Capítulo 7

La Dama de la Justicia:

Mi padre, mi hermano y yo estamos encantados con su último panfleto sobre las «Despreciables Condiciones Laborales que sufren los trabajadores de las fábricas textiles de Manchester». Sus llamamientos escritos son una fuente de inspiración para Gran Bretaña.

Sin embargo, debo pedirle con todos mis respetos que quite La Sirena de las oficinas.

Su tamaño y su estado de desnudez han causado incomodidad entre nuestros clientes y una considerable falta de concentración entre los operarios de la prensa. Si lo estima conveniente, estaré encantado de encargarme de su traslado.

Josiah Brittle

Estimado señor Brittle:

Siento muchísimo los inconvenientes que ha causado la estatua. Por favor, encárguese de la devolución al remitente a la siguiente dirección: señor Halcón Peregrino, Club Falcon, número 14 ½ de Dover Street, Londres.

Una sirena debe estar allí donde pueda ocasionar la mayor destrucción posible. No al lado de esos pobres trabajadores, sino bien cerca de los ricos indolentes que se lo merezcan.

Atentamente,

La Dama de la Justicia