Ciudad de México
¿Hay poco tiempo?
Estos itinerarios han sido creados para aprovechar al máximo el tiempo de que se disponga para conocer lo mejor de la ciudad.
Primer día
Se puede desayunar en el Sanborns de la casa de los Azulejos, un precioso
edificio colonial, para luego cruzar la calle y visitar el
palacio de Bellas Artes
(Clicar).
Antes de comer, se puede tomar una cerveza en el piso 41º de la
Torre Latinoamericana
(Clicar)
mientras se disfruta de las impresionantes vistas.
Para comer hay que sumergirse en la calle Madero, donde
el viajero puede detenerse a picar algo en el Salón Corona (Clicar)
antes de
seguir camino hasta desembocar en el Zócalo (Clicar).
La tarde puede emplearse en visitar el Templo Mayor (Clicar)
y la calle Donceles, llenas de librerías de
viejo.
Por la noche, el Hotel Majestic (Clicar)
es una buena opción para tomar una copa de vino viendo el atardecer
en el Zócalo. Ya de noche, El
Zinco (Clicar)
y La Perla (Clicar)
son las mejores opciones para escuchar buena música y bailar hasta
la madrugada.
Segundo día
El día comienza recorriendo la calle Álvaro Obregón (Clicar),
llena de comercios y restaurantes. Al llegar a la plaza de Río de Janeiro (Clicar)
se puede parar para degustar un buen desayuno en Café Toscano (Clicar).
Después hay que pararse en alguna de las galerías de arte que hay
en las calles de camino a La Romita (Clicar),
el rincón más escondido de la colonia Roma, con aire de pueblo y
una de las iglesias más encantadoras de México.
Para comer hay que llegar a La Condesa y buscar el
Merotoro (Clicar).
Luego se baja la comida con un paseo por sus principales parques,
como el parque México
(Clicar)
y el parque España (Clicar).
Por la noche se puede tomar unas copas en el
Hotel Condesa DF
(Clicar),
enfrente del parque
España, y probar un buen tequila en su sofisticada terraza
con excelentes vistas.
Tercer día
Hay que pasar la mañana en la
explanada de la Rectoría de Ciudad Universitaria (Clicar)
admirando los murales que rodean el edificio principal y la
Biblioteca Central, pasear por las islas y visitar el exterior del
Estadio Olímpico
(Clicar).
Después se toma el metrobús hasta La Bombilla y se camina por la
calle San Sebastián hasta llegar a Chimalistac (Clicar)
para ver la iglesia y los puentes.
Se puede comer en la terraza
del Saks de San Ángel
(Clicar)
y disfrutar de la vista de la plaza. Más tarde se recorre las
tiendas del alrededor y la casa
del Risco (Clicar).
También hay que llegar hasta el Museo Estudio Diego Rivera y Frida
Kahlo (Clicar)
y dedicarle al menos 1 h para ver con calma el estudio del
pintor.
Si apetece terminar el día con
baile y copas se puede optar por Mama Rumba (Clicar)
o, si se quiere un plan más tranquilo, escuchar jazz en el Hobos (Clicar)
con un vino o una cerveza y una buena hamburguesa.
Cuarto día
Es necesario dedicarle al menos un par de horas al
Museo de Antropología
(Clicar)
y conocer algunos de los tesoros más famosos del México
prehispánico. A la salida, se cruza la avenida para adentrarse en
el bosque de Chapultepec
(Clicar),
donde no hay que dejar de ver el lago. Después se puede caminar por
el paseo de la Reforma
rumbo al centro y, de paso, disfrutar de las exposiciones
fotográficas en las rejas de
Chapultepec (Clicar).
Se llega a la Zona Rosa (Clicar)
para comer en el Bellinghausen (Clicar)
o en Antojitos Los arcos
(Clicar),
dependiendo del presupuesto. Tras un paseo y un café por la
calle Génova (Clicar),
hay que lanzarse a hacer compras en el Mercado de artesanías Insurgentes
(Clicar)
o en el Monumento a la
Independencia (Clicar).
Para la noche lo mejor es
dirigirse a la calle Milán y una vez allí decidir entre el famoso
bar Milán (Clicar)
o la cantina Belmont
(Clicar),
aunque lo ideal sería visitar ambos.