LOS MASAJES
Existen muchos tipos de masajes y muchas técnicas que podemos utilizar. Pero nos vamos a centrar en cómo aplicar un buen masaje estimulante, un masaje sensual.
El masaje es una manera de conocer y explorar el cuerpo de nuestro compañero o amante, procurándole al mismo tiempo placer. Con esta práctica, se estrechará el vínculo entre los dos. Un buen masaje es fuente de gran placer, aliviará el cansancio y la tensión y nuestro cuerpo estará mucho más receptivo y relajado para el encuentro sexual.
Es un buen preludio para el acto sexual en sí mismo.
Para practicarlo, necesitamos un ambiente tranquilo, agradable, y cálido. Para mejorar el entorno, podemos utilizar incienso y esencias. Se debe aplicar acompañado de aceites para que el contacto sea más sensual y agradable. Una música relajante a volumen bajo puede ayudar.
Las técnicas más conocidas son las siguientes:
Deslizamos las palmas de las manos -previamente untadas de crema o aceite– por la espalda en sentido ascendente, apoyando el peso del cuerpo en ellas.
Amasamos los músculos de la espalda, utilizando las articulaciones de los dedos, en un movimiento circular, para aliviar cualquier tensión a lo largo de la columna vertebral, pero sin tocar la columna misma.
Aplicamos palmaditas o golpes secos con el canto de la mano por toda la espalda.
Sea cual sea la técnica que utilicemos, los movimientos deben ser siempre regulares, rítmicos y simétricos, hay que prolongar el masaje hasta donde sea necesario: hombros y cabeza, pies y piernas, nalgas o zona cervical.
El comienzo será suave y aumentará progresivamente en intensidad, presión y frecuencia. Se puede comenzar a aplicar con manos y los dedos, para seguir con los labios o incluso con todo el cuerpo. Es imprescindible disponer de suficiente tiempo para permitir un acercamiento relajado y sin presiones.
La mujer no requiere una estimulación sexual tan directa y centrada en los órganos genitales, la extensión de sus zonas erógenas es mayor y su imaginación es más amplia, por lo que este tipo de técnicas le resultan muy agradables. Y aunque el hombre suele tener menos paciencia, debe aprender a controlar sus impulsos primitivos para relajarse y disfrutar también de este preludio. Esta práctica ayudará también a alargar más sus erecciones. Este tipo de práctica es aconsejable para los hombres con problemas de eyaculación precoz.
El masaje siempre debe ser una fuente de placer para ambos. Quien lo practique debe aprender a controlar momentáneamente sus impulsos, y así hacer disfrutar a su pareja. El placer le será devuelto con creces.