Bibliografía
La mayoría de las fuentes documentales y
secundarias que se han utilizado para elaborar este libro están en
alemán. Las siguientes sugerencias de lecturas —una selección
minúscula de una vasta literatura— se limitan, sin embargo, a las
obras disponibles en inglés316. La espléndida
bibliografía de Helen Kehr y Janet Langmaid, The Nazi Era 1919-1945 (Londres, 1982) ofrece una
guía más completa.
Algunos textos Hitlerianos básicos y otras
fuentes importantes han sido traducidos. Entre ellos se incluyen
Hitler's Mein Kämpft (introd. de D. C.
Watt), Londres, 1969 (ed. en español: Adolf Hitler, Mi lucha, Barcelona, Wotan, 1995); Hitler's Secret Book (introd. de Telford Taylor),
Nueva York, 1961; Hitler's Table Talk
(introd. de H. R. Trevor-Roper), Londres, 1953; The Testament of Adolf Hitler (introd. de H. R.
Trevor-Roper), Londres, 1961; y Hitler:
Proclamations and Speeches (ed. de Max Domarus), Londres, 1990.
De importancia para los años 1942-1943 son también The Goebbels Diaries (ed. de Louis R Lochner),
Londres, 1948 (aunque está en preparación una edición académica
completa de los diarios de la guerra). Entre las memorias de los
jefes nazis, las más útiles son las de Albert Speer, Inside the Third Reich, Londres, 1970 (ed. en
español: Albert Speer, Memorias, Barcelona,
Círculo de Lectores, 1970), aunque deben leerse junto al estudio
crítico de Speer de Mathias Schmidt, Albert
Speer: The End of a Myth, Nueva York, 1984. Puede encontrarse
una excelente guía para el laberinto de fuentes documentales de la
Alemania nazi en la colección de tres volúmenes, con comentarios,
de Jeremy Noakes y Geoffrey Pridham (eds.), Nazism 1919-1945: A Documentary Reader, Exeter,
1983, 1985 y 1988.
Los problemas que han encontrado los
historiadores al investigar y escribir sobre Hitler se destacan en
John Hiden y John Farquharson, Explaining
Hitler's Germany, Londres, 1983; y en mi propio libro The Nazi Dictatorship. Problems and Perspectives of
Interpretation, Londres, 2.ª edición, 1989 (3.ª edición, 1993).
La mayor parte del debate reciente sobre Hitler ha sido removido
por el ensayo de Tim Mason, «Intention and Explanation: A Current
Controversy about the Interpretation of National Socialism», en
Gerhard Hirschfeld y Lothar Kettenacker (eds.), Der «Führerstaat»: Mythos und Realität, Stuttgart,
1981. Pueden encontrarse interpretaciones que dan un mayor peso que
la mía al «programa» hitleriano en Klaus Hildebrand, The Third Reich, Londres, 1984 (ed. en español:
Klaus Hildebrand, El Tercer Reich, Madrid,
Cátedra, 1988); y en Karl Dietrich Bracher, «The Role of Hitler:
Perspectives of Interpretation», en Walter Laqueur (ed.), Fascism. A Reader's Guide, Harmonsdworth,
1979.
Las mejores biografías de Hitler siguen
siendo las de Alan Bullock, Hitler. A Study in
Tyranny, ed. rev., Londres, 1964 (ed. en español: Alan Bullock,
Hitler, Barcelona, Grijalbo, 1984); y
Joachim C. Fest, Hitler, Londres, 1974 (ed.
en español: Joachim C. Fest, Hitler,
Barcelona, Noguer, 1974). La de Bullock fue una obra maestra cuando
se escribió en 1952, pero ahora muestra señales de envejecimiento.
El elegante tratamiento de Fest resulta sólido respecto a la
psicología de Hitler, pero más débil acerca de las fuerzas externas
a su personalidad; al igual que Bullock, tiene poco que decir sobre
la estructura de gobierno dentro de Alemania y es relativamente
breve en cuanto a los desarrollos internos durante el período de la
guerra. William Carr, Hitler. A Study in
Personality and Politics, Londres, 1978, proporciona un
importante complemento a estas biografías al concentrarse en la
interacción de factores personales e impersonales que determinaron
la política nazi, lo cual resulta estimulante. Eberhard Jäckel,
Hitler in History, Hannover/Londres, 1984,
adopta un enfoque más personalizado que el mío, pero ofrece
análisis valiosos del papel que representó Hitler en el poder. Son
interesantes, aunque muy especulativos, los estudios
«psicohistóricos» de Rudolf Binion, Hitler
among the Germans, Nueva York, 1976; y Robert Waite, The Psychopathic God: Adolf Hitler, Nueva York,
1977. Un tratamiento estimulante, pero demasiado centrado en la
personalidad, de algunas facetas del gobierno de Hitler puede
encontrarse en Sebastian Haffner, The Meaning
of Hitler, Londres, 1979.
Joachim C. Fest, The
Face of the Third Reich, Harmondsworth, 1972, proporciona vivos
retratos de los miembros más relevantes de la «comunidad
carismática». El énfasis que he puesto en el concepto de «gobierno
carismático» lo comparte M. Rainer Lepsius, «Charismatic
Leadership: Max Weber's Model and its Applicability to the Rule of
Hitler», en Carl Friedrich Graumann y Serge Moscovici (eds.),
Changing Conceptions of Leadership, Nueva
York, 1986. Los propios escritos de Max Weber sobre «dominación
carismática» pueden seguirse a través de su Economy and Society (ed. de Guenther Roth y Claus
Wittich), Nueva York, 1968, págs. 241-254, 266-271 y 1111-1157 (ed.
en español: Max Weber, Economía y sociedad.
Esbozo de sociología comprensiva, ed. de Johannes Winckelmann,
México, Fondo de Cultura Económica, 2.ª edición, 1964).
El mejor análisis de la ideología de Hitler
sigue siendo el de Eberhard Jäckel, Hitler's
Weltanschauung. A Blueprint for Power, Middletown, Conn., 1972.
Un buen estudio sobre los cambios iniciales en su pensamiento
acerca de la política exterior, en Geoffrey Stoakes, Hitler and the Quest for World Dominion. Nazi Ideology
and Foreign Policy in the 1920s, Leamington Spa, 1972; mientras
que Harold J. Gordon, Hitler and the Beer Hall
Putsch, Princeton, 1972, trata del drama de 1923-1924.
Sobre Hitler y el movimiento nazi durante
el ascenso al poder disponemos hoy de una buena y sucinta síntesis,
la de Martin Broszat, Hitler and the Collapse
of Weimar Germany, Leamington Spa, 1987. El temprano estudio
breve de Broszat, German National Socialism,
1919-1945, Santa Bárbara, 1966, es especialmente bueno en
cuanto a la propaganda, cuya contribución al éxito nazi se
reinterpreta en Richard Bessel, «The Rise of the NSDAP and the Myth
of Nazi Propaganda», en Wiener Library
Bulletin, 23 (1980). Joseph Nyomarkay, Charisma and Factionalism in the Nazi Party,
Minneapolis, 1967, y Dietrich Orlow, The
History of the Nazi Party 1919-1933, Pittsburgh, 1969, ofrecen
análisis institucionales. El importante papel que representó antes
de 1933 Gregor Strasser se investiga en Peter D. Stachura,
Gregor Strasser and the Rise of Nazism,
Londres, 1983. William S. Allen, The Nazi
Seizure of Power, Londres, 1966; Jeremy Noakes, The Nazi Party in Lower Saxony, Oxford, 1971; y
Geoffrey Pridham, Hitler's Rise to Power. The
Nazi Movement in Bavaria, Londres, 1973, proporcionan valiosos
estudios regionales y locales. La movilización del apoyo electoral
nazi se examina en el excelente estudio de Thomas Childers,
The Nazi Voter, Chapel Hill, 1983, y en
Childers (ed.), The Formation of the Nazi
Constituency 1919-1933, Londres/ Sidney, 1986. La motivación de
los seguidores nazis se explora en Peter Merkl, Political Violence under the Swastika, Princeton,
1975. Conan Fisher, Stormtroopers, Londres,
1983; y Richard Bessel, Political Violence and
the Rise of Nazism, New Haven/Londres, 1984, ofrecen análisis
algo diferentes del carácter y el papel de la SA. Las fluctuaciones
en la militancia del Partido Nazi antes y después de 1933 se siguen
muy bien en Michael Kater, The Nazi Party. A
Social Profile of Members and Leaders 1919-1945, Oxford, 1983.
El papel del partido desde 1933 es el tema de un interesante
estudio de A. H. Unger, The Totalitarian
Party, Cambridge, 1974.
Hay un tratamiento más desigual del nazismo
y las elites tradicionales alemanas en la literatura disponible en
inglés. Un trabajo esencial en la interpretación de las relaciones
de Hitler con los jefes de la industria antes de 1933 es el de
Henry A. Turner, German Big Business and the
Rise of Hitler, Oxford, 1985. Hay una buena valoración breve en
Dick Geary, «The Industrial Elite and the Nazis», en Peter D.
Stachura (ed.), The Nazi Machtergreifung,
Londres, 1983. En la misma colección de ensayos, el de Michael
Geyer, «Etudes in Political History: Reichswehr, NSDAP, and the
Seizure of Power» contiene intuiciones útiles sobre las relaciones
con el ejército. Hay relativamente poco en inglés sobre los tratos
de Hitler con los grandes propietarios agrarios, pero Dieter
Gessner, «The Dilemma of German Agriculture during the Weimar
Republic», en Richard Bessel y E.J. Feuchtwanger (eds.), Social Change and Political Development in Weimar
Germany, Londres, 1981, da indicios de por qué la elite
terrateniente llegó a favorecer a los nazis. Se analiza bien cómo
veían las fuerzas armadas a Hitler después de 1933 en Wilhelm
Deist, The Wehrmacht and German Rearmament
y en el estudio corto pero penetrante de Klaus-Jürgen Müller,
Army, Politics, and Society in Germany
1933-1945, Manchester, 1984. Peter Hayes, Industry and Ideology: IG Farben in the Nazi Era,
Cambridge, 1987, es un estudio autorizado sobre la complicidad del
enorme conglomerado químico con el gobierno nazi, mientras que el
creciente extrañamiento de la industria carbonífera del Ruhr se
describe en John R. Gillingham, Industry and
Politics in the Third Reich, Londres, 1985. La actitud de
Hitler hacia las elites la traza Michael Kater, «Hitler in a Social
Context», en Central European History, 14
(1981).
La relación entre consenso y coerción en la
vida cotidiana está en el centro de la estimulante interpretación
de Detlev Peukert, Inside Nazi Germany.
Conformity and Opposition in Everyday Life, Londres, 1987, así
como en la recopilación de ensayos editada por Richard Bessel,
Life in the Third Reich, Oxford, 1987. La
cuestión del apoyo popular a Hitler fue una de las que traté de
explorar en mi libro The «Hitler Myth». Image
and Reality in the Third Reich, Oxford, 1987; mientras que mi
Popular Opinion and Political Dissent in the
Third Reich, Oxford, 1983, intenta dibujar los contornos de las
acütudes de oposición. El concepto de Hitler como «individuo
representativo» dentro de la sociedad alemana lo propuso J. P.
Stern, Hitler. The Führer and the People,
Londres, 1975, y lo retomó Lothar Kettenacker, «Hitler's Impact on
the Lower Middle Class», en David Welch (ed.), Nazi Propaganda. The Power and the Limitations,
Londres, 1983. La construcción propagandística de apoyo a Hitler a
través del cine es uno de los temas que trata David Welch,
Propaganda and the German Cinema 1933-1945,
Oxford, 1983. El consenso que subyacía bajo la coerción es objeto
del valioso estudio de Robert Gellately, The
Gestapo and German Society, Oxford, 1990. El trabajo que marca
la pauta sobre el aparato institucional de terror y represión
continúa siendo la escalofriante Anatomy of the
SS State, Londres, 1968, que contiene ensayos de Helmut
Krausnick, Hans Buchheim, Martin Broszat y Hans-Adolf Jacobsen. Una
investigación útil acerca del desarrollo de la SS la proporciona
Heinz Höhne, The Order of the Death's Head,
Londres, 1972. El estudio más completo sobre las conspiraciones
para derribar a Hitler es el de Peter Hoffmann, The History of the German Resistance, Cambridge,
Mass., 1977.
Indispensable para comprender el impacto
corrosivo del poder de Hitler sobre la estructura gubernamental es
Martin Broszat, The Hitler State, Londres,
1981. (El breve pero interesante estudio de Norbert Frei, Der Führerstaat. Nationalsozialistische Herrschaft 1933
bis 1945, Munich, 1987, será un complemento cuando aparezca su
edición inglesa, ya prevista317). Hans
Mommsen, «National Socialism: Continuity and Change», en Walter
Laqueur (ed.), Fascism. A Reader's Guide,
Harmondsworth, 1979, proporciona el aroma de la importante
contribución que ha realizado al elucidar la «radicalización
acumulativa» del régimen nazi. Hans Mommsen, From Weimar to Auschwitz, Londres, 1990, hará más
accesibles algunos de sus escritos más importantes. Dos análisis
tempranos del gobierno nazi que no han perdido su valor son los de
Ernst Fraenkel, The Dual State, Nueva York,
1941; y Franz Neumann, Behemoth. The Structure
and Practice of National Socialism, Londres, 1942 (ed. en
español: Franz Neumann, Behemoth. Pensamiento y
acción en el Nacional-Socialismo, México, Fondo de Cultura
Económica, 1943). Edward N. Peterson, The
Limits of Hitler's Power, Princeton, 1969, trata de la práctica
del gobierno nazi en varios niveles, desde el central hasta el
local. Robert Koehl, «Feudal Aspects of National Socialism», en
Henry A. Turner (ed.), Nazism and the Third
Reich, Nueva York, 1972, es una interpretación sugerente del
Tercer Reich como una forma de imperio neofeudal. Jane Caplan,
Government without Administration. State and
Civil Service in Weimar and Nazi Germany, Oxford, 1988, es una
importante valoración del impacto del régimen de Hitler sobre la
burocracia.
La literatura sobre la contribución de
Hitler a la guerra resulta prácticamente ilimitada. Basta aquí con
señalar dos excelentes análisis de William Carr, Arms, Autarky, Aggression, Londres, 2.edición, 1979,
y Poland to Pearl Harbor. The Making of Second
World War, Londres, 1985; la breve reinterpretación de Alan
Bullock, «Hitler and the Origins of the Second World War», en
Esmond M. Robertson (ed.), The Origins of the
Second World War, Londres, 1971; el importante estudio en dos
volúmenes de Gerhard Weinberg, The Foreign
Policy of Hitler's Germany, Chicago/Londres, 1970 y 1980; la
clara interpretación «programatista» de Klaus Hildebrand, The Foreign Policy of the Third Reich, Londres,
1973; y la valiosa colección de ensayos de Wolfgang J. Mommsen y
Lothar Kettenacker (eds.), The Fascist
Challenge and the Policy of Appeasement, Londres, 1983.
Desgraciadamente, la traducción (que será publicada por Berg,
Leamington Spa) del análisis estimulante y original de Tim Mason
acerca de las presiones que produjeron sobre la guerra las
contradicciones en la política de rearme forzoso y la política
laboral nazi aparecerá de manera postuma. Puede encontrarse una
muestra de la tesis en su ensayo «The Legacy of 1918 for National
Socialism», en Anthony Nicholls y Eric Matthias (eds.), German Democracy and the Triumph of Hitler, Londres,
1971. Esta interpretación se critica fuertemente en Richard Overy,
«Hitler's War and the German Economy: A Reinterpretation?», en
Economic History Review, 35 (1982) y en su
monografía Goering. The Iron Man, Londres,
1984. David Irving, Hitler's War, Londres,
1977, incorpora nuevas pruebas documentales a un análisis algo
tendencioso del comportamiento de Hitler durante la guerra. Percy
Ernst Schramm, Hitler. The Man and the Military
Leader, Londres, 1972, proporciona un esbozo de la personalidad
del señor de la guerra. La dirección de las campañas, aunque
superficialmente, se trata en John Strawson, Hitler as Military Commander, Londres, 1971. De la
naturaleza de los objetivos de Hitler en la guerra se ocupan Milan
Hauner, «Did Hitler want a World Dominion?», en Journal of Contemporary History, 13 (1978); Meir
Michaelis, «World Power Status or World Domination?», en The Historical Journal, 15 (1972); Jochen Thies,
«Nazi Architecture —A Blueprint for World Dominadon: The Last Aims
of Adolf Hitler», en David Welch (ed.), Nazi
Propaganda. The Power and the Limitations, Londres, 1983; y
Norman Rich, Hitler's War Aims, 2
volúmenes, Londres, 1973-1974.
El papel de Hitler en el exterminio de los
judíos ha engendrado también una inmensa bibliografía. Una guía
excelente la proporciona Michael Marrus, The
Holocaust in History, Londres, 1988. Las pruebas de la
implicación de Hitler en la toma de decisiones durante los años 30
las reúne David Bankier, «Hitler and the Policy-Making Process on
the Jewish Question», en Holocaust and Genocide
Studies, 3 (1988). El estudio de Gerald Fleming, Hitler and the Final Solution, Oxford, 1986, acumula
pruebas (la mayoría procedentes de los juicios de la posguerra) en
apoyo de su tesis sobre una decisión directa y «preprogramada» de
Hitler para matar a los judíos. Martin Broszat, «Hitler and the
Genesis of the "Final Solution"», en H. W. Koch (ed.), Aspects of the Third Reich, Londres, 1985, y Hans
Mommsen, «The Realisation of the Unthinkable: the 'Final Solution
of the Jewish Question'», en Gerhard Hirschfeld (ed.), The Policies of Genocide, Londres, 1986, contemplan
más bien un desarrollo por etapas hacia el genocidio, que requería
una escasa implicación personal por parte de Hitler (cuya
responsabilidad, sin embargo, no se pone en cuestión). Un análisis
controvertido pero interesante de la matanza de los judíos, surgida
en el contexto del fracaso de la «cruzada» nazi contra el
bolchevismo, en Arno Mayer, Why did the Heavens
not Darken? The Final Solution in History, Nueva York, 1989. La
reconstrucción del «proceso de toma de decisiones» que culminó en
la «Solución final» se describe meticulosamente en Christopher
Browning, Fateful Months, Nueva York, 1985.
Un análisis espléndido y convincente del surgimiento de la
«Solución final», escrito por el historiador suizo Philippe Burrin,
está disponible en francés (Hitler et les
Juifs. Genèse d'un génocide, París, 1989).
El final de Hitler nunca se ha descrito tan
bien como en H. R. Trevor-Roper, The Last Days
of Hitler, Londres, 1947 (ed. en español: H. R. Trevor-Roper,
Los últimos días de Hitler, Barcelona, José
Janés, 1949). Los duraderos problemas de la sociedad alemana para
enfrentarse con una historia reciente dominada por Hitler se
analizan en Richard J. Evans, In Hitler's
Shadows, Nueva York/Londres, 1989; y Charles Maier, The Unmasterable Past: History, Holocaust, and German
National Identity, Cambridge, Mass., 1988 (2.ª edición,
1997).