Capítulo 62
Correo abierto
Abriendo violentamente el cajón del escritorio, Stone recupera los mensajes.
“¿Sigues ahí, Papá?” Pregunta.
“Así es, hijo, ¿Qué tienes para mí?”
“El primero es de Destiny Ramos. ¡Lo leeré para ti!” Stone responde a Cougar.
Querido Jefe Tigh,
Gracias por la amabilidad y profesionalismo con que me atendió mientras estaba en Bullhead recabando información para el caso Sauceda. La evidencia que usted y su departamento recogieron, provee suficientes pruebas que indican que, aunque fue un homicidio, el beneficiario del seguro de vida no estuvo involucrado en la mencionada muerte del señor Sauceda. Por tanto, su viuda tiene derecho a recibir completa la cantidad estipulada en la póliza del seguro de nuestra compañía. El pago correspondiente deberá entregársele en los próximos treinta días.
Quiero dejar en claro que su cooperación con la investigación de nuestra empresa, aún en su ausencia, ha sido de lo más profesional. Le felicito por la contratación y entrenamiento que ha dado a todos los de su equipo de trabajo.
Gracias de nuevo.
Destiny Ramos,
Investigador de campo.
“Supongo que eso está bien, Stone. Solo hacía mi trabajo. No es necesario celebrar o elogiar. Adelante, archívala.”
“Eso no es todo. Trae una pequeña nota pegada. ¿Quieres que la lea?”
Cougar detecta la risa disimulada, contesta sin incertidumbre, “sí, por supuesto, léela.”
“Está bien, Jefe, aquí va,”
En una nota más personal, Coug, si alguna vez estás en Las Vegas y quieres cenar, llámame. Hace mucho tiempo que no disfrutaba de la compañía de un hombre, o que siquiera me atreviera a confiar en uno, pero el corto tiempo que pasé contigo, fue muy placentero. Por favor, ¡llámame! Gracias de nuevo, y ¡espero verte pronto!
Destiny
El Jefe discierne la resonancia de otra risita antes de contestar, “Tira esa nota a la basura, Stone.”
“Papá, ¿estás seguro? ¡Tiene su número en la parte de atrás!”
Cougar vacila por un segundo antes de confirmar sus instrucciones, “sí, estoy seguro. Tírala.”
No sabe que del otro lado de la conversación, la nota es doblada y cuidadosamente guardada en el bolsillo de la camisa de su hijo.
“El otro es de Mary Lou. Está en un sobre sellado y me pidió que te lo entregara a ti, dijo que era personal.”
“Anda, ¡ábrelo y léelo, chico!” Cougar responde impaciente.
Stone detesta que lo llame así. Algún día se lo dirá a su Papá. Pero con la sensibilidad de su nueva manera de relacionarse, decide que no será hoy. Rompe el sobre, desdobla un manuscrito y lee.
Muy querido Coug,
Muchas gracias por cuidar de mí todos estos años. ¡Te amo! Espero que te estés divirtiendo y deseo que te apresures a regresar. No te decepciones de mí, pero voy a vender el negocio de Drake y los terrenos que tenía detrás del taller a un inversionista privado de Denver. La señorita Ramos me ayudó a contactarlo. Planea construir un taller más grande en la parte trasera donde pueda cumplir otros contratos gubernamentales que ha obtenido, incluyendo varios de la Presa Boulder. Eso creará más empleos para la gente aquí en Bullhead. Cuando las transacciones se hayan completado, me mudaré a Tampa, Florida. Ya he encontrado una linda casa en la playa, en donde podré enfocar mejor mi vida. Quiero que sepas, Cougar, que eres bienvenido a acompañarme cuando tú quieras. Creo que es algo que los dos hemos querido por varios años. Espero que consideres mi propuesta. ¡Hasta pronto!
Tuya con amor,
Mary Lou
“¡Rompe esa y tírala también, hijo!”
Stone rápidamente parte la carta en varios pedazos. Mientras la tira al cesto de basura, ofrece un consejo a su padre. “Papá, tal vez quieras llamarla. Ha dependido de tu guía por un buen tiempo. ¿Recuerdas?”
“Lo recuerdo, hijo. Sin embargo, es hora de que ella tome sus propias decisiones y sea responsable por ellas. Ya no soy su cuidador o su amante.”
Cougar voltea, de pie en la cima del acantilado rocoso de arroyo Havasu para observar a Elese mientras da de beber a los caballos y a la mula que han traído por algunos días a las áreas remotas de la Reserva, a manera de escape. Ella lo saluda agitando la mano. El Consejo Tribal regaló el caballo cuarto de milla de Nicole a Cougar, y el caballo árabe de Devon a Elese, además de la mula. Le responde el saludo con la mano y se sienta en una enorme roca para terminar su conversación.
“¿Sigues ahí, Papá?” pregunta la voz.
“Sí, aquí estoy”, responde. “Sigo aquí. ¿El BIA encontró algo en el helicóptero de la WBOR?”
“No, nada. Tuvieron que entregarlo al Departamento de Policía de Las Vegas, y no encontraron otra cosa que equipo de televisión a bordo. ¡Pamela Randal no está muy contenta contigo, Jefe!”
“Que Dios la bendiga. No te preocupes por ella. Supongo que pudieron haberse detenido en algún lugar antes de volver a Las Vegas. No sé por qué no regresaron para cubrir la noticia del estallido en el Gran Cañón. Cualquiera creería que es un asunto importante, especialmente al tratarse de la muerte de un Senador de los Estado Unidos y su familia completa. Sin mencionar al piloto y al Jefe de la Policía Tribal de Havasupai.”
“El canal de televisión reportó que su aeronave no contaba con suficiente combustible para regresar al cañón, Papá. Pero dime, ¿qué han encontrado en los restos de la explosión?”
“Stone, es un fiasco. Se instalaron en el lado norte del cañón, junto a un viejo camino que viene de la ciudad de Colorado, en Arizona. Al personal de servicios de Emergencia les tomó un día recuperar los cuerpos y casi una semana para obtener los restos del helicóptero. Nunca había visto un desastre igual. Había personal de Servicios del Parque, BIA, FBI, CIA, agencias locales de policía y otros más intentando llegar al lugar del incidente. Te digo, era un desastre. Es entendible, supongo. Es un área muy complicada y no hay accesos por la parte baja, ni veredas por las paredes del cañón.”
“Sí, pude ver mucho de eso en la transmisión de WBOR al día siguiente. Parece que no encontraron nada que incriminara al Senador. Ni siquiera en la grabación que la Comisario Moenkopi entregó al FBI.” Responde Stone, sonando decepcionado.
“Es cierto, y no se recuperó evidencia que indicara algún tipo de conspiración o participación criminal. Al parecer, sólo estaba pasando unos días inspeccionando las tierras que, él y un inversionista privado, habían comprado con la esperanza de construir en ellas algún día. Hizo un viaje adicional para conocer la Reserva. Las autoridades especulan si Rebakos requisó la aeronave para su escape. Eso es el resumen lo que se sabe de este lado.” Explica Cougar.
“Sí, nos informaron todo eso. Me alegra que te hayan liberado, a pesar de haber disparado al helicóptero. Sé que ha sido frustrante para ti, Papá, pensar que lo derribaste con gente inocente a bordo.”
Cougar se ha cansado de la conversación y busca la forma de concluirla sin herir los sentimientos de su hijo.
“¡Es cierto, hijo! No encontraron orificios de bala en ninguna parte de los escombros. Fallé. Además, si hubiera acertado al motor, el piloto habría tenido mucho tiempo para aterrizar a salvo. Nunca sabrán si el piloto cometió un acto suicida o si Rebakos tomó el control.”
“Mi intuición me dice que el piloto estrelló esa cosa. ¿Por qué Devon trataría de escapar y después cometería suicidio? No tiene sentido.”
“Tal vez no, hijo. Quizás nunca lo sabremos. Ahora, escucha. Tengo que irme. Escalé fuera del fondo del barranco Havasu para llamarte y estoy por bajar de nuevo. Ahí no hay señal de celular ni en el lugar a donde vamos, así que pasarán algunos días antes de que hablemos de nuevo. Si tienes algo más para mí, apresúrate, que el sol están cruzando el cielo.” Cougar respondió con determinación.
“Me gustaría saber que hay entre tú y la comisario Moenkopi. No se lo diré a nadie, quedará entre nosotros.”
“La Comisario Moenkopi se postulará para Jefe de Policía del Condado de Coconino en el otoño. El Jefe actual se retirará y planeo ayudarla con esa campaña.”
La risa de su hijo ruge en el auricular, “Papá, supongo que eso será muy fácil para ti, ya que no tiene contrincante.”
“Así es, hijo,” ríe Cougar. “Me gustan esas probabilidades. Es posible que me mude aquí y le ayude un poco más.”
“¿Estás hablando de vivir en Valle?” pregunta Stone.
“No, estoy hablando de vivir en Supai. El consejo tribal ha nombrado a la madre de Elese como la nueva Jefe de Policía y su hermano trabajará con ella. Viviendo aquí, Elese podrá coordinar actividades con la Policía Tribal, el Condado Coconino y el BIA.”
“Parece que estás construyendo un pequeño imperio allá, Jefe. ¿Avanzando en el mundo? Oye, por cierto, no creo que puedas vivir en la Reserva a menos que sea Havasupai.”
“Sí, es cierto. Hay una excepción que puede ser aprobada por el Consejo Tribal, por medio de una petición.”
“¿Cuál es esa excepción?”
“¡Matrimonio, hijo! Tengo que irme. Hablaremos dentro de algunos días, adiós.”
Cougar apaga el teléfono, lo cierra y lo desliza en el bolsillo trasero de su pantalón. No lo necesitaré por algunos días, piensa.
Agita la mano de nuevo hacia la mujer al fondo del cañón, antes de planear su descenso. El cuidado con el que subió a la cima, se duplicará mientras regresa al fondo, ya que no puede ver en donde pisa. Su corazón late fuertemente, golpeando en el pecho. No es una sorpresa, pero pensar en la mujer que le espera abajo, agita más las fibras de su corazón que el miedo al descenso.
Elese le saluda al salir del río. Él observa la ropa colgada sobre la silla de su caballo. Coug regresa el saludo y promete que amará y protegerá a esta mujer por el resto de su vida.