Las orejas del lobo
El 23 de Mayo de 2005 se reveló en Internet un documento de SGAE de fecha 20 de Diciembre de 2000 y en el que esta entidad de gestión ponía de manifiesto, con toda crudeza y sin medias tintas, sus más íntimos intereses y miedos. El documento, que aunque era difícil de encontrar era accesible públicamente en la web de SGAE, tenía una relación de foros nacionales e internacionales donde se habían discutido asuntos relacionados con la propiedad intelectual y en el que se destacaban los aspectos positivos y negativos que, ajuicio de la Sociedad General de Autores, merecían la pena resaltar.
Al día siguiente de la llamada de atención sobre este texto, la SGAE lo retiró de su servidor, lo que parece dar a entender que se trataba en realidad de un documento interno que, involuntariamente, había quedado expuesto al alcance de todo aquel que estuviera dispuesto a bucear un buen rato por Internet. Redunda en la idea de que el documento era interno el hecho de que en él aparezcan marcas que solo son entendibles por la persona que las ha escrito y probablemente por aquellas a las que van dirigidas. A pesar de que esas señales son claramente privadas, no hay que usar la máquina ENIGMA para darse cuenta de lo que pretenden reseñar. Por ejemplo, los llamados «grupos de interés» que aparecen a lo largo del texto están divididos en dos, los que están marcados con una flecha señalando hacia abajo y los que no tienen ningún distintivo. Viendo los dos grupos resulta relativamente sencillo lanzar la primera teoría de cuál ha sido el criterio para su formación. Por un lado, con una flecha hacia abajo aparecen, por ejemplo, los siguientes: «empresas de telecomunicaciones», «consumidores», «fabricantes de hardware» y «organizaciones de consumidores como el BEUC». Ninguna llamada de atención aparece sin embargo cuando se trata de sectores que no son tradicionalmente considerados como una amenaza por los ultraprotectores de los derechos de autor. Así, no hay flechas junto a los sectores de «derechohabientes», «prensa», «Banca» y «Discográficas (BMG)».
Por suerte la Red tiene memoria, y el hecho de que el documento haya sido retirado no significa que haya desaparecido por completo. Hay páginas que permiten acceder al limbo de los contenidos que existieron y que, por cualquier motivo, dejaron de existir. No tienen más que teclear la dirección del texto1 en la web www.archive.org para tener acceso al mismo.
La sinceridad del documento hace entender la premura de la entidad por hacerlo desaparecer una vez descubierto y difundido. A modo de ejemplo puede leerse el comentario que hace SGAE sobre la celebración del FORUM DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN (FSI). Como decíamos, los distintos temas tocados en los foros son apuntados en la zona de aspectos negativos o positivos dependiendo de la calificación de la Sociedad General de Autores. Como aspecto negativo destacado por la SGAE en este foro podemos leer, literalmente, «acceso a la información libre». En el cuadro de aspectos positivos, la entidad de gestión se congratula de que «hay que destacar una actitud menos abierta a que toda la información fluya sin ningún control o restricción».
A continuación les muestro algunas capturas de las partes más relevantes del documento, marcando con un recuadro los aspectos que me parecen más llamativos. Que queden estas páginas como recordatorio de que la preservación de la intimidad, el acceso a la información y los «derechos de los consumidores» son vistos como algo preocupante por aquellos que han decidido defender los «derechos de autor» aunque sea a costa de los derechos de todos los demás. Cuando la SGAE aparezca en algún debate diciendo que la propiedad intelectual no es incompatible con la libre circulación en Internet o con el derecho al acceso a la cultura y a la información, podrás preguntarle por qué, si eso es así, les temen tanto.