PRÓLOGO

 

Cuando Alexander me ofreció ser el prologuista de esta novela, no lo dudé ni un instante; por supuesto ya había leído otros trabajos suyos, y estaba deseando poder echarle un ojo al texto del que ya me había hablado con anterioridad, algunos meses antes.

He de decir que seguir las peripecias de Francisco en Dubái, mientras investiga el misterioso asesinato que allí ha ocurrido, no me ha defraudado en absoluto. Una lectura ágil, una muy buena historia --a la que no le faltan golpes de humor--, y unos personajes (en especial Francisco) con los que no cuesta ponerse en su piel.

Podría eternizarme hablando de la novela pero, dado que ya la tienes en las manos, y seguramente estarás deseando comenzar con su lectura, tan solo contaré alguna pequeña cosa sobre el autor.

Conocí a Alexander Copperwhite de forma casual, a través de la red de redes. Desde entonces, a pesar de nuestra separación geográfica, he tenido la suerte de coincidir con él en diversos eventos literarios: presentaciones, entrevistas y firmas. Un escritor "de raza", siempre con alguna idea sobre un libro o un relato, y también siempre dispuesto a echar una mano y a aconsejar a cualquiera que quiera --o quizás habría que decir que cometa la insensatez de-- dar sus primeros pasos en el duro, aunque gratificante, mundo de la palabra escrita.

Termino ya esta pequeña introducción esperando que, como lo he hecho yo, disfrutéis de Negro.

 

David J. Skinner