55. El blanco principal de este flechazo contra los señores del Ateneo es a todas luces don Miguel de Unamuno, aborrecido por los frailes e interesado en la literatura hispanoamericana (la cual no era, para él, cosa ajena y exótica, sino parte consustancial de la española).
He aquí lo que decía en 1917 otro español famosísimo por su falta de pelos en la lengua: «América es por excelencia el continente estúpido. Yo no tengo motivo particular de odio contra los americanos: la hostilidad que siento por ellos, es por no haber conocido a uno que tuviera un aire de persona, un aire de hombre [...]. La misma falta de simpatía que siento por los hispanoamericanos experimento por sus obras literarias. Todo lo que he leído de los americanos, a pesar de las adulaciones interesadas de Unamuno, lo he encontrado mísero y sin consistencia» (Pío Baroja, Juventud, egolatría, ed. de Obras Completas, vol. V, pp. 213-214). Menéndez Pelnyo se había declarado, en 1893, enemigo de las «interesadas adulaciones» (texto que se citará un poco después). ¿Lo habrá recordado Baroja al hablar de «las adulaciones interesadas de Unamuno»?<<