RESUMEN

La enseñanza ha girado siempre en torno a la secuencia lógica del pensamiento, como único proceso adecuado para elaborar la información. La creatividad se ha considerado en todos los tiempos como algo misterioso, innato o espontáneo.

Como complemento de esta forma tradicional del pensamiento se ha tratado en esta obra el pensamiento lateral, cuya misión es conferir mayor eficacia al pensamiento lógico o vertical.

El pensamiento lateral elabora la información de manera completamente diferente al pensamiento lógico. Mientras que la constante formulación de juicios y la valoración permanente de las ideas es la esencia del pensamiento lógico, en el pensamiento lateral se prescinde de ambos factores; es más, a menudo se parte deliberadamente de ideas erróneas para conferir un nuevo enfoque a un problema o para provocar la reestructuración de un modelo establecido, de modo que se produzca una visión perspicaz y más aguda de una situación. El pensamiento lógico valora inmediatamente toda idea; el pensamiento lateral suspende momentáneamente esa valoración con el fin de que las ideas sirvan de estímulo y contribuyan a la formación de conceptos diferentes, nuevos.

Las dos funciones básicas del pensamiento lateral son el uso de la información como estímulo de nuevas ideas y la superación de los conceptos comúnmente aceptados como absolutos. Ambas funciones sirven al mismo objetivo de reestructurar los modelos, proceso necesario para proporcionar un uso más eficaz a la información disponible, y su finalidad común es llegar a una visión perspicaz, o sea más aguda, del problema o situación a que se aplican.

La mente es un sistema elaborador de modelos, que crea reflejando el mundo exterior; luego identifica y actúa en operaciones subsiguientes. En ello reside la gran efectividad del pensamiento lógico, pero también la razón de ciertas limitaciones que derivan de la excesiva influencia que el orden de entrada de la información ejerce en la forma que ésta adopta en los modelos, haciendo que los mismos no constituyan la expresión óptima de la información disponible. Con el fin de poner los modelos al corriente disponiendo la información en la mejor forma posible, se requiere un mecanismo de reestructuración perspicaz, que no radica en el ámbito del pensamiento lógico, por ser su misión relacionar los modelos entre sí, no reestructurarlos. El pensamiento lateral es una exigencia del comportamiento de este tipo de sistema de proceso de información. Las funciones estimuladora y reestructuradora del pensamiento lateral tienen, pues, ese objetivo. En ambos casos la información se usa al margen de la razón, por ser ésta el ámbito del pensamiento lógico. La efectividad del pensamiento lateral radica en el funcionamiento de la mente como sistema de memoria optimizadora espontánea, en un proceso similar al humor.

El pensamiento lateral se aplica en una fase anterior a la acción del pensamiento vertical. Se usa para reestructurar los enfoques de la situación que se considera y las ideas que sirven de base a un estudio lógico. El nuevo enfoque y las ideas básicas pueden ser luego plenamente desarrollados por el pensamiento vertical. El pensamiento lateral es creativo, el pensamiento vertical selectivo. Su combinación aumenta la efectividad del pensamiento en general.

El pensamiento tradicional cesa su investigación de posibles alternativas cuando encuentra una solución que cree adecuada; por otra parte, tan pronto como algo es insatisfactorio, se detiene. Y sin embargo puede haber todavía soluciones mejores, cuya visión queda velada por el efecto concentrador que ejerce la solución adecuada. En tales casos el pensamiento lateral permite explorar otras posibilidades, al actuar al margen de lo obvio.

El pensamiento lateral es especialmente útil en la solución de problemas prácticos y en la concepción de ideas creativas, pero no se limita a estas aplicaciones, sino que es una parte esencial del acto de pensar. Sin un procedimiento apto para cambiar conceptos y actualizarlos se incurre en el peligro de quedar aprisionado por conceptos que son más perjudiciales que útiles. Los modelos de conceptos rígidos pueden crear diversos problemas de difícil solución porque no pueden ser solucionados con la información disponible, ya que requieren una reestructuración perspicaz.

La necesidad de cambiar ideas es cada vez más acuciante a medida que la tecnología acelera el ritmo de la comunicación y del progreso. En el pasado no elaboramos nunca métodos satisfactorios para el cambio de ideas; el único utilizado hasta ahora consistía en el conflicto entre ideas diferentes u opuestas. El pensamiento lateral provoca cambios de ideas mediante la reordenación de las partes integrantes de los modelos ya establecidos.

El pensamiento lateral está íntimamente asociado a la perspicacia y la creatividad, procesos que normalmente son considerados sólo en sus efectos; en tal sentido, el pensamiento lateral es un medio de actuar sobre su mecanismo de acción. En la práctica, el pensamiento lateral y el pensamiento vertical se confunden en el acto único, multifacético, de pensar; sin embargo, para su enseñanza es preferible tratarlos como entidades separadas, con el fin de comprender mejor la naturaleza básica del pensamiento lateral y adquirir habilidad en su uso. Esto evita también confusiones que podrían presentarse a causa de los principios que rigen su uso, y que son completamente diferentes de los empleados por el pensamiento vertical.

Es difícil adquirir habilidad en el uso del pensamiento lateral a través del simple hecho de leer algo acerca del mismo. Para desarrollar esta habilidad hay que efectuar prolongadas prácticas, razón por la cual en esta obra se dedica considerable espacio a la explicación y planteamiento de ejercicios y problemas concretos. Ello permite la asimilación de las técnicas específicas del pensamiento lateral, cuyo objetivo es doble: adquirir experiencia en su aplicación práctica y desarrollar una actitud que tienda a su uso cotidiano.

Para usar el pensamiento lateral más eficazmente se requiere un instrumento lingüístico práctico. Esta herramienta facilita la aplicación práctica de las técnicas laterales en el ámbito del propio pensamiento y es igualmente importante en la comunicación lateral. Ese instrumento es PO. Su finalidad es analizar con perspicacia, y su medio y principio de acción es el relajamiento de la rigidez de los conceptos elaborados, lo cual facilita su reordenación.

El pensamiento lateral no provoca dudas ni caos en las ideas establecidas. Reconoce la extrema utilidad de éstas y se limita a negar el carácter axiomático que la mente tiende a conferir a los conceptos establecidos a causa de su esfuerzo por perpetuarlos.