EDUARDO LÓPEZ BAGO (Aranjuez 1855 — Alicante 1931). Estudió medicina en Madrid. Formó parte del grupo de los naturalistas españoles como su líder más extremista. Abanderó el proyecto del «naturalismo radical», que en su intento de aclimatar la escuela zolesca derivó en una fórmula literaria propia, la «novela médico-social» que deja sentir su influencia sobre el grupo de autores denominado Gente nueva. Este grupo estaba formado por Alejandro Sawa, José Zahonero, E. Sánchez Seña, R. Vega Armentero o E. A. Flores. En este grupo amistó en especial con José Zahonero.

Colaboró en revistas literarias como La Ilustración Española y Americana y La Familia. Es de suponer que después de publicar El periodista y La prostituta, abandonó el periodismo para dedicarse enteramente a escribir novelas y no dejó de esgrimir, por lo menos hasta 1895, su título de literato de profesión para manifestar su desprecio a los aficionados, los Valera, Alarcón, Núñez de Arce, «políticos o diplomáticos que se dedican a la literatura». Además, afirma que vive «fieramente» (como escribe) de lo que produce la venta de su trabajo, viene a decir que las novelas naturalistas se venden bien y que, desde luego, la «buena causa» progresa.

En 1876 publica su primera novela, Los amores, subtitulada Obra entretenida, la cual estuvo a punto de ser incluida en el Índice de obras prohibidas de la Iglesia. Los varios procesos judiciales encaminados a valorar el carácter moral de sus novelas hicieron que sus ventas aumentasen considerablemente.

Entre 1880 y 1900 se hizo rápidamente popular entre las clases medias y bajas españolas con sus numerosas novelas, que él subtitulaba como «estudios médico-sociales». López Bago escribe mucho y de prisa; es, como se califica a sí mismo, un «obrero de la pluma» que vive de su trabajo. Enfoca la mayor parte de su obra en la explotación sexual femenina, lo cual le procuró un aura de autor erótico que detestaba según los postulados del Naturalismo radical; puso así los cimientos de la novela erótica española que florecería al cambiar el siglo.

López Bago se dedica infatigable y exclusivamente a la redacción de numerosas novelas en las que ensaya su peculiar concepto del naturalismo. Las dos primeras obras adscritas al naturalismo radical son El periodista y La prostituta, ambas aparecidas en 1884. La última provocará el éxito y el escándalo más sonado de las letras españolas decimonónicas. Se trata de la primera novela de una tetralogía, que en el plazo de los dos años se verá completada con La Pálida, La Buscona y La Querida. Las cuatro novelas tienen como fin denunciar la prostitución. La Prostituta y La Pálida fueron denunciadas por el Gobierno por el supuesto delito de escándalo, ataque á la moral, á las buenas costumbres y á la decencia pública, siendo absueltas por el Tribunal Supremo. Por estas mismas fechas López Bago publica El Cura (1885), primera parte de una serie dedicada a criticar —según los conceptos del naturalismo radical— los estragos derivados del celibato eclesiástico. Frenéticamente y en un corto espacio de tiempo siguen apareciendo nuevos títulos, todos bajo la etiqueta de novela médico-social, los cuales abordan temas tan variados como la revolución social (Carne de Nobles), la reforma carcelaria (El Preso) o la polémica taurina (Luis Martínez). El escándalo producido por sus obras le granjea a López Bago el silencio de la crítica literaria de su época, la cual omite cualquier alusión a sus obras, pero por otro lado le proporciona un éxito comercial considerable que le permite vivir holgadamente.

Pero sólo unos pocos años después, a principios de 1889, bien porque las ventas de sus libros decayeran considerablemente en un momento de crisis editorial, bien porque el mercado hispanoamericano se presentara como una posibilidad a explorar, López Bago decide emigrar a Argentina. Obviamente detrás de su viaje late también la búsqueda de un ambiente más liberal, pues según sus propias palabras, emigra «buscando aires de libertad que por fatalidad monárquica están enrarecidos en mi patria.» Durante su larga estancia en Latinoamérica realiza no sólo una intensa labor periodística y de difusión del credo del naturalismo radical principalmente en Uruguay, Argentina, México, Cuba y Puerto Rico, sino que también publica sus dos últimas novelas, Carne Importada (1891) y El Separatista (1895), una de sus novelas más revolucionarias. Por motivos de salud regresa a España en 1915. Los últimos años de su vida transcurren en Alicante, en donde fallece en 1931.

Los procesos judiciales sufridos por él evocan otros célebres juicios para valorar la moralidad de obras, como los sufridos por Gustave Flaubert y Charles Baudelaire, y lograron para sus obras una inusitada venta de ejemplares. Sin embargo el mérito estrictamente literario de sus obras existía: poseyó inventiva y cualidades de prosista y diseñador de personajes, así como colorido poético en las descripciones.

López Bago trato los temas de la reforma penitenciaria y el crimen, el anticlericalismo, el colonialismo, la moral sexual, la fiesta de los toros, la explotación laboral y social y la degradación de la mujer.