45. Lo Frasso aparece no sólo en el capítulo 6 de la primera parte del Quijote, sino también, y de manera prominente, en el canto III del Viaje del Parnaso. Canonizado así por Cervantes, justo es que se le considere, en nuestra lengua, el santo pailón de los plantados. En un artículo de la Nueva Revista de Filología Hispánica, vol. 24, 1975, p. 164, nota 42, contradiciendo a los críticos que ven en las palabras de Cervantes una reacción totalmente negra, una expresión de bilioso «sarcasmo», yo digo que esas palabras no destilan veneno, sino «entusiasmo». Raimundo Lida, a quien está dedicado todo el volumen 24 de la Nueva Rev. de Fil. Hisp., me preguntó si eso que decía lo decía en serio, si no estaba exagerando, y le contesté que eso era lo que auténticamente sentía. En 1975 no conocía yo el comentario que Lida escribió sobre las Tablas ortográficas del bachiller Helí Palomino Arana. Si lo hubiera conocido, le habría contestado que el regocijo de Cervantes es de la misma índole que el regocijo que él, Lida, tuvo al leer y reseñar el libro del bachiller Palomino. (El comentario de Lida puede verse en sus Estudios hispánicos, México, El Colegio de México, 1988, pp. 297-308. Es evidente que él se entretuvo con el bachiller Palomino más largamente que yo con el padre Andrade.)
Sobre la crítica entreverada de sonrisa, de risa o de carcajada, véase el presente libro, pp. 56-57, 59-60 y 76-77.<<