Capítulo 43
LA VERDAD
Debe ser el otoño que todo lo desnuda.
¿A qué este drenaje doloroso de un corazón en carne viva? ¿A qué volver a volar otra vez sobre esa charca negra del pasado cuando todo lo dicho está vivido ya aunque nunca del todo superado?
Estoy cansado, hijo, y me cuesta un mundo cada línea de esta larga carta que te escribo para llegar a la verdad aunque tenga que ser a través del sufrimiento. Nada justifica esta confesión de parte si no dejar el testimonio inútil de una realidad sin trampas.
Pero la vieja pregunta sigue en pie: ¿dónde está la verdad? Y yo no tengo respuesta, pero me niego a retirarme sin más para lavarme las manos y declararme inocente de tu vida.
No lo soy.
Debe ser el otoño.