Capítulo 34
TU RISA (2)
Todo vuelve a nacer; tu manzano crece poquito a poco, pero lleno de vida. Has estado en casa varios días y al final sonó tu risa. Bendito seas, Cris, bendita sea tu risa breve. En el jardín todo está en flor y ya hay muchas moscas que revolotean a tu lado. La vida explota junto a nosotros y los árboles que en el invierno parecían muertos, esqueléticos, secos, ya para siempre inútiles de pura desnudez, de pronto se abrieron igual que adolescentes y se llenan de puntitos verdes que son el anuncio de la vida.
Y tu risa de fondo.
Bendita sea tu risa, aunque nunca sepamos su misterio.