Capítulo 10
Suma y sigue: numerales, cuantitativos e indefinidos
En este capítulo
Conocer la morfología de los cuantificadores
Familiarizarse con los números
Usar los cuantitativos con naturalidad
Distinguir las formas de los adjetivos y los pronombres indefinidos
Suma y sigue. Pues continuamos un tema que había quedado inconcluso en el capítulo anterior, relacionado con las palabras que dependen de los nombres, es decir: los numerales, cuantitativos e indefinidos. Todas estas palabras tienen una relación muy estrecha, ya que todas expresan la cantidad, ya sea de una manera exacta o de un modo más o menos indefinido.
Y uno, y dos, y tres... Los numerales son el conjunto de palabras que expresan números o los representan: cifras, orden, fracciones, etc. Dicho en pocas palabras: son útiles para que te salgan las cuentas.
Los cuantitativos también apuntan una cantidad, pero de un modo más impreciso o global: se andan con rodeos. Semejante es lo que hacen los adjetivos y pronombres indefinidos, ya que no acaban de precisar, por lo que confieren una idea de imprecisión a los nombres a los que complementan; otras veces se refieren a personas o cosas de un modo muy general.
Pero tanta duda e indefinición quedan perfectamente resueltas con ejemplos, en los que se ve claramente el uso de esas palabras que, además, empleamos tan a menudo en catalán, como ocurre en cualquier lengua. Nuestras frases son nuestras frases, por supuesto.
Cuantificando, cuantificando
Para expresar numéricamente una magnitud se han inventado los cuantificadores, palabras que enganchan más de lo que te imaginas, para que te pases la vida cuantificando, cuantificando. Hablando en serio, las palabras que denominamos cuantificadores están formadas por adjetivos numerales, cuantitativos, adjetivos y pronombres indefinidos. Todos los cuantificadores también se comportan, al igual que las categorías que encontrarás en el capítulo 9, como especificadores de los nombres:
Numerales, como tres pobles y el cinquè pis.
Cuantitativos, como en poques paraules y en pocs dies.
Indefinidos, como certes persones.
Pero los hay que también pueden funcionar como nombres (o pronombres): una dotzena d’ous, un miler d’homes, etc.; en esos sintagmas se considera que dotzena y miler funcionan como nombres con su especificador un, una (artículo indeterminado), aunque el elemento principal sean ous y homes. En cambio, si digo: No vull res, la palabra res se considera un pronombre, porque no modifica ningún nombre, explícito ni implícito, sino que se refiera a un nombre, a algo ausente, por lo que res hace las veces de nombre.
Si te fijas en el significado de estas pequeñas palabras, los cuantificadores establecen, de una manera más o menos precisa, su relación con la cantidad o bien señalan algún tipo de descripción numérica. Vamos a hacer cuentas, así que empezaremos por los numerales.
Los numerales
Los numerales se caracterizan porque especifican al nombre y concretan su extensión o su orden en una serie. Según el tipo de información que aporten, se pueden clasificar en cuatro tipos:
Cardinales, si expresan una cantidad exacta.
Ordinales, si expresan orden.
Partitivos, si expresan una fracción.
Múltiples, si expresan multiplicidad.
Colectivos, si expresan pluralidad.
Por cierto, no hace falta que te diga que los números son infinitos: ¡no se acaban! Aunque, por suerte, nunca tendrás que escribirlos todos, ni mucho menos contarlos. ¿Que cómo se explica? Pues muy sencillo: si tenemos un número n, entonces el siguiente es n+1, que es más grande, y así en progresión hasta el fin de los días... aunque me temo que haya menos días que números, pero eso ya sería una historia para dummies matemáticos o filosóficos. Por tanto, regresemos al presente con nuestra gramática catalana.
Los cardinales, los números más enteros
Los numerales cardinales expresan una cantidad exacta. En la mayoría de los casos no admiten flexión de género y número, exceptuando un, dos, cent, mil, milió, miliard, bilió y trilió.
En la tabla 11-1 tienes los principales cardinales, entre 0 y 900 (ya que no veo factible llegar al infinito) y podrás ver las formas de los pocos que tienen flexión.
No te olvides de lo explicado en el capítulo 6, relativo al uso del guión y úsalo en las expresión de cantidades que requieren más de una palabra, entre las decenas y unidades (quaranta-dos) y entre las unidades y centenas (nou-cents). Memoriza el recurso de las iniciales decenas-unidades-centenas, es decir duc. Sin olvidarte del caso, un tanto especial, de los guiones que se ponen entre el 21 y el 29: vint-i-un, vint-i-dos, vint-i-tres, vint-i-quatre, vint-i-cinc, vint-i-sis, vint-i-set, vint-i-vuit, vint-i-nou. El resto de las combinaciones no llevan guión: cent tres, tres mil, tres milions...
Existen otros cardinales de referencia que no incluí en la tabla 11-1 por ser cantidades elevadas. Son los siguientes:
mil (1.000)
milió (106)
miliard (109)
bilió (1012)
trilió (1018)
Es conveniente hacer algunas aclaraciones relativas al habla y a la escritura de algunas de estas cifras.
Un y dos tienen flexión de género: un nen, una nena; dos nois, dues noies. Pero eso no es homogéneo en todo el dominio lingüístico catalán; también es perfectamente admisible la forma dos invariable en hablas noroccidentales: dos nens, dos nenes.
El numeral cent tiene flexión de género y número en estas formas: cent, cents, centes. Por ejemplo: cent dies, cent nits; dos-cents euros, dues-centes lliures.
Mil tiene flexión de número cuando posee el valor colectivo de miler: N’hi ha a mils; És a mils anys llum.
Los numerales milió, miliard, bilió y trilió tienen formas de plural: quaranta-tres milions d’habitants; dos miliards; cinc bilions; sis trilions.
Si utilizas un como nombre u ordinal adoptará la forma u: Un número de loteria acabat en u; el trenta-u de desembre.
El resto de los cardinales pueden presentar flexión de número cuando se utilizan como nombres: un pòquer de vuits.
En valenciano existen algunas formas particulares de los numerales: 8 (huit), 17 (dèsset), 18 (díhuit), 19 (dèneu o dènou) y 80 (huitanta).
En baleárico las formas singulares son: 17 (desset), 18 (devuit) y 19 (denou).
Veamos, para ir practicando la escritura de los números, como debe escribirse una cantidad alta, como por ejemplo 1.345.467:
Un milió tres-cents quaranta-cinc mil quatre-cents seixanta-set.
Los ordinales, para traer el orden
Los numerales ordinales expresan la idea de orden o sucesión. Todos se comportan como adjetivos con variación de género y número. Los cinco primeros ordinales presentan formas específicas (aunque el quinto tiene dos formas); el resto se obtiene añadiendo al ordinal el sufijo -è/-ena (excepto el ordinal de deu, que pasa a desè, desena, pero no *deusè). Lo verás más claro en la tabla 11-2.
Fíjate cómo se escriben las cifras ordinales: primero el número, a continuación la última letra (o las dos últimas, si están en plural) en que termina el numeral.
Existen asimismo algunas variantes de ordinales admitidas en la lengua, como sext (VI), sèptim (VII), octau (VIII), dècim (X), vigèsim (XX), quadragèsim (XL), quinquagèsim (L).
Los numerales cardinales pueden usarse con valor ordinal en algunos casos concretos: la pàgina u, la pàgina dos, el segle xxi (vint-i-u), la planta tres (o tercera), la planta cinquanta, ya que quedaría fatal decir: *la pàgina una, *el segle vint-i-unè, etc.
A la quinta forca, una curiosa expresión numeral
Hay ordinales que se usan en expresiones muy concretas, como es el caso de quint, quinta, principalmente en la famosa locución adverbial a la quinta forca, que se identifica con un sitio muy lejano, es decir, donde Cristo dio las tres voces.
Pero lo que resulta tremendamente interesante es el origen de esa famosa locución, tan corriente en catalán, semejante a el quinto pino en castellano. Resulta que a principios del siglo XIX en cada uno de los cuatro caminos principales que conducían a la ciudad de Barcelona había una horca en la que se ejecutaba a los condenados a muerte. Un lugar realmente siniestro, ya que a menudo los ahorcados, para que sirvieran de ejemplo y de escarmiento, permanecían colgados días y días a la vista de los transeúntes.
Pero en aquellos tiempos se alzó una quinta horca en una colina lejana a la ciudad, ubicada en el Turó de la Trinitat, que entonces era un lugar ciertamente muy lejano para un ciudadano corriente (en la actualidad se puede ir cómodamente en metro); tan lejano que se popularizó la expresión a la quinta forca para indicar que había una gran distancia hasta un lugar cualquiera: Viuen a la quinta forca. Hem caminat fins a la quinta forca. De aquí surge el dicho popular de estar un lugar en la quinta horca.
Pero ¡cuidado! Si mandamos insolentemente a alguien a la quinta forca, lo mandamos directamente a freír espárragos o a freír monas. Este es el segundo significado divertido de la expresión. Utilízala a tu conveniencia, pero mejor en el primer caso, mucho más civilizado.
Partitivos, múltiplos y colectivos
Ya solo me queda presentarte los últimos grupos de numerales: los partitivos, colectivos y multiplicativos.
Los numerales partitivos, también llamados fraccionarios, señalan una parte de un conjunto cuantificable y tienen formas idénticas a las de los numerales ordinales, a excepción de las que aparecen en la tabla 11-2, que presentan flexión de género y número
Observa los siguiente ejemplos de numerales partitivos:
Tres mitjos (3/2)
Dos terços (2/3)
Cinc setens (5/7)
Set dissetens (7/17)
Vuit dècimes (0,8)
Quatre centèssimes (0,04)
Tres mil·lèsimes (0,003)
Y aquí van tres puntualizaciones muy, pero que muy importantes:
También puedes utilizar con carácter partitivo la construcción formada por el ordinal seguido del nombre part, como una quarta part, dues terceres parts.
El partitivo mig es el único que funciona como especificador de un nombre; por ejemplo, puedes decir que Ho sap mig Barcelona. (Fíjate que ocurre lo mismo con el adjetivo tot, que queda invariable delante del nombre de una ciudad o nación que no lleven delante un artículo: Ho sap tot Lleida y no *Ho sap tota Lleida.)
El resto de los partitivos actúan como verdaderos nombres, como puedes ver en la meitat d’una taronja; un quart de pollastre; un dècim de loteria. Observa que los numerales van precedidos de un artículo, definido o indefinido, lo cual es la prueba irrefutable de que desempeñan el papel de nombres.
Los numerales múltiplos (o multiplicativos) expresan la multiplicación de una cantidad, es decir, el número de veces que aumenta una entidad. Exceptuando el caso de doble, los múltiplos solo tienen flexión de género, como te muestro en tabla 11-3:
Realmente esas cantidades parecen raras y lo cierto es que se usan muy poco, pues a parte de los típicos masculinos doble o triple, yo no he oído jamás a nadie pronunciar tales múltiplos en conversaciones corrientes, lo cual indica que deben de hacer poca falta. Pero, como siempre, unos cuantos ejemplos pueden iluminarnos:
Una xifra tripla d’una altra.
T’hem esperat la quàdrupla estona que tu.
Cinquanta és la quantitat dècupla de cinc.
Como puedes ver, los múltiplos tienen variación de género cuando se aplican a expresiones de comparación, pero son invariables cuando se refieren al número de elementos que componen algo: la triple aliança, la quàdruple aliança. En estos casos, aunque aliança sea femenino, el número de tres o cuatro elementos que componen un grupo, hace que usemos la forma invariable (coincidente con la forma del masculino).
La lengua popular suele sustituir la mayoría de los múltiplos por otro tipo de soluciones, ya que la gente corriente, la buena gente, los considera demasiado formales. Yo te recomiendo que hagas lo mismo y que apliques brillantes perífrasis, como: una quantitat cent vegades més gran, en lugar de la forma retorcida cèntupla.
Los numerales colectivos se refieren a conjuntos formados por un número concreto de entidades, que en la mayoría de los casos se expresan mediante las formas femeninas de los ordinales: desena, dotzena, quinzena, vintena, trentena, quarentena, cinquantena, seixantena, setantena, vuitantena, norantena. Observa estos ejemplos:
Una dotzena d’ous.
Una trentena de manifestants.
El Felip ja va per la cinquantena.
Existen colectivos que tienen formas propias, generalmente masculinas: parell, parella (2), centenar (100), miler (1.000) o el curioso, por su rareza, qüern (4). Otros colectivos se aplican específicamente a la expresión del tiempo, como los períodos de los años: bienni (2), trienni (3), quadrienni (4), sexenni (6); o los períodos mensuales: bimestre (2), trimestre (3), quadrimestre (4), semestre (6). Fíjate en los ejemplos siguientes:
Un parell de mitjons.
Una parella d’asos.
Un centenar de persones.
Un qüern d’anys.
Por favor, no confundas bimestral con bimensual, como les sucede a muchos hablantes, debido a la semejanza de estas palabras. Bimestral significa que dura dos meses o que tiene lugar cada dos meses. En cambio bimensual quiere decir que se hace u ocurre dos veces al mes. Por lo tanto, una publicación bimestral aparece en el mercado cada dos meses, o sea que tendrá seis números al año; mientras que una revista bimensual aparece dos veces cada mes, por tanto 24 al año.
Además de los numerales colectivos mencionados, en contextos concretos se usan las formas duo (2) y trio (3): un duo de violí i violoncel, un trio de reis... Del mismo modo, algunos ordinales tienen valor colectivo usados como diminutivos en la designación de determinadas formas de versos: quarteta (estrofa de cuatro versos cortos), o bien describen piezas musicales o conjuntos musicales: sonata a trio, el Quartet Casals.
¿En cifras o en letras?
Es posible que te hayas preguntado cómo escribir los números, ¿en cifras o en letras? Cierto es que a veces se escriben en forma de cifras y otras veces con palabras. Es difícil establecer criterios sobre esta cuestión, pero siempre tenemos que hacer lo más coherente. En este recuadro te voy a presentar unas recomendaciones que pueden serte de utilidad.
En textos que presenten muchos números te aconsejo que los escribas todos en cifras. O todo lo contrario: pocos números en un texto permiten escribirlos cómodamente en letras. O bien, en textos que no sean técnicos, puedes escribir con letras la mayoría de los números: Hi havia tres-cents manifestants; He guanyat nou milions d’euros; un autocar de seixanta places, etc. Pero si hay que indicar más precisión: He cobrat 2.873 euros.
Conviene, no obstante, unificar cifras y letras cuando tengas cantidades relacionadas en un mismo texto: A l’Assemblea hi van assistir el president, els 2 vicepresidents, 3 membres de la Junta i 137 socis.
Queda muy mal presentado un texto con una cifra partida al final de renglón. Por tanto, no lo hagas.
La combinación de cifras y letras para escribir un mismo número puede admitirse si tienes la suerte de hacer tus cuentas por millones o billones. Por tanto, puedes escribir: 14 milions (o de modo abreviado 14 M), 3 bilions, etc. Pero no abuses con los millares: escribe dos mil o 2.000, pero no 2 mil.
Hay dos modos de escribir los ordinales en cifras arábigas. La primera consiste en poner la cifra junto con la terminación catalana correspondiente: 1r, 1a, 1rs, 1es; 2n, 2a, 2ns, 2es; 3r, 3a, 3rs, 3es; 4t, 4a, 4ts, 4es, etc. La segunda consiste en escribir la cifra con la terminación volada: 1r, 1a, 1rs, 1es; 2n, 2a, 2ns, 2es; 3r, 3a, 3rs, 3es; 4t, 4a, 4ts, 4es. Y este es un ejemplo de dirección postal: C. València, 43, 4t, 1a.
Cuando tengas que enumerar los apartados de un texto, los elementos de una lista o los capítulos de tu próxima novela, utiliza las cifras arábigas o romanas, pero sin marca de ordinal: l’apartat 7 del capítol 3; l’article 15.2 del capítol IV de l’Estatut.
Usarás cifras romanas para reyes, papas y dinastías, así como para los siglos: Jaume I, Enric IV, Joan XXIII, la XVIII Dinastia (de faraones); el segle xv, el segle ii. Ahora bien, presta atención a la lectura de estas cifras: se lee Jaume primer, Enric quart, la divuitena dinastía, el segle dos; pero se leen Joan vint-i-tres y el segle quinze, lo que indica que las numeraciones superiores a 10 se leen como cardinales.
No te olvides de suprimir el punto en números que forman una serie: el número 343564647 de la Grossa de Nadal; l’any 2014; el número de telèfon 902 456 845; l’extensió 1356; la página 1023; el quilòmetre 1500 (pero: Hem fet 1.500 km), etc.
Las horas del día y las fracciones en general se escriben en letras: La presentació tindrà lloc a dos quarts de vuit del vespre. Pero en tablones de anuncios, carteleras, paneles horarios... conviene usar una expresión más corta: Vol 7576 a Múnic: 00.06; Obert: als matins de 9 a 2, i a les tardes de 2/4 de 4 a 8; L’acte tindrà lloc a les vuit del vespre (o a les 20 h / a les 20.00).
Para escribir la fecha hay varias soluciones. Si se trata de una carta: Barcelona, 11 de desembre del 2013; pero en un cheque hay que hacerlo con letras: Barcelona, onze de desembre del dos mil tretze. En otros casos: 11.12.2013; 11-12-2013; 11/12/2013 o, incluso, 11-XII-2013.
Las medidas y otras magnitudes físicas también admiten más de una opción: un pes de 50 quilos (50 kg); cent vint quilòmetres per hora (120 km per hora; 120 km/h); pero no vale mezclarlas: *quaranta km/h o *40 quilòmetres/hora, porque que queda muy feo.
Las numerosas guerras que tienen números en su nombre van en letras: la Primera Guerra Carlina, la Segona Guerra Mundial, la Tercera Guerra Púnica.
Los cuantitativos
Los cuantitativos expresan una cantidad de manera vaga, general o imprecisa. Pueden ser variables o invariables en género y número. Cuando actúan como especificadores del nombre, presentan variación: molts dies, moltes persones; pero cuando funcionan como adverbios son invariables: molt bo, molt bona, molt bons, molt bones. En la tabla 11-4 te presento las formas de los cuantitativos y podrás ver los que presentan flexión completa y los que no.
Fíjate que no tienen flexión y, por tanto son invariables, los cuantitativos massa, força, prou, més, pus, menys, manco, gens y que. Y para no perder el ritmo, aquí van algunas observaciones y ejemplos sobre estos cuantitativos:
La curiosa forma pus pertenece al baleárico y equivale a más, por ejemplo, ¿En vols pus?
Más extendido es manco, que se usa en baleárico, rosellonés, alguerés y valenciano. Es sinónimo de menos: Ací fa manco de fred que allà.
El cuantitativo que es ponderativo, y se usa en oraciones como ¡Que bonic!, ¡Que lluny es veuen!, ¡Que n’has vistes, de coses!
Es obligatorio usar la preposición de entre gens y un nombre, como en No té gens de paciència; pero en otros casos no es necesario: No és gens eixerit.
En cambio, massa, força y que no admiten la preposición de. Observa cómo se construyen las oraciones con ellos: Hi havia massa gent; Vaig conèixer força noies; ¡Que gent hi ha! (¡Cuánta gente!).
El resto de los cuantitativos admiten el uso opcional de la preposición de:
Avui no fa tant de fred com ahir (o Avui no fa tant fred com ahir).
Hi havia moltes de roses (o Hi havia moltes roses).
Tenim poc de pa (o Tenim poc pa).
En Cataluña, el cuantitativo bastant presenta flexión de género: bastant, bastanta, bastants, bastantes. Aunque las formas femeninas bastanta y bastantes se han aceptado recientemente en la normativa, solo se considera admisible usarlas en registros informales, propios de la lengua coloquial o familiar.
Por otro lado en Cataluña, massa, prou y força se usan demasiado a menudo con flexión de número: masses, prous y forces; pero estas soluciones del plural tampoco son normativas y debes desestimarlas. Incluso, en algunas zonas del catalán noroccidental se oyen las formas prouta, proutes en lugar de prou, prous, que tampoco admite la norma.
Por último, tienes que saber que el cuantitativo gaire/gaires es sinónimo de molt en oraciones negativas (construidas con no o sense), dubitativas (que expresan duda) o interrogativas:
Como SENSE/NO, Menjar sense gaire gana; No hi ha gaire pa.
En dubitativas, No sé si tenim gaire pa.
En interrogativas, ¿Tens gaire gana?
En Cataluña, gaire presenta flexión de género, como se indica en la tabla 11.4, pero en las islas Baleares se mantiene invariable:
En Cataluña, No té gaires amics.
En Baleares, No té gaire amics.
No me queda nada más que decirte sobre los cuantitativos, pero es un grato placer para mí, llegados a este punto, pasar a presentarte los indefinidos.
Los indefinidos
Dentro de la gran familia de los cuantificadores, los indefinidos se caracterizan porque aportan un significado vago e indeterminado de las cosas o de las personas a las que se refieren. Pueden ser pronombres o adjetivos, y la mayoría de ellos tienen flexión de género y número, como puedes observar en la tabla 11-5.
Y con la tabla a la vista, podemos comentar algunos asuntos particulares, con ejemplos, de los indefinidos que puedan ofrecer más dudas:
El pronombre un usado en registros muy formales se convierte en las formas hom, un hom. Observa: Són casos en què hom no sap què fer. Quan un hom està malalt no vol que el molestin. (Sus equivalentes en un registro menos formal serían: Són casos en què un no sap què fer. Quan un està malalt no vol que el molestin.)
La expresión alguna cosa (de algun-a) también expresa algo indefinido. Lee este ejemplo: Pregunta-li si en sap alguna cosa. Además es sinónimo de quelcom: En aquesta història hi ha quelcom que no encaixa; no obstante, esta palabra es demasiado formal y, en según qué contextos, incluso un poco cursi, en mi opinión.
Qualque, qualcun y sus derivados son típicos del habla balear: ¿Vols qualque llapis? El cantautor mallorquín Tomeu Penya dice en algunas de sus canciones: Qualcú m’ha demanat si jo era jo...; tu canviaves cada dia / sempre darrere qualcú.
Ningú quiere de decir cap persona cuando dices, por ejemplo, que no ha vingut ningú; pero equivale a algú en oraciones que expresan condición o en interrogativas: Si ve ningú, avisa’m (condición); ¿Ha vingut ningú? (interrogación).
Altri significa un altre y uns altres, y se refiere a personas, al prójimo, siempre precedido de preposición, como en els béns d’altri o Treballar per a altri.
Mant significa nombrosos y es un arcaísmo usado solo en registros muy formales. Por ejemplo, quizá alguna vez puedas oír que a manta zona pirinenca van desapareixent les ramades transhumants; o bien: Trobem mant tractat que estudia aquesta greu malaltia.
Cadascun y cadascú son formas sinónimas de cada un y cada una, y se trata de adjetivos indefinidos cuando van seguidos de una especificación, como en: cadascun dels jugadors o cadascuna de les nenes. En caso contrario, se convierten en pronombres: Eren cinc germans; cadascun estudiava geologia (se sobreentiende que es después de cadascun dels germans). Cadascú (o cada u) es siempre un pronombre invariable y equivale a tothom: Cadascú coneix els seus problemes.
Actualmente se considera anticuada la forma ambdós, que se ha sustituido por otra forma más simple: tots dos. Es mejor decir Van venir tots dos amics que Van venir ambdós amics.
Diversos tiene el significado de alguns, diferents o un cert nombre de. Por ejemplo, puedes decir que Han vingut diversos amics. En cambio divers es un adjetivo que significa de caràcter diferent, de distinta espècie o mena; es por tanto, equivalente al adjetivo vari; así las dos expresiones siguientes dicen lo mismo: de colors diversos o de colors varis. Pero la normativa no acepta el uso corriente en catalán hablado de vari como indefinido: *Li ho he dit vàries vegades, sino que hay que usar diverses o diferents: Li ho he dit diverses (diferents) vegades.
Las palabras qualsevol, para el singular, y qualssevol, para el plural, tienen la misma pronunciación, lo cual favorece el inaceptable plural *qualsevols. Debes sustituirlo por la forma correcta: No eren unes persones qualssevol.
Sengles quiere decir un a cadascuna de dues o més persones o coses. Es una palabra antigua. Por eso, un ejemplo de este indefinido lo encontramos en un célebre episodio de la más famosa novela caballeresca catalana Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, escrita en el siglo xv: Jo diviso que la batalla es faci a peu, amb camises de tela de França, amb sengles targes de paper i amb un barretet de flors al cap, sense cap altra vestimenta. Les armes ofensives, sengles coltellines genoveses, tallant cadascuna a dues parts i amb les puntes ben agudes. Así se da principio a una de las batallas más peligrosas y ridículas entre dos caballeros enemigos: ataviados solo con camisones, con un sombrero de flores en lugar del casco, escudos de papel (sengles targes, es decir un escudo o tarja, de dos, para cada uno) y agudas cuchillas de doble filo (sengles coltellines, es decir una cuchilla, de dos, para cada uno).
Perhom significa per cada un y es propio del habla balear. Así, en las islas puedes oír que toca a tant perhom.
Quelcom es una forma arcaica conservada en el norte de Cataluña y en la región del Rosellón; pero es más sencillo y usual su sinónimo alguna cosa o acaso la forma qualque cosa. Pero no digas algo, que es un castellanismo.
Seguramente, a estas alturas estarás pensando: ¡No m’expliquis res més! Sí, lo sé, es mucha información, pero debes tener en cuenta que estos comentarios son de referencia y consulta. No debes leerlos como si de una novela se tratase. Así que te cuento alguna cosa més, la última, relativa al pronombre res, que encontrarás en frases interrogativas o condicionales: ¿Vols res més?; Si vols res, demana-ho. Aunque en la lengua hablada habrás oído la solución re. Es lo mismo. Es correcta. Punto final.
Las horas en catalán
Como ya te mostré unas páginas más arriba, las horas del día y las fracciones en general se escriben con palabras, aunque también es cierto que en determinados contextos es preferible usar los símbolos numéricos. Pero lo que nos interesa en este apartado es el modo de expresar, sobre todo oralmente, las horas en catalán. Hoy en día, en gran parte de nuestro dominio lingüístico, se oyen las horas que indican las fracciones en cuartos, según el sistema castellano. Esto no es totalmente incorrecto, pero es necesario realizar algunas precisiones.
En catalán existen diferentes posibilidades de expresar la hora. En general, para las horas justas y la aproximación a un número que no alcanza uno de los cuartos de la hora se dice:
10.00 = les deu
12.10 = les dotze i deu
8.55 = les nou menys cinc
En cambio, para indicar fracciones horarias en cuartos y minutos podemos hacer una clasificación en dos grandes grupos:
I. En Cataluña los hablantes expresan la hora teniendo en cuenta la hora siguiente:
12.20 = un quart i cinc d’una
12.30 = dos quarts d’una
12.45 = tres quarts d’una
12.50 = tres quarts i cinc d’una
Al principio puede parecerte un poco lioso, pero hay un truco para entender el sistema y recordarlo. Imagínate que una hora es un pastel del que vas comiendo trozos a medida que pasa el tiempo. Vamos a empezar a las 4. Cuando han pasado 15 minutos ya te has comido un cuarto de la hora siguiente (un quart de cinc). A la media ya te has zampado dos cuartos (dos quarts de cinc). Y cuando llegas a y 45, ya has devorado tres cuartos de la hora hacia la que vas (tres quarts de cinc). Y así, a la hora en punto, ya te has tragado el pastel entero, ya has completado les cinc.
Además de esto, la expresión mig quart se utiliza para indicar aproximadamente el tiempo comprendido entre el minuto 5 y el minuto 10 de cuarto:
un quart i mig de dotze = entre las 11.21 y las 11.24
Y la expresión quarts indica más o menos el tiempo comprendido entre los minutos 15 y 45 de cada hora:
a quarts de vuit = entre las 7.15 y las 7.45
II. En la Comunidad Valenciana y en las Baleares, en cambio, se refieren a la hora pasada sumando los cuartos y los minutos, como en castellano:
12.15 = les dotze i quart
12.20 = les dotze i vint
12.30 = les dotze i mitja
12.45 = la una menys quart
En Mallorca, además, se utiliza la forma manco junto con menys, y las expresiones manca y passen:
6.45 = les set manco un quart
10.45 = manca un quart per les onze
9.20 = passen vint minuts de les nou
Y aquí el consejo. Cada hablante tiene que expresar la hora como sea corriente en su lugar de origen. Aunque los catalanes de Cataluña se adhieran cada vez más al sistema valenciano o balear, es decir, al castellano, este uso es impropio. Si queremos hablar el catalán de un modo genuino es necesario recuperar y respetar lo que corresponde a cada habla, según el área geográfica donde nos encontremos. Por tanto, las expresiones con los cuartos son un estilo propio que debería conservarse en Cataluña.
Pero me temo que, tarde o temprano, posiblemente el sistema de la lengua española, en calidad de lengua mayoritaria, acabará imponiéndose en este caso.
En el siguiente capítulo proseguiremos con los pronombres, aquellas pequeñas palabras que sirven para sustituir a los nombres, a las personas y a las cosas, necesarios en toda lengua. Los endiablados pronombres del catalán, dificultosos a veces por sus múltiples combinaciones, no tienen por qué amedrentarte, pues vistos con cariño llegan a ser uno de los temas más apasionantes y, por qué no, divertidos, de nuestra gramática. El uso de los pronombres enriquecerá tu modo de hablar y escribir para adentrarte sin problemas en el dominio del catalán. Tú puedes hacerlo. ¡Ánimo! Y... por favor, no te saltes el próximo capítulo, aunque lo dejes para el final.
Completa la siguiente serie como te muestra el ejemplo:
Luego escribe esta simpática cifra en números... ¿Puedes?
3.446.334.678.423 ..................................................................................................................................................................................................................