Capítulo 18
Dinero viejo
Moenkopi es muy atractiva y le encanta hablar. En nuestra conversación telefónica de la semana pasada, descubrí que es miembro de la Tribu India Havasupai y se traslada desde Supai para mantener la oficina regional del Jefe de Policía abierta durante la semana. Es soltera y se hospeda en un pequeño apartamento en la parte superior de una tienda local. La renta la paga el condado. Su trabajo involucra cierta variedad de actividades. Ella es Comisario y maneja las disputas locales, investiga quejas domésticas y ayuda en cualquier asunto que el condado requiera. Sirve como oficinista archivando pero su mayor fortaleza es colaborar exitosamente en la aplicación de la ley y en la Fuerza Policial Tribal.
Me invitó a ver el Gran Cañón desde tierras Tribales cerca de Supai un fin de semana. Decliné la invitación hasta que tuviera oportunidad de verla personalmente. Ya sé, es un poco chauvinista, pero las citas a ciegas son sospechosas para hombres y mujeres. En el momento que se levanta y camina a la puerta para recibirme, instantáneamente decido que antes de irme, confirmaré una fecha en el futuro cercano para explorar el cañón desde su tierra nativa.
Abro la puerta, miro en sus ojos color almendra y alcanzo su pequeña mano. La tomo sin evitar preguntarme qué haría esta diminuta y bella dama si tuviera que usar el físico con un agresor. La fuerza con que estrecha mi mano me advierte que tal vez haya más de ella que se escapa a la vista.
“Soy Cougar Tigh, Jefe de la Policía del Condado de Mohave y usted debe ser la Comisario Moenkopi?”
“Así es, Jefe. He escuchado mucho acerca de usted y lo que ha hecho por el condado de Mohave; especialmente Bullhead. ¿Qué tal estuvo su viaje?”
“Estuvo bien,” le digo. “No hay mucho tráfico en la Interestatal en la mañana temprano y nada en la 64. Parece que su Jefe no ha llegado.”
“No,” confirma. “Me temo que no llegará hoy, hasta después del almuerzo. Fue llamado en un caso de homicidio en Williams esta mañana. Pero, no se preocupe, me informó lo que ustedes dos discutieron hace algunos días. Podré ayudarle.”
“Eso está bien, Comisario Moenkopi,” le contesto. Observo su cuerpo que parece bailar hasta el archivero. Una vez ahí, retira un archivo conteniendo un grueso sobre color marrón y regresa a su escritorio.
“Tome asiento, Jefe y empezaremos. Pensé que dijo que viajaría con otro comisario el día de hoy.”
Su mirada fija en mi camioneta hace que voltee a mirar. Por supuesto, Randy no es visible desde aquí. Río entre dientes.
“Sí, uno de mis comisarios viaja conmigo. Vamos a pasar un par de días pescando en las Montañas Casner. Ya que ninguno de los dos dormimos anoche; está tomando una siesta en el asiento. Los dos estuvimos ocupados investigando la muerte de un prominente hombre de negocios. Pero él ha dormido más que yo y si no está despierto a la hora de irnos, lo arrastraremos aquí y lo pondremos tras las rejas.”
Ella ríe. Me gusta el sonido de su risa. Es genuino y agradable.
“Muy bien, Jefe, aquí está toda la documentación que tenemos del caso de hace dos años. Como sabe, se catalogó como accidente.”
“Comisario, tengo la vista un poco nublada, y no logro enfocar bien. ¿Puede hacerme una copia para leerlo después?”
Miro directo a sus ojos chispeantes lo cual, imagino, le arranca una sonrisa.
“Ya tengo su copia, Jefe Tigh,” dice orgullosamente. “Es su copia la que tiene entre sus manos.”
Desde el principio planeé leer el reporte mañana en la noche cuando regrese a Bullhead, pero quiero pasar un poco más escuchando la voz de esta joven.
“Puedes llamarme Cougar. Pero dime, ¿tu Jefe o tú se encargaron de este reporte?”
“De hecho Jefe, ambos, en conjunto con la Policía Tribal, ayudamos a investigar la muerte por el hecho de estar cerca de la Reserva. El agente del BIA Cory Wilcox recogió la mayoría de la evidencia y emitió el reporte final con nuestro Departamento, los Oficiales Tribales y el Estado de Arizona.
Ya lo sospechaba, pero necesitaba escuchar su versión del accidente.
“Así que ¿el Agente Wilcox levantó la mayor parte de la evidencia e hizo el dictamen final como muerte accidental?”
“Sí, Jefe. El cuerpo fue encontrado al pie de una accidentada fila de acantilados a pocos metros de la Reserva. Al parecer, él intentaba escalar la pared del acantilado. Pero cuando algunos empezaron a pensar que podría haber sido empujado desde arriba, ambas agencias apuntaron sus dedos al origen étnico que podría tener el sospechoso de homicidio.”
Volteo hacia la camioneta y veo que Randy sigue escondido. Tal vez realmente duerme, pienso. Si es así, no tendrá prisa. Decido dejarlo dormir.
Regresando a la comisario Moenkopi, pregunto “¿el agente Wilcox vivía en Valle en ese tiempo?”
“Así es. Se mudó aquí un par de meses antes del accidente. ¿Por qué pregunta eso?”
“Sólo trabajo de policía, Elese, pero dime, ¿qué lo atrajo aquí?”
“Nadie lo sabe con seguridad. Sin embargo, con frecuencia comentaba que ya que tenía que trabajar en la ciudad la mayor parte del tiempo, no le importaba conducir hasta allá. Él tenía un pequeño departamento enfrente del mío, pero a decir verdad, raramente lo veía. Cuando estaba aquí, pasaba mucho tiempo con George y su esposa, Carolyn.”
Pregunto algo que ya sospecho, “¿Eran, George Arlington y su esposa, digamos, adinerados?
“George lo era,” contesta sin titubeos. “Él era de dinero viejo. Sus padres eran dueños de la mayor parte de este pueblo y cientos de hectáreas desde los límites del pueblo hacia el norte y noroeste hasta la frontera con la Reserva India. Después de su muerte, Carolyn heredó cerca de dos millones de dólares además de una póliza de seguro con valor de un millón. Vendió casi todos los terrenos a inversores privados y se mudó a Flagstaff.”
“¿Fue ahí donde se casó con el Agente Cory Wilcox?” Le pregunto.
“Sí, señor. Ya que a la gente del pueblo y a los tribales les desagradaba tanto George, él fue el único que le ofreció algún tipo de consuelo o condolencias. No sorprendió cuando se hicieron amantes. Parecía ser, ¿cómo decirlo?, “¿era lo correcto?””
Supongo que mi desagrado por el Agente Wilcox se nota, ya que no puedo evitar arrugar la cara y atreverme a decir lo que pienso. “O podrías decir que era conveniente para ambos; especialmente si Carolyn no estaba felizmente casada. ¿Dirías que ella amaba a George, Elese?”
“No lo sé. Algunos dicen que se casó con él por su dinero, otros dicen que solo eran compañeros cercanos e invertían juntos y otros dicen que el matrimonio lo arregló el padre de George.”
“Pero, ¿qué te dice tu intuición, Elese?”
“No sé. Ambos eran jóvenes, ambos nacieron en Valle y no tenían parentesco. Esas son razones suficientes, ¿sabes? No hay muchas opciones por aquí; en especial si eres mujer. Tenemos el mismo problema en la reserva.”
Decido que ya fue suficiente información de Elese en lo que concierne a mis sospechas; por lo tanto, meto los papeles en el enorme sobre y cierro el archivo. Es hora de continuar con otras cosas en mi agenda.
“Elese, imagino que no tienes problemas para encontrar un hombre aquí o en la reserva. Apuesto que podrías tener a quien tú quieras.”
Sí, lo sé, no es la mejor frase de conquista, pero voy directo al grano.
Sentada frente a mí, ríe.
“Jefe, no todo se trata de apariencias. Prefiero un hombre inteligente, intuitivo y con voluntad para trabajar. No hay muchos por aquí y con nuestro tipo de trabajo, debemos ser cuidadosos de con quién compartimos nuestro tiempo.”
“Bueno Elese, no soy de por aquí y si tu oferta de explorar el cañón en la Reserva sigue en pie, me encantaría que nos reuniéramos un fin de semana. ¿Tal vez podamos re-investigar el lugar donde murió George y pasar unas noches en Flagstaff contigo como guía?”
“La oferta está en pie Jefe…eh…Cougar, ¡cuando quieras!
“Tengo una semana de vacaciones que debo tomar pronto, cuando termine con el caso que estoy trabajando, te llamaré.”
“Muy bien,” dice ella, “yo también tengo tiempo libre que debo tomar, o voy a perderlo. Llámame cuando tengas tiempo, Jefe. Espero que termines muy pronto.”
Tomo su mano con la mía y la beso suavemente, sé que esta mujer y yo vamos a congeniar. En las profundidades de mi alma, mi corazón late como un joven adolescente que acaba de experimentar su primer beso. Sin más palabras, la dejo de pie en medio de su oficina. Por ahora, debo cumplir mi promesa a Randy.