El Arresto

Die Festnahme

Palabras

1.        amó - geliebt

2.       apuntó - richtete

3.       ayer - gestern

4.      certificado - Urkunde, die

5.       ciego - blind

6.       confidencialmente - überzeugt

7.       cumplir - begehen

8.      día anterior – Vortag, der

9.       ejército Heer, das

10.    elegido - gewählt

11.     elegir - wählen

12.    escasamente - schwach

13.    escribir - verfassen

14.   estómago - Bauch, der

15.    evento - Vorfall, der

16.    explicó - erklärte

17.    fugitivo – Ausbrecher, der

18.   girar - drehen

19.    héroe - Held, der

20.   hoja - Blatt, das

21.    mostrador - Ladentisch, der

22.   objetivo - Bestimmung, die

23.   odio - Hass, der

24.  pantalones Hosen, die

25.   papel - Rolle, die

26.   permanente - dauerhaft, unbefristet

27.   pista - Hinweis, der

28.  placa - Polizeimarke, die

29.   prohibición - verbieten

30.   prohibir - verbieten

31.    quedar bien - passen

32.   reloj - Uhr

33.   saqué nahm ab

34.  situación - Situation, die

35.   sonaba - tickte

36.   temporal - vorübergehend, befristet

37.   temporalmente - vorübergehend

38.  tolerar - dulden

 

El Arresto

 

Cuando Paul volvió a casa ya estaba oscureciendo. En su casa lo esperaba su madre. Se sentaron en una habitación débilmente iluminada. Paul se sacó el anillo del dedo.

"¿Es ése el anillo de Lisa?" preguntó su madre.

"Sí," respondió Paul.

"Cuando tu padre nos dejó, yo también me saqué el anillo que me dio al principio, y hasta quería tirarlo a la basura, pero después pensé que ya había dejado de ser suyo. Ya era mi anillo, se había convertido en parte de mi vida, y no quería tirar a la basura parte de mi vida. No pude olvidarlo, igual que tampoco pude dar la vuelta a una nueva hoja," miró a Paul, "Pero yo viví con él diez años, hijo, ¿y cuánto hace que conoces tú a Lisa?

"No lo sé ni yo... No sé qué... vi en ella. Simplemente era interesante estar con ella," Paul se detuvo un momento, "Estoy seguro de que me ama… amó… estoy seguro de que también piensa en mí," dijo el hijo en voz baja.

"Puede que te amara. Puede que fuera un sentimiento fuerte," dijo su madre, "Pero ahora las cosas han cambiado, tienes que entenderlo. Los sentimientos fuertes no se van con rapidez, pero pueden convertirse en algo más," miró a su hijo, "Sus sentimientos pueden ser todavía fuertes, pero probablemente no sea amor... siente odio." Madre e hijo se quedaron en silencio. Había mucha tranquilidad. Solamente el reloj sonaba sobre la mesa.

"Pero ya no importa," dijo él finalmente, "Mamá, ¿crees que todos tenemos un objetivo?" preguntó.

"¿Un objetivo? ¿Qué quieres decir?" preguntó su madre.

"Creo que cada uno de nosotros puede hacer algo importante. Ese es nuestro propósito, nuestro papel en el juego," dijo Paul con seguridad.

"Hablan de objetivos cuando se va a empezar una guerra," respondió ella, "¿Qué papel han elegido de nuevo para ti? ¿Y en qué tipo de juego, Paul? Después de todo, llevas mucho tiempo sin estar en el ejército.”

"Nadie ha elegido por mí. Yo elijo mi propio objetivo. Tengo que irme, mamá," contestó.

"¿A dónde vas esta vez? ¿No fue suficiente ese viaje al Sáhara, Paul?" preguntó ella.

"No será por mucho tiempo, mamá," respondió, "Estaré de vuelta en un par de meses. Quiero cumplir mi objetivo," concluyó.

 

A la mañana siguiente, el Detective Rost fue a la comisaría a redactar un informe para el jefe de policía.

"Paul Rost, en el cuartel de policía se ha decidido prohibirle temporalmente trabajar como detective. Ponga el certificado y la placa sobre la mesa," dijo el jefe de policía, "Ahora vaya a ver al Detective Schmidt y haga un informe sobre los hechos de ayer," concluyó. Cuando Paul Rost estaba saliendo del despacho, el jefe añadió: "Y, Rost, espero que esta prohibición temporal se convierta en permanente. ¡No toleraré que alguien como usted se quede en mi comisaría! ¿Ha entendido?"

Rost miró al jefe largamente. No dijo nada, simplemente sonrió un poquito y salió. Fue a junto del  detective Schmidt y empezó a informarlo sobre los hechos del día anterior. En ese momento Bruno entró en la comisaría. Vio a Rost y empezó a gesticular nerviosamente.

"¡Le regalé un vestido a tu mujer!" dijo, volviéndose a Rost, "¡A una mujer que no tienes!" rió de forma poco amistosa, "¿No es obvio? ¿No es eso una pista?" se molestó Bruno, "Ahora estoy bien, y en cinco minutos algo malo podría ocurrir. ¿Y eso tampoco es una pista? ¿No está claro? Paul Rost, ¿estabas ciego?" miró a los oficiales de policía que se hallaban cerca. "¿En qué estabas pensando?" se molestó Bruno.

"El segundo fugitivo estaba sentado bajo su mostrador," Schmidt le explicó a Rost la situación completa," La caja registradora de Bruno estaba casi vacía, así que decidió esperar a que entraran unos cuantos clientes y pagaran. Apuntó con un paquete de cigarillos al estómago de  Bruno como si fuera una pistola y le ordenó pasarle el dinero de los clientes por debajo del mostrador. Y Bruno se mojó los pantalones y empezó a darte pistas cuando entraste por lo de la alarma," terminó el Detective Schmidt.

"¿Y quién conectó la alarma?" inquirió Rost.

"Yo, ¿quién iba a ser?" gritó Bruno con indignación, "¿Qué, el vestido no le quedaba bien?"

"Yo sí que te voy a dejar bien," dijo Rost.

"Rost, cállese y escriba el informe," dijo el jefe de policía, que acababa de entrar en la sala, "¿Cree que es usted un héroe? A lo mejor en el Sáhara fue un héroe, pero aquí la ley es la ley. Abrieron un caso en su contra por ayudar a cometer un crimen," continuó el jefe, "John Schmidt, escriba un informe sobre el arresto y métalo en una celda," concluyó el jefe de policía.

 

Die Festnahme

 

Als Paul nach Hause kam, wurde es bereits dunkel. Zu Hause wartete Rosts Mutter auf ihn. Sie setzten sich in ein schwach beleuchtetes Zimmer. Paul nahm den Ring von seinem Finger.

„Ist das Lisas Ring?“, fragte seine Mutter.

„Ja“, antwortete Paul.

„Als dein Vater uns verließ, nahm ich den Ring, den er mir gegeben hatte, auch zuerst ab und wollte ihn sogar wegwerfen. Aber dann dachte ich mir, dass es nicht länger sein Ring war. Er war jetzt mein Ring. Er war Teil meines Lebens geworden. Ich wollte keinen Teil meines Lebens wegwerfen. Ich konnte ihn nicht vergessen. Und ich konnte nicht einfach eine neue Seite aufschlagen“, sie sah Paul an. „Aber ich hab zehn Jahre lang mit ihm zusammengelebt, Sohn, und wie lange kennst du Lisa?“

„Ich weiß es selbst nicht... ich weiß nicht, was ich... ich in ihr gesehen habe. Es war einfach interessant mit ihr zusammen zu sein“, Paul hielt einen Moment lang inne. „Ich bin mir sicher, dass sie mich liebt... Geliebt hat... Ich bin mir sicher, dass sie auch an mich denkt“, sagte der Sohn leise.

„Vielleicht hat sie dich geliebt. Vielleicht war es ein starkes Gefühl“, sagte seine Mutter. „Aber die Dinge haben sich jetzt geändert. Du musst das verstehen. Starke Gefühle verschwinden nicht schnell. Aber sie können sich in etwas anderes verwandeln“, sie schaute ihren Sohn an. „Ihr Gefühl könnte immer noch stark sein, aber es ist wahrscheinlich nicht Liebe... sie fühlt Hass.“ Mutter und Sohn saßen schweigend da. Es war sehr still. Nur die Uhr tickte auf dem Tisch.

„Aber das ist jetzt egal“, sagte er schließlich. „Mama, glaubst du, dass jeder Mensch eine Bestimmung hat?“, fragte er.

„Eine Bestimmung? Was meinst du?“, fragte seine Mutter.

„Ich glaube, dass jeder etwas sehr Wichtiges tun kann. Das ist seine Bestimmung, seine Rolle im Spiel“, sagte Paul überzeugt.

„Man spricht von einer Bestimmung, wenn man dabei ist einen Krieg zu beginnen“, antwortete sie. „Was für eine Rolle haben sie für dich ausgewählt?  Und in welcher Art von Spiel, Paul? Immerhin warst du eine lange Zeit nicht im Heer.“

„Niemand hat für mich gewählt. Ich wähle meine eigene Bestimmung. Ich muss gehen, Mama“, antwortete er.

„Wohin gehst du diesmal? War die Reise in die Sahara nicht genug, Paul?“, fragte sie.

„Es wird nicht lange sein, Mama“, antwortete er. „Ich werde in einigen Monaten zurückkommen. Ich möchte meine Bestimmung erfüllen“, sagte er abschließend.

 

Am nächsten Morgen ging Detektiv Rost auf die Polizeiwache, um dem Polizeichef Bericht zu erstatten.

„Paul Rost, das Polizeihauptquartier hat entschieden, Ihnen die Arbeit als Detektiv vorübergehend zu verbieten. Legen Sie Ihren Ausweis und die Polizeimarke auf den Tisch“, sagte der Polizeichef. „Gehen Sie jetzt zu Detektiv Schmidt und erstatten Sie Bericht über die Vorfälle von gestern“, sagte er abschließend. Als Paul Rost gerade das Büro verließ, fügte der Chef hinzu: „Und, Rost, ich hoffe, dass dieses vorübergehende Verbot dauerhaft wird. Ich werde jemanden wie Sie nicht in meiner Polizeiwache dulden! Verstanden?“

Rost sah den Chef lange an. Er sagte nichts, lächelte nur ein wenig und ging. Er ging zu Detektiv Schmidt und begann über die Vorfälle des Vortages Bericht zu erstatten. In diesem Moment betrat Bruno die Polizeiwache. Er sah Rost und begann nervös zu gestikulieren.

„Ich habe deiner Ehefrau ein Kleid gegeben!“, sagte er und drehte sich zu Rost. „Eine Ehefrau, die du nicht hast!“, er lachte unfreundlich. „Ist das nicht offensichtlich? Ist das kein Hinweis?“, sagte er ärgerlich. „Jetzt geht es mir gut und in fünf Minuten wird vielleicht etwas Schlimmes passieren. Ist das kein Hinweis? Ist das nicht klar? Paul Rost, warst du blind?“, er sah die anderen Polizisten an, die in der Nähe standen. „Was dachte er sich dabei?“, sagte Bruno ärgerlich.

„Der zweite Flüchtende saß unter dem Ladentisch“, sagte Schmidt und erklärte Rost die ganze Situation. „Brunos Kasse war beinahe leer, deshalb beschloss er zu warten, bis einige Kunden kamen und zahlten. Er richtete eine Packung Zigaretten wie eine Waffe auf Brunos Bauch und befahl ihm, das Geld der Kunden unter den Ladentisch zu reichen. Und Bruno machte sich in die Hose und begann dir Hinweise zu geben, als du wegen des Alarms kamst“, sagte Detektiv Schmidt abschließend.

„Und wer hat den Alarm ausgelöst?“, fragte Rost nach.

„Ich, wer sonst?“, schrie Bruno empört. „Wie, hat das Kleid etwa nicht gepasst?“

„Es wird dir gut passen“, sagte Rost.

„Rost, halt die Klappe und schreib den Bericht“, sagte der Polizeichef, der gerade das Zimmer betreten hatte. „Du glaubst wahrscheinlich, du bist ein Held? Vielleicht warst du in der Sahara ein Held, aber hier ist das Gesetz das Gesetz. Sie haben ein Verfahren gegen dich eröffnet, weil du geholfen hast, eine Straftat zu begehen“, setzte der Chef fort. „John Schmidt, verfassen Sie einen Bericht über die Festnahme und stecken Sie ihn in eine Zelle“, sagte der Polizeichef abschließend.

 

Repaso de Nuevo Vocabulario

1

- ¿Podrías decirme si aún estamos en abril o si ya es mayo?

- Hoy es treinta de abril. Mañana es uno de mayo.

- ¿Podrías decirme dónde está la estación?

- Vete por aquí.Tardarás unos cinco minutos a pie.

- Gracias. Por cierto, ¿puedo tomar aquí el transporte público?

- Toma el bus número siete. Tienes que bajarte en la segunda parada.

- Gracias.

- De nada.

2

- ¿Es el servicio militar obligatorio para todos en tu país?

- En nuestro país, el servicio militar es obligatorio para todos los hombres entre dieciocho y veintisiete años. ¿Y en el tuyo, también sirven los hombres en el ejército?

- No es obligatorio. Nuestro ejército está basado en contratos. Los que sirven al ejército ganan un salario.

- ¿Se les paga mucho?

- Lo suficiente.

3

- Estoy buscando un trabajo temporal. ¿Puede decirme dónde encontrarlo?

- Inténtelo en el ejército. El mes pasado estaban buscando trabajadores temporales.

- El ejército no paga lo suficiente a los trabajadores temporales.

- Entonces debería pensar en un puesto permanente.

4

- La situación de este país es difícil, pero es temporal.

- ¿Desde cuándo estáis en esta situación difícil?

- Desde el siglo pasado, exactamente desde mil novecientos noventa y tres.

- ¡Hace más de veinte años!

- Exacto. ¡Pero todavía dicen que es algo temporal!

5

- Podemos ir a París o a Roma. ¿Cuál eliges, cariño?

- ¡Elijo Tokio y un anillo con un diamante azul!

- ¡Pero eso es demasiado caro! ¡No tengo el suficiente dinero!

- No te preocupes, querido. Es una situación temporal. Después podremos ir a París o a Roma.

6

- Mis amigas dicen que tengo el estómago grande. ¿Tú qué crees?

- Por supuesto que tu estómago no es grande, querida.

-No te enteras de la pista, amor.

- De acuerdo, lo diré así: mi amor por ti es mucho más grande que tu estómago.

- Todavía no captas mi pista.

- Espera un minuto, déjame pensar… ¿necesitas dinero para el salón de belleza?

- Te estás acercando, amor. Sigue intentándolo.

- Espera… ¿quieres que te prohíba que comas tres bistecs al día?

- No es eso exactamente, pero estás cerca. Piensa un poco más.

- ¿Podría ser una dieta?

- ¡Bien hecho! ¡Eso es! Solo comeré una pieza de fruta cada hora.

- Te compraré plátanos y kiwis, querida.

- También necesito un reloj suizo. Tengo que comer a mis horas.

7

- No puedo soportar a esos camellos.

- ¿Por qué, querida?

- Están siempre masticando.

- ¿No sabes que pueden vivir dos semanas sin beber agua?

- No lo sabía, amor.

- ¡Y que pueden vivir sin comida un mes entero!

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Qué?

- ¿Qué quieres decir? ¿Que como más que un camello?

- ¡En absoluto!

- ¡Estás diciendo que estoy gorda, así que iré y viviré con un camello!

8

- ¿Puedes explicarme como hacer un informe de incidentes correctamente?

- Es mejor que vayas a la policía. Es donde suele ir la gente con esas preguntas.

9

- Perdone, señorita. ¿Puedo hacerle una pregunta?

- Por supuesto. Me encantaría poder ayudarle, señor.

- Por favor, dígame cómo ir a la policía.

- Tome el tranvía número diez y baje después de cinco paradas.

- Gracias.

- De nada. Por cierto, me llamo Anna.

 

Wiederholung des Neuen Vokabulars

1

- Können Sie mir sagen, ob heute noch April oder schon Mai ist? 

- Heute ist der dreißigste April. Morgen ist der erste Mai.

- Können Sie mir sagen, wo der Bahnhof ist?

- Gehen Sie hier entlang. Zu Fuß sind es etwa fünf Minuten.

- Danke. Übrigens, könnte ich dort auch mit öffentlichen Verkehrsmitteln hinfahren?

- Nehmen Sie den Bus Nummer sieben. Sie müssen an der zweiten Haltestelle aussteigen.

- Danke.

- Gern geschehen.

2

- Ist der Wehrdienst in Ihrem Land für jeden Pflicht?

- In unserem Land ist der Wehrdienst verpflichtend für alle Männer zwischen achtzehn und siebenundzwanzig. Und müssen die Männer in Ihrem Land auch in der Armee dienen?

- Es ist nicht Pflicht. Unsere Armee basiert auf Verträgen. Diejenigen, die in der Armee dienen, bekommen Gehalt bezahlt.

- Bekommen sie viel bezahlt?

- Genug.

3

- Ich suche nach einer zeitlich befristeten Arbeitsstelle. Können Sie mir sagen, wo ich so etwas finden kann?

- Versuchen Sie es in der Armee. Letzten Monat haben sie zeitlich befristete Arbeitskräfte gesucht.

- Die Armee zahlt befristeten Arbeitskräften nicht genug.

- Dann sollten Sie über eine unbefristete Arbeitsstelle nachdenken.

4

- Die Situation in diesem Land ist schwierig. Aber das ist vorübergehend.

- Seit wann haben sie diese schwierige Situation?

- Seit dem letzten Jahrhundert. Genauer gesagt seit neunzehndreiundneunzig.

- Das sind mehr als zwanzig Jahre!

- Genau. Aber sie sagen immer noch, dass es vorübergehend ist.

5

- Wir können nach Paris oder nach Rom fahren. Was wählst du, mein Schatz?

- Ich wähle Tokio und einen Ring mit einem blauen Diamanten!

- Aber das ist zu teuer! Ich habe nicht genug Geld!

- Mach dir keine Sorgen, Schatz. Das ist eine vorübergehende Situation. Danach können wir nach Paris oder nach Rom fahren.

6

- Meine Freunde sagen, dass ich einen großen Bauch habe. Was meinst du?

- Natürlich ist dein Bauch nicht groß, Schatz.

- Du verstehst den Hinweis nicht, Schatz.

- In Ordnung, dann sage ich es so: Meine Liebe für dich ist viel größer als dein Bauch.

- Du verstehst meinen einfachen Hinweis immer noch nicht.

- Dann warte kurz, lass mich nachdenken... Brauchst du Geld für den Schönheitssalon?

- Du kommst der Sache näher, Schatz. Denke noch einmal nach.

- Könnte es eine Diät sein?

- Sehr gut! Richtig! Ich werde jede Stunde nur ein Stück Obst essen.

- Ich werde dir Bananen und Kiwis kaufen, Schatz.

- Ich brauche auch eine Schweizer Uhr. Ich muss pünktlich essen.

7

- Ich halte diese Kamele nicht aus.

- Warum, mein Schatz?

- Sie kauen die ganze Zeit irgendetwas.

- Weißt du, dass sie zwei Wochen lang ohne Wasser überleben können?

- Das wusste ich nicht, Schatz.

- Und sie können einen ganzen Monat lang ohne Essen überleben!

- Worauf spielst du an?

- Was?

- Worauf spielst du an? Willst du mir sagen, dass ich mehr esse als ein Kamel?

- Überhaupt nicht!

- Du spielst darauf an, dass ich dick bin! Dann geh doch und leb mit einem Kamel!

8

- Können Sie mir erklären, wie ich einen Bericht über den Vorfall richtig erstelle?

- Sie müssen zur Polizei gehen. Dorthin gehen die Leute normalerweise mit solchen Fragen.

9

- Entschuldigen Sie bitte, darf ich Ihnen eine Frage stellen?

- Natürlich, wie kann ich Ihnen helfen?

- Bitte sagen Sie mir, wie ich zur Polizei komme.

- Nehmen Sie die Straßenbahn Nummer zehn und steigen Sie an der fünften Haltestelle aus.

- Danke.

- Gern geschehen. Übrigens, mein Name ist Anna.