo dijo a su amiga Lunet y ésta organizó la boda de Owein y la Dama de la Fuente. Desde entonces Owein se convirtió en el guardián de la fuente.

Arturo estaba muy entristecido por la súbita desaparición de Owein y comprendiendo que aquella desaparición guardaba relación con el relato de Kynon, se dirigió, acompañado por sus hombres, al castillo del que había hablado Kynon; luego encontraron al Hombre Negro y finalmente llegaron a la fuente. Después del trueno, el aguacero y el canto de los pájaros, apareció Owein. Nadie le reconoció y Owein luchó contra todos los hombres de Arturo, a los que fue venciendo, hasta que al final sólo quedaron Gwalchmei y Arturo. Entonces Owein luchó contra Gwalchmei y no le reconoció hasta que de un golpe apartó el yelmo de su rostro. Se acabaron entonces los combates y Owein invitó a Arturo y a todos sus hombres a su corte. Cuando decidieron partir Owein les acompañó y juró que estaría de vuelta en tres meses, pero permaneció en la corte de Arturo tres años. Un día llegó una doncella a la corte de Arturo y llamando a Owein embustero y traidor le quitó el anillo que le había regalado Lunet. Se apoderó de Owein una gran tristeza y al día siguiente se marchó de la corte de Arturo en busca de tierras salvajes y desiertas. Pasó mucho tiempo en soledad acompañado de animales, hasta que su aspecto se transformó, y se debilitó tanto que tuvo que bajar de las montañas. Llegó a una corte, donde le cuidaron, y se pudo restablecer gracias a un ungüento maravilloso. La corte pertenecía a una condesa viuda y un conde pretendía arrebatarle sus dominios. Owein salvó a la condesa de la amenaza del conde y siguió su camino. De pronto encontró en un bosque a un león y a una serpiente que le amenazaba. Owein mató a la serpiente y desde entonces el león le siguió a todos los lugares donde iba. Estando una noche en un bosque se encontró con una doncella que dijo ser Lunet y le explicó que dos escuderos de la corte de su señora la matarían si no iba a defenderla Owein, contra quien aquellos hombres habían dicho palabras injuriosas por haber abandonado a su señora. Lunet no reconoció a Owein y éste fue a pasar la noche a un castillo donde reinaba la más profunda tristeza, pues al día siguiente un gigante que había apresado a los dos hijos del dueño del castillo tos mataría si el dueño no le entregaba a su hija. Owein venció al gigante con ayuda del león y salvó a los dos muchachos. Entonces se dirigió al lugar donde se encontraba Lunet y combatió contra los dos jóvenes, que pretendían quemarla en una hoguera, y con ayuda del león logró vencerlos. Owein y Lunet regresaron juntos al castillo de la Dama de la Fuente y Owein no abandonó a la Dama mientras vivió. Un día, Owein se dirigió a la corte del Negro Opresor y el león no le abandonó hasta que le hubo vencido. Le concedió gracia y el Negro Opresor le juró que a partir de entonces sería hospitalario. Owein liberó a las veinticuatro mujeres que tenía allí apresadas y regresaron todos juntos a la corte de Arturo. Después de un tiempo, Owein regresó a sus tierras.

En esta historia se distinguen tres partes: una primera parte (I) que se iniciaría con el relato de Kynon y terminaría con la llegada de Arturo y sus caballeros al castillo de la Dama de la Fuente; una segunda parte muy breve (II) que puede entenderse como un intermedio y también como un laxo de unión entre la primera y tercera parte, y correspondería a la estancia de Owein en la corte de Arturo durante tres años y a la aparición de la extraña doncella que le quita el anillo; finalmente, una tercera parte (III) comenzaría con el retiro de Owein a los lugares desolados y se desarrollaría en las aventuras de Owein hasta la reconciliación con la Dama de la Fuente. Un breve epílogo narra una nueva aventura de Owein, su vuelta a la corte de Arturo y la toma de posesión de sus tierras.

La I parte consta a su vez de cuatro secciones: a, el relato de Kynon; b, la victoria de Owein sobre el Caballero Negro; c, el matrimonio de Owein y la Dama de la Fuente, y d, la llegada de Arturo y sus caballeros a la fuente. Hay que hacer notar que a, b y d están formados por los mismos elementos, pues en cada una de estas secciones se describe en qué consiste la aventura de la fuente (la llegada al castillo del hombre de cabellos rubios con las veinticuatro doncellas / el encuentro con el Hombre Negro / la llegada a la fuente, donde se vierte el recipiente lleno de agua, el trueno, el aguacero, el árbol deshojado, los pájaros y la aparición del Caballero Negro, que en d es Owein).

La tercera parte se puede desglosar en distintas secciones: a, el retiro de Owein; b, la aventura en la corte de la condesa viuda; c, la conquista del león; d, la aventura del gigante; e, Owein salva a Lunet de la hoguera; f, la reconciliación de Owein y la Dama de la Fuente.

Si, en líneas generales, la trama y los temas presentan indudables similitudes con el relato de Chrétien, hay que señalar que en esta versión galesa no consta una importante aventura desarrollada en el roman francés. En efecto, en el Chevalier au lion, Yvain no regresa junto a la Dama de la Fuente después de haber salvado a Lunet de la hoguera, sino que antes tiene lugar la Pesme Aventure (v. 5107-5809), que viene precedida por el encuentro de Yvain con las dos hijas del señor de la Negra Espina y que finaliza con el combate entre Yvain y Gauvain. Por otro lado existen innumerables detalles significantes en el roman francés que no encuentran correspondencias en la versión galesa, no sólo en lo que respecta a matices, sino incluso en lo que se refiere a ciertos elementos de contenido[32].

Peredur, hijo de Evrawc

Peredur fue criado junto a su madre, que después de la muerte de su marido, Evrawc, en la guerra, había decidido apartar a su hijo de la caballería. Un día, Peredur vio a tres caballeros (Gwalchmei, Gweir y Owein) y se quedó tan admirado por el resplandor de sus armas que decidió seguirles y hacerse ordenar caballero. Siguiendo los consejos de su apenada madre, se dirigió a la corte de Arturo. En su camino encontró un pabellón en medio de un prado en el que había una doncella a la que saludó, pidió comida y las joyas que tenía, según le había recomendado su madre. La doncella accedió y cuando llegó el dueño del pabellón se molestó mucho con ella, convencido de que había tenido relaciones con el joven. La echó de su pabellón y juró que buscaría a aquel joven. En esto, Peredur llegó a la corte de Arturo y dos enanos lo anunciaron como la flor de los guerreros y la caballería, lo que provocó el sarcasmo y la ira de Kei, pues iba muy pobremente armado y no tenía aspecto de caballero. Después de propinar sendos puntapiés a los enanos, envió a Peredur a combatir con un caballero que poco antes había ultrajado a Gwenhwyvar y con el que nadie se había atrevido a enfrentarse. Peredur venció al caballero y cuando estaba intentando quitarle las armas llegó Owein, quien mucho se admiró por el valor del joven. Peredur se negó a acompañarle a la corte y le dijo que en todos los lugares donde fuera se anunciaría como hombre de Arturo, que le procuraría todos los servicios que pudiera y que no regresaría a su corte antes de haber vengado el ultraje de Kei hecho a los enanos.

A partir de este momento se inician las aventuras de Peredur: después de vencer a muchos caballeros y de enviarlos a la corte de Arturo ordenándoles le dijeran que no pensaba regresar antes de haber vengado el ultraje hecho a los enanos, Peredur llega a un gran bosque, donde encuentra a un hombre de cabellos blancos, cojo, y a unos criados pescando. El anciano le invita a entrar en su castillo y le dice ser el hermano de su madre, recomendándole que no pregunte nada por muy extrañas que sean las cosas que vea. Al día siguiente, Peredur llegó a otro castillo y un anciano le acogió y le dijo ser hermano de su madre. Cuando estaban comiendo, Peredur vio a dos jóvenes llevando una lanza enorme de la que manaba sangre y a dos doncellas que llevaban una bandeja sobre la que había una cabeza cortada. Peredur no preguntó nada y al día siguiente siguió su camino con el permiso de su tío. Llegó a un bosque y vio a una doncella lanzando grandes gritos junto a un cadáver. La doncella dijo ser su hermana de leche, le contó que su madre había muerto de dolor después de su partida y le acusó de ser culpable de todas las desgracias que le habían sucedido. Peredur venció al caballero que había matado al marido de la doncella y le obligó a casarse con ella. Después de esto, Peredur llegó a un castillo cuya dueña era una hermosa doncella de piel blanquísima, cabellos muy negros y pómulos rojos. La doncella le pidió ayuda, pues un conde iba a asediar su castillo al día siguiente. Peredur venció a todos los hombres del ejército del conde y al propio conde, obligándole a devolver a la doncella todo lo que le había arrebatado con anterioridad. Después de esta aventura, Peredur se encuentra con el Orgulloso del Prado, y le obliga a reconocer inocente a la doncella que le había regalado las joyas en el pabellón del prado. Más tarde, Peredur libera a una gran dama de unas brujas y éstas le llevan a su corte para enseñarle a cabalgar y a manejar bien las armas. Terminado el aprendizaje, Peredur pasa la noche en la celda de un ermitaño y a la mañana siguiente, al partir, se apodera de él un pensamiento: aquella noche había nevado y un halcón había matado un pato delante de la celda; el ruido del caballo había espantado al halcón y un cuervo se había posado sobre la presa. La negrura del cuervo le recordó los cabellos negros de la mujer que más amaba, las gotas de sangre a sus mejillas y la nieve a la blancura de su piel.

Arturo y su corte habían decidido ir en búsqueda de Peredur y llegaron al mismo lugar donde se encontraba Peredur abstraído en sus pensamientos. No le reconocieron y Arturo envió a distintos hombres para saber quién era. Nadie obtuvo ninguna respuesta y todos fueron vencidos, incluso Kei, que recibió graves heridas. Finalmente acudió Gwalchmei y con sus buenas maneras logró que Peredur le contestase. Peredur fue con Arturo y sus hombres a la corte y allí encontró a una joven (Angharat Llaw Eurawc) que rechazó su amor y Peredur juró no decir palabra a cristiano antes de que le aceptase. Después de varias aventuras que le valieron a Peredur el apodo de Caballero Mudo, la doncella le reconoció su amor.

Un día que estaba cazando con Arturo, se dirigió a una casa cuyo dueño era el Hombre Negro y con el que Peredur tuvo que combatir. Antes de darle muerte, le confesó que había perdido un ojo combatiendo con la Serpiente Negra, en cuya cola había una piedra. Tenía la virtud de que cualquiera que la tuviera en su mano podía tener en la otra todo el oro que quisiera. Hasta llegar a la Serpiente Negra tendría que pasar por la corte de Los Niños del Rey de los Sufrimientos, llamado así porque un addanc (animal monstruoso) de un lago los mataba cada día, y llegar a la corte de la Señora de las Proezas, denominada así porque los huéspedes no podían sentarse a su lado y la rodeaban trescientos hombres que contaban las proezas de la casa. Peredur logró acabar con el addanc ayudado por una doncella que le ofreció una piedra para no ser visto por el animal, y cuando se dirigía a la corte de la Señora de las Proezas, un caballero de armas rojas (Etlym) se ofreció a ser su vasallo. En la corte de la Señora de las Proezas, Peredur derribó a los trescientos caballeros y su vasallo, Etlym, se dirigió con él al Monte Doloroso, donde se encontraba la Serpiente. Había allí numerosos hombres acampados en pabellones que intentaban vencer a la Serpiente, pero Peredur los convirtió en sus vasallos y acabó con la Serpiente. Regaló la piedra maravillosa a Etlym. Después de esto, Peredur resulta vencedor en un torneo organizado por una emperatriz para conseguir al hombre más valeroso del mundo. Peredur reconoció en la emperatriz a la doncella que le había regalado la piedra con la que pudo vencer al addanc y permaneció con ella durante catorce años.

Un día que Peredur se encontraba en la corte de Arturo, llegó una mujer negra de aspecto horrible que le dirigió duras palabras, diciéndole que había visto grandes prodigios en la corte del Rey Tullido (la lanza de la que manaba sangre y la cabeza en la bandeja), pero que no había preguntado por su significado, y por su culpa el rey no había logrado salud ni paz para sus dominios. Después de esto, Peredur decide no descansar hasta saber el significado y el sentido de la lanza. Gwalchmei decide también partir en su búsqueda, pero ambos eligen caminos distintos. Después de una aventura de Gwalchmei donde es acusado de haber matado a un hombre, la historia sigue con Peredur. En Viernes Santo se encuentra con un sacerdote que le reprocha ir a caballo en un día como aquél. Le aloja en su casa y Peredur le pregunta por el Castillo de los Prodigios. El sacerdote le indica el camino que debe tomar para llegar a una corte donde le darán noticias del Castillo de los Prodigios. Después de otra aventura, Peredur llega finalmente al Castillo de los Prodigios, donde una doncella le obliga a combatir y matar a Ysbidinogil, a cazar y matar a un ciervo, lo que más tarde le reprochará una dama. Para conquistar la amistad de aquella dama, Peredur lucha con un caballero que surge de una piedra plana y que de pronto desaparece. Después de errar por la montaña, Peredur encuentra un castillo. Entra y ve al hombre tullido de cabellos grises. Junto al anciano se encuentra Gwalchmei. Un joven de cabellos rubios le confiesa que se le había aparecido en formas muy diversas: como la mujer que le acusó en la corte de Arturo, como la doncella que le hizo luchar con Ysbidinogil, como la dama que se le apareció después de haber matado al ciervo y como el caballero que había surgido de la piedra plana. Era él el joven que llevaba la lanza de la que manaba sangre. Entonces le explicó el significado del suceso: las brujas de Kaernloyw habían matado a su primo hermano, cuya cabeza había visto en la bandeja, y habían dejado tullido a su tío. Le dijo que él era su primo y que estaba predicho que se tomaría venganza. Todos los hombres de Arturo acudieron a luchar contra las brujas y Peredur les dio muerte.

Según el análisis estructural que ofrece Thurneysen del relato, éste constaría de tres partes: I, desde el inicio hasta el incidente de las gotas de sangre en la nieve, incluyendo también la historia de Peredur y Angharad Llaw Eurawc; II, desde el suceso del Negro Opresor y la aventura de la Serpiente Negra hasta el torneo de la emperatriz con la que Peredur permaneció catorce años, y III, desde la aparición de la Mujer Negra en la corte de Arturo hasta el final. Thurneysen considera que la primera parte procede directamente de Chrétien, salvo la historia de Angharad, con escasos elementos de tradición galesa[33]. La segunda parte se presenta absolutamente original, mientras que en la tercera se utilizó material del romancier de Troyes, añadiéndose algunos elementos nuevos. Por su parte, Bruce destacó cinco elementos diferenciales entre la versión galesa y la francesa: 1, las breves apariciones de Gwalchmei; 2, la omisión de temas referentes a la vida caballeresca; 3, la ausencia del grial como búsqueda; 4, la introducción de motivos de origen propiamente galés como las brujas de Kaerloyw y el addanc; 5, la sustitución del nombre de Perceval por el de Peredur. Por su parte, I. Ll. Foster señala otros elementos divergentes entre los dos relatos, como, por ejemplo, la confusión de los dos tíos de Peredur que curiosamente corresponden a la confusión de Gornemant con el Rey Pescador en la continuación del Perceval, el desplazamiento del incidente de Blancaflor (las gotas de sangre en la nieve) en Peredur, la identificación de la Mujer Negra que acude á la corte de Arturo con la portadora de la bandeja[34]. En este sentido, cabe afirmar que Peredur posee muchos elementos originales que lo apartan del Perceval de Chrétien, y que le conceden un significado de conjunto distinto del que se desprende del roman francés.

Gereint, hijo de Erbin

Arturo y sus hombres salen al amanecer a cazar un ciervo. Gwenhwyvar se queda dormida y más tarde se dirige con una doncella al bosque; en el camino se encuentra a Gereint, que también se había quedado dormido, y juntos se disponen a oír los ladridos de los perros, cuando ven a un caballero, a una doncella y a un enano. Gwenhwyvar le pide a su doncella que vaya a averiguar quién es aquel caballero y la doncella se acerca al enano y se lo pregunta. Éste se niega a responderle, y al ver que la doncella se dirigía al caballero, le da un latigazo en la cara. La doncella regresa junto a Gwenhwyvar, quejándose por el golpe recibido, y Gereint se ofrece a averiguar él mismo quién es el caballero. Pero sufre la misma suerte que la doncella y como no lleva armas regresa junto a Gwenhwyvar para decirle que se propone seguir al caballero y vengar la afrenta en cuanto disponga de armas. Gereint se aleja y siguiendo al caballero, al enano y a la doncella llega a una ciudad fortificada, donde éstos son recibidos con gran alegría. Algo alejada de la ciudad, ve una corte y a un anciano sentado en la entrada. Le pide alojamiento y a pesar de la gran pobreza que reinaba en aquella corte Gereint fue bien servido por la hermosa hija del anciano. Mientras comían, el anciano le contó a Gereint su triste historia: antaño había sido el dueño de la ciudad y poseía un condado que le fue arrebatado por su sobrino, el conde actual de la ciudad. A su vez, Gereint le preguntó quién era el caballero que acababa de llegar a la ciudad acompañado de una doncella y un enano y le contó su aventura. El anciano le explicó que al día siguiente tendría lugar un torneo para conquistar el gavilán y que sólo podían participar aquéllos que se declararan campeones de una doncella. El caballero que había llegado a la ciudad acompañado del enano y la doncella, había conquistado el gavilán durante dos años consecutivos. Como Gereint diera muestras de querer participar en el torneo, el anciano le ofreció sus armas en préstamos. Gereint se declararía campeón de su hija. Al día siguiente acudieron al campo Gereint, el anciano, su mujer y su hija. Gereint venció al caballero y conquistó el gavilán para la hija del anciano. Concedió merced al caballero, pero le ordenó que fuera a la corte de Arturo para dar satisfacción a Gwenhwyvar por la afrenta que le había hecho. El conde les invitó a todos a su castillo y Gereint logró que devolviera su condado a Ynywl y así lo hizo. Entonces Gereint y la doncella se dirigieron a la corte de Arturo, pues Gereint quería recibirla de la mano de Gwenhwyvar y Arturo. Con anterioridad había llegado el caballero en compañía del enano y la doncella, y como Arturo reconociera en él a Edern, hijo de Nudd, y le viera mortalmente herido, ordenó que le cuidaran y en caso de que viviera ya daría más tarde satisfacción a Gwenhwyvar.

Gereint se casó con Enid y permanecieron un tiempo en la corte de Arturo, hasta que llegaron mensajeros de Erbin para reclamar a Gereint, pues el viejo rey ya se veía incapaz de hacer respetar los límites de sus tierras. Con gran pesar por abandonar a Arturo y dejar los torneos que tanta fama le habían dado; Gereint regresó a sus tierras en compañía de Enid y de los hombres de Arturo que más amaba, entre los cuales se encontraba Edem, al que Gwenhwyvar ya había perdonado. Una vez en sus tierras, Gereint puso orden, todos los vasallos de su padre le prestaron homenaje y de nuevo volvió a los torneos, hasta que se cansó y cada vez se fue recluyendo más y distanciándose de sus compañeros para dedicarse tan sólo a Enid. Las gentes empezaron a murmurar y Erbin habló con Enid y le contó cómo criticaban a Gereint. Enid se entristeció mucho y un día que estaban en la cama, ella despierta y él dormido, comenzó a llorar y exclamó cuan desgraciada era. En esto Gereint se despertó y creyendo que Enid ya no le amaba ordenó que ensillaran su caballo y dijo a Enid que se preparara para viajar. Y así se fueron los dos solos. Enid delante y sin dirigirle la palabra, tal y como le había ordenado Gereint. Pero Enid no pudo cumplir sus órdenes, pues cada vez que veía algún peligro avisaba a Gereint. Así sucedió con cuatro caballeros ladrones, con otros tres caballeros ladrones, con otros cinco caballeros y todos fueron vencidos por Gereint, que se irritó mucho con Enid por haberle advertido del peligro. Pasaron la noche en un bosque y al día siguiente por la mañana reanudaron su camino. Se encontraron con un joven escudero que les ofreció bebida y se ocupó de procurarles alojamiento en una posada de una ciudad cercana. Allí se dirigieron y fue a verles el señor del escudero, un conde, que se enamoró de Enid y le pidió que se quedara con él. Enid juzgó prudente darle ánimos y le rogó que acudiera a la mañana siguiente para llevársela por sorpresa, de modo que nadie pudiera acusarla de infiel. Antes del amanecer, Enid advirtió a Gereint que el conde pensaba matarle y que debían partir. Así lo hicieron, pero el conde y sus gentes les persiguieron. Gereint derribó a todos los hombres del conde y al propio conde. Llegaron a un hermoso valle y a una ciudad fortificada y Gereint siguió un camino que le habían advertido que no podría atravesar sin combatir con Gwiffret Petit. Combatió con él y le venció, y éste prometió que acudiría en su ayuda si lo sabía en peligro. Agotado por los combates, las heridas y el calor, Gereint se detuvo bajo un árbol. Cerca de aquel lugar se encontraba Arturo acampado con todos sus hombres en los pabellones. El senescal Kei se acercó a Gereint, no le reconoció y le dijo con descortesía que fuera a ver a Arturo. No lo consiguió y después fue Gwalchmei, que reconoció a Gereint, y valiéndose de su ingenio le obligó a ver a Arturo. Arturo, al ver el triste estado en que se encontraba Gereint, le ordenó que permaneciera con él hasta que se curaran sus heridas. Cuando se hubo restablecido, Gereint y Enid siguieron su camino y se encontraron a una doncella cuyo marido acababa de ser asesinado por tres gigantes. Gereint luchó con los tres gigantes y acabó con ellos, pero sus heridas se volvieron a abrir y cuando regresaba junto a Enid cayó desvanecido del caballo. Creyéndolo muerto, Enid comenzó a hacer un gran duelo y el conde Limwris y su séquito la oyeron. Trasladaron a Gereint a la corte en el escudo a modo de féretro y el conde propuso a Enid casarse con ella, a lo que Enid se negó obstinadamente. El conde la abofeteó y Enid lanzó tal grito que Gereint se recobró de su desmayo, mató al conde y se llevó a Enid en su caballo. Mientras marchaban así, encontraron a Gwiffret, que se había enterado de que Gereint estaba en un apuro y acudía a ayudarle. Gwiffret les condujo a la corte de su cuñado, donde Gereint se repuso de sus heridas. Cuando estuvo completamente sano, Gereint y Enid siguieron su camino acompañados por Gwiffret. Llegaron a una ciudad y se hospedaron en la corte del conde. Éste había instituido unos juegos a los que Gereint deseó ir. Después de comer, Gereint cogió sus armas y se dirigió al cercado donde tenían lugar los juegos. El cercado estaba cubierto por una nube, atravesó la nube y se encontró en un hermoso jardín, donde vio a una doncella. En esto llegó un caballero y combatieron. Gereint le venció y le prometió gracia si le decía cómo acabar con aquellos juegos. El caballero le dijo que tocara un cuerno. Gereint hizo sonar el cuerno y de inmediato desapareció la nube, y en aquel lugar no volvió a haber nunca más juegos. Después de esto, Gereint y Enid regresaron a sus tierras y a partir de entonces no volvió a abandonar los torneos y obtuvo gran gloria y fama.

Cabe distinguir tres partes: una primera parte comenzaría en la caza del ciervo y terminaría en la corte del padre de Gereint; una segunda parte se iniciaría con la marcha de Gereint y Enid en busca de aventuras; en la aventura del conde de Limwris la actitud de Gereint cambia con respecto a Enid, pues comprueba su inocencia. Por ello se podría iniciar aquí una tercera parte, que se prolongaría hasta el final del relato.

Los estudiosos del tema no consideran que el relato galés proceda del «Erec» de Chrétien, sino que hacen derivar ambas historias de una fuente común. Por un lado, los conceptos no parecen tomados del francés, sino del anglonormando[35]. Por otro, existen notables diferencias: en lo que respecta al contenido: 1, aparecen personajes distintos (por ejemplo, el caballero de los «Juegos de la Corte» no es conocido por ningún nombre, mientras que en el «Erec» se le conoce por Mabonagrain, el padre de Enid es en «Gereint» un conde despojado de sus bienes y en el «Erec» un pobre valvasor, etc.); 2, en el roman de Chrétien, la boda de Erec y Enid es descrita con todo detalle, mientras que en el «Gereint» casi pasa desapercibida; 3, el tema de la recreantise posee en el «Erec» una importancia fundamental y es tratado de forma muy distinta a como lo presenta el autor del «Gereint»; 4, el encuentro de Gauvain y Erec resulta muy diferente al encuentro de Gwalchmei y Gereint, pues Gauvain no logra reconocer a Erec, además de otros detalles; 5, la aventura de los «Juegos de la Corte» del «Gereint» es denominada en el «Erec» la «Alegría de la Corte»; 6, el roman francés termina con la coronación de Erec en Nantes.

Como se ha podido observar, estos tres relatos galeses ofrecen en su conjunto una gran similitud con los romans de Chrétien, pero todos ellos ofrecen diferencias. Posiblemente sea «La Dama de la Fuente» el relato más cercano a Chrétien, pues el autor galés no introdujo ningún tema o elemento nuevo. Por el contrario, en el «Gereint» se ha podido comprobar la introducción de elementos distintos y en el «Peredur» el desarrollo de unos temas que sólo se explican dentro de la propia tradición galesa. En este sentido, cabría afirmar que este último es el relato más original y justificaría también la posible existencia de una fuente común para el «Peredur» y el «Perceval».

Fecha

Uno de los aspectos más discutidos entre los estudiosos de los Mabinogi es de orden cronológico y todavía no se ha llegado a una conclusión definitiva acerca de la fecha en que fueron redactados estos relatos. Sin duda, poseían una forma definitiva en una época anterior a los manuscritos que de éstos se nos han conservado, abriéndose así un arco cronológico que abarcaría desde el siglo XI hasta finales del siglo XIII. Por otro lado, todos estos relatos pueden ofrecer fechas distintas, pues, como ya hemos comprobado, no guardan ninguna relación entre sí, a excepción de las cuatro ramas de los mabinogi que pueden ser entendidas como una única historia.

Al parecer, las cuatro ramas de los mabinogi son los relatos más antiguos. La mayoría de los autores los fechan en una época posterior a la conquista normanda, aunque otros los consideran anteriores. Así, Sir Ifor Williams sostuvo que debieron ser compuestos hacia el año 1060 y argumentó esta fecha alegando razones lingüísticas[36]. Más recientemente, T. M. Charles-Edwards ha corroborado la temprana fecha otorgada por Williams a las cuatro ramas, aportando nuevos elementos de datación. Por ejemplo, interpreta el suceso de la casa de hierro construida por Matholwch para Bran en el mabinogi Branwen como un ejemplo de una costumbre política irlandesa que significaba sumisión. Tal método de sumisión aparece descrito por vez primera en los Anales de Inisfallen de 1159, por lo que Charles-Edwards considera el año 1150 como terminus post quem para «Branwen[37]».

En cualquier caso, la mayor parte de autores concuerdan en atribuir a estos relatos una fecha posterior a la conquista normanda, pues se ha advertido en su conjunto una importante influencia de la cultura francesa. J. Loth los sitúa en el siglo XII, basándose en dos hechos fundamentales: 1, las faltas de los copistas parecen indicar que seguían un manuscrito coetáneo al Liber Landavensis o al libro de las leyes de Gwynedd de finales del siglo XII; 2, la geografía de los mabinogi indicaría a su vez los términos a quo y ad quem, pues Gales en Penvro (Pembroke) no puede ser anterior a comienzos del siglo XII y, por otro lado, la división de Dyvet en siete cantrevs no puede ser posterior al siglo XIII[38]. Además, uno de los episodios finales de Branwen recuerda a un tema análogo tratado en la Historia Regum Britanniae de Geoffroy de Monmouth, obra mencionada por vez primera en el año 1139. Por su parte, S. Lewis intentó precisar la fecha, situándolos entre los años 1170-1190, pues, según este autor, los mabinogi reflejaban el ambiente cultural de Enrique II el Plantagenet[39]. Después de un detenido análisis de los distintos conceptos galeses, M. Watkin refutó las teorías lingüísticas de I. Williams y logró determinar las múltiples influencias del francés antiguo; por ello, concluyó que eran insostenibles las teorías que intentaban situar las cuatro ramas en un período anterior a la conquista normanda y que el terminus a quo de estos relatos debía fijarse en la primera mitad del siglo XII[40].

Así, las teorías más convincentes acerca de la fecha de las cuatro ramas de los mabinogi indican que estos relatos fueron redactados durante el siglo XII, resultando difícil por el momento ofrecer una cronología más precisa.

Si bien la datación de las cuatro ramas no ofrece precisión, los cuentos de tradición galesa aún presentan mayores dificultades. Según Evans, el relato más antiguo es posiblemente «Kulhwch y Olwen[41]», opinión que parece compartir J. Loth, pues en este relato se menciona a Alan Fergan, que el autor asimila con Alain Fergent, duque de Bretaña entre 1084 y 1119[42]. Sin embargo, M. Watkin ha comprobado que la ortografía y la fonética del relato ofrecen unas características que no pueden encontrarse en una época anterior a la segunda mitad del siglo XIII[43].

Según J. Loth, «Lludd y Llevelys», así como «El sueño de Maxen Wledig», son posteriores a la obra de Geoffroy de Monmouth y «El sueño de Rhonabwy» se puede situar a mediados del siglo XII, pues la aventura transcurre en tiempos de Madwc ab Maredudd, príncipe de Powys, que murió en el año 1159[44]. M. Watkin retrasa considerablemente la fecha de este relato alegando razones de ambiente y de cultura que no permitirían considerarlo anterior a la segunda mitad del siglo XIII. Sin embargo, sus pruebas más convincentes son de orden fonético y contribuyen a justificar tal fecha[45].

Los relatos de tradición francesa («Owein», «Peredur» y «Gereint») se suelen fechar en una época posterior a Chrétien de Troyes, pero al parecer no hay en ellos ningún dato que permita ofrecer una datación precisa. Por lo general se considera que estas versiones galesas fueron redactadas en el siglo XIII[46].

Los Mabinogi fueron escritos por autores de los que ni siquiera conocemos el nombre. J. Loth señala que en los Iolo ms. aparece citado el nombre de Ieuan ap y Diwlith, que es mencionado como autor de mabinogion. Pero parece improbable que éste fuera el autor de algunos de estos relatos, pues al parecer vivió en el siglo XIV y no en el XII, como pretenden algunos biógrafos galeses. Un personaje mucho más importante fue Bledhericus, que es citado por Giraluds Cambrensis en los siguientes términos: famosus ille Bledhericus fabulator qui tempora nostra paulo praevenit[47]. En cualquier caso, nada permite atribuir a Bledhericus la redacción de ningún mabinogi, por lo que estos cuentos deben considerarse de autor anónimo.