Sentados a una mesa del restaurante Bibendum de Londres con una botella de Château Léoville Las Cases de 1961 delante.
FRANCIS BACON: La vida es chocante. Todo lo que se dice también…
FRANCK MAUBERT: Quizá no todo…
F. B.: Pero casi. (Da vueltas al vino dentro de la copa, admirando el color). Este vino…, mire qué tonos de rojo… Rembrandt…
F. M.: ¿Qué proyectos tiene?
F. B.: Siempre espero hacerlo mejor. Persigo la pintura porque sé que no es posible alcanzarla. Quiero trabajar hasta que me muera. Eso me excita. Los americanos dicen drop dead, es un insulto: ‘cáete muerto’. ¿Se puede soñar algo mejor?
Alza su copa de Burdeos y lanza uno de sus «Cheerio!» al público en general.