El querido Tito se emocionó mucho en la despedida y me dio unos cronopios para el camino. También le dio gusto saber que nuestra nueva casa no quedaba lejos de la suya.
Antes de que saliéramos dijo algo inesperado:
—He aprendido mucho durante tu estancia, sobrino. ¡Ahora hasta tengo ganas de salir a la calle! Los libros mejoran rodeados de vida, es lo que tú me has enseñado. Te iré a visitar, pero no te preocupes por atenderme: llevaré mi propio té de pipa. Viajaré en autobús aunque los demás pasajeros tengan caspa. ¡He roto el cascarón de mi soledad! Me siento como un pollo ilustrado y recién nacido. Tengo canas en vez de plumas, pero no hay pollos perfectos.
Mi tío seguía siendo el pariente más raro y simpático que yo tenía.
Luego me entregó El libro salvaje.
—Es tuyo —dijo.
Han pasado muchos años desde que ocurrió esta historia pero no he podio olvidarla. Tampoco la ha olvidado Catalina. Ella siguió trabajando en la farmacia hasta que tuvo edad para casarse conmigo.
Mis padres hicieron sus vidas por separado, pero yo no dejé de ver a ninguno de los dos.
En los momentos de angustia en que me sentí más solo, los libros fueron mis compañeros. Desde entonces han estado conmigo en las buenas y en las malas.
Al fin he contado la historia que guardaba como un secreto. Por cierto, casi me iba de estas páginas sin decir de qué trata El libro salvaje.
Hagamos una pausa emocionante en la que está permitido respirar hondo y, si es necesario, comer una galleta para recuperar las energías.
Muy bien, podemos continuar.
Aquel día inolvidable, Catalina, Eufrosia, Carmen, el tío, los gatos, los peluches y yo miramos las páginas en blanco hasta que el libro se decidió a mostrar las peripecias que tenía escritas.
El libro salvaje comienza de esta manera: «Voy a contar lo que ocurrió cuando yo tenía 13 años. Es algo que no he podido olvidar, como si la historia me tuviera tomado del cuello…».
Sí, El libro salvaje comienza igual que este libro, pero cada lector le agrega algo distinto.
Has leído la aventura que viví para conseguir la obra que tienes en las manos.
Lo que sigue, ya depende de ti.