ALIMENTACIÓN
En la era moderna, la civilización occidental se puede considerar una civilización de excesos, a todos los niveles. En la alimentación es lo mismo: comemos demasiado. Y tan malo es el exceso como la falta. Muchos días, nos levantamos de la mesa hinchados, la comida nos sale por las orejas, y las “buenas mamás” se empeñan en darnos todavía pastas con el café. Estamos muy cerca de Estados Unidos en el porcentaje de obesidad infantil y también en adultos. Parece que el término “bienestar económico” debe ir unido al de gordura. Y es que comemos muy mal, y además, no nos movemos. Tenemos toda una cultura de buena comida en este país, y no la aprovechamos suficientemente, recordemos que la famosa “dieta mediterránea” viene de aquí.
Debemos intentar conocer esta dieta mediterránea y beneficiarnos de todos los alimentos frescos, recién sacados de la huerta y saludables que tenemos al alcance de la mano. Y es que, estar sano y ágil ayuda mucho en el momento de realizar el sexo. El sobrepeso nos impide movernos con libertad y realizar posturas más que recomendables en la cama. Además, una persona con sobrepeso tiene muchas más posibilidades de tener un problema de tipo cardiaco debido al sobresfuerzo que supone un coito bien hecho. No sería la primera vez que uno de los participantes en el encuentro sexual acaba en el hospital. Ésta es una razón de más para intentar llevar una alimentación equilibrada que nos ayude a estar en buena forma física. Disfrutaremos mucho más de esta manera. Con esto, sin embargo, no queremos decir que las personas con problemas de obesidad no puedan practicar sexo. Por supuesto, es algo que podemos y debemos hacer todos. Pero estas personas deben tener en cuenta sus limitaciones para no correr riesgos que luego puedan lamentar. Resumiendo, todos debemos cuidar nuestro cuerpo, es el instrumento para alcanzar el placer. Hagámoslo adecuadamente.
En vez de hacer tres comidas grandes al día, se recomienda realizar cinco o seis comidas más ligeras, compuestas varias de ellas por frutas y verduras.
“Somos lo que comemos”, dice el refrán. No sé si esto es verdad, pero lo que está claro es que si comes constantemente grasas saturadas, tu cuerpo se forrará de una “capilla” de grasa muy difícil de eliminar después. Vaya, que vale más prevenir, comer sano no es complicado, basta hacerlo con un poco de cabeza.
En mi opinión, tenemos que comer de todo, somos animales omnívoros y necesitamos el aporte de todos los grupos de alimentos. Pero debemos comer de unas cosas más que de otras.
Por lo tanto, equilibremos la balanza. Se dan tantos consejos sobre alimentación: que hay que comer una manzana al día para prevenir el cáncer, un plátano por el aporte de potasio, un vaso de vino tinto para el corazón, dos libros de agua para estar bien hidratado… Es difícil llegar a hacer todo lo que nos aconsejan. Pero, intentemos hacerlo lo mejor posible. Por ejemplo:
Desayuno: es la comida más importante del día, y hay estudios que afirman que las personas que prescinden del desayuno tienden a desarrollar sobrepeso. Por lo tanto, un buen desayuno completo es importante:
Un zumo de naranja natural si es época, si no, puedes licuar cualquier otra fruta de temporada para hacerte un zumo sin azúcares añadidos. Un café o un té (la leche en realidad no es necesaria para los adultos, podemos conseguir el aporte necesario en lácteos como queso, yogurts, que son más digestivos), unas tostaditas con aceite de oliva y una manzana. También se puede optar por los cereales, alimento muy completo.
Almuerzo: es mejor comer algo a media mañana, para no llegar a la mesa a mediodía con el estómago vacío; lo llenaríamos a toda prisa y no sería bueno para nosotros.
Si podemos prescindir del bocata y la cerveza, mejor que mejor. Podemos comer unas tostadas (el pan tostado es más recomendable que el normal, especialmente si es integral), o alguna fruta. Incluso un yogurt es un buen almuerzo.
Comida: En nuestra zona geográfica, ésta es la comida más importante del día, y suele ser demasiado copiosa. Intentemos reducirla.
Es el momento de aportar verduras a nuestro organismo. Una buena ensalada completa, puede estar buenísima. Las hay de lo más variadas y puedes pasar la semana sin repetir la misma ensalada. Éstas incluyen pasta, arroz, legumbres… La puedes acompañar con algo de carne o pescado a la plancha. Todo esto se puede regar con un vaso de vino, una cerveza o si no nos va el alcohol, agua. Evitemos los refrescos en la medida de lo posible.
Merienda: Parece que en este país sólo meriendan los niños. Pero es saludable realizar estas comidas intermedias entre las dos más copiosas.
Puede ser similar al almuerzo: fruta, tostadas, yogurt, rosquilletas, etc., algo no muy pesado para matar el gusanillo.
Cena: atención con esta comida. Mucha gente que come fuera de casa debido al trabajo, suele cenar demasiado. La cena debe ser ligera, no se debe realizar demasiado tarde ya que entre la cena y el descanso debe haber un lapso de tiempo suficiente para que hayamos hecho la digestión.
Es el momento de comer verdura. En este país somos unos privilegiados, nuestra tierra nos regala un sinfín de verduras muy apetecibles y sanas. Si además tenemos la posibilidad de conseguir verdura ecológica, mejor que mejor. Este tipo de cultivo está en auge, y no es difícil acceder a él. Es algo más caro, pero vale la pena: ganamos en salud y también en sabor. Hace algún tiempo conocimos a Paco, un hombre que cultiva sus vegetales de manera tradicional, sin pesticidas. Todas las semanas traemos una caja de lo que hay de temporada: lechugas, brécol, acelgas, cebollas, patatas, zanahorias… El sabor de estos alimentos es completamente diferente. Es más, saben a algo. Bueno, volviendo a la cena, podemos cocinar estas verduras hervidas, a la plancha, con el wok… Y se puede acompañar de alguna carne magra o pescado, si puede ser, fresco.
Última comida: Antes de ir a la cama, como la cena la habremos digerido entretanto, se puede hacer un pequeño tentempié.
Un buen bol de leche (semidesnatada o desnatada), preferiblemente de cabra, oveja o incluso de almendra, con cereales, es el aporte de fibra perfecto para este momento. Por la mañana, iremos al baño como un reloj.
De esta manera, completamos las seis comidas diarias recomendadas, sin habernos excedido, y vamos acostumbrando a nuestro estómago a digerir cantidades más pequeñas y alimentos menos pesados.
Si estamos en nuestro peso ideal, este tipo de “dieta” nos permitirá conservarlo, y si tenemos algo de sobrepeso, nos ayudará a bajarlo.
La dieta debe ser normocalórica en casos de peso correcto o baja en calorías en sobrepeso u obesidad.
Vamos a señalar algunos alimentos no adecuados para nuestra dieta:
· Evitemos el exceso de refrescos, caramelos, chocolates y otros alimentos azucarados ricos en calorías.
· Debemos moderar de manera drástica el consumo de los alimentos más ricos en colesterol y grasas saturadas como vísceras, huevas de pescado, carnes grasas y derivados cárnicos como salchichas, embutidos y mortadelas. Las carnes más recomendables son las de ave sin piel, por su menor porcentaje de grasas saturadas.
· Tampoco es recomendable la ingesta de aceites de coco y palma usados en bollería industrial. Evitemos los lácteos grasos. Sin embargo, la ingesta de alimentos ricos en fibra como las legumbres, verduras, frutas y pan, harinas y cereales integrales es imprescindible para nuestra salud.
· El consumo de pescado debe superar al de carne. La grasa de los pescados es muy saludable. Consigue aportar más flexibilidad y elasticidad a los capilares sanguíneos, lo cual tiene un efecto favorable sexualmente, y tiene, además, un efecto antiinflamatorio y antitrombótico, reduciendo el riesgo de enfermedad cardiovascular.