Capítulo 32
¡Silencio roto!
“¿Hola? No, él no está. ¿Puedo tomar su mensaje?
La voz del otro lado contesta, “¿habla Stone?”
“Sí, así es. ¿Quién habla?”
“Soy la comisario Elese Moenkopi de Valle, en el condado Coconino. Necesito hablar con el Jefe Tigh tan pronto como sea posible. Ya que no contesta en su teléfono celular, ¿sabes cómo puedo ponerme en contacto con él?”
“Comisario Moenkopi,” inicia Stone antes de ser interrumpido.
“Por favor, llámame Elese, Stone.”
“Bien, Elese. Tengo el mismo problema. En ocasiones desaparece del radar y es muy difícil localizarlo. ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?”
“Tu tío habla muy bien de ti y dice que eres de confianza. Tengo información importante que compartir con él. Si puedes encontrarlo, debes decirle esto y advertirle que sea cuidadoso. Después de que hablamos el otro día, empecé a revisar de nuevo el caso de George Arlington aquí en Valle y encontré algunas cosas interesantes y necesito decírtelas.”
“Adelante. Tengo mi libreta lista, y cuando terminemos, tengo la manera de ubicar al Jefe aunque crea que está evadiéndonos.”
“Bien, aquí va. Parece ser que el Agente Wilcox fue muy rápido al cerrar ese caso aquí en Valle, declarándolo un accidente. Tiene un amigo que trabaja en la oficina del BIA en Flagstaff, al que le ayudó a conseguir el empleo poco tiempo después de mudarse desde Denver, hace algunos años. Cuando Wilcox vivía en Denver, estuvo casado y su esposa tenía una póliza de seguro por una cantidad fuerte con él como beneficiario. Ella murió en un choque de automóvil mientras viajaba a través de las montañas desde un hotel de esquí en Breckenridge hacia la autopista I-70, camino a su casa en Denver. El auto se salió de la carretera y cayó más de cien metros adentro del cañón. Después de cobrar el seguro, Wilcox se mudó a Flagstaff. Mientras estuvo en Denver, Stone, él trabajó para el BIC, el Buró de Investigación de Colorado. Sus logros ahí le permitieron que pudiera transferirse de una agencia a otra casi sin problema.”
“Dame un segundo, Elese, para anotar eso. ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?”
“A eso voy, Stone, espera, ya entenderás. Logré accesar a los archivos del BIC para revisar el reporte de la esposa de Wilcox. Su cuerpo estaba bastante destrozado, con huesos rotos y laceraciones. No obstante, una herida llamó mi atención. Era larga, circular y localizada en el lado izquierdo de la parte trasera de la cabeza. Me parecía vagamente familiar y entonces recordé haber visto algo similar en el cráneo de George Arlington. Stone, tenía un golpe en la misma ubicación.”
“¿Y?” Stone responde incoherentemente, garabateando desesperadamente para seguir el paso a la comisario Moenkopi.
“Ten paciencia, ya casi llego. Llamé a tu forense y me envió por correo electrónico fotos de Drake Sauceda - el caso en el que tú y el Jefe Tigh están trabajando.”
“Sí, lo sé. ¡Espera un minuto!” Stone suplica, terminando rápidamente sus notas.
“Cuando examiné las fotos de tu forense, encontré la misma herida en la misma área de la parte trasera de la cabeza. El mismo objeto ocasionó las heridas en las tres víctimas. Y estar del lado izquierdo en la parte trasera, ¿qué significa?”
Stone se incorpora y deja de escribir. “Significa que fueron hechas por una persona zurda.”
“Es correcto, Stone. ¿Y sabes qué más?”
“¿Qué?” pregunta.
“El Agente Wilcox es nacionalmente conocido como un lanzador difícil de vencer.”
Sigue una larga pausa que deja a Stone completamente mudo.
Finalmente, Elese rompe el silencio, “es zurdo.”