EL GUSTO
Vamos a pasar de hablar del gusto de la comida al sabor de las personas. Es que nosotros también tenemos sabor y en el sexo es importante apreciarlo. Para esto, es imprescindible dejar atrás los tabús y el pudor para disfrutar del acto de manera plena. El sabor es importante en el sexo, recordemos que una relación siempre empieza con los besos. La lengua juega un papel primordial en el sexo, con ella exploramos la boca y la piel, y las miles de papilas gustativas de este órgano clave nos permiten distinguir entre los sabores dulces, amargos, salados… Esta información viaja al cerebro, que nos dice si ese sabor nos es agradable o no. Si lo es, la atracción sexual aumentará. Recordemos que somos animales, y nuestro cerebro primitivo puede transformar estos sabores en sensaciones de placer, relacionando un cierto gusto con una persona.
Cada parte del cuerpo tiene un sabor y una textura diferente, por lo que podemos explorar este nuevo mundo de sabores besando, lamiendo y chupando diferentes zonas.
El sexo oral puede ser muy placentero para el que lo recibe, pero también para él que lo practica. Es el complemento ideal del acto sexual en sí. Sin vergüenza, debemos intentar disfrutar de ese momento. Algunas personas se sienten repelidas por el sabor del pene o la vagina de su compañero, pero debemos recordar que ese sabor está estrictamente ligado a lo que comemos. Ésta es otra razón para llevar una alimentación sana. De todas formas, la excitación por el sabor es algo intrínseco a la condición de animales (aunque racionales), al igual que la excitación por los olores.
Si realmente el sabor de los fluidos no nos satisface especialmente, podemos usar la imaginación y ayudarnos mezclando otro tipo de sabores: se puede hacer uso de comida, como la típica nata montada, algunas frutas, como fresas, uvas, comiéndolo directamente del cuerpo de nuestro amante. También se puede utilizar chocolate, crema, leche condensada… y combinar estos sabores con los del cuerpo humano.
Hoy en día lo tenemos muy fácil para experimentar sensaciones gustativas en el sexo: existen condones y lubricantes con sabores a frutas, cremas o aceites para esparcir sobre el cuerpo e incluso ropa interior comestible.
Disfrutar del cuerpo del otro plenamente y aprender a reconocer sus sabores no es nada raro ni perverso, al contrario, forma parte de una sexualidad plena y sana de la que debemos y podemos disfrutar.
Como hemos visto, si estimulamos nuestros sentidos y los escuchamos, éstos pueden ayudarnos mucho a conseguir una relación sexual mejor y más plena. Debemos abrirnos al mundo de las sensaciones y disfrutar de ellas.