11 Heinrich Himmler, jefe de las SS, a través de la Oficina de Ocultismo Nazi, ordenó a los mejores investigadores alemanes que sortearan ese abismo en la historia de la Lanza. No tuvieron éxito. El doctor Walter Stein, por medio de un solo método de investigación histórica llamado «expansión de la mente», descubrió que Heinrich I envió la Lanza al rey inglés Athelsan donde estuvo presente en la Batalla de Malmesbury en la que los Daneses fueron desafiados. La Lanza fue regalada a Otón el Grande, con ocasión de su matrimonio con la hermana de Athelsan, Eadgita. Para conseguir que la Lanza formara parte de la dote, Otón el Grande permitió que las ciudades de Hitler se entusiasmó al descubrir que siglo tras siglo la increíble leyenda de la Lanza se había ido cumpliendo para bien o para mal.<<