INTRODUCCIÓN
Este opúsculo constituye, probablemente, el último escrito de Jenofonte. Por las alusiones a la guerra de Atenas con sus aliados y a la guerra sagrada de Delfos (cf. 4, 40 y 5, 9, 12), no puede ser anterior al año 355 a. C. E. Schwartz[1] lo fecha en el 354, y E. C. Marchant-Bowersock[2], en el 355, unos meses antes de la muerte de su autor.
Una vez más, Higgins[3] ve en esta obra la influencia socrática en Jenofonte, ya que el conocimiento de sí mismo se cifra, en este caso, en el conocimiento de su propio país, de su economía, como parte de la vida política de su ciudad.
Por otra parte, el sello de su espíritu socrático se refleja, asimismo, en el término medio en que pretende situarse huyendo del exceso y asimilando, por otro lado, la lección que las Helénicas enseñaban a todos y, especialmente, a los atenienses; esto es, que la salvación de la ciudad no radica desde luego, en el imperialismo.
Por supuesto, esta idea no es original de Jenofonte. Es algo que flota en el ambiente de la época y que está presente en Isócrates (Sobre la paz), en el programa de gobierno de Eubulo, en Licurgo, etc.
Marca inconfundible de Jenofonte es, sin embargo, la religiosidad que respira el párrafo final, donde se exige la aprobación divina de sus proyectos económicos como requisito imprescindible previo para su realización.
Los puntos tratados por Jenofonte en este proyecto de desarrollo económico del Ática son la agricultura (cap. 1), los metecos (cap. 2), el comercio (cap. 3), las minas de plata (cap. 4, el más largo con mucho), la paz como condición necesaria para este desarrollo (cap. 5). Se menciona también la vivienda, de una manera u otra, en los caps. 2, 3, y 4, al tratar los otros temas mencionados. Como colofón, en el capítulo 6 se enumeran las ventajas del plan, si se pone en práctica con el beneplácito de los dioses.
El fin del opúsculo creo que está muy claro en el mismo escrito y no es otro que alcanzar la autarquía en el terreno económico, ya que la vía imperialista ha resultado un fracaso estrepitoso que no ha dejado más que el recelo de los demás pueblos griegos.
Para terminar, añadiremos que P. Gauthier[4] no ve en esta obra un planteamiento de economía política, sino únicamente una finalidad política o fiscal.
Traducciones
Hay una versión moderna, Las rentas del Ática, de Juan B. Xuriguera, de 1965, que mencionamos al hablar de las traducciones del Agesilao. Existe otra mucho más antigua de Ambrosio Ruy Bamba, con notas históricas, políticas y cronológicas (Madrid, 1786), que no hemos podido manejar.
Texto adoptado
El texto adoptado es el de E. C. Marchant, en los «Oxford Classical Texts» (1920), salvo en los siguientes ejemplos, en que hemos preferido la lectura de Marchant-Bowersock, en la edición de la «Loeb Classical Library» (1968 [= 1925]).
BIBLIOGRAFÍA
Además de las ediciones ya citadas en páginas anteriores, pueden verse para este tratado los siguientes libros:
Traducción castellana de AMBROSIO RUY BAMBA, La economía y los medios de aumentar las rentas públicas de Atenas. Dos tratados de Jenofonte… con notas históricas, políticas y cronológicas, por el Ldo. D. Ambrosio Ruy Bamba, abogado de los Reales Consejos, Madrid, 1786; y P. GAUTHIER, Un commentaire historique des «Poroi» de Xénophon, Ginebra-París, 1976.