El pedestal de las estatuas Gala Antonio

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1 Los sueños más acendrados se heredan y las grandes ambiciones se consuman pasada alguna generación. La intensidad se transforma en genética. En este caso, la codicia del trono portugués que tuvo la Princesa de Éboli, la heredó la duquesa de Braganza, Luisa María Francisca de Guzmán, su nieta, que logró deshacer la obra de Felipe II de que estamos hablando: independizar Portugal, y vengar a su abuela del maltrato que le dio el titular de otra corona. (Nota del a.)

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El pedestal de las estatuas

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