61. En una carta de 1896 le había dicho Rodríguez Marín a Menéndez Pelayo que el libro de Montalvo (publicado postumamente en 1895) no le gustaba; y Menéndez Pelayo, en su respuesta, le daba toda la razón. En cambio, a don Juan Valera, con quien se carteaba asiduamente, no le dijo ni media palabra del asunto. Es claro el porqué: Valera, que sí tomaba en serio a los americanos —fue él quien le dio a Rubén Darío el espaldarazo español—, había elogiado públicamente a Montalvo. La segunda de las cartas a Rodríguez Marín (donde se lee: «... aquellos fastidiosos capítulos que el americano Montalvo supuso temerariamente que se le habían olvidado a Cervantes») es de 1902, año en que se publicó otra obra postuma de Montalvo, la Geometría moral, prologada por Valera. Don Marcelino respetaba enormemente a don Juan, escritor cultísimo y treinta años mayor que él. Así, pues, la verdadera «actitud crítica» de Menéndez Pelayo en el caso que nos ocupa es la que se revela en sus cartas al coetáneo, amigo y cuasi-cómplice Rodríguez Marín. Los datos de este episodio proceden de Ernesto Mejía Sánchez, «Más sobre Montalvo y Menéndez Pelayo», Nueva Revista de Filología Hispánica, vol. 12, 1958, pp. 394-396.<<