De: William Jeffers

A: A.Baldi@questura-veneto.it

Asunto: Los cuadros conservan su secreto

Querido inspector:

He dedicado la mayor parte de mi vida a estudiar los grandes enigmas que plantea el arte del Renacimiento, pero el misterio que usted intenta despejar es de lejos el más difícil que haya tenido que resolver nunca. A pesar de mi provecta edad, aún sería capaz de describir de memoria cada uno de los cincuenta y seis cuadros de Tintoretto que se encuentran en San Rocco, pero no tengo el menor indicio que me lleve a la existencia de la orden de los Misioneros del León.

Pasé días enteros en la Sala dell’Albergo estudiando la composición y la luz de los cuadros que evocan la pasión de Cristo. En lo que se refiere a la Sala Grande Superiore, podría incluso recordar el número exacto de personajes que figuran en las telas de La serpiente de bronce, de La adoración de los pastores o de La resurrección de Lázaro; también sería capaz de describir el colorido o las tonalidades de El sacrificio de Abraham o de La tentación de Adán; podría hablarle durante horas de esa nostalgia del paisaje, de esa naturaleza mágica y paradisíaca que Tintoretto representa, más que en ningún otro lugar, en La huida a Egipto; pero descubrir qué secreto oculta uno de esos cuadros todavía hoy es por desgracia imposible.

Le agradezco que me mantenga informado de sus investigaciones y quedo, ahora y siempre, a su disposición.

Cordialmente,

W. J.