2
DIFERENCIAS ENTRE EL PENSAMIENTO LATERAL
Y EL PENSAMIENTO VERTICAL
La mayoría de la gente considera el pensamiento vertical o lógico como la única forma posible de pensamiento efectivo. Por consiguiente, hay que establecer la identidad del pensamiento lateral partiendo de las diferencias que le separan del pensamiento vertical. A continuación se reseñarán algunas de las diferencias entre ambas formas. No obstante, estamos tan acostumbrados al uso exclusivo del pensamiento vertical que algunas de estas diferencias pueden parecer absurdas, o bien inducirán a creer que inventamos diferencias que en realidad no existen.
El pensamiento vertical es selectivo; el pensamiento lateral es creador
En el pensamiento vertical importa ante todo la corrección lógica del encadenamiento de las ideas. En cambio, en el pensamiento lateral lo esencial es la efectividad en sí de las conclusiones. El pensamiento vertical selecciona un camino mediante la exclusión de otros caminos y bifurcaciones. El pensamiento lateral no selecciona caminos, sino que trata de seguir todos los caminos y de encontrar nuevos derroteros. En el pensamiento vertical se selecciona el enfoque más prometedor para la solución de un problema; en el pensamiento lateral se buscan nuevos enfoques y se exploran las posibilidades de todos ellos.

El pensamiento vertical se mueve sólo si hay una dirección en que moverse; el pensamiento lateral se mueve para crear una dirección
El pensamiento vertical se mueve en una dirección claramente definida en la cual se entrevé una solución. Se emplea para ello un enfoque y una técnica concretos. En el pensamiento lateral se aspira al cambio y al movimiento como medios para una reestructuración de los modelos de conceptos.
No necesariamente hay que moverse siempre hacia algo; el movimiento puede también ser de distanciamiento con respecto a ese algo. Lo que importa es el movimiento en sí, el cambio. Con el pensamiento lateral no se sigue una dirección concreta, sino que se genera una dirección. Con el pensamiento vertical se designa un experimento para poner de manifiesto algún efecto. Con el pensamiento lateral se designa un experimento para propiciar un cambio de las propias ideas. Con el pensamiento vertical uno tiene que moverse siempre en alguna dirección. Con el pensamiento lateral se puede deambular sin dirección, es decir, divagar en torno a experimentos, modelos, ideas, etcétera.
El movimiento, en el pensamiento lateral, no es un fin en sí mismo, sino una forma de orientar un replanteamiento de la cuestión de que se trate. Una vez se tiene movimiento y cambio, entonces se comprobará la utilidad de la lógica lateral. El pensador vertical afirma: «Sé lo que estoy buscando». El pensamiento lateral considera que: «Busco, pero no sabré lo que estoy buscando hasta que lo encuentre».
El pensamiento vertical es analítico; el pensamiento lateral es provocativo
Si un estudiante dijera: «Ulises fue un hipócrita», podrían considerarse tres actitudes:
1) «Vd. está equivocado. Ulises no fue un hipócrita».
2) «Qué interesante; dígame cómo ha llegado a esta conclusión».
3) «Muy bien. Siga. A dónde va a llegar Vd. a partir de esta idea».
Con el fin de usar las cualidades provocativas del pensamiento lateral hay que dar continuidad lógica a las ideas obtenidas originalmente.
El pensamiento vertical se basa en la secuencia de las ideas; el pensamiento lateral puede efectuar saltos
Con el pensamiento vertical se puede avanzar sólo de modo gradual. Cada paso depende directamente del anterior, al cual está firmemente asociado. Cuando se ha llegado a una conclusión se comprueba su solidez con la solidez de los pasos seguidos hasta llegar a ella.
Con el pensamiento lateral los pasos no tienen que seguir un orden determinado. Puede saltarse a una nueva idea y rellenar el lapso después. En el siguiente diagrama el pensamiento vertical va sucesivamente de A a B, a C y a D. En el pensamiento lateral se puede llegar a D pasando por G y luego moverse retrospectivamente hasta A.

Cuando se llega a una solución, su validez no depende de lo acertado del camino seguido; la solución puede tener sentido en sí misma independientemente del camino seguido. A veces, cuando se llega a un punto dado es posible construir retrospectivamente un camino lógico que conduzca al punto de partida; cuando este camino lógico se ha construido, poco importa a partir de qué punto se ha elaborado, a pesar de que sólo era posible desde el punto de destino. Es algo similar a lo que ocurre cuando, al llegar a la cima de una montaña, a través de intrincados senderos, se descubre entonces un excelente camino de acceso que de otra manera no se habría encontrado.
En el pensamiento vertical cada paso ha de ser correcto; en el pensamiento lateral no es preciso que lo sea
La esencia del pensamiento vertical es la obligada corrección de cada paso. Sin este requisito no podrían existir ni la matemática ni la lógica. En cambio, en el pensamiento lateral no es necesario este requisito, a condición de que la conclusión final sea correcta. Es lo mismo que construir un puente de arcadas: los diferentes tramos que lo componen no precisan un soporte independiente; basta que se apoyen mutuamente entre sí hasta colocar el último tramo.

En el pensamiento vertical se usa la negación para bloquear bifurcaciones y desviaciones laterales; en el pensamiento lateral no se rechaza ningún camino
Hay ocasiones en que es necesario pasar por una idea errónea para llegar a una idea correcta. Esto ocurre cuando la idea es errónea sólo en el contexto tradicional de una situación; cuando dicho contexto se reestructura, la idea aparece como correcta. Aun cuando el contexto de la situación no se cambia, el uso de una idea errónea puede determinar la consecución de una solución correcta. Esto se ilustra en el diagrama correspondiente, en el cual se sigue un tramo de itinerario erróneo para descubrir luego el camino correcto, que en un principio pasaba desapercibido; cuando el camino correcto se ha descubierto, puede prescindirse del tramo equivocado.

En el pensamiento vertical se excluye lo que no parece relacionado con el tema; en el pensamiento lateral se explora incluso lo que parece completamente ajeno al tema
El pensamiento vertical es selectivo por naturaleza. Se prescinde de lo que parece ajeno al contexto de la situación que se estudia. En cambio, al problema estudiado por el pensamiento lateral se asocian factores externos a fin de provocar una disgregación de los modelos en sus partes componentes, ya que no es posible reestructurarlos desde dentro; cuanto menor es la relación de una idea con un tema dado, mayor es la posibilidad de que altere su configuración establecida. Al explorar sólo ideas relacionadas con un modelo se tiende a perpetuar el mismo en su configuración original.
En el pensamiento vertical las categorías, clasificaciones y etiquetas son fijas; en el pensamiento lateral no lo son
En el pensamiento vertical las categorías, clasificaciones y etiquetas tienen carácter permanente, y las ideas pueden usarse sólo si están señaladas con algunos distintivos que permitan su identificación. En el pensamiento lateral se cambian las etiquetas a medida que el contexto cambia como resultado de enfoques diferentes; es decir, las clasificaciones y las categorías no son casillas marcadas con el nombre de su contenido, sino letreros señalando diferentes direcciones; las etiquetas se fijan sólo con carácter provisional, para permitir dar mayor movilidad a las ideas.

El pensamiento vertical se basa en la rigidez de las definiciones, de la misma manera que en la ciencia matemática las operaciones se basan en el carácter inalterable de los símbolos. En cambio, el pensamiento lateral utiliza la fluidez de los significados, de manera análoga a como el ingenio emplea un repentino cambio de significado para producir su efecto.
El pensamiento vertical sigue los caminos más evidentes; el pensamiento lateral los menos evidentes
El pensamiento lateral busca deliberadamente los enfoques menos obvios. Este proceder constituye un principio básico y a menudo la fidelidad al mismo es la única razón de explorar un camino que, por otra parte, carecería de interés y que, sin embargo, eventualmente puede conducir a una solución valiosa. A veces, en la entrada de dicho camino nada indica que valga la pena explorarlo y, no obstante, puede conducir a algo útil. En el pensamiento vertical se tiende a seguir el camino más espacioso y señalizado como la dirección correcta.
El pensamiento vertical es un proceso finito; el pensamiento lateral, un proceso probabilístico
Con el pensamiento vertical se confía en llegar a una solución; con el pensamiento lateral no se garantiza necesariamente una solución, simplemente se aumentan las probabilidades de una solución óptima mediante la reestructuración de los modelos. Es decir, el pensamiento vertical ofrece al menos una solución mínima, mientras que el pensamiento lateral incrementa sólo la posibilidad de llegar a una mejor solución.
Si se mezclaran en una bolsa varias bolas negras y una sola bola blanca, las probabilidades de coger al azar la bola blanca serían muy pocas; si se aumenta el número de bolas blancas, aumentan también las probabilidades de coger una bola blanca, aunque no existe la seguridad de que la bola que se elija sea necesariamente blanca. De manera análoga, el pensamiento lateral aumenta las probabilidades de una solución perspicaz, incrementándose con la adquisición de una mayor práctica de su uso; no obstante, el resultado permanece supeditado a la ley de las probabilidades. Es esta posibilidad de obtener una solución óptima, a veces muy superior a la solución de origen lógico, el factor que confiere al pensamiento lateral su valor. En toda ocasión que el pensamiento vertical se manifiesta incapaz de elaborar una solución adecuada, ha de recurrirse al pensamiento lateral para intentar su consecución, aun cuando las probabilidades sean reducidas, porque nada se pierde con el intento.
Resumen
Las diferencias entre el pensamiento lateral y el pensamiento vertical son básicas. Su funcionamiento respectivo es completamente distinto. No se trata de decidir cuál es más eficaz, ya que ambos son necesarios y se complementan mutuamente. Lo que importa es una perfecta conciencia de sus diferencias para facilitar la aplicación de ambos.
En el pensamiento vertical la información se usa con su valor intrínseco, para llegar eventualmente a una solución mediante su inclusión en modelos existentes. En el pensamiento lateral la información se usa no como fin, sino sólo como medio para provocar una disgregación de los modelos y su subsiguiente reestructuración automática en ideas nuevas.