Agradecimientos
Gracias a mi padre, Ignacio, que me corrigió dos tercios de novela con cataratas y todo. A mi madre María Jesús, y a mi tío Ángel, que aunque nunca dejan de recordarme que no les gustan estos temas, siempre me han apoyado para que escribiese.
Gracias a Laura Blanco, mi Laury. Los dos creamos a los personajes de esta novela hace quince años, pero les arranqué a sus ángeles de la guarda y les puse máscaras para su visita a Carcosa.
Gracias a Luis Muiño, que me pidió que nunca dejase de escribir, y aquí estamos. A mi tío, Josán Sanguinetti, por la sesión de fotos. Gracias a Paula Acevedo, por ser una gran lectora Beta. A Ignacio Sánchez, Ichi, porque, y juro que no entiendo cómo, Volstagg decidió parecerse a ti. A Olalla Guzmán, mi hermana, porque Caty quiso ser tan dura y valiente como tú. A Pablo Guzmán, mi hermano, por esa máquina de escribir que con solo verla me impulsa a teclear y a crear. Gracias a Juan Carlos Arranz, Juanky, por jugar a las cartas de La Llamada de Cthulhu LGC conmigo. Eso ha influido para que me guste el Rey Amarillo, y lo sabemos.
Gracias a Bea, Hernán, Jacin, Toño, Soler, Raúl y Garrido. Ya habéis conocido a Dagon, Hidra y Nyarlathotep mientras huíais de Innsmotuh… quizá algún día conozcáis al Rey Amarillo.
Y gracias a Sarita, mi pequeñita, que con su sonrisa ilumina mis días de cielos pálidos llenos de estrellas negras.