Primer Prólogo

Pesadilla…

El fuego descendía rugiendo por la escalera trasera. El resplandor de las llamas lanzaba una luz dantesca sobre el vestíbulo. Quedaba muy poco tiempo. Ella levantó la llave que se había deslizado de sus dedos temblorosos y trató una vez más de introducirla en la cerradura de su alcoba.

A su lado, el muerto caído en un charco de sangre soltó una carcajada.

Ella volvió a dejar caer la llave.